XIV. Game Over
CAPÍTULO CATORCE
FIN DEL JUEGO
"Be careful making wishes in the dark, can't be sure when they've hit their mark. Besides in the meantime I'm just dreaming of tearing you apart, I'm in the details with the devil. So now the world can never get me on my level"
La noticia de la inminente muerte de Katherine Pierce había llegado a los oídos de los Originales y de Arielle, quienes no dudaron en emprender un viaje hasta Mystic Falls para poder presenciar los últimos momentos de la exvampira.
Elijah se había negado a ir con ellos, por su pasado con Katherine, y había decidido quedarse con Hayley en Nueva Orleans mientras que sus hermanos acompañaban a Arielle hasta el pueblo de Virginia. La muerte de Davina aún atormentaba a la chica Salvatore, y su ánimo no era el mejor. Por eso, Klaus decidió dejarla en la casa de sus hermanos mientras él y Rebekah daban un paseo por el pueblo.
Al entrar en la mansión, Arielle siguió las voces de Damon, Matt y Jeremy hasta la biblioteca.
—Regla uno, pensad en lo peor que os haya hecho Katherine Pierce. Regla dos, brindad por su muerte inminente. Regla tres, si recordáis algo aún peor, cosa probable, repetir uno y dos—explica Damon, sirviendo varios chupitos con bourbon sin darse cuenta de la presencia de su hermana—Fingió haber estado en una tumba 145 años mientras yo la esperaba—se bebe un chupito—¿Es peor que hacerse pasar por Elena y besarme en vuestro porche?
—Yo creo que no—niega Jeremy—
—Estamos de acuerdo—suspira, agarrando otro chupito—Quarterback, dale.
—Eh...
—Piénsalo. ¿Jeremy?—se gira hacia el chico Gilbert, entregándole un chupito—
—Me dio de comer a Silas y morí—recuerda el chico, tragándose el alcohol—
—De alucine.
—Luego me hizo estrellar el coche contra un poste y me dio por muerto. Otra vez.
—Doble alucine. Bebe.
—Mi hermana murió por su culpa—recuerda Matt—
—Ya lo creo. Porque yo no la habría convertido de no haber venido al pueblo para sacar a Katherine de una tumba en la que no estaba.
—Lexi también esta muerta por su culpa—señala Arielle, haciendo notable su presencia—
Damon se gira hacia ella, observando como se acerca hasta ellos, agarra un chupito de la mesa y se lo entrega a él.
—Tómatelo por mi, ¿quieres?—le pide—
Damon sonríe, tomándose el chupito.
—¿En serio?—la voz de Elena atrae la atención de los cuatro, viéndola entrar a la biblioteca junto a Bonnie y Caroline—
—Elena, estábamos...
—Sé lo que hacíais—asegura, interrumpiendo a Matt—Y se acabó para ti—señala a su hermano pequeño—
Camina hasta ellos y se coloca junto a Arielle, agarrando un chupito.
—Si alguien va a beber por los últimos momentos de Katherine esa voy a ser yo—declara con firmeza—Para empezar, se hizo pasar por mi, varias veces—se bebe el chupito—Hizo que tia Jenna se apuñalara a si misma y le cortó los dedos al tío John.
—A lo mejor se lo merecía—señala Jeremy, refiriéndose al último—
—Mi abuela murió intentando cerrar su tumba vacía—recuerda Bonnie, sentándose junto a Jeremy—
—Tyler le debe la maldición de hombre lobo—señala Caroline—
—Klaus la siguió hasta Mystic Falls y por eso perdimos a Jenna—recuerda Elena—
—Y a Alaric—añaden Arielle y Damon—
Todos beben otro chupito.
—Traeré más bebida—comenta Matt, poniéndose en pie—
—Intentó matarme al menos dos veces—señala Elena—
—A mi me mató—recuerda Caroline—Lo raro es que estoy mejor.
—Ella es la razón de que nosotros tres seamos vampiros después de que nuestro padre nos disparara en el pecho con una escopeta por su culpa—declara Arielle, haciendo que la sala se quede en silencio—
—Si, eso lo supera todo—asiente Damon, bebiendo otro chupito—
—Vale, dejadlo ya. Estáis siendo muy poco considerados—comenta Stefan, entrando en la sala—
—Venga, Stefan. No dejes que la visión de una frágil imitación de Elena empañe a la psicópata manipuladora que es—le pide su hermano, entregándole un chupito—
Stefan suspira, agarrando el vaso.
—En 1864 Katherine se mudo a mi casa, me obligó a amarla, sedujo a Damon, nos atiborró de sangre de vampiro e inició una guerra en la que morimos—recuerda—
—Exacto—señala su hermano—
—Pero siglos antes fue una chica inocente a la que su familia repudió. Así que, durante 500 años mintió, manipuló e hizo lo que fuera para sobrevivir. Porque es una superviviente, ¿verdad?
Arielle rueda los ojos.
—Pues esa es la chica por la que brindo hoy. Salud—declara, tomándose el chupito—
—¿Una noche de sexo con ella y te ha lavado el cerebro?—cuestiona Damon con incredulidad—
—¿Cómo?—Elena abre los ojos, sorprendida—
—¿Cómo?—repite Bonnie de la misma forma—
—Ay, me... me olvide de decíroslo—se lamenta Caroline—Tú estabas secuestrada, de rehén y...
—Voy a por más bebida—declara Stefan, interrumpiendo sus palabras—
—Nunca le confíes a un mozo el trabajo de un hombre—comenta Damon, poniéndose en pie. Entonces su ojos se encuentran con una figura en la entrada de la biblioteca—Nadia, la progenie del diablo. Caroline, ¿le explicaste esto a Elena?
—Me va a explotar la cabeza—declara la chica Gilbert—
Arielle, a diferencia de ella estaba bastante informada de todo. Damon ya le había hablado de Nadia, la hija de Katherine.
—Vale. Katherine esta arriba.
—En realidad, he venido a veros a todos—declara la chica—Tengo una forma de salvar a mi madre y necesito vuestra ayuda.
—Ni hablar—declara Damon con firmeza—Hasta mi seducido hermano sabe que lo llevaré a patadas de aquí a Kentucky si ayuda a que Katherine viva un día más. No hay voluntarios.
—Ya me lo esperaba. Por eso he buscado la vieja caja fuerte en la que tu hermano paso un verano ahogándose y la he enterrado en esta propiedad con vuestro amigo Matt dentro de ella—les informa—Ah, y sin esto.
Les muestra el anillo Gilbert, depositándolo sobre una mesa.
Mientras Stefan y Elena ayudaban a Nadia, el resto del grupo, a excepción de Damon, se dividieron por toda la propiedad Salvatore para buscar a Matt.
Arielle caminaba por el extenso bosque que rodeaba la casa cuando una figura muy conocida para ella apareció a su lado.
—Klaus—suspira, girándose hacia él—
El hibrido se limita a sonreír.
—Recibí tu mensaje—explica, mientras Arielle reanuda sus pasos—
—¿Y has vendió? ¿A salvar a Matt?—cuestiona, incrédula—Creí que irías directo a la mansión para ver cómo Katherine muere.
—Puedo hacer eso después. Su corazón aún late. Lo oigo desde aquí—sonríe, siguiendo sus pasos—
—Por supuesto—suspira con pesadez—¡Matt! ¡Matt!
—No creo que su oído de humano nos oiga.
Arielle bufa con frustración, dándose la vuelta para enfrentarle.
—Le han encerrado vivo, perdona si intento encontrarle llamando su nombre. Quería estar con mis hermanos, cerrar una etapa en mi vida, pero por supuesto los problemas siempre nos encuentran, ¿no es cierto? Y la muerte. Así que, o me ayudas a encontrarle o puedes ir a ver cómo Katherine pierde su vida lenta y dolorosamente—declara con firmeza, antes de desparecer de su lado con su velocidad vampírica—
Klaus no duda en seguirla. Su cambio de humor le había tomado desprevenido, pero también sabía que todo aquel enfado y frustración no era por la desaparición de Matt, sino por los últimos acontecimientos vividos en Nueva Orleans.
—Sé que estás enfadada y triste por lo de Davina, pero podríamos llevarnos bien, ¿no crees?—inquiere, caminando tras ella—No es culpa mía que el estupido ritual de brujas no funcionara.
—No, eso es cierto—admite, volteándose para mirarle—Pero no finjas que la chica te importaba. Y Katherine solo es otro ejemplo de lo egoísta que eres. Porque, a pesar de que odio a Katherine con todo mi ser, yo a diferencia de ti no he venido a regodearme de su futuro cadáver. ¿He bebido recordado todas las cosas malas que ha hecho o han ocurrido por su culpa? Si. Pero todo eso no habría ocurrido si tú no hubieras intentado matarla en un primer lugar hace 500 años. Y este día es eso, ¿no? La culminación de 500 años de venganza porque ella huyó para intentar sobrevivir. Puede que Stefan tenga razón, ella es solo otra víctima más. No justifica todo lo demás, pero...—suspira, apartando su mirada de él—¡Matt!
Se da la vuelta y vuelve a usar su velocidad vampírica para acabar en otro lugar del bosque, alejada de Klaus. Sin embrago, él no iba a dejar que se fuera así de enfada, así que no tardó en volver a seguirla.
—Damon ha intentado matarla mientras vosotros dais vueltas por la propiedad en busca del rubito—señala—
—Bueno, no voy a culparle, esa perra le rompió el corazón e hizo que dos hermano que se querían empezaran a odiarse. Por no hablar de que por su culpa los tres morimos y nos convertimos en vampiros—recuerda Arielle, cruzándose de brazos—La eligieron a ella antes que a mi. Ni siquiera sé por qué siento compasión por ella.
—Porque eres así—responde él, atrayendo su atención. El rostro confuso de Arielle le obligó a explicarse mejor—Ves lo bueno en la gente y encubres esos sentimientos de compasión con hostilidad y repulsión. Como lo hiciste conmigo.
—Yo no hago eso—declara con firmeza, cruzándose de brazos. Klaus eleva sus cejas—Bueno, puede que un poco.
Klaus sonríe victorioso.
—Mientras discutías conmigo yo he oído los gritos lejanos y desesperados de Matt—le informa él entonces—
—¿Dónde?—inquiere, observando el bosque a su alrededor e intentado encontrar la voz del humano con su oído sobrenatural—
—Tranquila. Rebekah le encontrará. Seguro que se alegra de verla. El Quarterback está a salvo. ¿Ahora qué?
—¿Cómo que "ahora qué"? Yo voy a ver a mis hermanos y tú irás a castigar a Katherine por sus pecados—señala ella con obviedad—
—¿Y si no lo hago?—inquiere, tomándola por sorpresa—Y si dejo que muera en paz, sin regodeos ni venganzas. ¿Te sentirías mejor?
—¿Desde cuando te importa más lo que yo sienta que tu odio a Katherine?—cuestiona, incrédula—
—Sinceramente, amor, Katherine me importa poco últimamente—admite—Nueva Orleans, el bebé, tú. Eso me importa mucho más.
Una pequeña sonrisa se asoma por los labios de Arielle al escuchar sus palabras.
—Renuncio a mi venganza contra ella, por ti—declara con firmeza—Había venido para acompañarte y regodearme de su futuro cadaver porque pensaba que tú también querías hacerlo. Pero como veo que no... Supongo que es el embarazo el que te hace ser tan bipolar. El caso es que nos marcharemos sin regodeos.
—Eso suena bien—admite Arielle—No quiero ver su cara si te soy sincera. He visto a Elena y casi vomito. Y no era el embarazo.
Klaus sonríe ante sus palabras.
—Aún tenemos un poco de tiempo hasta que Stefan vuelva y tengamos que irnos—señala el hibrido, acercándose a ella—Podríamos matar un poco el tiempo.
—Ah, si, claro. ¿Tenias algo pensado?—inquiere, elevando sus cejas—
Klaus sonríe, llevando una mano hasta su nuca para acercarla hasta su rostro y unir sus labios en un beso. Arielle no duda en corresponderle el beso, sujetándole de las mejillas. Klaus se separa de ella unos centímetros y ambos se sonríen como dos adolescentes antes de que él use su velocidad vampirica para apoyarla contra un árbol.
Las manos de Arielle se dirigen a sus hombros para quitarle la chaqueta, él la ayuda, antes de imitar su acción con ella. Sus labios vuelven a juntarse con fuerza, aumentando la pasión. Klaus se separa levemente, rompiéndole la camisa de un tirón, dejándola en sujetador. Arielle levanta su mirada llena de deseo, uniendo sus labios otra vez. Cada beso más salvaje y lleno de pasión que al anterior.
Sus lenguas luchaban por el dominio hasta que Klaus decide separar sus labios para comenzar a trazar un camino de besos por su cuello. Arielle tira del borde de su camisa, deseando que se deshiciera de ella. Klaus lo entendió al instante, pasadola sobre su cabeza y dejándola caer al suelo. Entonces lleva sus manos hacia su espalda, desabrochando su sujetador. Su camino de besos descendiendo cada vez más por el cuerpo de la chica, haciéndola gemir con placer. Sus miradas conectadas en todo momento, aumentando su deseo.
Entre jadeos y gemidos, Klaus comienza a besarle el abdomen y el vientre a medida que se agacha. Al llegar a sus piernas dirige sus manos a la cremallera de sus pantalones y sin dejar de mirarla a los ojos comienza a bajárselos. Entonces su camino de besos vuelve a subir a sus labios mientras se desabrocha sus propios pantalones.
Es entonces cuando sus cuerpos se unen. Haciendo que Arielle enrede sus dedos en su rizoso y corto pelo mientras él escondía su rostro en su hombro, centrándose en complacerla. Cuando ambos terminan, Klaus se separa levemente de ella, mirándola a los ojos.
—Te amo Arielle Salvatore.
—Yo también te amo.
—¿Sabes? Estaba fuera de mi, Damon—comenta Stefan, su mirada perdida en las estrellas sobre ellos—
—Y Katherine te ayudó a volver. Qué ironía, ¿verdad?—señala Damon, bajando la mirada a la copa de bourbon en sus manos—
Ambos se encontraban sentados en las escaleras exteriores de la parte trasera de la casa, mientras el resto se reunían en el salón principal.
—Sea cual sea el problema con Elena, arréglalo—declara Stefan, dirigiendo su mirada hacia él—Es lo mejor que te ha pasado.
—Venga, ¿crees que no lo sé?—cuestiona, incrédulo—Ella es mi vida. Pero tampoco soy mejor que Katherine. Elena será más feliz sin mi.
Declara, dirigiendo su copa de bourbon hasta sus labios. Sus ojos observando como Arielle caminaba hacia ellos.
—Estoy siendo altruista—explica Damon. Entonces se fija en la expresión en el rostro de su hermana—No me mires así.
—¿Cómo te miraba?—inquiere ella con diversión—
—¿La maldita Katherine Pierce tiene un momento altruista y yo no puedo?—cuestiona, ofendido—
Stefan le observa y sonríe.
—Dejarme sitio—pide Arielle, abrazándose a su chaqueta para poder cubrir su cuerpo—
Damon y Stefan se hacen cada uno a un lado, dejando un espacio entre ellos para que pueda sentarse.
—Cuando vuelva a estar con Elena y el universo entero alucine por la separación de dos réplicas, recordad que vosotros, vosotros fuisteis los que me obligasteis a pasar de lo que quería el universo y la humanidad entera—señala Damon, tomando otro trago de su copa—
—Lo tendremos bien presente—sonríe Stefan—
—Más os vale—suspira Damon, ofreciéndole a su hermana su copa de bourbon—
—Estoy embarazada—le recuerda ella—
—¿Eso es un si o un no al bourbon?—cuestiona, confuso—
—Eres un idiota—se queja, empujándole con su hombro de forma amistosa—
—Idiota tú—le reprocha con molestia—La próxima vez que vuelvas al pueblo ven a vernos, no te líes con tu novio en medio del bosque.
—¿Qué?—Stefan se gira hacia ellos, confuso—
—Nuestra hermanita ha tendió sexo salvaje con el hibrido mientras Matt estaba pedido.
—Matt estaba a salvo cuando paso—se defiende Arielle rápidamente—Y aún así, ¿cómo lo sabes?
—Oído sobrenatural—le recuerda, señalándose las orejas—¿Lo recuerdas, Lizzie?
Arielle rueda los ojos, llevándose una mano al rostro y soltando un gruñido, avergonzada. Damon sonríe divertido, fijándose en cómo se abraza a si misma.
—¿Tienes frío?—Stefan, quien también se había dado cuenta de eso, la observa confuso—
—Si, algo así—responde ella, elevando su mirada hacia las estrellas para evitar mirarles a la cara—
Damon entrecierra sus ojos, soltando un quejido de asco al entender lo ocurrido.
—Te ha roto la camiseta—asume, molesto—Voy a matar a ese híbrido. Aunque creo que puede esperar a que mate al híbrido que te secuestró y acaba de entrar a nuestra casa como si nada.
Arielle frunce el ceño, concentrándose en su oído sobrenatural. La voz de Tyler Lockwood resonaba desde el salón de la casa.
—Déjale—le pide, sorprendiendo a sus dos hermanos—Klaus dice que su castigo será saber que a pesar de lo que intentó hacer, no merece ser asesinado por una estupida venganza. Vivirá sabiendo que su muerte no es importante para nadie.
—Eso si que es una estupidez—se queja Damon—
—Yo creo que tiene lógica—comenta Stefan, haciendo que su hermano suelte un bufido de molestia—
—¡Arielle!—la voz de Klaus suena a los lejos, llamando la atención de los tres, obligándoles a dirigir sus miradas hacia él—Rebekah nos espera en el coche—le informa el híbrido—
—Voy a despedirme, ahora voy—le responde ella—
Klaus asiente, dándose la vuelta para dirigirse a su coche. Acto seguido los tres hermanos Salvatore se ponen en pie y se adentran en la casa.
Al verla aparecer, Caroline no duda en lanzarse a sus brazos, envolviéndola en un abrazo. Bonnie, Jeremy y Matt la imitan. Entonces los ojos de Tyler y Arielle se encuentran y un silencio incómodo se instala en el salón.
—Hola, Arielle—la saluda el joven Lockwood—
—Hola, Tyler—responde ella con frialdad—
—¿De verdad nos hemos fundido cuatro botellas de bourbon?—Stefan decide romper la tensión y cambiar de tema, señalando las botellas vacías en el centro del salón—
—¡Madre mía!—murmura Bonnie entonces—
—¡¿Alaric?!—cuestiona Jeremy entonces, dándose la vuelta para dirigir su mirada al espacio entre Arielle y Damon—
—¿Ric está aquí?—inquiere Arielle, mirando hacia el mismo lugar con confusión—
—¿Dónde te habías metido? ¿No nos habías dejado tirados para buscar la paz?—le pregunta Jeremy al fantasma que solo él y Bonnie pueden ver—
—Está hablando de mi, ¿verdad?—cuestiona Damon la ver como Jeremy y Bonnie sueltan una pequeña carcajada—
—Dice que eres un capullo—le informa el hermano de Elena, haciendo que el resto sonría—
—Salud, colega—sonríe Damon, elevando su copa—
—También a dicho que está feliz por ti, Arielle—añade Jeremy con una sonrisa—
—Gracias, Ric. Yo también te quiero—sonríe, dirigiendo su mirada hacia el lugar donde supuestamente se encontraba su amigo—
—Oh, casi se me olvida—murmura Damon, agarrando una camiseta suya que se encontraba apoyada en una de las sillas del salón—Llévatela, Lizzie.
—Gracias—sonríe—
—¿Por qué le das una camiseta?—inquiere Matt, confuso—
—Porque se llevó toda su ropa de esta casa y ahora mismo no lleva nada debajo de su chaqueta de cuero—le responde como si nada—
—Llevo ropa interior, pero gracias por contárselo a todos—se queja Arielle—
—De nada, Ari, a sido un placer ayudar—sonríe con diversión—
—Y todos con su sexo salvaje—suspira Caroline con molestia—
—Ya encontrarás a alguien, Care—sonríe Arielle—Decidle a adios a Katherine de mi parte.
—Adiós, Arielle—se despiden todos—
Ella sonríe, dirigiéndose a la puerta de la casa.
Espero que os haya gustado y que os esté gustando la historia en general. ❤️
Contarme vuestra parte favorita de todo lo que he escrito en Future Nostalgia y Levitating.
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