XI. Tainted Love
CAPÍTULO ONCE
AMOR PODRIDO
"Once I ran to you. Now I'll run from you. This tainted love you've given I give you all a girl could give you. Take my tears and that's not nearly all. Tainted love. Tainted love"
Mientras Stefan ataba a Lily a una silla con cuerdas empapadas en verbena, Damon comenzó a comer la comida que él había preparado y Arielle revisaba los mensajes de Elijah, Klaus y Olivia en su móvil.
Tras varios minutos, Lily comenzó a despertarse por fin.
—¿Qué hacéis?—cuestiona, observándoles con confusión—
—Julian te ha lavado el cerebro, como hizo Giuseppe en su momento—habla Stefan, colocándose frente a ella—
—¿Qué tiene que ver Giuseppe con todo esto?
—Bueno, tampoco veías a papá como un monstruo—señala Damon, atrayendo su atención—Pero en algún momento te saltó la alarma en plan, "¡Loco! ¡Loco!". Necesitamos que vuelva a saltar la alarma.
—¿De qué estáis hablando?
Lily continuaba haciéndoles preguntas de forma inocente y confusa, lo cual estaba empezando a exasperar a Arielle.
—Es lo de siempre, Lily—señala Arielle, sentándose al lado de Damon—No puedes verlo con Julian, al igual que no lo viste con Giuseppe.
Stefan asiente, volteándose hacia sus hermanos.
—¿Os acordáis de aquel Acción de Gracias tan divertido de 1851?—les pregunta el menor—
—¿Del 51?—murmura Damon para si mismo, intentando recordar—
—Si.
—Refrescarme la memoria, hermano—le pide—¿Fue cuando mi padre me obligó a comerme el pavo que tenía como mascota?
—Si, ese mismo año—asiente Arielle a su lado—
—Fue extraordinario—sonríe sarcásticamente antes de llevarse otro bocado a la boca—
Mystic Falls, VA
28 de Noviembre 1851
—Quiero dedicar un momento para decir lo agradecido que le estoy a Dios por haberme dado una preciosa esposa, tres buenos hijos, una mesa con abundante comida y una gran barriga para que entre toda—habla Giuseppe, elevando su copa—
El pequeño Stefan ríe inocentemente ante su última frase mientras w que Damon se mantiene serio. En su propio mundo, Arielle suelta un suspiro y comienza a comer de su plato al igual que su hermano pequeño. Sin embargo, al ver que Damon a su lado no probaba la comida, Arielle dejo de comer.
—Hijo, cómete la cena—le pide su padre—
—No puedo—le responde Damon con incomodidad—
—¿Qué te ocurre, cielo?—Lily le observa con preocupación, estirando su mano hacia él—
—No era una petición, Damon—insiste Giuseppe—Come.
—¿Por qué no come?—Stefan mira a su padre con curiosidad y confusión—
—Porque esto es Sami—le responde Damon, apretando sus dientes—
—Ese animal está en la tierra para que sea tu alimento, no tu amigo—declara Giuseppe, enfadado—Comete ese plato o te pasarás la noche en el sótano arrepintiéndote.
Con expresión asustada, Damon posa su mirada en su madre, en busca de apoyo.
—Madre, no me obligues a comérmelo—le suplica—
Lily suspira, mirando a Giuseppe antes de responder.
—Ya has oído a tu padre, Damon.
Bajando la mirada hacia su plato, el mayor de los tres hermanos se lleva un trozo del pavo a la boca, asustado por las consecuencias de no hacerlo. Mientras tanto, Arielle mueve su tenedor sin saber si debería seguir comiendo.
—¿De verdad es Sami?—murmura la niña con tristeza—
Damon se dispone a decirle la verdad a su hermana, pero la mirada amenazante de su padre le hace rectificar.
—No, Lizzie, siento haber dicho eso. Come—le responde Damon, mirándola con ternura—
Aunque dudosa, Arielle ausente y continúa comiendo.
Mystic Falls, VA
Actualmente
—Sami, que en paz descanse.
—Te enseñe a no desperdiciar la buena comida—justifica Lily—Sigo sin entender que tiene que ver con mi relación actual.
—Pues claro que no, Lily. ¡Ese es el problema!—exclama Arielle, frustrada e irritada—Estas demasiado ciega. Te atraen los hombres que te manipulan para que veas lo que ellos quieren. Hombres que abusan de ti y te engañan.
—Disculpa, es que las cuerdas con verbena me queman la piel y no me dejan concentrarme en vuestro sermón sobre el abuso de los hombres.
—Esto es inútil—se queja Damon—Tenemos tarta de calabaza, pero esto es inútil.
—No. Estamos aquí para abrirle los ojos—insiste Stefan, antes de posar su mirada en Lily—Vas a quedarte aquí escuchando todo lo que te diga. Y para cuando acabe el día, vas a ayudarnos a matar a tu novio.
—¿Todo esto es necesario?—se queja Lily, observando las cuerdas en sus brazos—Es bastante doloroso.
—Ah, ¿queman?—cuestiona Damon con diversión—
—Sabes que si.
—A ver si puedo arreglarlo—Damon sonríe, colocándose detrás de ella para luego tirar de las cuerdas y hacer que se peguen aún más a su piel—No, creo que no.
—Ya basta, Damon—le regala su hermano—
—No, no basta, Stefan—se queja Arielle, cruzándose de brazos—Se merece el dolor.
Con una mirada fría, Arielle estira su mano hacia Lily y le provoca un gran dolor de cabeza con su magia.
—¿Qué? ¿Esto te parece doloroso, Lily? ¿O son peores las cuerdas de verbena que queman tu piel?—Arielle se acerca a ella, dejando fin al hechizo—Imagínatelo con 12 e indefenso.
Mystic Falls, VA
28 de Noviembre 1851
—He terminado—anuncia Damon al acabarse el plato—¿Puedo retirarme?
—Enseguida—le responde Giuseppe—Lily, un whiskey, por favor.
Asintiendo y limpiándose los labios con una servilleta, Lily se pone en pie para ir en busca del whiskey de su marido. Una vez a solas con sus hijos, Giuseppe les hace un gesto para que le traigan uno de sus puros.
—Lo reservaba para una ocasión especial—admite el hombre—Y cuando he ido a por él, he descubierto que me falta dinero en el escritorio. Tú no sabras nada, ¿verdad, Damon?
—No—asegura el chico con miedo—
—Stefan. ¿Has estando hurgando en el escritorio de tu padre?—cuestiona entonces, posando su mirada en el menor de los hermanos. El niño niega rápidamente—¿Y tú, Arielle?
—No, padre—asegura ella, algo asustada—
—El dinero no tiene patas para escaparse, ¿verdad?—inquiere, mientras Stefan se levanta para entregarle las cerillas—¿Quién de vosotros ha sido?—insiste Giuseppe, colocándose el puro encendido entre los labios—Confesad ahora. ¿Quién ha cogido el dinero?
—No hemos sido nosotros—responde Damon—
—Con todos los esfuerzo que ha hecho vuestra madre para que seáis unos jóvenes formales. ¿De verdad queréis angustiarla de esa manera para que piense que es una absoluta fracasada?—cuestiona Giuseppe con incredulidad—
—No.
—¿Y que haría un hombre?
—Diría la verdad—responde Stefan en un murmullo—
—¿Y cuál es verdad?
Damon posa su mirada en Stefan y luego en Arielle antes de volver a mirar a su padre.
—Yo lo cogí—admite entonces—
—No te he criado para ser un ladrón—declara Giuseppe, posando su mirada en el—Pero tampoco para ser un mentiroso. Y hoy has dicho la verdad. ¿Has aprendido la lección?
Damon le mira con miedo y asiente. Entonces Giuseppe golpea la mesa y le agarra la mano con fuerza.
—Esto es para que no se te olvide—declara antes de quemarle la piel del brazo con la punta ardiente puro—
Mystic Falls, VA
Actualmente
—Yo no cogí el dinero de Giuseppe—asegura Damon con la mirada perdida en el suelo—Confesé porque tenía miedo de lo que pudiera hacerles a Stefan y a Arielle.
—Es lo de siempre, Lily—suspira Stefan—Julian es un monstruo. Giuseppe era un monstruo.
—¿Creéis que no lo sabía?—cuestiona Lily con incredulidad—Estuve casada con él durante 20 años. ¿Por qué clase de idiota me tomáis?
—Por la que deja que su marido la engañe—murmura Arielle, recibiendo una mirada molesta por su parte—
—Si, me engaño. Y como consecuencia naciste tú—recuerda Lily—Y te crie como a una hija a pesar de todo.
—¿Como a una hija?—Arielle la observa con incredulidad—Me maltratabas, me pegabas, me menospreciabas.
—Porque quería que fueras fuerte. Más de lo que fui yo.
—Pues no lo fui hasta que moriste.
Lily rueda los ojos, volviendo su atención al mayor de sus hijos.
—Dios, ¿Damon, piensas que te creí cuando te pille cogiendo hielo y me dijiste que te habías hecho daño jugando?—Lily le observa con incredulidad—No estoy ciega. Sé exactamente lo que hizo aquella noche. Yo fui a buscar el whiskey, como me pidió. Estaba en las escaleras cuando te oí gritar. Pásate por mi lado agarrándote el brazo. No me viste por las lágrimas en tus ojos. Luego paso Arielle detrás de ti, chocó conmigo y sin decirme nada te siguió hasta tu habitación.
—Y no hiciste nada—le recrimina Damon—¿Hiciste algo?
—Eso no es cierto. Todo lo que hice fue...
Sus palabras se quedan ene la iré cuando un corte aparece en su cuello como por arte de magia.
—¡Lily!—Stefan se agacha a su lado—
—Alguien... está... intentando matar a Julian—les informa ella—
—¿De qué estás hablando?—Damon la observa con confusión—
—Para protegerle de vosotros, lanzamos un hechizo. Vinculamos la vida de Julian a la mía—explica—Estamos unidos. Si él muere, yo muero.
—Mejor. Dos pájaros de un trío—declara Arielle con felicidad antes de abandonar la casa—
—Gracias por mandarme ese mensaje pidiéndome ayuda—suspira Arielle al entrar en el Grill, donde Matt la esperaba justo a al entrada—De verdad que no aguantaba ni un minuto más con... ¿qué demonios es esto?
Los ojos de Arielle se pasean por el local al ver a un montón de humanos completamente inmóviles sentados con una vía de suero en sus brazos.
—Había más en el juzgado—le informa Matt—Y otra docena en el supermercado.
—Y el suero para hidratarles, supongo—señala ella—
—Si, parece que pretenden tenerles aquí mucho tiempo.
—Les utilizan como bancos de sangre—asume Arielle. Matt asiente—Ya sabemos que van a cenar los hijos de Lily en Acción de Gracias.
—El problema es que no les veo ni una marca de mordiscos—explica Matt acercándose a una mesa llena de platos y cajas de comida—Y es bastante raro. No se alientan de ellos. Les dan de comer. Encontré esto en un contenedor. Hay salmón, filetes y alimentos ricos en hierro para que produzcan más glóbulos rojos. Es como si les estuvieran engordando para la matanza.
Al escuchar sus palabras Arielle comienza a sentirse mal. Algo mareado y revuelta, la chica Salvatore corre hasta el cubo de basura y comienza a vomitar en le mismo momento en el que Caroline entra al local.
—Vaya. Ari. ¿Estás bien?—la rubia se acerca a ella con preocupación—
Limpiándose la boca con una servilleta, Arielle asiente.
—Si, estoy bien.
—No, no estás bien—niega Matt—Acabas de vomitar.
—Creo que la bolsa de sangre que me tome anoche estaba caducada—Arielle le quita importancia—Y si le añades lo de hablar de comida, del hierro y de las matanza...
—¿Un vampiro se puede intoxicar?—Matt las observa con confusión—
—Si, Matt. Claro que un vampiro puede intoxicarse—asegura con nerviosismo—Pero ahora tenemos problemas más graves. Así que dejad de mirarme como si nunca hubierais visto a un vampiro vomitar y empecemos a ayudar a esta gente.
—¿Cómo?—cuestiona Caroline—
—Aparte de convertirlos en vampiros, no se me ocurre otra forma de romper el control mental—admite Matt—
—Yo puedo absorberles la magia—propone Arielle—Pero son muchas personas, necesitaré ayuda. Llamaré a Valerie.
Matt y Caroline asienten de acuerdo con su plan. Sin embrago, Valerie no parece muy convencida poe su idea cuando llega al lugar.
—Oye, yo también quiero hundir a Julian, pero absorber la magia de esta gente no servirá de nada—les asegura—Les reemplazará y listo. Cambiaremos unas vidas por otras. Por cierto, no me parece que este sea el pueblo más seguro para que alguien en tu estado vaya deambulando.
Posa su mirada a Arielle al decir esta última frase.
—¿Qué quieres decir?—Caroline la observa con confusión—
—Nada—responde Arielle con rapidez—
—¿Desde cuando una vampira embarazada no es nada?—Valerie la observa con incredulidad—
—¿Qué?—exclaman Matt y Caroline a la vez—
—¡No estoy embarazada!—declara Arielle con frustración—No estoy embarazada. Valerie ha convencido a Ric de que el aquelarre Géminis metió a sus bebés gemelos en mi. ¿Sabéis qué? Dejadlo, porque no es verdad. ¡No es verdad! Me he hecho la prueba. Si. Y gracias a ti, puede que Alaric aún esté en casa esperando a que aparezca la segunda rayita azul. Así que ahora sería un buen momento para llamarle y explicarle cómo has podido meter la pata en algo y tan sumamente importante.
—¿Tengo que recordarte que eres tú la que ha llamado pidiendo ayuda?—cuestiona la hereje con molestia—Puedes hacer esto tu sola. Si crees que mis dones no están a la altura, con mucho gusto me voy a invertir mi tiempo en otras cosas.
Arielle cierra sus ojos con frustración.
—Lo siento—disculpa entonces—Perdona. Estoy algo irascible con lo de mi madre. ¿Puedes ayudarnos? Por favor. ¿Puedes ayudarme a absorberles la magia?
Aunque algo molesta, Valerie acepta su disculpa.
—Está bien.
Arielle y Valerie habían absorbido la magia de la mitad de las personas en el Grill cuando Beau apareció y las atacó, obligándolas así a escapar del lugar.
—¿Estas herida?—Valerie observa a Arielle con preocupación una vez llegan a un callejón vacío—
—Estoy bien—le asegura ella—
—Vale—suspira Valerie siguiendo con su camino, pero entonces se da la vuelta—Tú no eres la única que me preocupa.
—¿No es posible que el hechizo de "mata al psicópata" y "salva a los bebés" suene parecido en cierto sentido?—Arielle la observa con frustración—Por no hablar de que llevas fuera de su círculo unos 100 años.
—Aunque pasen mil años nunca me olvidaría de ese hechizo—asegura Valerie mirándola a los ojos—No hay ni un solo día en el que no recuerde esas palabras.
Arielle parece entender entonces a lo que se estaba refiriendo y su mirada sobre ella se relaja.
—Lo siento—murmura, arrepentida—Stefan me lo contó. Siento lo que paso. Creo en todo lo que le dijiste, en lo que te hizo Julian. Lo siento mucho. No le desearía eso a nadie.
—Yo usé ese hechizo. Hice todo lo que estuvo en mi mano para salvar la vida de mi hijo—explica Valerie con tristeza—Pero no tenía ningún aquelarre que me ayudara, estaba sola. Por más que lo intenté, no fue suficiente.
Arielle la observa con tristeza, y casi sin poder evitarlo se acerca para poder envolverla en un abrazo. Al separarse, Valerie se apoya contra un coche aparcado en el callejón, su mirada perdida en el suelo al recordar el día en que perdió a su bebé.
—Me enamore de ti, ¿sabes?—habla Arielle tras varios segundos, intentado calmar el ambiente—Bueno, no sé si era amor. Pero fuiste la primera persona por la que sentí atracción. Y la primera chica. Siento ser tan borde. Es solo que... mi madre me saca de quicio y me siento mal por lo de Ric.
Valerie asiente, elevando su mirada de nuevo hacia ella.
—Oye, Elle, lo de Stefan y yo acabo en tragedia. Pero lo de tu amigo Alaric no tiene porque acabar igual.
—Valerie, la prueba ha dado negativo.
—Repítela, Arielle.
A pesar de no creer mucho en sus palabras, Arielle decido hacer caso a Valerie. Así que ahí se encontraba, una hora más tarde y antes de emprender su viaje de vuelta a Nueva Orleans, Arielle había decidió acudir al hospital para que le hicieran una ecografía para confírmalo todo de una vez por todas.
—¿De cuánto tiempo esta?—cuestiona la doctora, posando su mirada en Alaric—
—Ahh... Pues no sabría decirle, la verdad—responde él, compartiendo una mirada nerviosa con Arilele—
—Vale, a ver que averiguamos—la doctora les dedica una leve sonrisa mientras comienza la ecografía—¿Seguro que está embarazada?
—¿Por qué? ¿Qué ocurre?—cuestiona Arielle con preocupación—
—No veo ningún bebé, y mucho menos dos—le responde, observando la pantalla—
—¿Está totalmente segura?
—Si hubiera gemelos se verían—le asegura, triste por darles una mala noticia—Tampoco se oyen latidos. Siento si les han informado mal. Les dejaré solos.
Arielle suspira, notando la mirada de Ric sobre ella mientras la doctora abandonaba la sala.
—Lo siento mucho, Ric.
—No, soy yo quien lo siente—habla él—Haber estado tan desesperado por creer que esto era posible. Oye, siento mucho haberte hecho pasar por esto.
—Sinceramente, yo también lo había creído por un momento—admite, mirándole a los ojos—Deseaba que fuera cierto. Estar embarazada de Hope fue lo mejor que me paso en la vida. Y poder tener a tus hijas después de perder a Jo... Quería que tuvieras esa familia, Ric, que fueras padre.
Agarrando su mano, Ric le dedica una leve sonrisa llena de cariño y agradecimiento. Entonces, Valerie entró en la habitación.
—He visto salir a la doctora—explica, acercándose a la cama—
—Si, nos ha confirmado que te equivocabas.
—¿Estás segura de eso?—cuestiona, colocando una mano sobre su vientre—
—¿Qué estas haciendo?—Arielle la observa con confusión—
—Sinceramente, esperaba que lo hubieses notado, al fin y al cabo eres como yo—admite Valerie—
Arielle frunce el ceño. Pero antes de poder preguntar nada, algo en su interior parece cambiar. Notándolo, Arielle estira su mano para agarrar el ecógrafo.
—Madre mía.
—No se si estas cualificada para...
—Déjala—Valerie interrumpe a Alaric, observando como Arielle se hacia una ecografía a si misma—No tenía ningún sentido. El hechizo te señaló a ti, pero la prueba dio negativo. Y eso me dio una pista. Se utiliza la ocultación para proteger a la gente. Los bebés de Alaric son el futuro del aquelarre. Les protegerían por encima de todo.
—Espera, espera. ¿Cómo es eso posible?—cuestiona Alaric—
—Los encubrieron—explica Valerie, mirando la pantalla del ecógrafo—
Arielle sonríe entre lágrimas de alegría al ver dos manchas aparecer dentro de su vientre. Los latidos de los bebés no tardaron en oírse, haciendo que Arielle y Ric compartieran una mirada de felicidad.
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