X. My Life Is Going On


CAPÍTULO DIEZ
MI VIDA SIGUE

"You were never there. Guess you don't have a phone, you never called to say, "I miss you". Ha ha ha, are you kidding? Is this a joke? You need to let it go. You're stronger with those daddy issues. Oh! Thank you!"


Mystic Falls, VA

—Sigue vivo. No sé por qué te pones así—se queja Stefan al adentrase en la casa Lockwood—

—No me hables hasta que os tenga a los dos delante y os dé una patada en el culo—responde Damon, sirviéndose una copa de bourbon—Por eso hay una gran línea que divide el bien y el mal, Stefan. Yo no me meto en tu terreno, tú no te metas en el mío.

—Esto no va contigo, Damon—declara Stefan mientras Arielle se sienta en el sofá—Con ninguno de vosotros. Olvidadlo.

—Nunca pensé que diría esto, pero añoro la época en la que dejabas que tu hermano mayor hiciera el trabajo sucio. Y en la que Arielle no se ponía en peligro.

—Intentaba ayudar—se queja esta última—Ahora soy más poderosa que vosotros.

—Al menos entiendo porqué tú quiere matarle, para vengarte de Lily—señala el mayor—Pero, francamente, no entiendo por qué tú, Stefan, le tienes tanta manía a ese tío. A menos que aquel polvo con Valerie te calara.

—No me vengas con esas, Damon.

—Creía que Caroline era tu gran amor. Y en su momento, creímos que lo era Elena, ¿no?—recuerda Damon—¿Qué tuvo de especial Valerie para que sea tan memorable?

Dedicándole una dura mirada, Stefan se lanza contra él, tirándole sobre una mesa.

—¡Stefan!—exclama Arielle, levantándose del sofá—

Soltando un suspiro, el más joven se separa levemente de su hermano,

—La deje embarazada—anuncia entonces—

Arielle y Damon abren sus ojos como platos.

—¿Qué?

—En 1863–aclara—Cuando Julian se enteró la estuvo golpeando hasta que mató al bebé. Pude ser padre—explica, sentándose en el suelo—

—¿Y por qué nos lo ocultabas?—cuestiona Arielle, sentándose a su lado—

—Si os hubiera dicho que podría haber tenido un hijo, sé que Damon le habría restado importancia con la excusa de que fue hace 150 años. Si, sé que han pasado 150 años, Damon, y es absurdo que me afecte tanto. Pero es así.

—No es absurdo que te afecte tanto—asegura Arielle, cogiéndole de la mano—Yo lo entiendo. Si hubiese perdido a Hope... No sé que habría hecho.

Stefan conecta sus ojos con los de ella, dedicándole una mirada agradecida poe su apoyo. Damon suspria, sentándose frente a ellos.

—Lo quiero muerto—declara Stefan entonces—Y nada va a evitar que le mate. Y no esperare seis meses ni seis semanas. Ahora.

Arielle asiente levemente, apoyando su cabeza sobre su hombro, dándole apoyo y asegurándole que ella le iba a ayudar.

—Oye, ¿puedo preguntaros algo?—cuestiona Stefan después de unos segundos de silencio—¿Julian no os ha recordado a alguien en particular esta noche?

—Al todopoderoso Giuseppe Salvatore—asegura Damon, estirando su brazo para agarrar la botella de bourbon y un par de copas de la mesa a su lado— Tú también lo has visto.

—Si—asiente, agarrando la copa que él le entrega—Aunque el gancho derecho de Julian tiene algo más de fuerza.

Damon asiente levemente, entregándole otra copa a su hermana, quien niega. Damon frunce el ceño, confuso, pero no lo piensa mucho antes de llevarse a copa a sus labios para darle un trago.

Arielle suspira, abrazándose al brazo de Stefan, quien sonríe levemente, apoyando su cabeza sobre la de ella.

—Elena y yo hablamos de tener familia—admite Damon entonces—Aunque sabíamos que era una fantasía, porque mientras ella fuera vampiro no iba a poder ser. Luego tomo la cura y de repente, lo de tener familia era posible. Claro que sería de las complicadas, pero... tendríamos una familia de verdad.

—¿No te asusta pensar que alguna vez puedas acabar como nuestro padre?—cuestiona Stefan, bajando la mirada al suelo—

—Cuando supe que estaba embarazada temí ser como Lily—admite Arielle—Ese miedo desapareció cuando Hope nació y la tuve en mis brazos. Pero al volver a ver a Lily frente a mi... Me asuste. Ahora sé que cada uno marca su destino y sus decisiones.

—Y nuestro padre echó a nuestra madre para que muriera sola. Nos maltrató durante años y nos disparó—recuerda Damon—Querría ser buen padre solo para fastidiarle.

—Si, me gustaría ver la cara de Giuseppe y de Lily al ver que soy buena madre—admite Arielle con una pequeña sonrisa—¿Y tú qué, Stefan?

—Bueno, llevó en esta tierra más de 160 años, y he visto el mundo. He viajado por todos los continentes. Hasta sé cocinar. Me hice un Porsche. Creo que solo me arrepiento de no haber tenido un hijo—admite él—

—Cuenta conmigo para matarle—declara Damon entonces—Mañana, está noche, ahora. Me apunto.

—Y yo—asegura Arielle—




Nueva Orleans, LA

—¡Niklaus!—exclama Elijah al entrar en el complejo—¡Niklaus!

—Con esos gritos despertarías a un muerto—se queja el aludido, apoyándose en la barandilla del segundo piso—

—No me respondes el teléfono—se queja Elijah—Tu hermana ha desaparecido.

—Bueno, no es exactamente así—habla Aurora, situándose al lado de Klaus—Mientras todos nos comportemos, te aseguro que te diré donde está. Hola, Elijah.

—Devuélveme mi hermana—le ordena—O tendré que hacerle una visita a tu hermano Tristan.

—Elijah, por favor. Aurora y yo hemos llegado a un acuerdo—comenta Klaus, dirigiéndole una mirada molesta a la pelirroja, mirada que ella no parece notar—

—Si. Nik y yo pensamos que ahora que ya se ha revelado lo que nos hiciste, no hay ninguna razón para que no sigamos donde lo dejamos hace mil años—explica Aurora, dedicándole una sonrisa a Klaus, sonrisa que él le corresponde rápidamente. Aunque si le conociera tanto como su hermano mayor lo hacía, Aurora se daría cuenta de que esta era completamente falsa y forzada—

—Vete, amor, necesito hablar con mi hermano—le pide, intentado ocultar lo incómodo y molesto que se sentía al tenerla a su lado—

Con una sonrisa Aurora se aleja de él para bajar las escaleras e irse del complejo mientras Elijah la sigue con una atenta y molesta mirada.





Mystic Falls, VA

A la mañana siguiente, cuando Arielle abandono el baño de la habitación en la que había dormido aquella noche, Alaric la esperaba sentado a los pies de su cama mientras miraba la caja de un test de embarazo que había comprado para ella.

—Es muy fácil—asegura—Dos rayitas, estás embarazada. Una, no lo estás.

—¿Y cuántas son si te preña místicamente un aquelarre de brujas muertas?—cuestiona, sentándose a su lado con la prueba en sus manos—

—Lo sabremos en tres minutos—suspira, colocando un temporizador en su móvil—

Arielle suspira.

—Cuando estaba embarazada de Hope no tuve que hacer esto—recuerda, observando la prueba—Las brujas me lo confirmaron y en aquel momento tenía sentido porque Raven me había lanzado un hechizo que me hacía medio humana. Pero... ¿Alguna vez has leído algo sobre vampiras embarazadas desde que eres profesor de Ciencias Ocultas?

—No—admite—Pero hasta hace poco tampoco sabía que existiera una piedra llena de almas atormentadas de vampiros.

—En teoría estoy muerta, pero después de lo de Hope nada debería sorprenderme.

—Tu cuerpo funciona con normalidad. Te late el corazón. Respiras—señala Alaric—Vamos a ver, ¿tan remota es la probabilidad de que tu cuerpo sea capaz de tener un bebé, o dos?

—No, tuve a Hope cuando el hechizo de Raven ya había desaparecido, pero ¿por qué me elegiría a mi el aquelarre?—cuestiona con confusión—

—No creo que tuvieran elección—admite, encogiéndose de hombros—Los Geminis se estaban muriendo. No podían dejar que el aquelarre desapareciera con ellos. Así que pusieron a los bebés en un lugar seguro. Dentro de un cuerpo que no muriera. Y tú eras de su familia.

—Ya—suspira bajando la mirada hasta la prueba de embarazo—

Justo en ese momento la alarma del temporizador salta, anunciando el final de los tres minutos. Arielle suspira al ver la respuesta en el test y extiende su brazo para entregárselo a Alaric.

—Negativo—observa Ric al verlo—Pero no lo entiendo. Valerie estaba segura.

—Supongo que se ha equivocado—responde Arielle—O está jugando con nosotros. De todas formas me fio más de esto que de ella. Lo siento mucho. Sé cuánto deseabas esto.

Alaric asiente levemente. Había tendió esperanza y ahora su corazón volvía a romperse al ver el resultado de la prueba. Arielle aparta su mirada de él, frustrada por no poder ayudarle o darle eso que tanto quería. Pero entonces su teléfono interrumpe sus pensamientos.

—Hola, Stefan—saluda al contestar la llamada de su hermano—No es un buen momento.

—Tengo un plan contra Julian—le informa desde el otro lado de la línea—No sé que pasa ahí arriba, odio que tengas magia y puedas hacer hechizos de aislacion acústica, ¿sabes?

—Te aguantas—responde—Ahora bajo.

Termina la llamada y se gira de nuevo hacia Ric, estirando su mano para agarrar la suya, dándole un apretón de apoyo. Alaric levanta la mirada hacia ella, dedicándole una pequeña sonrisa de agradecimiento.


Ric se había ido hacia unos veinte minutos y Arielle aún se encontraba triste y algo decepcionada porque el text hubiera salido negativo. No solo estaba triste por Ric, en parte ella también tenía la ilusión de que fuera verdad. Pues desde que había tenido a Hope tenía un gran instinto maternal. Y aunque esos bebés no fueran suyos, ella los cuidaría como tal.

—¿Estáis cocinado algo?—cuestiona Damon al entrar en el salón—

—Tenemos invitados—le responde Stefan, sirviéndose una copa de bourbon—

—Acción de Gracias es mañana—señala confuso—

—Pues, pre-Acción de Gracias—sonríe Stefan—Da igual.

—¿Y todo aquello de cargarnos a Julian?—inquiere, frunciendo el ceño—¿Te acuerdas de él? El que mató al que habría sido tu hijo y nuestro sobrino. He hecho un hueco en mi agenda para echárselo de comer a los gusanos. Si no estás muy ocupado cocinando.

—Julian sabe que le queremos muerto. Tenemos que actuar con cabeza, Damon—habla Arielle, atrayendo su atención—Puede que sea nuestra última oportunidad. Y créeme, yo también quiero matarle hoy. Mañana tengo que están en Nueva Orleans, así que tranquilo, ¿vale? Será rápido.

—No entiendo esta estrategia de ir de súper anfitriones, la verdad—suspira, mirando a sus hermanos pequeños con confusión—

—Estoy pensado en hacernos con una aliada—explica Stefan—

Eso solo aumenta el desconcierto en Damon, pero antes de que pueda decir nada el timbre de la casa suena atrayendo su atención. Stefan sonríe, caminando hacia la puerta.

—Traigo arándanos—anuncia Lily al otro lado de la puerta con una sonrisa pintada en sus labios—

Damon entrecierra sus ojos, compartiendo una mirada con su hermana, quien se limita a sonreírle mientras Lily se adentra en la casa.

—Lily, siéntate, por favor—le indica Stefan, señalando el sofá—Te hemos invitado porque... porque no podemos seguir así. La verdad es que nos gustaría empezara de cero.

—Bueno, si los colonos y los indios pudieron, nosotros también—asegura ella con una sonrisa—

—Ahora se les llama nativos americanos—corrige Arielle, cruzándose de brazos—Pero no te hemos hecho venir para corregir tus insulsos racistas. ¿Verdad, Stefan?

El aludido asiente, sentándose frente a su madre.

—Quiero... quiero que entiendas porque tienes que ayudarnos a deshacernos de Julian—explica mientras Damon se sienta a su lado—

Lily frunce el ceño, pasmado su mirada por cada uno de sus hijos,

—Perdona, ¿esto es una trampa?—cuestiona con confusión—

—Te ruego que me escuches un momento—insiste Stefan con tranquilidad—En 1863, deje embarazada a Valerie. No se lo contó a nadie, ni a mi, ni a ti, a nadie. Entonces, Julian se enteró y lo vio como una amenaza. La golpeó hasta que mató al bebé. Su hijo, el que era tu nieto, fue asesinado por Julian. Me pidió que no lo contara, pero quiero que sepas la verdad. Tienes que saber la clase de hombre que es.

—Lo que Stefan quiere decir es que tienes un gusto más que discutible—comenta Damon—

—Hijo mío, Valerie me mintió durante todo un siglo sobre ti. Después intento matar a un miembro de mi familia a sangre fría e intento quemar al amor de mi vida—recuerda Lily, poniendo toda su atención en Stefan—Hazte un favor, deja de perder el sueño por las palabras que salgan de la boca de esa pobre chica.

Asintiendo de forma pensativa, Stefan agarra una copa y se la entrega,

—Vaya—suspira—Supongo que me ha tomado el pelo. He sido un idiota por creerla.

—Yo también la creí. En muchas cosas. Pero no volveré a cometer el mismo error.

—Por pasar pagina, entonces—sonríe Stefan alzando su copa de bourbon en un brindis—

—Por pasar pagina.

Lily sonríe levemente, llevándose la copa a sus labios. Damon les mira con confusion antes de lo mismo, mientras que Arielle se aprovecha de la falta de atención que Lily le prestaba para girar su muñeca y romperle el cuello con un rápido hechizo.

Entonces el cuerpo de Lily caen al suelo completamente inconsciente y la mirada confusa de Damon se posa en su hermana.

—Magia de hereje—sonríe ella dejando su copa sobre la mesa—

—Caray. ¿Lo teníais pensado?—Damon les mira con asombro—

—Fue idea de Stefan.

—¿Sabéis que me mola vuestro estilo?

—Imaginamos que habría que hacerlo por las malas—explica Stefan, observando el cuerpo inconsciente de su madre—

—El mejor Acción de Gracias de mi vida—asegura Damon, ampliando su sonrisa—

—Totalmente de acuerdo—sonríe Arielle a su lado—Y esto es solo el principio.





Nueva Orleans, LA

—Ya veo que te has vuelto completamente loco—declara Elijah cuando él y su hermano se adentran en el estudio—

—Donde tú ves locura, yo veo táctica—responde Klaus, entregándole una copa de bourbon—

—¿Que táctica es esa Niklaus?—cuestiona, incrédulo—¿Acostarte con el demonio que se ha llevado a nuestra hermana? ¿Que hay de Arielle?

—No me he acostado con ella—aclara Klaus con firmeza—Solo le hago creer que podemos volver a estar juntos. Pero nunca engañaría a Arielle, hermano. Y te recuerdo que quien pretendía llevarse a nuestra hermana eran Los Strix, Aurora solo la ha secuestrado. Yo recuperaré a Rebekah, confía en mi. Tener a Aurora cerca puede sernos muy útil.

—¿Y no hay mucho riesgo en ese plan? ¿Usarás la misma táctica para quitarle el medallón a Lucien y a Tristan?

—No son mi tipo—admite con una sonrisa—Habrá otra manera.

—Aurora siempre protegerá a Tristan—asegura Elijah—Y dado que esta compinchado con Lucien, juntos tienen una clara ventaja. A menos... A menos que los dividamos.

—Apoyo incondicionalmente esa opción—declara Klaus, acercándose a él—¿Qué tienes en mente?

—Mañana es Acción de Gracias. Les invitaremos a cenar a todos, haremos que se vuelvan unos contra otros y romperemos su patética alianza—propone. Klaus sonríe, chocando su copa con la de su hermano en un pequeño brindis—Todo con espíritu festivo, por supuesto.




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