VII. We Own The Night


CAPÍTULO SIETE
SOMOS LOS DUEÑOS DE LA NOCHE

"Last Friday night. We went streaking in the park. Skinny dipping in the dark. Then had a ménage à trois. Last Friday night, Yeah I think we broke the law. Always say we're gonna stop-op"


Cuando Olivia y Elijah se adentraron en la fiesta de Los Strix, las miradas de todos los vampiros allí presentes se posaron en el original. Sentir la atención puesta en él, y en consecuencia en ella, ponía a Olivia especialmente nerviosa, obligándola a taparse la cara con la máscara que llevaba junto al vestido.

—¿Por qué todos se te quedan mirando?—susurra hacia Elijah—

—Aquí soy alguien importante—explica, colocando una mano sobre la parte baja de su espalda, guiándola hasta la barra—

—Todos son de tu estirpe, ¿no?—inquiere, quitándose la máscara para poder vele mejor—

—La mayoría si, por desgracia—suspira—Veras, Olivia, quise reunir mentes con curiosidad por el mundo y que desearan mejorarlo con el tiempo y las condiciones para hacerlo. Mi deseo era reunir una hermandad de élite que creará una civilización mejor. Fue una ingenuidad. Finalmente les abandone en cuanto me di cuenta de que eran una legión de sociópatas egocéntricos.

—Dadá tu opinión sobre ellos, espero que no quieran que me una a su grupo solo por ser de tu estirpe—admite en un susurro—

—Tranquila—le responde, colocándole un mechón de pelo tras su oreja—No dejare que Tristan te ponga las manos encima.

Los ojos de Olivia se encuentran con los suyos, una pequeña sonrisa asomando por sus labios al presenciar de nuevo el sentido protector del original para con ella.


Al abrir la puerta de su Penthouse para invitar a Freya a entrar, Lucien se sorprendió al ver que a la bruja Mikaelson no le importaba en lo más mínimo esperar su invitación. Freya paso por su lado como si nada, acercándose a Arielle y a Klaus.

—Por favor, estás en tu casa—suspira Lucien, siguiéndola con la mirada y cerrando la puerta tras él—

—Agh, aquí huele a sangre seca y a colonia barata—se queja Freya, depositando su bolso sobre una mesa—

—Es mi perfume natural—explica Lucien con una sonrisa arrogante en sus labios—A las mujeres les encanta.

—Será a las que hipnotices—comenta Arielle en respuesta, situándose al lado de Freya—

—Si ya habéis acabado, toma—Klaus le entrega un cepillo de pelo a su hermana—Esto es de ella.

La bruja asiente, comenzando a preparar el hechizo de localización.

—Tu hermano le habrá contado a Tristan lo de la profecía—asume Lucien, poniendo su atención en Klaus—Como a ese sádico mal nacido se le ocurra tocarle un solo pelo...

—El pelo de la bruja es lo que menos me preocupa—le interrumpe el hibrido—Sinceramente, tu chica no se resiste mucho a la hora de repartir visiones.

—Alexis no compartirá sus visiones con él—asegura, sirviéndose una copa de bourbon—Aunque si la tortura quizá ceda.

Ignorando su discusión, Freya comienza con el hechizo. Esto atrae la atención de los tres vampiros junto a ella, mirando el mapa de la ciudad con expectación.

—Ah, la Villa Duville. Brillante—señala Lucien, al ver el lugar señalado en el mapa—¿No es ahí donde...?

—Tristan se vio con Elijah la otra noche—completa una chica saliendo de una de las habitaciones vestidas con un vestido negro—

Todos se giran hacia ella.

—Perdona, pero ¿tú... eres?—cuestiona Arielle viendo cómo se sentaba en el sofá—

—Charlotte Blackmore—se presenta con una sonrisa—También soy de la estirpe de Niklaus, Lucien me convirtió. Por cierto, Lucien, parece que tus temores estaban justificados.

—Pero Niklaus y yo somos los dos vampiros más astutos, poderosos y guapos de todos los tiempos, querida Charlotte—sonríe el aludido—

—Por supuesto—suspira Klaus, sonriendo con arrogancia—

Arielle, Freya y Charlotte ruedan los ojos.

—Aún así, os superan en número—les recuerda Arielle—

—Cierto—concuerda Charlotte—¿Cómo propones que luchemos contra toda una asociación secreta de antiguos vampiros, Lucien?

El aludido se dispone a responder a su amiga, pero Klaus se le adelanta.

—Por suerte, yo tengo un plan—asegura el hibrido, posando su mirada en Arielle—


Para sorpresa de Elijah y Olivia, Marcel también había sido invitado a aquella fiesta. Y ahora sabían por qué. Tristan quería que se uniera a su grupo, a pesar de formar parte de una estirpe enemiga como era la de Klaus. Pero para unirse, Marcel debía completar un reto. Un vampiro le había robado su anillo de día aquella noche, y antes de que se terminara la fiesta, él debía encontrarlo y luchar contra el culpable.

—Estos vampiros son antiguos—señala Olivia—¿Cómo se supone que va a ganar Marcel?

Elijah se dispone a responderle, pero otra voz le interrumpe.

—Con astucia, valor y hasta con picardía—responde Tristan, acercándose a ellos.—Lo cierto es que es muy difícil. Pero a veces, los nuevos candidatos nos sorprenden.

Olivia entrecierra sus ojos, observándole con desconfianza. Pero pronto su mirada se encuentra con otra mucho más familiar para ella. Daphne Bernard se encontraba junto a Marcel. Olivia no podía oír de lo que estaban hablando, debido al ruido de la música, pero si pudo percibir como la chica notaba su presencia.

—Permíteme presentarme—la voz de Tristan la devuelve a la realidad. Su atención volviendo a posarse en él—Soy Tristan de Martel. Y tú debes de ser la famosa Olivia Bluemoon. Ex-bruja de una de las familias más antigua de brujos y la última en la estirpe de Elijah.

Agarra su mano con delicadeza, depositando un beso en el dorso de esta. Olivia acepta el gesto, pero aparta su mano con rapidez.

—El placer es todo mío—sonríe Tristan ante su brusquedad. Sus ojos azules viajan entonces hacia el original a su lado—Elijah, cuando envíe tu invitación no creí que aceptaras. Dime, cómo nuestro fundador y patriarca, ¿qué te parece nuestro candidato?

—Vamos a ver, Marcel es arrogante, obstinado y con tendencia a vanagloriarse—señala el noble—Encajará perfectamente.

Sonríe falsamente, dándole un trago a su copa.

—Si sobrevive—apunta Tristan, volviendo a posar su mirada en Olivia—Supongo que el señor Gerard es amigo tuyo.

—Somos amigos—asiente ella—Y aunque no lo fuésemos, no me gustan los matones.

—¿Matón?—repite, ofendido—Querida, apenas me conoces. Permíteme remediarlo y así podré explicarte nuestros métodos.

Estira su mano hacia ella, invitándola a bailar con él. Olivia le observa con duda antes de compartir una mirada con Elijah.

—Por favor. Solo un baile—insiste Tristan—Si a Elijah no le importa.

El nombrado aprieta su mandíbula con molestia. Sus ojos se posan entonces en la chica que le acompañaba. Olivia bebía su copa de champagne de un trago, esperando su respuesta.

—Por supuesto que no—responde entonces, sus ojos fijos en los de la chica Bluemoon—

Dedicándole una pequeña sonrisa tranquilizadora, Olivia agarra la mano de Tristan, dejándose guiar por él hasta la pista de baile.

Con una sonrisa victoriosa en sus labios, Tristan comienza a alejarse de Elijah en compañía de Olivia. Mientras que el original les observaba atentamente.

—No te preocupes, Olivia sabe lo que hace—Hayley habla a su lado, atrayendo su atención—

Sorprendido por su presencia, Elijah se gira hacia ella.

—Creía que habías decidido quedarte con Jackson—señala, apoyando su brazo en la barra—

—Quedarme con él y con Hope era un plan mucho más apetecible que esté. Pero no me gusta quedarme al margen de actos como este—le explica—Y tu amigo me invitó.

—Hope esta...

—Con Jackson—completa, tranquilizándole—Durmiendo, seguramente.

Elijah asiente aliviado.

—Arielle confía en nosotros para cuidar de ella. No tienes que...

—No es eso—niega, interrumpiéndola—Tristan. Lucien. Su presencia aquí me tiene algo...

—¿Alterado?

Elijah suspira, asintiendo.

Al otro lado del gran salón, en la zona acondicionada como pista de baile, Olivia y Tristan comenzaban entonces a moverse al ritmo de la música. Un vals tranquilo que les permitía hablar.

—Me alegro de que haya venido, Olivia—admite Tristan tras varios segundos en silencio—Nos guste o no, ahora eres parte de la estirpe de Elijah. Esta noche podrás sacar tus propias conclusiones sobre nuestra organización.

Olivia entrecierra sus ojos.

—¿Crees que matando a Marcel vais a causarme una buena impresión?—cuestiona, incrédula—

—Creo que darás testimonio de la verdad—corrige—Por lo menos no podrás llamarnos mentirosos.

—Puedo llamaros asesinos, si lo prefieres—declara, apretando su mandíbula con molestia—

Sus ojos encontrándose de nuevo con los de Daphne, quien ahora se encontraba junto a otro grupo de Strix.

—¿Aceptáis a muchos vampiros de otras estirpes?—cuestiona, volviendo a poner su atención en Tristan—

—Oh, no. Marcel sería el primero en descender de Niklaus—aclara—También tenemos a alguien de la estirpe de Rebekah. Se unió a nosotros hace relativamente poco. Pero tú no tendrías que hacer ninguna prueba. Una chica Bluemoon tiene pase vip.

—Que alargador—responde, sarcásticamente—

Su pequeña conversación se vio interrumpida entonces por la llegada de Klaus y Lucien.

Rodeando la cintura de Arielle con su brazo, Klaus sonrió al adentrase en la fiesta. Era parte de su plan, pero eso sólo lo sabían ellos. Para Olivia, como para el resto de vampiros allí presentes, ellos sólo venían a molestar.

Vestidas con disfraces reveladores y máscaras cubriendo sus rostros, Arielle, Freya y Charlotte eran irreconocibles para todos los presentes.

—¡Saludos!—exclama Lucien, actuando como si estuviera borracho—¡Dios mío! ¡Una sala llena de Elijahs!

—Una vez tuve esa misma pesadilla—comenta Klaus, su mirada posándose en Arielle, quien sonríe a su lado—

Ella ríe junto a Charlotte y Freya, cumpliendo su papel de chicas tontas y fáciles.

—Ve a por una copa, amor—le pide Klaus en un susurro. Sus labios rozando su oreja, causándole así un escalofrío—

—Si, acompáñala—le indica Lucien a Freya. Sus ojos viajando entonces hacia Charlotte—¿Tú quieres algo?

Charlotte asiente con una sonrisa mientras Arielle y Freya se separan de ellos para llevar a cabo su parte del plan. Buscar a Alexis mientras Charlotte, Lucien y Klaus entretenían a Los Strix, y más importante, a Tristan.

Subiendo las escaleras hacia la sala donde habían localizado a la amiga de Lucien, Arielle choca sin querer con una chica pelirroja que ni siquiera se molesta en mirarla. Frunciendo el ceño con confusión y molestia por su mala educación al no disculparse, Arielle sigue los pasos de Freya hasta la habitación.

—Ya sé que no nos conoces, pero... esta noche vamos a ser tus caballeros de las armaduras... rosa y blanca—habla Arielle, cerrando la puerta tras ella y acercándose a Alexis—

—No necesito que me salven, porque ahora lo veo todo mucho más claro—responde ella, poniéndose en pie con una copa de champagne en sus manos—Los posibles finales han desaparecido. Y sin duda he tenido la visión definitiva de lo que les acecha. Les he visto caer, les he visto arder. A ellos y a cada alma que han convertido. Lucien está condenado. Vi a su estirpe agonizando. Y sé exactamente cómo pasará.

—Vale. No sé que crees que has visto, pero tenemos un poco de prisa—comenta Freya—Así que no es una petición. Nos vamos. Ahora.

—Y dime... ¿Cómo pensáis obligarme a que me vaya?

—Una hechizo cegador, podría servir—responde, encogiéndose de hombros—De los que empiezan como un pinchazo detrás de los ojos que se vuelve tan intenso que preferirás arrancártelos a sufrirlo un segundo más.

—Inténtalo—la reta Alexis, sonriendo con arrogancia—Pero... el hechizo de afasia que te he lanzado por anticipado, bueno... te lo pondrá difícil. Elijas el hechizo que elijas, yo iré un paso por delante. Desde que habéis entrado, habré visto unos mil finales para este pequeño enfrentamiento.

El aire comienza entonces a abandonar los pulmones de Arielle y Freya mientras Alexis se acerca a ellas con una mirada de superioridad.

—Y os advierto que en ninguno acababais bien—completa—Sois unas Mikaelson.

Mirándola con enfado, Arielle se centra en absorber su hechizo. Pero antes de poder hacerlo, Alexis lo rompe, sujetando a Freya de las mejillas y acercándola a ella para unir sus labios en un beso.

El gesto toma a Freya por sorprenda, pero las visiones en su mente la distraen rápidamente.


—Por la familia que trataste de encontrar, el tuyo va a ser un triste final—declara Alexis una vez se separa de la mayor de los Mikaelson—Pobrecita. Llevas mil años buscando a tu familia. Y ahora que la has encontrado, te traerá la desgracia.

—Te equivoques o no, hay algo en lo que tienes razón—habla Arielle, atrayendo su atención—Somos Mikaelson.

Sonríe con arrogancia, estirando su mano hacia ella para lanzarle un hechizo de sueño. Freya respira con dificultad, dirigiendo su mirada hacia la chica Salvatore.

—Vaya, eso es... wow—murmura, asombrada—

—Aún necesito clases de magia, pero un hechizo de sueño es bastante sencillo—Arielle se encoge de hombros—Cuento con que me enseñes más trucos.

Freya asiente.

—Puedo sacarla de aquí sin que nos vean. Pero lo mejor será que seas tú la que se la lleve y yo vuelva con Klaus y Lucien.

—Me parece bien.

—Un hechizo de invisibilidad debería ser suficiente. Cortesía de los geminis. Es su hechizo más famoso—sonríe hacia la chica Mikaelson—Invisique.

Freya y Alexis se hacen entonces invisibles, dejándoles vía libre para abandonar el lugar sin ser vistas.  Mientras tanto, Arielle abandona la habitación, reuniéndose de nuevo con Klaus, Lucien y Charlotte, los cuales entretenían a los invitados.

Al llegar de nuevo al salón principal, sus ojos observan a Elijah junto a otro vampiro al que Arielle rápidamente reconoció como Tristan. No había rastro de Hayley, Marcel y Olivia, mientras que Charlotte continuaba junto a Lucien.

—Me resultaba ofensivo que me excluyerais de vuestro sofisticado club—admite Klaus, atrayendo su atención—Pero ahora me doy cuenta de que el problema está en mi. Porque yo si soy capaz de ver más haya de mis narices.

Sonríe, haciendo una exagerada reverencia que provoca que Lucien y Charlotte suelten una carcajada. Pero los ojos de Klaus no tardan en posarse en Arielle, quien le observaban con una sonrisa juguetona. Quitándole la copa de sus manos a Elijah, Klaus le da un trago a la bebida.

—Barato—declara, mirando fijamente a Tristan—

Arielle sonríe, acercándose a él lara unir sus labios en un beso. Aquel gesto toma a todos los presentes por sorpresa, pero especialmente a Elijah, Olivia, Marcel y Hayley, quienes no sabían que se trataba de la propia Arielle, pues la máscara cubría su rostro y la peluca azul ocultaba su pelo.

—Tiene razón—declara al separarse de Klaus, sus ojos viajando hacia Tristan mientras se lame los labios, saboreando así el champagne—

Klaus sonríe al ver la mirada molesta de Tristan.

—Vámonos, amor—le dice entonces, colocando su mano en la parte baja de su espalda—De todas formas está fiesta está muerta.

Arielle, Lucien y Charlotte ríen, dándose la vuelta para ablandar la fiesta bajo la atenta mirada de todos los invitados.


Con ayuda de Hayley y un consejo de Daphne, Marcel había conseguido pasar su prueba para unirse a los Strix. Ahora solo debía curarse del mordisco de lobo que Hayley le había dado para poder envenenar a su oponente. Pero Klaus no parecía muy convencido en ayudar.

—Seguro que quedaron muy impresionados—comenta, observando el brazo herido de su amigo—¿A qué si? Tus nuevos amigos. Gratamente sorprendidos por tu valentía, tu astucia, por tu férrea determinación. Y tú has dado por sentado que yo estaría dispuesto, incluso deseoso, de remediar con la sangre de mis venas las consecuencias.

—¿Está discusión es necesaria?—se queja Arielle, cruzándose de brazos—

Marcel levanta su mirada hacia ella.

—No podemos distinguir amigos de enemigos, ¿y qué hace él? Se compromete con una fraternidad dirigida por quienes conspiran contra nosotros—exclama Klaus, molesto—

—Me interesan los Strix precisamente por ti—explica Marcel—Yo no puedo elegir un bando. Quien quiera que vaya a por ti, va a por mi. Eso lo tengo muy claro.

—Tiene razón—señala Arielle—

Klaus suspira, posando su mirada en ella.

—Si no le curas tú, lo haré yo—declara, acercándose a Marcel—

El vampiro la observa con confusión.

—Haz lo que quieras—suspira el hibrido, acercándose a ambos—Pero espero que ambos entendáis algo de aquí en adelante. Vosotros no sois como Lucien. Él es egoísta y su preocupación por mi lo es de igual forma. Vosotros, por egoístas que podáis ser por vuestra propia supervivencia, también sois una debilidad. Porque ellos pueden llegar a mi a través de vosotros.

Sus ojos les observan detenidamente durante unos segundos antes de abandonar el estudio.

Arielle suspira, compartiendo una mirada con Marcel.

—Odio cuando tiene razón—suspira, colocando una mano sobre la herida en su brazo—

—No confío en Tristan y esos vampiros si es lo que creéis—declara Marcel con firmeza—

—Está preocupado, eso es todo—le explica, encogiéndose de hombros—

—No es un sentimiento común en él.

Arielle sonríe levemente, dando un paso atrás.

—Ya está—declara, descubriendo su brazo, donde el mordico de lobo había desaparecido por completo—

—¿Seguro?—Marcel eleva sus cejas—

—El veneno de hombre lobo es magia pura. Mis poderes de absorción son tan eficaces como la sangre de Nik, créeme—le explica—Tal vez recibiera un par de mordiscos durante mi etapa sin humanidad. Y aquí estoy.

—Gracias, Elle—sonríe en agradecimiento—

—Un placer—asegura, devolviéndole la sonrisa—Ahora, si me disculpas, quiero oír lo que esa vidente tiene que decir.

Marcel asiente, observándola abandonar el estudio.

—Lo siento—se lamenta Alexis, mirando a Lucien—Esperaba equivocarme, Lucien. De verdad. Pero lo he visto. Le he visto morir.

Klaus aparta su mirada de Alexis, sus ojos viajando hacia Arielle, quien bajaba las escaleras para reunirse con ellos en el patio.

—¿Viste el arma?—inquiere el vampiro. Ella asiente—¿Qué es?

—Hay que verlo para entenderlo—responde, estirando su brazo hacia Olivia—

Las miradas de todos se posan en la chica Bluemoon, quien observa a Alexis con confusión. Entonces, los ojos de la bruja se posan en Arielle, invitándola a ella también a ver sus visiones. Compartiendo una mirada entre ellas, ambas se sientan a su lado. Sus colmillos se hacen presenten en sus mandíbulas y en un rápido movimiento ambas muerden sus muñecas. Sin embrago, su sangre no sabía cómo debería, obligándolas a ambas a separarse y escupir su sangre.

—Algo va mal—declara Arielle, sintiendo el amargo sabor en su boca—

—Es veneno—declara Olivia con firmeza—

Arielle se pone en pie, dejando que Lucien vuelva a sentarse junto a Alexis. La bruja comienza a toser sangre, su cuerpo comenzando a tener convulsiones. Lucien la observa con tristeza e impotencia cuando ella cae sobre sus brazos en el ultimo latido de su corazón.


Más tarde esa misma noche, Klaus se adentró en la habitación de Hope, viendo como Arielle se encontraba allí, cantándole una canción para dormirla.

—Es muy bonita—comenta, atrayendo su atención—

Arielle deja de cantar, dirigiendo su mirada hacia él.

—Damon nos la cantaba a Stefan y a mi—explica, dedicándole una pequeña sonrisa—La ayuda a dormir.

Klaus asiente, acercándose a la cuna para mirar a su hija,

—¿Sabes? Algún día tendré que explicarle todo esto a Hope—murmura Arielle entonces—La verdad es que cuando lo pienso...

—¿Qué piensas?—cuestiona, interesado—

—Que no le mentiré—declara con seguridad—Nunca le mentiré. Pero ¿sabes por dónde empezaré? Por y para siempre.

Klaus sonríe ante su respuesta.

Un peligro les acechaba, pero su familia parecía volver a unirse por fin tras esos meses llenos de tensión. A pesar de sus diferencias, todos eran familia. Por y para siempre. Y Arielle formaba parte de eso.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top