VI. Things Can Only Get Better


CAPÍTULO SEIS
LAS COSAS SÓLO PUEDEN IR A MEJOR

"I know you'll die trying to figure me out. My name's on the tip of your tongue keep running your mouth. You want the recipe but can't handle my sound, my sound, my sound. No matter what you do, I'm going to get it without you. I know you ain't used to a female Alpha"



Nueva Orleans, LA

Elijah se encontraba en el gimnasio que Marcel había creado en la iglesia Saint Anne, descargando la ira que la presencia de Lucien y Tristan en la ciudad había creado en él. Estaba tan concentrado que apenas se dio cuanta de la presencia de Olivia allí hasta que ella llegó a su lado.

—¿Estas bien?—inquiere, atrayendo su atención—¿Hay algo de lo que quieras hablar? No sé, por ejemplo... Los Strix

Elijah frunce el ceño ante sus palabras, acercándose a ella.

—"Espero que puedas venir, viejo amigo". Firma, Tristan—Olivia lee una pequeña nota que sujetaba entre sus dedos—Me acababa de levantar de la cama cuando vino un vampiro a entregarla. ¿Me pones al día?—cuestiona, entregándole la tarjeta—

Elijah la lee detenidamente antes de volver a levantar su mirada hacia la chica.

—No es asunto tuyo—declara entonces, pasando por su lado—

Olivia suspira con frustración, sujetando su brazo para impedir que se aleje de ella.

—Claro que si—asegura, usando sus poderes de vampírico para arrinconarle contra el ring—Deja esa actitud de tío protector y sin sentimientos y cuéntame qué es lo que pasa. Yo también soy de la familia, ¿no? Ibas a contármelo todo.

Elijah la observa detenidamente antes de cambiar sus posiciones en un rápido movimiento. La respiración de Olivia se acelera al quedar acorralada contra el ring. Elijah frente a ella, sujetándola con fuerza con su rostro a pocos centímetros del suyo.

—¿Qué es lo que quieres saber?—inquiere, sus ojos recorriendo su rostro con detenimiento—

Olivia toma una bocanada de aire con dificultad. Sus ojos conectando con los del original, notando así la profundidad con la que él la miraba. Entonces sus ojos bajaron hacia sus labios y las ganas de besarle crecieron en su cuerpo, haciendo que un cosquilleo subiera desde su vientre. Desde que era un vampiro las sensaciones habían crecido y al estar cerca de él le era casi imposible concentrarse.

—Todo—responde en un susurro que hace que Elijah se estremezca—

Se habían besado antes. La primera vez había sido antes de que todo el plan contra Dahlia se estropeara. Pero lo habían vuelto a hacer más veces los últimos meses. Olivia no había tenido la valentía de preguntarle qué era exactamente lo que él sentía por ella. Podía notar la duda en la mirada del original. Y podía notar como su mirada hacia ella había cambiado desde su transformación. Pero en ese momento Olivia reconoció como sus ojos volvían a mirarla como lo habían hecho antes de convertirse en vampiro.

Fue entonces cuando Elijah rompió la distancia entre ellos. Sus labios rozando contra los suyo de forma suave y lenta. El agarre en sus manos se hizo más ligero, dejando que Olivia se soltara. Sus manos viajaron hacia sus mejillas, atrayéndole más hacia ella y profundizando el beso.

Después de meses a su lado, apoyándola y ayudándola con su nueva condición de vampiro, Elijah por fin sentía que con ese beso podía trasmitirle y decirle la verdad de sus sentimientos. Una parte de Olivia ya lo sabía, pero ese beso se lo confirmó. Él la quería. La quería de la misma forma en la que ella le quería a él.




Mystic Falls, VA

—Buenos días, tortolitos—saluda Damon al adentrarse en habitación de universidad de Bonnie y Caroline—

Esta última soltó un bufido al oír su voz, separándose de Stefan con rapidez.

—No pude ser verdad—se queja para si misma—

Damon sonríe, comprobando que Bonnie no se encontraba allí.

—Traigo un café ecológico carísimo—anuncia, acercándose a la cama donde la rubia y su hermano se encontraban—Con leche y dos de azúcar, como os gusta.

Caroline se pone en pie, envolviendo su cuerpo desnudo en sus sábanas. Sus ojos se posan en él, dedicándole una mala mirada.

—No soportó el azúcar en el café—declara, pasando por su lado para dirigirse al baño—

Damon frunce el ceño, dándose cuenta entonces de que así es como le gustaba el café a Arielle y no a Caroline.

—¿Alguna razón en particular para colarte en la habitación de mi novia a estas horas de la mañana?—inquiere Stefan, sacándole de sus pensamientos—

—¿Por qué eres tan cascarrabias?—inquiere, lanzándole su camiseta—Creía que querríais celebrarlo. Tengo a Elena en un lugar seguro. Tú retozas con Caroline en esa cama diminuta. Arielle tiene humanidad y vuelve a estar con su hija. Y Ric ha salvado a su chica del más allá. Todo nos va a las mil maravillas a los Salvatore. Tanto que hoy... empieza una nueva etapa en mi vida.

—Bien—suspira, agarrando uno de los cafés—

—Voy a hacer justicia para Elena. Yo solo. La llevaré en el corazón en vez de arrastrar su ataúd.

—Muy interesante.

—Voy a necesitar ayuda. Así que levanta, hermanito, vamos a interrogar a una hereje alta y guapa, pero con muy mala leche.

—¿Valerie?—inquiere Caroline, abandonando el baño completamente vestida—

—Diría que si—asiente Damon, mirándola con confusión—Aquí se me escapa algo.

—Stefan y Valerie fueron amantes en el pasado—le explica la rubia—Y todavía no se han visto desde que ella salió del mundo prisión.

—Un segundo. ¿Valerie?—Damon voltea hacia su hermano pequeño—¿Valerie la que te desvirgo? ¿Aquel polvo fugaz que te rompió el corazón y...?

—Yo creo que es la oportunidad perfecta para que os pongáis al día—interrumpe Caroline, no queriendo oír las palabras de Damon—A menos que te resulte incómodo por algún motivo.

—No—asegura Stefan—

—Genial—sonríe hacia él—Que os divirtáis.




Nueva Orleans, LA

Adentrándose en el estudio, Klaus se encuentra a su hermana Freya, quien parecía estar meditando, y a Arielle, quien se encontraba sentada en el sofá, dibujando en uno de sus cuadernos.

—¿Qué estas haciendo aquí?—se queja, mirando a su hermana con confusión—

—Vivo aquí—le recuerda Freya con obviedad—

—Si, obviamente—suspira con molestia—Lo que me sorprende es que hayas vuelto de donde quiera que hayas estado. Tal vez mi desconcierto se deba a la ausencia de caballeros desconocidos rebuscando en mi nevera esta mañana.

Freya sonríe.

—Tu preocupación por mi paradero es conmovedora—comenta de forma divertida, compartiendo una mirada con Arielle—

—Simplemente quiero saber quien está aquí en todo momento—explica Klaus. Arielle suspira, cerrando su cuaderno de dibujo—No creo que sea mucho pedir.

—Es un tanto molesto—admite Arielle, atrayendo su atención—Es como estar de vuelta en la casa de mi infancia, esquivando a mis controladores padres.

Admite, poniéndose en pie.

—Cuando se ocultan cosas en esta casa y hay peligros acechándonos no creo que sea tan mala idea dar conocimiento de nuestro paradero, ¿no crees, amor?

—Sabes que no necesitamos tú permiso para vivir, ¿no?—señala, molesta—Aunque si tanto insistes, ¿por qué no pasas lista?

Klaus sonríe victorioso viendo como Elijah, Olivia y Hayley se adentraban en la sala.

—¡Vaya! Pero si son mi resentido hermano mayor, su novia la vampiro novata y la loba que se cree una Salvatore—comenta de forma divertida—Una reunión familiar de lo más normal.

—Encantador—suspira Hayley con molestia, cruzándose de brazos—

—Elijah me ha estado contando que no tenéis ni idea de cuál de vuestros viejos amigos es de fiar y cuál está intentando mataros—habla Olivia, atrayendo la atención del hibrido hacia ella—

—Está claro que la situación requiere más opiniones—suspira, observándola con atención—Ya les habrás hablado de la maldita profecía.

Dirige una rápida mirada hacia su hermano mayor.

—Estaba apuntó—admite Elijah—

—Soy toda oídos—asegura Olivia—

—Yo también—comenta Hayley, sentándose en el sofá donde Arielle se encontraba segundos antes—

—Por lo visto mi colega Lucien a dado con una vidente auténtica y para justificarme su preocupación, le pidió que nos mostrara sus visones de una futura perdición—explica Klaus—No aptas para cardíacos.

Sonríe divertido.

—¿La perdición de quién?—cuestiona Hayley—Porque si es la tuya, creo que nos parecerá bien.

—Por desgracia, estamos todos en el punto de mira—le informa—Aunque, bueno, la bruja dice que sus visiones evolucionan constantemente. Así que... es posible que tu deseo se cumpla.

—Yo no sé vosotras, pero yo quiero conocer a esa bruja vidente—comenta Arielle, atrayendo la atención de todos hacia ella—Está noche.


Mientras Klaus había salido a buscar a Lucien para que les llevara a su Penthouse y así poder ver a la bruja vidente, Arielle y Olivia se habían quedado a solas en el estudio del complejo. Hope se había dormido minutos antes y Hayley había decidido llevarla a su casa para que Jackson cuidara de ella esa noche.

—Estoy feliz de que hayas vuelto—admite Olivia, entregándole una copa de bourbon—

Arielle la agarra con duda. No estaba segura de que las palabras de Olivia fueran sinceras. Una parte de ella seguía sintiéndose culpable por cómo habían terminado las cosas tras la batalla contra Dahlia y como la había abandonado en su nueva naturaleza de vampiro. Al parecer Arielle tenía esa costumbre. Lo había hecho con Hayley un año atrás.

Olivia parece notar eso en su mirada.

—Lo digo en serio—le asegura—Ha sido duro. Estos meses... No quiero hablar de ellos. Pero no he estado sola. Aunque me habría encantado que Hayley y tú hubieseis estado a mi lado.

—¿Qué hay de Amelia?—inquiere, confusa—

—Estuvo unas semanas ayudando a los lobos medialuna—explica, sentándose en el sofá—Se despidió hace dos meses. Está empeñada en encontrar a nuestro hermano más pequeño. Sobretodo ahora que solo quedamos nosotras con vida. Aunque ella también cree que Sienna y Eloise siguen por ahí.

—¿Y tú qué crees?—inquiere Arielle—

—Creo que tiene miedo a quedarse sola—admite de forma pensativa—Le gusta correr, es lo que mejor hace. Escapar de los problemas. No le gusta ser el centro de atención. Y ahora mismo ella es...

—La última bruja Bluemoon.

—Exacto—asiente—También es una persona muy solitaria y libre. Le encanta la naturaleza y siempre se ha visto muy unida a los lobos.

—¿Y tú?—Arielle eleva sus cejas, curiosa—

—Al parecer lo mío son los vampiros—sonríe levemente. Gesto que Arielle no duda en corresponderle—Elijah... ha estado a mi lado todo este tiempo desde la transformación. Creo que en parte se siente culpable. Fue su sangre la que me trasformó. Pero también es el hecho de que se siente...

—¿Aliviado?—Arielle completa sus palabras. Olivia asiente—No mentiré, yo también me sentí aliviada. Seguramente crea que es un sentimiento egoísta. Algo que él no es mucho.

—Lo sé. Le he conocido muy bien este tiempo.

—¿Ah, si?—Arielle eleva sus cejas con diversión—

—No de esa forma—ríe, lanzándole un cojín—¿Y tú? ¿Qué has hecho durante tus meses sin humanidad?

—Ah, ya sabes, matar, irme de fiesta, practicar magia...  El día a día de una hereje—sonríe con diversión, encogiéndose de hombros—

Olivia le devuelve la sonrisa.

—¿Cómo vas con la magia?

—Bien—admite—Engañé y maté a varias brujas para que me enseñaran. Es... como si por fin fuera yo misma del todo. Este poder ha estado siempre conmigo, pero nunca lo supe, ¿sabes? Siento que tú ya no lo tengas.

Olivia siente levemente, bajando la mirada.

—Cuando conocí a Kol por primera vez él hablaba sobre lo mucho que deseaba volver a ser un brujo. El como convertirse en vampiro le había quitado una parte de él. Yo nunca pensé que perdería mi magia. Pero ahora lo entiendo—admite con un tono de tristeza—Me gustaría que estuviera aquí, ¿sabes?

—Davina y Rebekah encontraran una forma de traerle de vuelta—le asegura Arielle—Yo ayudaré si es necesario. Él volverá.

—Eso espero. Es mi segundo Mikaelson favorito—sonríe divertida—

—El mío también—admite Arielle—Después de Rebekah.

Ambas ríen ante sus últimas palabras. Aunque era muy obvio que Rebekah no era la Mikaelson favorita de Arielle, si que estaba muy cerca de serlo. Aunque si era sincera, Arielle no era capaz de ponerles en un orden. Todos eran especiales a su manera. A Finn le odiaba por lo que les había hecho pasar. Y a Freya aún no la conocía, pero algo en ella le decía que se convertiría en una de las personas más importantes en su vida. Porque Arielle tenía un imán que la atraía hacia esa familia, lo quisiera o no.





Mystic Falls, VA

—Vale, ya lo pillo—comenta Damon, apoyándose su brazos en los asientos delanteros para colocarse justo en medio de Valerie y Stefan—Mataste a Oscar porque sabía como dar con Julian y tú odias a Julian porque es un depravado y un sádico. Pero Lily está empeñada en traerlo a casa.

—En la Masacre del Mar Negro de 1897, Julian aniquiló toda una zona costera el día de Navidad—explica Valerie—Y aun así Lily esta locamente enamorada de él.

—¿Y qué? Stefan se cargo a un pueblo entero en Monterrey y Caroline le quiere. Oh, y el novio de mi hermana intento matarnos más de una vez y ella sigue enamorada de él. Hay gustos para todo—señala el mayor de los Salvatore—Hablando del tema, ¿se pude saber cómo os conocisteis?

—Arielle y yo la conocimos en la feria del pueblo—responde Stefan, concentrado en conducir—

—Ah, si, es verdad—asiente—Y quedasteis en veros después, ¿verdad? Bajo un puente, o un árbol, o en un banco romántico.

—¿Puedes callarte ya? Por favor.

Damon rueda los ojos, dirigiendo su atención hacia Valerie.

—Cuando no apareciste, escribió 10 páginas en su diario sobre que el sol iba a perder su brillo y la comida su dulzura—le explica a la chica. Stefan le dedica una rápida mala mirada—Si, las leímos. Tus escondites son una mierda. A diferencia de los de Arielle. Aunque también encontré sus cuadernos llenos de dibujos con tu rostro. Ambos se quedaron coladitos por ti.

Sonríe hacia la hereje.

—Bueno, ella estaba espiando para Lily—recuerda Stefan—Éramos un simple juego, ¿verdad?—dirige su mirada hacia la rubia, quien se mantiene en silencio—¿O no?

Sin darle una respuesta, la chica aparta su mirada, intentando distraerse con las vistas de su ventana.

—Que duro—comenta Damon, recostándose en el respaldo de su asiento—

—No, oye, por mi podemos seguir—comenta Stefan entonces—Esta parte es divertidisima.

—No, para, por favor—pide Valerie, cansada de aquella conversación—Lo único que importa ahora es que Julian no consiga volver a casa. Así que, si no vais a ayudar, ahorradme el viaje y dejadme salir.

—No—niega Damon—Cuenta con Stefan. Él te ayuda. Yo miraré.

Valerie frunce el ceño.

—Hoy empieza una nueva etapa en su vida—le explica Stefan—





Nueva Orleans, LA

—¡Alexis!—exclama Lucien, adentrándose en su Penthouse acompañado de Klaus y Arielle—¡Alexis!

Camina por el salón hasta alcanzar las puertas de una de las habitaciones. Klaus y Arielle le siguen, observando que la habitación se encontraba completamente vacía. La arrogancia desapareció del rostro de Lucien por unos segundos cuando la preocupación se hizo presente.

—Tal vez deberías tener más controlada a tu amiga—comenta Klaus con diversión—

—No lo entiendes. Alexis no sale sin ningún motivo. Es demasiado sensible—asegura el vampiro—Si no está, es porque alguien se la ha llevado.

Les dedica una mirada antes de abandonar la habitación. Su mano sacando el téelefono de su chaqueta para marcar el número de uno de sus secuaces.

—No quiero excusas, solo quiero que la encuentres—ordena, caminando por el salón de forma nerviosa. Klaus y Arielle le observan con atención—¿Me has entendido?

—Y colorín colorado, todo parece señalar que la bruja vidente se nos ha escapado—comenta Klaus con diversión—

Lucien le ignora, terminado la llamada.

—Bueno, para encontrar a una bruja, necesitamos a otra—habla Arielle, atrayendo la atención de ambos hacia ella—Y nosotros tenemos a una de confianza.

Sacando su propio teléfono del bolsillo de su chaqueta, Arielle marca el número Freya. Ella misma podría encontrar a Alexis, pero no quería que nadie aparte de su familia supiera de sus poderes de hereje por el momento. No podía confiar en Lucien.

—Hola, Arielle—saluda la mayor de los hermanos Mikaelson al responder su llamada—¿Qué ocurre?

—Klaus y yo necesitamos un favor—responde, bajo la atenta mirada de Lucien—

—Claro, como no, Niklaus pidiendo favores—suspira—

—¿Así hablas sobre un hermano al que has estado buscando toda la vida?—cuestiona Klaus con falsa ofensa—

Freya rueda los ojos mientras Arielle se dispone a hablar.

—Veras, amor—habla Lucien, quitándole el teléfono a Arielle, quien le mira incrédula—Necesitamos tu ayuda. Una muy buena amiga mía a desaparecido. Debemos encontrarla. Nuestras vidas dependen de ello.

—Y yo he sido la única que ha cogido el teléfono—asume Freya—

—Bueno, sin duda la más encantadora—asegura Lucien con una sonrisa—

—Niklaus, por favor, dile a tu repulsivo amigo que el ser guapo no le va a librar de que le saque las tripas y las cuelgue en un poste—comenta Freya con molestia—Eso si Arielle no lo hace antes.

La aludida sonríe, quitándole el teléfono a Lucien para llevárselo al oído.

—Freya, por favor, necesitamos tu ayuda—insiste, conectando su mirada con la de Klaus—Es importante.

—Vale. Envíame la dirección.


Esa misma noche, Olivia y Elijah se preparaban para atender la fiesta que los Strix habían organizado y a la que Tristan les había invitado. La ex bruja se encontraba en la antigua habitación de Rebekah, rebuscando entre sus vestidos.

—¿Puedo?—Elijah se coloca a su lado, haciendo que se sobresalté—

Posando su mirada en él, Olivia asiente en un suspiro. El original le dedica una leve sonrisa, sacando un vestido negro del armario de su hermana para luego entregárselo a la chica.

—Gracias—murmura, agarrando el vestido en sus manos—

Elijah asiente, observando como ella se aleja de él, dirigiéndose tras biombo de la habitación para poder cambiarse.

—Iría con mi propia ropa, pero no tengo nada para vestir de etiqueta—explica Olivia, deshaciéndose de su camiseta—Además, Arielle me dijo que buscara en el armario de Rebekah.

—¿De verdad quieres venir esta noche?—cuestiona Elijah con preocupación—

—Si—asegura, saliendo de detrás del biombo una vez termina de colocarse el vestido—Confío en ti. Y si no, puedo arreglármelas sola. He aprendido del mejor.

Elijah se da la vuelta hacia ella, observándola con asombro.

—No me refería a eso.

—Lo sé—responde, acercándose a él—¿Exactamente en qué me voy a meter esta noche?

—Vas a ir a una reunión de los vampiros más peligrosos e influyentes del mundo.

—Entonces me alegro de ir contigo—admite, dedicándole una leve sonrisa—

—Olivia creo que...

—¿Crees que deberías dejar de ser misterioso y ser más claro conmigo?—inquiere, elevando sus cejas. Elijah frunce el ceño—No se te da bien ocultar tus sentimientos, Elijah. Me proteges porque te importo, y te importo porque sientes algo por mi. Y yo siento algo por ti. Pero lo complicas todo mucho.

—No quiero hacerte daño—admite, estirando su mano para colocar un mechón de su pelo tras su oreja. Olivia sonríe al notar el tacto de sus dedos contra su mejilla—Todo lo que toco... todo lo bueno que toco, lo destruyó. Y, Olivia, tú eres buena. Eres un ángel lleno de luz y no quiero ser yo quien te apague.

—No me apagarás. Es imposible que lo hagas—asegura, acercándose a él—Haces que brille más. Elijah, no habría sobrevivido a estos últimos meses sin tu ayuda. Tú has hecho que la poca vida que llevo como vampiro valga la pena. Tal vez esté técnicamente muerta, pero tú me has hecho sentir viva.

—Tú me haces sentir vivo—admite, acercándose a ella—Y siento mucho lo que mi familia te ha hecho pasar.

—Deja de disculparte—se queja con una sonrisa, rodando los ojos—Y bésame de una vez.

Correspondiéndole la sonrisa, Elijah se inclina hacia ella, uniendo sus labios a los de ella.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top