III. United To The End


CAPÍTULO TRES
UNIDOS HASTA EL FINAL

"Nothing goes as planned, everything will break. People say goodbye in their own special way"


De vuelta a Nueva Orleans, Klaus se reunía con Marcel para conocer toda la organización de la ciudad mientras Elijah desaparecía sin dejar rastro. Esa noche la puerta de la mansión fue abierta por una tercera persona. Una tercera Original.

—¿Quién eres tú?—cuestiona Hayley, bajando las escaleras con una vara metálica en sus manos como única defensa—

—Oh, la sirvienta supongo—comenta Rebekah al verla—Mis bolsas están en el coche.

—Es cosa mía o he oído tu voz, Bex—comenta Arielle saliendo del salón—¿Qué haces aquí?

—Venir a ver a mi amiga a la que mi hermano a dejado embarazada, por su puesto—le responde con una sonrisa antes de volver a mirar a Hayley—Las bolsas están en el coche.

—Hola—saluda la castaña—No soy la sirvienta.

—Claro, tú eres la lobita que está conectada a Elle—suspira, volviendo a posar su mirada en Arielle—¿Sabes? Esperaba ver un bombo sobrenatural y milagrosos, pero no se te nota.

—Te aseguró que este bebé milagroso está dando todas las fases de un embarazo normal y corriente—señala Arielle, cruzándose de brazos—Y ella es Hayley.

—Tienes los modales de tu hermano—comenta la aludida, observando a Rebekah—

—También su genio, así que cuidado—le contesta con molestia—¿Dónde está Elijah?

—Ni idea—responde Hayley con un tono de molestia en su voz—Se ha largado.

—¿Cómo que "se ha largado"?

—Estuvo aquí cuando Arielle y Klaus se fueron a Mystic Falls. Me hizo promesas y me ofreció su protección. Me dijo que me ayudaría a sobrellevar el lío en el que me han metido las brujas. Me soltó un rollo sobre la familia, y luego... Klaus me dijo que se había ido.

Rebekah la escucha con atención antes de posar su mirada en Arielle.

—A mi también me huele mal—le asegura Arielle—

—Eso me pasa por confiar en un vampiro—suspira Hayley—

—Te aseguró que Elijah es un vampiro que no rompe sus promesas—le contesta Rebekah con molestia—Elle tiene razón, todo esto huele mal. Es obvio que Niklaus ha vuelto a hacer otra de las suyas.

Se separa de la castaña y se adentra en el salón.

—¡Klaus!—exclama—Da la cara y dime que has hecho con nuestro hermano, cerdo narcisista y traidor.

—Ya vale de tanto grito, hermanita—le pide él, saliendo de uno de los salones—Debi imaginármelo. Los seis vampiros muertos son cosa tuya, ¿no?

—Fueron muy groseros. Intentaron abusar de una pobre chica que no sabía llegar al barrio. Lo siento, ¿eran amigos tuyos?—le pregunta con una sonrisa inocente—Ah, es verdad, tú no tienes amigos.

—Claro que tengo amigos. Tengo a Arielle y a Marcel—le sonríe con arrogancia—Te acuerdas de Marcel, ¿no? Si, claro que si. Ahora se las da del rey del barrio y tiene unas normas sobre matar vampiros. Me encantará ver qué castigo te impone por esto.

—No me importan ni Marcel ni sus normas—le asegura ella—Elijah nunca falta a su palabra. ¿Por qué no me contesta?

—Tal vez este de vacaciones—se encoge de hombros, sentándose en el apoyabrazos del sofá—O arriba durmiendo una larga siesta. Adelante. Echa un vistazo.

Rebekah suspira con frustración y se dispone a revisar toda la casa.

—Recuerdas esta casa tan bien como yo—le sonríe Klaus mientras Arielle se coloca a su lado—

—Si, me acuerdo de todo—asegura, abandonando la sala en la que se encontraban—

Klaus sonríe y voltea a mirar a Arielle, quien le observa con una mueca.

—¿Qué?—cuestiona de manera inocente—

—Sé que sabes donde está Elijah. Y no me gustan los secretos, Nik—le responde ella—

La sonrisa vuelve a la cara del híbrido mientras se levanta del sofá sin dejar de mirarla.

—Iré con Rebekah—le informa—Deberías ir a nuestra habitación y dibujar un poco.

Acto seguido sale del salón con la intención de seguir a su hermana mientras Arielle frunce el ceño con confusión y algo de intriga. Al verle desaparecer de la sala suspira con pesadez y decide hacerle caso.

Al llegar a su habitación sus ojos no tardan en dar con su block de dibujo, el cual se encontraba sobre una de las mesitas de noche. Se acerca lentamente y lo abre por la página marcada. Ahí, entre las hojas, se encontraba un folio con algo escrito en él.

"Elijah tiene la daga. Se lo entrege a Marcel en símbolo de paz y amistad. No le pasara nada. Le recuperaré"

Un suspiro de frustración sale de su boca al leer la nota. Por supuesto que Klaus había hecho eso. Con la intención de que nadie la encontrara, Arielle lanzó la nota al fuego de la chimenea. Al menos Klaus no le ocultaba cosas, de momento.

Al bajar las escaleras de nuevo, Arielle observa como Klaus volvía a abandonar la casa para averiguar más cosas sobre Marcel. Hayley la mira y se levanta de las escaleras, donde se encontraba sentada.

—Elle, venid conmigo—les pide Rebekah, señalando las escaleras que bajan al sótano—

Hayley y Arielle comparten una mirada de confusión antes de seguirla.

—Pienso registrar la casa hasta que averigüe qué ha hecho mi hermano el perverso con el bueno—les informa Rebekah, entregándoles unas linternas antes de comenzara a bajar—El gobernador tenía muchos cuartos secretos. Os enseñaré su favorito.

Arielle suspira y enciende la linterna, comenzando a bajar las escaleras hasta llegar al final, donde se encuentran con unos ataúdes.

—¿Crees que Klaus le ha matado?—cuestiona Hayley con preocupación—

—No se nos puede matar, tonta. Pero Klaus conoce otras formas de torturarnos—le responde Rebekah—Tiene un juego de dagas místicas de plata. Una en el corazón nos sume en un sueño profundo. Y Klaus disfruta dejándonos en un ataúd hasta que decide quitárnosla. Creo que es lo que le ha hecho a Elijah. Ese es el mío.

Señala uno de los ataúdes. Hayley se gira hacia Arielle, compartiendo una mirada con ella.

—¿Tienes un ataúd en espera?—inquiere, sorprendida—

—Le gusta estar preparado para cuando los miembros de la familia le decepcionamos. Elijah no está aquí. Lo habrá escondido en otro sitio.

Arielle forma una mueca en su rostro.

—Me encuentro mal—les informa, llevando una de sus manos hacia su vientre—

—Si, y yo—admite Hayley—¿Así funcionan los vínculos?

—Bienvenidas a la familia—les sonríe Rebekah—Arielle, nunca debiste caer en los encantos de mi hermano. Y si, los vínculos funcionan así, las brujas son muy astutas.

—Y que lo digas. Desde que Arielle a vuelto las brujas nos han hecho un hechizo. Si salimos de Nueva Orleans, nos mataran—le explica Hayley—Por lo menos mientras Arielle está embarazada. Dicen que hasta ese momento es cuando estaremos conectadas.

—Pues conociendo a Klaus, te meterá en un ataúd en cuanto Arielle de a luz. Ella es lo único que le importa además de él mismo—le dice Rebekah—Yo me iré en cuanto encuentre a Elijah. Pasar décadas en un ataúd es un asco. Hazme caso. Consigue romper el conjuro y huye.


Rebekah llevaba horas fuera, horas que Arielle había pasado durmiendo, comiendo, escuchando música y dibujando. La verdad era que eso de estar embarazada y ser frágil y débil por un hechizo no estaba tan mal. Ella no tenía que encargarse de los problemas y Klaus la mantenía al tanto de todo.

Además, seguía siendo fuerte y rápida y tenía los sentidos de un vampiro, lo cual la protegía si alguien intentaba entrar a la casa. El problema iba a ser Hayley, pues cuando Arielle se despertó de una siesta la lobita había desaparecido de la casa.

Un suspiro lleno de frustración salió de su boca al salir de la casa maldiciendo las nauseas y el cansancio que le estaba provocando el embarazo. Cansancio por el cual se había dormido y no se había enterado de la fuga de la castaña. Al menos no le fue difícil encontrarla. Aunque lo malo es que estaba rodeada de vampiros.

Sin pensarlo ni un segundo, Arielle uso su velocidad vampirica y le partió el cuello a uno de ellos antes de arrancarle el corazón al último de todos.

—Eso debería daros una lección para no volver a tratar así a alguien que está conectado con una embarazada—se queja Arielle, dejando caer el corazón del vampiro al suelo—

Hayley la observa asombrada y algo arrepentida por decir que odiaba a todos los vampiros.

—Bien hecho, Elle—habla Rebekah, llegando a su lado con una sonrisa—Odio los malos modales.


—Por esto es por lo que os dije que no salierais de casa—se queja Klaus al terminar de apilar lo cádaveres delante de la casa—Los hombres lobo están prohibidos en el barrio y Arielle podría haber salido herida. Yo tenía un plan y vuestro paseito nocturno lo ha puesto en peligro.

—Oye, yo solo salí porque ella lo hizo—se queja Arielle—Lo cual no me molestaría si me hubiese avisado. Pero el caso, Klaus, es que no puedes echarle toda la culpa a Hayley. Es normal que quiera largarse, el bebé ni siquiera es suyo.

El rubio aprieta la mandíbula con frustración cuando Rebekah se dispone a acercarse a él.

—¡No te acerques!—exclama, frustrado—¿No crees que ya has hecho suficiente dejando un rastro de cádaveres que llega hasta mi puerta?

—Los mate yo—informa Arielle, llamando su atención—Rebekah no ha hecho nada.

—Gracias—suspira Rebekah—Por lo menos alguien dice la verdad en esta casa. Y suerte que les oí hablar de cazar hombres lobos, sino podríamos haber estado todos jodidos. Y no me vuelvas a salir con que tienes un plan, Klaus. Has tenido mucho tiempo para llevarlo a cabo y nadie te ha visto hacer nada. Elijah hizo un trato para proteger a tu hijo y a Arielle. Para que ambos te salvarán de tu egoísmo y de tu vileza. Pero es obvio que no te importan, ni el bebé ni Arielle ni Elijah, porque ¿qué has hecho para honrarlo?

—He hecho lo que había previsto—le responde con frustración—Déjame que te lo cuente, ¿vale? Desde el primer día que llegue, Marcel desconfío de mi. Desde el primer día, hizo ingerir verbena a sus vampiros que, como sabes, hermanita, los protege de mi control mental. Necesitaba un espía. Alguien de dentro de quien Marcel no sospechara. Así que cree un día cero y llegué primero. Marcel acababa de perder seis vampiros gracias a tu orgia de asesinatos y necesitaba nuevos reclutas. Me adueñé del nuevo antes de que probara una gota de verbena. Pero el mejor camino para llegar a un hombre es su corazón. Así que hipnoticé a la chica que le gusta. Y a este de aquí—señala a uno de los vampiros que aun no estaba muerto—voy a hacerle eliminar la verbena y a obligarle a creer que sus compañeros han encontrado la religión y se han mudado a Utah para que pueda explicarle a Marcel por qué a perdido a tres vampiros más esta noche.

Arrastra al vampiro al interior de la casa, siendo rápidamente seguido por Arielle.

—¿Alguien más tiene alguna pregunta?—cuestiona, mirando a Hayley y a Rebekah, quienes se colocan detrás de la Salvatore—

—Yo tengo una—habla Arielle llamando la atención de los tres—Hayley, ¿se puede saber que narices estabas haciendo en El Barrio Francés?

—Buscaba a la bruja pelirroja que te llevo al cementerio la otra noche, para que rompiera nuestro vinculo—le responde—Me dieron una nota para reunirme con ella ahí, en ese parque, supongo que me engañaron.

—¿Quién te dio la nota?

—No lo sé, una chica. No le vi la cara.

—Confías en extraños—se queja Klaus, acercándose a ella para sujetarla del cuello con fuerza—

—¡Nik!—exclama Rebekah—¡Nik!

Arielle se lleva las manos a su cuello al notar la falta de respiración por el agarre que Klaus ejercía sobre Hayley.

—¡Nik!—insiste Rebekah, separándole de la castaña—¡Quítale las manos de encima! ¡Está conectada a Arielle!

Klaus la observa arrepentido antes de llevar su mirada hasta Arielle, quien al igual que Hayley, intentaba recuperar el ritmo normal de su respiración.

—Está bien que la quieras, a ella y al bebé—asegura Rebekah, señalando a Arielle—Está bien que te importen. Eso es todo lo que pretendía Elijah. Lo que siempre a querido para ti. Lo que siempre hemos querido todos.

Klaus baja la mirada al suelo y se deja caer sentado en un baúl situado a su lado. Rebekah suspiran, sentándose junto a él mientras Arielle camina hacia Hayley, asegurándose de que se encuentra bien.

—Entregue a Elijah a Marcel—admite Klaus entonces—

—¿Qué?—Rebekah se gira hacia él—

—Marcel estaba nervioso. Ya era bastante malo que un Original volviera a la ciudad, pero dos... Su círculo estaba inquieto. Quería que Elijah se fuera así que se lo entregue como ofrenda de paz.

—¿Vendiste a nuestro hermano?

—Tengo un plan—le asegura, mirándola a los ojos—Ganarme la confianza de Marcel, desmantelar su imperio y honrar el deseo de Elijah de que ese bebé venga al mundo. Y voy a llevar a cabo mi plan de la única manera que sé. Si no te gusta, ahí está la puerta. Esto es lo que hay.


Klaus se adentra en su habitación y observa a Arielle, quien se encontraba dormida en la cama que ambos compartían. Lo que más odiaba de todo su plan era el poco tiempo que podían pasar juntos, pero verla tan tranquila lo compensaba todo.

—¿Vas a quedarte ahí mirando como duermo?—cuestiona Arielle con los ojos aún cerrados—

—Estas despierta—comenta, sentándose a su lado—

—No he pegado ojo. Esta casa es una sauna, estoy preocupada porque Elijah está en manos de una bruja que es capaz de hacer que Rebekah olvide donde la vio y tú no estabas durmiendo a mi lado—le responde, abriendo los ojos para mirarle—

—Si, lo siento—se disculpa—Acabar con Marcel ocupa mi tiempo.

—Lo entiendo, quieres recuperar tu casa.

—Nuestro hogar—corrige—Con la M de Mikaelson esculpida por todo el complejo, la inicial del apellido que llevará nuestro hijo.

—Llevará dos apellidos. Y en Mystic Falls ya hay una casa llena de S de Salvatore.

—Lo sé, pero quieres quedarte aquí, ¿no?

—Si, este sitio es maravilloso a pesar de que no pueda salir de esta casa a penas—le responde con una sonrisa—Damon me ha dicho que Stefan se ha ido de casa. Elena le ha elegido a él.

—Vaya, eso es sorprendente—admite con sorpresa—Creí que su amor era irrompible.

—Pues yo esperaba que eligiera a Damon y me alegro de que así sea. Todos piensan que Stefan es el bueno de lo tres, pero en realidad ese es Damon, es solo que la vida inmortal no le ha tratado muy bien.

—Pues yo creo que tú eres la buena de la familia—le sonríe, depositando un dulce beso sobre sus labios antes de levantarse de la cama—Haré que revisen el aire acondicionado.

Acto seguido sale de la habitación, dejando a Arielle con una tonta sonrisa en su rostro.




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top