Cap. XXVI

Tres semanas después...

El tiempo era algo incierto; pero para la población de la ciudad de México era tan distinto, hoy se celebra el día de muertos todo mundo estaba de fiesta con colores en todas partes y personas hacer su cena familiar, conmemorando ese día a sus ancestros que partieron las calles estaban cerradas en la gran plaza central; donde había gente reunida divirtiéndose y otros comprar lo que faltaba para llegar a casa y pasarlos en familia. A su vez; alguien miraba desde lejos, esa plaza en la planta alta de un edificio, estando sentado con los pies al aire de ese alto lugar la brisa lo cubría respiró hondo recordando muchas cosas de ese terrible día y como ella la vio perder.

Todo parecía ir en cámara lenta, pero después de que la tuvo en sus brazos, ella como pudo expresó esas palabras, que tanto anhelo oír de su boca lo llenaron grandemente, pero también sufrir mucho porque después de decirlo; Isla cerró sus ojos y no los volvió abrir. Obviamente, grito de impotencia la sostuvo calentando con su cuerpo el de ella, pero resulta que al durar unos minutos, Flavio procedió a qué se la llevarán unos soldados en este caso lo hizo un hombre de color llamado Mike, no objeto nada, porque se mantuvo con la cabeza gacha mirando sus manos manchadas de sangre precisamente las de ellas.

Hasta, que se puso de pie y siguió a los demás soldados que salieron, fue una lluvia de sangre en todas partes, cuerpos de soldados tanto de al mando de Atticus como de su amada, era increíble no podía dejar de verlo teniendo un sabor amargo por no poder estar a su lado y ver cómo pago tan duramente torturas, solo para sacarlo a él, no lo merecía al cambio, ella podía ser libre sin buscarlo; ahora toda su mente era un caos al confesarle que lo amaba tanto como siempre se lo declaró.

Sus pasos se dirigieron a la salida, pero se dio la vuelta viendo a la nada; al tocar su costilla se le fracturaron dos, casi pudo morir si no es por tener su intervención, a cambio apretó los puños en su sitio buscando una razón de todo este desenlace que hubo, sin verlo venir siente la voz grave de alguien desconocido, se gira para verlo mejor encontrándose con un hombre pelirrojo herido en su cuello y sangre en el cuerpo lo miraba serio y él no se inmuto por igual.


¿Dónde están todos? — pregunta, cosa que Liam elevo una ceja confuso.


Y tú ¿Quién eres? — obvio lo que dijo, para hacer otra pregunta.

Se volvieron a ver sin decir nada, no duro mucho tiempo ya que otro hombre se acercó a su lado, detallo que era un asiático que le sonrió por verlo vivo.


¡Robert! Que bueno verte, pensé que estarías...


Muerto... pues no Zoku, sabes que conmigo no es fácil deshacerse. — Gesticuló curvando una sonrisa, que él otro siguió.

La conversación la detallaba Liam, pero decidió salir no quería oír tonterías, pero la voz de uno de ellos lo hizo detenerse, aunque no voltearse.


Eres ¡Liam Nohán! No es así. — mencionó el japonés, pero decidió no hablar.


Deja al hombre en paz, debe seguir su camino Zoku. — respondió de forma serena, tocándose su cuello para tratar de relajar el dolor.

El japonés no quiso oír la voz de su compañero, sólo que decidió acercarse al mencionado, para verlo de frente; se dio cuenta que era el mismo que salvaron, el hombre por el cual Isla tenía sentimientos encontrados, eso lo pudo detallar en los ojos de ella, no por algo conocía el amor él mismo, pero decidió olvidar esos pensamientos eran muy profundos, para su gusto y volvió a dirigirse al de cabello negro como de mirada dura su cuerpo era un espía, eso lo vio por como su postura es tan erguida.


Cómo sabes soy Zoku; y lamento lo que pasó. — susurró, dejando que él otro apretara sus puños.


Hazle caso a tu amigo, así que apártate de mí camino. — fue todo lo que dijo, pasándole por un lado.

Ya alejado de todos emprendió la marcha para ver, dónde la llevarían, ahora su corazón estaba tan duro como piedra y doloroso en su alma, jamás pensó que pudiera existir ese sentimiento de soledad ante una perdida.

Fin del recuerdo


   Ese leve recuerdo lo detuvo al negar y sonreír de lado, porque lo que vino después lo dejo más asombrado por los milagros que Dios puede hacer y más, cuando no lo merecemos, por hacer cosas que manchamos con nuestras acciones o palabras, se coloca de pie mirando todo desde arriba, era increíble la vista conoció otra cultura y se enamoro de alguien con costumbres latinas sus mujeres hermosas, no hay duda de ello; se baja del lugar empinado para quedar en el suelo de piedras pequeñas que adornan el sitio. De pronto; siente que le tocan el hombro y se gira alerta, que relaja sus facciones al mirar a la persona.


— ¡Por fin! te encuentro Nohán. — la voz dulce de su vida lo hace sonreír, para después tomarla de la cintura.


— Ya estoy aquí, mi preciosa Isla. — respondió, negando por sus palabras algo cursi.


— Nunca vas a cambiar esos elogios. — se burló, pero la mano de Liam en su mejilla la dejo quieta viendo sus ojos grises.


— ¡Jamás! Te los diré siempre, mi preciosa Isla Yilmaz. — ante tales palabras, acortó la distancia besando los labios contrarios.

Ambos se fundieron en un beso, donde el uno como el otro, lo necesitaba; haciendo resaltar ese sentimiento tan profundo que fueron guardados en cada mano, ahora no podían separarse, llenando sus vidas, mente, como cuerpo de felicidad y paz; ella colocó sus brazos sobre su cuello acercándolo más a sus labios, se saciaban con esa unión de fogosidad, que los dejó con un nivel de temperatura en cada cuerpo ninguno deseaba estar lejos del otro, tanto que Isla tocó su pecho por un momento sintiendo el acelerado corazón se apartó para mirarlo con ojos de admiración absoluta.


— (Mi turco maravilloso). — hablo en turco, haciendo que se regocije Liam.


— (Suena genial, que me digas así.) — su sonrisa, contagió a la pelinegra que sólo lo abrazó sintiendo los latidos de su corazón.


— Pues no te acostumbres tanto Liam, debemos irnos es tiempo que vayamos a Turquía. — anuncio; lo que él otro no quiso ni pensar, optando un semblante serio.


— Isla deberíamos pensar...


— No Liam es lo mejor, debo ir a juicio y saber mi destino, he hecho mucho daño y quiero hacer la cosas bien está vez. — lo interrumpió, dónde recibió una negativa de su parte.


— Podemos hacer otro plan, pero este que te alejara de mi lado no Isla.


— Nunca te escaparas de mi Liam, pero sabes que es mi última palabra. — bufo, su hombre y ella sonrió de lado.


— De acuerdo Isla; pero antes disfrutaré un poco más contigo aquí. — la jalo y ella lo siguió, para estar viendo la vista, que antes él miraba.

Se detuvieron, para después Liam abrazarla por detrás y besar su cabello por momentos y oler su aroma vieron la vista sumergiéndose en un silencio cómodo pero grato en sus corazones, Isla no podía dejar de sentirse plena como feliz, apenas salgan a Turquía tendrá un juicio por sus acciones, su abogado estará a su lado para defenderla lo más que pueda, fue una decisión que tomo y Liam la respeto con la condición de nunca dejar de visitarla como hacerle visitas.

Eso la hizo reír, para recostar su cabeza en el pecho fornido del hombre que ama y le gustaba sentirse amada, como también querida por sus tres soldados especiales incluyendo a Mike su hermano mayor, allí rememoro parte de su despertar siendo un gran milagro marcando mucho su vida.


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