Veinte




— Después de ese trágico problema, decidimos que lo mejor sería irnos de Seúl. Realmente amamos demasiado vivir aquí pero es más importante nuestras vidas, Farah debe estar tranquila, ha sido demasiado para ella y mucho más cuando los medios de comunicación están hablando de esto, como si ella tuviera culpa — Habló Jeon frente a toda la familia, a su lado se encontraba Farah con la medida pérdida, no era la misma de antes. La que solía brillar por si sola, ahora solo se veía muy mal, con los ojos llorosos.

— ¿No pueden solo contratar guardaespaldas? Sería seguro para ambos, mudarse en algún otro departamento y... — Jungkook interrumpió a su madre, se acomodó mejor en su asiento, tomó la botella de tequila y vertió un poco en el vaso de cristal. Todos lo miraban, menos Farah, que solo deseaba irse y que Jeon terminara con la conversación.

— No, no voy a lamentarme otra pérdida y algún accidente por tomar esa decisión. Lo único que necesito es proteger a Farah, es todo. Solo quiero retomar algo, lo volví a repetir hace algunos días pero parece ser que se lo tomaron como una broma — Río con cinismo, pero antes de ello, procedió a beber todo el líquido que permanecía en el vaso — No sabrán dónde estaremos, no podrán visitarnos sin nuestro permiso. Ni mucho menos les diremos a que lugar nos iremos, porque si hay traidores dentro de la familia, me tengo que hacer cargo. Y no pondré en peligro la vida de Farah.

Todos en aquella mesa quedaron sorprendidos, Jungkook se levantó de su asiento y detrás de él, Farah quien prefirió no hablar y no mirarlos. La situación para ambos ha sido demasiado difícil, pero le ha afectado más a Farah. Mientras su novio solo trata de hacer todo lo que tenga en sus manos para protegerla, aquellos dos habían elegido un lugar para vivir y era lejos de Seúl, al menos por un buen tiempo las cosas deberían estar tranquilamente. Porque dentro de todo el problema que se ocasionó con Kim, descubrieron traidores dentro de la familia. Los cuales habían estado tratando de verlos separados y probablemente, muertos.

— ¿Crees que allá estaremos mejor? — Susurró Farah dentro del auto, Jungkook asintió y tomó su mano izquierda.

— Te prometo que será así, por lo demás no te preocupes, Jimin y Yoongi también están trabajando en esto.

— ¿Como sabes que ellos son tan confiables? ¿Y si nos traicionan en cualquier momento? Nunca he estado tranquila sabiendo que ellos son tus amigos, Jungkook.

— Cariño, ellos tampoco sabrán dónde estaremos. Nadie lo sabrá. Me refería a que están trabajando para encontrar a la persona que está tratando de hundirme. En este tiempo no confío ni en mi sombra — Comenzó a conducir con precaución, llegaron al departamento que habían rentado y que por cierto era una de las zonas más bajas de Seúl. Trataban de no levantar sospechas.

— Aquí nadie nos voltea a ver, es algo bueno ¿no?

— Si, eso quiere decir que no sospechan nada — Abrió la puerta, Farah se lanzó en el mueble muy cansada de todo — Recuerda descansar correctamente, nos iremos a las cinco de la mañana. Y por favor, sigue usando ropa que no sea llamativa ni costosa, podrás hacerlo hasta que estemos allá ¿si, cariño? —Jungkook se colocó frente a ella, a lo cual asintió con una pequeña risa. Desde que habían llegado a ese lugar, Farah quería salir con sus típicos trajes y llamativos, que decían Chanel por todos lados. Pero tuvo que hacer la excepción cuando su novio conversó con ella acerca de tratar de pasar por percibidos, no debían llamar la atención de nadie.

Jungkook se sentó con las piernas abiertas en el sofá, mirando al techo, aprovecho que Farah se había ido a duchar y sacó un cigarrillo. Dentro de aquel lugar no había nada realmente, más que las incontables maletas de ambos con sus prendas, comida que habían comprado en un supermercado para poder tener y no salir, la cual ya se encontraba a punto de acabarse pero no había problema por ello.

La casa era demasiado pequeña y no se encontraba en buenas condiciones, había humedad por todos lados, la pintura estaba un poco deteriorada. Y solo tenía una habitación, un baño y la cocina junto al comedor. Era todo. Pero realmente no les interesaba esto, solo era para evitar toparse con otras personas, estar tranquilos dentro de ese lugar. Todo a su al rededor se encontraba muy tranquilo y en silencio, a lo lejos podría apreciarse el sonido de los autos pasar, pero solo eso.

— ¿Quieres que prepare algo? — Farah llegó al pequeño sofá, pero Jeon negó con los ojos cerrados mientras su cabeza descansaba en el respaldo. La chica se subió a sus piernas a ahorcajadas y comenzó a repartir pequeños besos en el cuello de su chico mientras que sus manos vagaban por debajo de la camiseta negra que llegaba.

Jungkook seguía en la misma posición, estaba disfrutando el momento y a Farah le gustaba mucho eso.

— No te emociones, porque hoy no — La chica se bajó y siguió su camino hasta la pequeña cocina para preparar algún ramen o sea lo que sea que podría realizar en ese momento para calmar su hambre.

— Farah, ¿porque me dejas así? — Dijo Jungkook con una voz fuerte y grave, la chica comenzó a reír por ello y prefirió seguir en lo suyo. Comenzó a preparar el ramen con un poco de queso arriba, realmente no tenía muchas ganas de hacer algo más elaborado. Ya era tarde y solo comería eso para poder soportar, saldrían a las cinco de la mañana por lo que no habrá tiempo de comer hasta después.

— He hecho ramen, ¿querrás alguna cerveza? — Jungkook asintió mientras apagaba el cigarrillo, la chica llevó la comida hasta el sofá y Jeon colocó una pequeña mesa frente a ellos — ¿No crees que estoy gorda últimamente? — Susurró, la chica algunas veces solía sentirse mal por lo que comía, esto ocasionaba que ella misma se observara en el espejo y no le gustara lo que ve.

— No Farah, estas muy bien. ¿A que va la pregunta? — Jungkook alzó su ceja derecha mientras la miraba con seriedad, ella se encogió de hombros. La verdad es que hace poco había visto a una de las tantas amigas de Jungkook, se comparó con ella y pensó que debía bajar de peso. O verse más bonita.

— No es nada, lo siento.

Ambos decidieron dejar el tema y conversar de algo más que no estuviera dentro de sus preocupaciones. Jungkook se retiró para ir a darse una ducha mientras que ella se quedó en el sofá con el teléfono móvil de Jeon. El cual había comenzado a sonar.

Era ella.

Esa chica que solo hacía dudar todo el tiempo, ¿tendrá algo más con Jungkook? Le daba temor pensar en ello.

Al percatarse que no respondía la llamada, comenzó a mandar mensajes de texto, uno tras otro y así sucesivamente. Farah se acercó a leerlos, los cuales decían que lo extrañaba demasiado y no le gustaba la idea de que se fuera de Seúl porque no podrían verse. Antes de armar un problema o discusión, espero a que Jungkook llegara y ver la reacción de él.

Él llegó, tomó el teléfono móvil y lo vio, pero no tuvo reacción ante eso. Solo soltó un suspiro y sin decir nada, se fue a la habitación. Para este entonces, Farah comenzaba a llorar. Así que optó por también irse a la habitación, él estaba ahí hablando por teléfono, colgó en cuanto la vio entrar y actuó como si nada pasara.

— ¿Pasa algo? ¿Por que estás llorando? — Dijo él, con preocupación en su rostro. Farah negó y se sentó en la cama — Hey, dame una respuesta.

— Entonces tu también dámela, ¿porque esa chica está detrás de ti todo el tiempo? — Se levantó de golpe, Jungkook echó su cabello hacía atrás y comenzó a negar.

— Cariño, no es lo que estas pensando. Si, ella me ha estado mandado mensajes, llamándome todo el tiempo y justamente recibí una llamada para hacerle saber que debía dejarme en paz. No quería decirte porque son más problemas para ti, sin embargo, aquí está mi teléfono y puedes revisar la conversación y todo lo que gustes. Ya está bloqueada y pienso cambiar de numero en cuanto estemos allá — Jungkook le entregó el dispositivo a Farah pero esta no lo tomó, si le estaba dando la confianza de tomarlo es porque realmente no había nada más allá que eso.

— Olvídalo, lo siento, es solo que esa chica me tiene muy estresada.

Jeon soltó un suspiro y dejó su camiseta en la cama, procedió a abrazar muy fuerte a su chica y besarla con cariño.

— Se como te sientes, mañana podrás sentirte en paz, solo ten paciencia ante las situaciones — Besó su frente, Farah asintió y solo observó como su novio se acostaba en la cama.

No podía dormir, eran las dos de la mañana y aún no lo conseguía, Jungkook llevaba aproximadamente tres horas durmiendo. Así que optó por levantarse, tomar un vaso de agua y recargarse en el pequeño comedor, tomó su teléfono móvil y comenzó a observar sus redes sociales. Tenía mucho tiempo que no lo hacía. Comenzó con sus fotografías en Instagram, la última que había publicado fue hace un mes, no había malos comentarios en ello. De hecho, la mayoría le daba fuerzas y decía lo preciosa que es.

— ¿Que haces? — La voz de Jungkook la sobresaltó, él estaba ahí enfrente de ella, solo con un pantalón de dormir.

— Veía mi teléfono, no podía dormir — Soltó un suspiro, Jungkook realizó una mueca y se acercó a ella, la abrazó por detrás mientras le susurraba que todo estaría bien.

— Vamos a la cama — Farah se dio la vuelta para quedar frente a Jungkook, ambos se miraban fijamente.

— Tengo mucho miedo, Jungkook. ¿Que pasa si las cosas no van como realmente lo hemos dicho? ¿Si nos encuentran? He estado pensando demasiado en ello y me causaba temor que ni siquiera estando lejos estemos bien, no quiero que nada malo te suceda — Susurró, él acaricio su cabello mientras la veía, y para darle paz, le sonrió.

— Te prometo que no nos encontrarán, todo estará bien, nada malo va a suceder. Solo enfócate en nosotros, debemos vivir tranquilamente porque si es un constante temor, podemos enfermarnos. Quiero verte feliz, cariño, como siempre lo has sido.

Y ella confío en sus palabras.

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