Siete
Farah veía a su novio conversando con otra choca de forma alegre, aquello fue lo primero que le había dicho al chico. No quería verlo de esa manera con otras, es decir, no era tóxica o algo parecido pero...conocía a la perfección a cada una de esas mujeres y conversar no era lo que deseaban. Tenía que soportar el hecho de que coqueteaban con su novia y él pareciera ni estar por enterado. El lugar de la fiesta era en una casa victoriana, según Jungkook, valía muchísimo pero era especial por hacer las fiestas en ella, además de que estaba alejada de las demás. Así no habría problemas con vecinos y demás.
Todas las personas a su alrededor vestían de una forma diferente pero a la vez elegante, a ella le gustaba ¡por supuesto! Pero era sincera, nunca se colocaría algo así. Sus gustos eran muy diferentes, Farah prefería llevar siempre algún conjunto con falda que resaltarán sus bonitas piernas. O algunos short que se ajustarán perfectamente a ella, muchas chicas del instituto la envidiaban por siempre estar a la moda. Por los lugares de Jungkook, la trataban como una Barbie de cristal, de hecho, ese es su apodo. Parecía que era muy delicada y siempre muy elegante a donde quiera que vaya. Y no hay que mentir, Farah era muy seguida por chicos, ¿como no? Si era muy guapa. La mayoría la categorizaban como "La Regina George" pero más amable y humilde.
Farah miro fijamente a Jungkook en cuanto la había volteado a ver, le sonrió pero ella no imitó su gesto. Por eso mismo, su novio se despidió de aquella chica y se acercó a su novia porque estaba seguro que una escena de celos se aproximaba.
—¿Sucede algo?—Preguntó Jungkook en cuanto la vio con un aura molesta, el chico tomó un vaso de cristal que se encontraba en la barra y lo bebió de un solo trago, después, se lo extendió al barman para que le sirviera un poco más.
—Si, ¿porque lo dices?—Sus palabras fueron firmes y desvió su mirada hacía la barra para imitar el gesto de su novio. Él soltó una carcajada pequeña y tomó la cintura de su novia para después depositar un gran beso en sus gruesos labios tintados de rojo.
—Parece que estas molesta por aquella chica—Le susurró a su oído, alzó ambas cejas y lo empujó un poco con su mano izquierda donde adornaban unas perfectas uñas postizas de color negro.
—Por supuesto que lo estoy, Jungkook. Parece que coqueteabas con ella.
Él solo la siguió besando para que dejara de hablar sobre ello, no le coqueteaba, solo hablaban. Pero parecía que aquella chica si tenía la intenciones de coquetear, lo sabía Farah por que enseguida podía notarlo. De eso no había duda. De un momento a otro, Jungkook volvió a desaparecer por completo, Farah soltó un suspiro frustrado y decidió decir bebiendo para tratar de no entrar en locura. No tenía idea de a donde había ido, algunos hombres a su alrededor la veían y le sonreían pero ella les ignoraban.
—Hey, Farah—La llamó Jimin que estaba muy pasado de copas y además, sus ojos estaban muy rojos. Y su caminar era torpe, Farah colocó los ojos en blanco y decidió ignorarlo— Tú novio se encuentra afuera, lo he visto hace unos segundos.
—¿Que está haciendo?—Preguntó extrañada, Jimin solamente soltó una risita y se encogió de hombros. La chica se reincorporó y empezó a caminar entre las personas para salir de esa fiesta y buscar a Jungkook. No debía confiar tanto en Jimin, en realidad, pero de igual manera ya lo estaba haciendo. En el camino se topó con muchos chicos que trataban de coquetearle pero se las arreglaba para esquivarlos e ignorarlos, Farah formó una mueca con sus labios gruesos y por fin logró salir de tanta gente, soltó un suspiro aliviado y tomó con sus dos manos la puerta para salir de ese lugar lleno de personas drogadas, alcoholizadas y llenas de sudor.
Su mirada vago por todo la acera, se encontraba muy oscuro y empezó a sentir mucho temor. Farah insultaba a Jungkook en su mente cada que podía hacerlo, ¿como podía dejarla sola en lugar como estos? Eso fue lo que pensaba, estaba muy molesta y le costaría a su novio. Su mirada se detuvo en una sombra alta en la esquina, la persona se encontraba de espaldas pero la oscuridad no ayudaba mucho. Lo supo distinguir al instante ¿como no hacerlo? Si lo conocía a la perfección. Espero algunos minutos hasta que empezó a caminar con mucha discreción más de cerca para tratar de ver que era lo que Jungkook se encontraba haciendo. Se abrazó a si misma en cuanto sintió la brisa del aire frío chocar contra su cuerpo.
—Muy bien, te daré tres bolsas pero recuerda pagarme. Espero estes consciente de lo que sucedería si no es así—La voz de Jungkook fue ronca y gruesa, firme. Farah frunció el entre cejo sin entender de que hablaba. Pero en cuanto se dio la vuelta, notó aquellas bolsitas transparentes con un polvo blanco en manos del otro chico.
—¿Que sucede Jungkook?—Le preguntó ella, Jeon llevó el cigarillo a sus labios delgados y succionó fuerte, mantuvo el humo grisáceo por algunos segundos y finalmente, lo soltó. El chico se había ido del lugar, solo se encontraban aquella pareja.
—Nada, Farah—Se encogió de hombros, la chica empezó a negar con frenesí y soltó una risita sarcástica. Ya había entendido todo.
—De verdad no puedo creerlo, ¿vendes esas sustancias? ¿Que es lo que te sucede Jungkook?—Le replicó, molesta. Jungkook solo la miraba fijamente, Farah desvió su mirada hacia el frente pero lamentablemente solo había pastizal y más pastizal. ¿Como saldría de este lugar sin ayuda de Jeon? Odiaba siempre depender de él.
—No se de que hablas.
—Oh vamos, deja de fingir. Vi perfectamente lo que estabas haciendo, ¿porque cada día te metes en algo peligroso? No tienes ni siquiera la necesidad de estar vendiendo eso—Le reclamo, Jungkook chasqueó la lengua y echó su cabeza hacía atrás sin saber que decirle a su novia sobre lo que había visto.
—Preciosa, no es mío. Solo lo entregue ¿si?—Se acercó a ella pero Farah negó sabiendo que mentía.
—No soy tonta, Jungkook. Dime, ¿por qué vendes esas sustancias? ¿Acaso crees que es un juego? Es peligroso, no puedo creer que estes dentro de esa tontería. Por Dios, no lo esperaba.
—No hay ningún peligro, solo que un amigo me ofreció el trabajo y acepté. Puedo ganar mi propio dinero sin tener que pedirle a mis padres—Volvió a darle una calada fuerte al cigarillo que estaba por acabar y por último, lo lanzó al suelo donde lo aplastó con la suela de sus botas negras.
—¿Solo por eso lo has hecho? Jungkook, tienes una tarjeta negra con mucho dinero y ¿aún así te metiste a vender droga? ¿Es que acaso no piensas que si es peligroso? Tan solo imagina que algo no sale bien ¿y que pasará? ¡Probablemente te maten, hasta yo misma podría ir involucrada!—Le gritó, Jeon soltó un suspiro y asintió. Estaba frustrado y además muy ebrio, no tenía idea de lo que decía.
—Ya, Farah. Estoy dentro, ya no puedo hacer nada.
—Bien, me iré de aquí. Espero te salgas de esos negocios o terminamos esta relación, Jungkook.
Capítulo festejando al bebé del grupo que cumple 23 añitos 💜
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