Quince





Taehyung se levantó de su asiento para proceder a recoger sus pertenencias que se encontraban en el suelo. Pero Park se lo impidió, con el pie derecho las empujó hasta otro lugar causando que se desparramaran por todo el suelo del salón de clases. Kim se arrepintió de haber llegado tan temprano al instituto, pensó qué tal vez no se toparía con ninguno de ellos pero los planes no siempre están a nuestro favor. Quería defenderse de aquellos dos chicos que disfrutan molestarlo cada que podían, mientras que lo peor le tocaba a él.

— Dame tu mochila — Park le exigió con un tono duro, mirándolo desde arriba. Taehyung obedeció rápidamente, cerró los ojos con fuerza por algunos segundos cuando se la habían arrebatado de sus manos.

Jimin abrió la mochila de un solo movimiento y la colocó boca abajo, todos los libros y cuadernos de Kim cayeron de inmediato al igual que el almuerzo que su madre le había preparado. Algunas lágrimas ya caían por sus mejillas que se tornaban de un color rojizo.

— Para, por... favor — Tartamudeó, Yoongi soltó una carcajada después de haber expulsado el humo grisáceo del artefacto que llevaba entre sus dedos pálidos.

— Pero esto apenas comienza, Kim — Chasqueó la lengua, Park lo miró con burla y asintió — Ah, levántate y siéntate.

Con movimientos temblorosos, lo hizo. Min encontró unas tijeras en el suelo y se las entregó a Park, este las tomo con gusto y se acercó a Taehyung con claras intenciones. Si, cortarle el cabello.

— No, no, no. ¡Por favor! haré... haré lo que me pidan pero no... ¡no hagan esto! — Suplicó demasiado alterado, Jimin ignoró sus palabras y tomó el mechón más largo pero antes de intentar cortarlo, golpearon la puerta del salón de clases.

Yoongi de mala gana fue hasta ella verificando primeramente de quien se trataba, la mejor amigo de Farah, Jennie.

— ¡Hey! ¡Salgan a detener a Jungkook, se ha vuelto loco! — Exclamó entre jadeos, se encontraba cansada por correr tanto desde el estacionamiento. Jimin soltó un bufido y lanzó las tijeras al suelo, le lanzó una mirada de advertencia a Kim y susurró "esto no se acaba aquí" con unas penosa maliciosa, dicho eso, salió del lugar.

— ¿Que ha pasado? — Preguntó Jimin mirando a la chica que trataba de recobrar el aliento que había perdido en aquella larga corrida.

— Han comenzado una discusión muy fuerte o algo así, Jungkook se ha vuelto un loco que está gritándole demasiado a Farah. Tengo miedo de que pueda golpearla — Confesó, los dos mejores amigos de Jeon pasaron a un lado de ella caminando rápidamente para llegar al ascensor que los llevaría al primer piso.

Farah trataba de salir del auto donde se encontraba con su novio quien se había vuelto loco por un simple comentario que había hecho de Taehyung. Pero, ¿en realidad estaba mal ella? Es decir, solo había mencionado que era un chico muy lindo y podía enamorar a cualquiera, si lo tomaran en cuenta. Pero además de eso, también dijo que le gustaría pasar más tiempo con él.

Y agregándole a un Jungkook un poco... alterado debido a las sustancias tóxicas. Era una mala combinación.

— ¡Cálmate! — Gritó ella. Algunos estudiantes miraban dentro del auto tratando de averiguar que sucedía, hasta que Jeon bajo con furia y todos salieron corriendo, no literalmente, pero casi.

— ¡Bájate del auto, ahora! — Él le devolvió el grito, lo ojos de Jungkook estaban inyectados de sangre y su pecho bajaba y subía de forma brusca. Los músculos estaban tensos y por más que deseaba golpear algún objeto, no podía. Menos a ella, nunca le tocaría de esa manera ni con el pétalo de una flor.

— Jungkook, estamos en el estacionamiento. Debes tranquilizarte y... — El chico la interrumpió en cuanto se acercó a ella de manera amenazante.

— He soportado por tantos meses que estés detrás de ese niñato, parece que te importa más él que tu propio novio — Susurró centímetros de sus labios, tomó a Farah de la barbilla pero siendo cuidadoso de no lastimarla y plasmar sus dedos o anillos plateados en su lindo rostro.

— Jungkook, solo quiero ayudarlo, sabes que lo hago con cualquier persona.

— ¡No me molesta que lo ayudes! ¡Me molesta que todo el tiempo estés hablando de él cuando hay temas más importantes del que debemos hablar! — Farah miró con temor a Jeon, su rostro se había endurecido y algunos pequeños mechones de cabello que se sobresalían de su coleta volaban de un lado a otro por el viento.

— Lo siento, lo siento. Está bien, acepto que tengo la culpa pero es que... no lo sé, pensé que no te molestaba que hablara de Taehyung. Solo quería contarte lo que pasaba — Comentó en voz baja, su novio soltó una carcajada demasiado sarcástica, pasó su dedo pulgar por el labio inferior y retrocedió dos pasos.

Jungkook observó a las personas que pasaba por el lugar, todas de entrometidas en donde no les llamaban, según sus pensamientos. Pero vamos, nadie podía creer que la perfecta pareja de hace años, estuviera constantemente discutiendo por razones desconocidas. O eso dicen, pues algunos se encargaron de esparcir el rumor por el instituto.

— Todo lo que haga Taehyung a mi no me interesa, me da igual. Solo me interesas tú y quiero escuchar sobre ti, tu familia o lo que más te guste hacer actualmente, ¡no lo sé! ¿O es que acaso a ti te gustaría que estuviera mencionando una y mil veces el nombre de alguna chica? — En ese momento, se percató que Kim estaba cerca de la puerta del instituto. Camino hacía él, con molestia, estaba cegado por ella. Y es que le ponía furioso que su chica solo hable de él.

— ¡Jeon Jungkook! ¡Ven aquí! — Gritó Farah, pero por supuesto que el chico no le obedeció. Ella comenzó a caminar rápidamente, lo más que sus zapatos de tacón le permitían y aunque podía correr sin problemas, prefería no hacerlo por que nunca se sabe cuando pueda pisar alguna piedra y caer.

Jeon tomó a Taehyung del cuello de la playera que llevaba y lo estampó contra la pared más cercana.

— Tienes un día para que salgas del departamento de Farah y tres para que busques otro institución. Porque me encargaré de que te expulsen — Ejerció fuerza contra él, Taehyung lo miraba a los ojos sin decirle algo. No podía formular alguna palabra, ya había pasado por tanto ese día y lo único que podía hacer era sollozar como un tonto.

— Jungkook, suéltalo.

— Te he dejado bien claro que esto pasaría ¿no? En cualquier momento... o tal vez no. Pero has llegado al límite de mi paciencia, Taehyung — Lo empujó al suelo, Kim logró meter sus manos para evitar un mal golpe en el rostro. Se sentía tan pequeño, indefenso y tonto. Farah lo miró, recorrió su rostro y de inmediato sintió lástima, su aura era de tristeza. De sus ojitos no paraban de salir lágrimas, su ceño de encontraba un poco fruncido y los delgados labios que poseía temblaban.

— ¿Por que le haces esto? El problema es conmigo, Jungkook.

— Tengo mis razones, Farah y no me busques — Le dedicó una ultima mirada y pasó a un lado de ella chocando su hombro. La chica se dio la vuelta para verlo correr hasta el auto con sus dos mejores amigos detrás de él, comenzaron a discutir hasta que Jeon se fue del instituto. Sintió un gran vacío cuando pronunció aquellas palabras: "No me busques".

Secó algunas lágrimas y se acercó rápidamente a Taehyung que comenzaba a levantarse con dificultad pues le dolía todo el cuerpo.

— Lo siento, solo te he traído problemas. Él estaba muy alterado, han pasado tantas cosas y... bueno, es complicado. Pero no es ninguna justificación para que te trate así — Realizó una mueca con sus labios tintados de rojo, Kim negó y sacudió sus manos. Farah lo ayudó a levantarse del frío suelo y salieron del pasillo bajo la mirada de los demás alumnos que habían presenciado todo.

Ningún profesor protestó o intervino, mucho menos el director. Esto porque conocían a Jungkook y en pocas palabras, era como un buen donante al instituto, por lo tanto, permitían que hiciera y deshiciera.

— Tranquila, Farah — Mencionó el chico de gafas al verla sollozar, ella negó y trató de sonreírle.

— Lo siento es que... no se como tomarme sus palabras. Tal vez esto ya terminó.

— Solo está molesto, sé que Jungkook volverá por ti. Solo dale tiempo y espacio — Se encogió de hombros, Farah sonrió y asintió.

Jungkook no se encontraba en su mejor momento, desde que comenzaron las audiencias por el crimen de su padre, ha estado ingiriendo alcohol y demás. Al parecer, trataban de ocultar las huellas o manipular la evidencia, lo cual traía a Jeon de una manera tan alterada por que debía pensar que haría ante eso. ¿Como defendería a su padre?

— Farah, descubrí hace poco que... — Pausó y mordió sus labios por algunos segundos, debatiendo en su mente sin contarle.

— Ajá... — Emitió para que prosiguiera.

Taehyung se sentó a un lado de Farah quien se había sentado en la mesa más alejada de la cafetería. Comenzó a jugar con sus dedos, sudaba frío y movía inconscientemente la pierna derecha.

— Al parecer... — Carraspeó su garganta. Farah lo miraba sin entender nada pero le presto atención — Mi madre tuvo un amorío con el señor Jeon y.... bueno, quiero decir, creo que... — Soltó un suspiro y cerró los ojos contando hasta cinco — Jungkook es mi hermanastro.

Farah se enderezó y miró a Taehyung de manera seria pero con su boca un poco abierta. No sabía como reaccionar ante tal confesión.

— ¡¿Que?! ¿Como... como pasó? ¿Jungkook sabe de esto, cierto? — Tragó saliva, Kim asintió aún con un aura de tristeza en su rostro. La chica había recibido una gran confesión y ahora entendía el porque Jeon se comportaba raro cuando hablaban de su padre.

— No se como se enteró pero llegó al departamento para hablar con mi madre. No se comportó grosero pero sabía que estaba molesto, así que solo se fue sin despedirse. También mencionó que un negocio me pertenecía — Hablo en voz baja, movía sus ojos de un lugar a otro, menos al rostro de Farah.

— Eso quiere decir que su padre estaba consciente de ti y nunca lo mencionó. Pero, ¿solo un negocio? Es muy poco.

— No, es decir, esta bien. En estos tiempos no importa, solo me interesa ganar un poco más de dinero y de manera justa.

— ¿Sabes del negocio?

— Si, es un restaurante. Uno de los mejores aquí en Seúl — La chica se asombró, los cinco mejores posicionados en la lista eran del señor Jeon. Los cuales se habían quedado a nombre de Jungkook, menos aquel que le pertenecía a Kim.

— Vaya, repartió empresas por todos lados — Susurró. Sin poder creer que d e verdad Taehyung era familiar de Jungkook, ¿como habría reaccionado? Oh claro, de la peor manera.

— ¿Como es que tienen tantos ingresos y negocios? — Preguntó con curiosidad. Farah se acomodó y sin ganas de responderle, aún así lo hizo. En su mente solo estaba Jungkook y el salir a buscarlo.

— Bueno, generalmente los empresarios buscan ganar más y más dinero. Algunos solo se conforman con crear otra empresa y otros, tal es el caso del señor Jeon, le gustaba el ambiente de los negocios, economía y todo lo que implica esto. Así que, decidió crear más y más negocios para que tuviera ingresos de diferentes partes, tan solo debes buscar su nombre en Naver y sabrás que es el segundo hombre más rico de Corea del Sur.

— ¿El segundo? No quiero imaginarme el primero, ¿de quien se trata? — Las expresiones que Taehyung hacía, le causaban ternura a Farah. Era demasiado tierno como se sorprendía por lo que le conversaban, deseaba que algún día tuviera todo ese dinero para conseguirse lo que necesitaba.

— Mi padre — Soltó una carcajada pequeña. Kim abrió los ojos en grande y entre abrió sus labios delgados que ya no temblaban como minutos atrás.

— Wow, ¿y cuál es tu técnica?

— Bueno, el señor Jeon se basaba más en restaurantes, cafeterías, un solo hotel y panaderías. Y las tres empresas que poseía. Mientras que mi padre posee hoteles, hospitales, institutos y sus demás empresas que fabrican. Esa es la diferencia, ayuda demasiado que todas son comercializadas a otros países. Y aman sus contenidos.

— Me encantan esos temas pero a la vez el arte, ¿que podría hacer? Lo siento si pregunto tanto, es solo que... — Farah lo interrumpió.

— No hay problema, Taehyung. Peeeero... — Alargó la vocal y chasqueó la lengua — Podrías formar una empresa que tenga que ver con el arte, puedes crear tus propias pinturas y bocetos. ¿Si me entiendes?

— Claro, claro. Es una buena idea pero... para ello, necesitó mucho dinero.

— Taehyung, puedes crear una empresa con tan solo un billete de cinco mil wones. La clave de esto es que uses tu inteligencia y seas astuto, tengas claros tus propósitos y nunca te rindas. No es fácil, recuerda, mi padre comenzó desde muy abajo pero nunca se dio por vencido, todos los días trabajaba en ello, se asociaba con demás hombres en busca de una oportunidad y ¡mira! Lo logró. Pero aquí no importa el dinero, si no lo que te gusta — Sonrió, las palabras de la chica le habían encantado y ahora lo había motivado a esa meta que quería alcanzar. Ahora sabía porque Jungkook estaba muy enamorado de ella, era el complemento perfecto. Y no era para él, si no para si hermanastro.

— Muchas gracias, Farah. Me has motivado. Te debo mucho, has sacrificado tu relación y... y, bueno, no debe ser así. No deberías estar aquí conmigo, busca a Jungkook.

— Tranquilo, lo haré. Solo hay que darle tiempo, Jungkook tiene tantas cosas en su mente que merece un respiro. Y recuerda que si necesitas algo, puedes contar conmigo — Sonrió un poco, él asintió sin perderle la vista hasta que desapareció del lugar. Comenzó a sentir como sus mejillas se sonrojaban y trató de hacerse más pequeño en cuanto el timbre del instituto había dado aviso para la siguiente clase.

— Es mejor que comiences a alejarte de Farah — Una persona detrás de él, causó que soltara un brinco. Se dio la vuelta para mirar a un chico que escondía parte de su rostro y vestía completamente de negro.

— ¿Quien... eres? — Dijo con los nervios al tope. El chico realizó un ademán con su cabeza para que lo siguiera, Taehyung obedeció. Se insultaba a sí mismo por ser así, porque por ese motivo es que también recibía golpizas inesperadas.

Habían llegado a un lugar más alejado del instituto, donde casi no había estudiantes rondando por los pasillos. El chico misterioso se deshizo de su mascarilla y bajo el gorro de la sudadera.

— Jung, Jung Hoseok — Se presentó, Taehyung realizó una reverencia.

— Kim Taehyung.

— Lo sé — Chasqueó la lengua, el mencionado retrocedió un paso y miró al chico que tenía frente suyo con el ceño un poco fruncido. Hoseok acomodaba la sudadera antes de mirar a Kim.

— ¿Necesitas algo? No... no tengo dinero — Susurró con timidez. Jung soltó una pequeña risita y negó con la cabeza.

— No soy amigo de Jeon pero deberías alejarte de su novia, suele ser muy celoso cuando un chico está detrás de ella. Algo así como tú y por lo que noté, su paciencia acabo. Lo cual no es bueno — Su mirada se dirigió al césped que estaba bajo sus deportivos, muy bien cuidado hasta el último rincón del instituto.

— No he hecho nada, lo... lo juro — Comenzó a jugar con sus dedos, un gesto que realizaba cuando se encontraba nervioso.

— No, teóricamente no. Pero Jungkook es así, mira que tú seas su hermanastro no quiere decir que tengas privilegios. Porque antes de esto, él no te considera como tal — Formó una mueca con sus delgados labios, Taehyung se sorprendió al escuchar sus palabras, ¿como es que él solo sabía? O más bien, ¿quien es? — Se absolutamente todo, los secretos de la familia Jeon, eh. Escondiendo perfectamente a un integrante más de la familia. ¿Que pensará la prensa de ello?

— No pertenezco a esa familia.

— Bueno, no al cien por ciento pero eres hijo del señor Jeon. Que por cierto, una lástima lo que le sucedió, dicen que ya encontraron al culpable. Aún así, supongo que no lo extrañas, digo, a duras penas te colocó en este instituto — Se encogió de hombros, buscó donde sentarse hasta que se encontró con la pequeña hilera de asfalto donde colocó las palmas de sus manos en las rodillas.

— Si lo extraño pero no al punto de llorarle.

— ¿Sabías que te dejo un negocio, no?

— Si.

— Si Jungkook no te lo entrega, debes pelear por ello. Se hará una revolución por todo Corea y fuera de esta, ya sabes, un señor ejemplar ante los ojos de la sociedad.




Por otro lado, Farah había contactado a Jungkook. Se encontraba a las afueras de Seúl, aquel lugar donde solían ir cuando deseaba despejar sus mentes. Había una pequeña cabaña, demasiado para ser de verdad.

La chica condujo hasta tal lugar, le tomaría tiempo llegar pues se encontraba un poco retirado del instituto. Aproximadamente treinta minutos o un poco más, mientras tanto, se dedicó a tararear una canción cualquiera que encontró en la radio. Tenía buen ritmo, causaban ganas de detener el auto, salir y bailarla completa. Dynamite, era el título de dicho tema.

El auto se detuvo detrás del que le pertenecía a Jungkook, lo veía de pie mirando hacía la carretera que avanzaba hasta llegar a otros lugares impresionantes. No había mucha población por esos lugares, de hecho, era muy raro ver personas por esos lares.

Farah bajó del auto en silencio, tuvo dificultad en caminar por las piedras pero tenía el control de eso.

— ¿Estas bien? — Preguntó cuando se acercó a él, Jeon se dio la vuelta soltando un suspiro y negó rápidamente. Farah chasqueó la lengua y se cruzó de brazos.

— Me duele mucho esto, Farah. Últimamente tantos problemas entre nosotros, las empresas, mi familia y mi padre con secretos que nunca pensé que tendría — Y por fin lo había dicho, no directamente pero lo hizo.

— Pero entre nosotros todo está bien, Jungkook.

— No, no lo está. Desde que Taehyung llegó al instituto, las cosas han cambiado pues parece que te importa más él. Todo el tiempo estás detrás de Kim como si fuera un niño pequeño. Sabe lo que hace, puede salir adelante con su esfuerzo. Nosotros no tenemos la culpa de que sea de bajos recursos.

— ¡Pero podemos ayudarlo! ¡Además es tu hermanastro! — Se acercó más a Jeon para encararlo, el mencionado soltó una carcajada pero de manera sarcástica, rascó un poco su frente y la miró.

— ¿Así de rapido te dijo? No puedo creerlo...

— Al menos lo hizo, ¿pensabas contarme?

— Si, pero no ahora. Debes entender que tengo tantas cosas en mi mente, Taehyung ha acabado con mi paciencia y le di tiempo para que saliera del instituto. Y con respecto a que es mi hermanastro, yo no tengo la obligación de ayudarlo. ¡Mi padre solo le dejo un negocio, de los miles que tiene solo uno, Farah!

— Ya, déjalo así. No podemos seguir discutiendo por él, pronto nos vamos a casar y... — Jungkook la interrumpió dejando caer sus brazos a cada lado de su cuerpo.

— No lo haremos por el momento, primero necesito darme un tiempo.

— ¿De que estás hablando, Jungkook? — Los ojos verde miel de la chica comenzaban a lagrimear, sentía que lo peor se venía. Tal vez era el fin de su relación después de tantos años juntos y pasando por diversos recuerdos. No era justo, no para ellos.

— Me iré a México, por algunos días o semanas. Necesito estar solo, pensar las cosas y que tú también lo hagas. Por qué ahora pienso que estoy en una relación de tres, Kim Taehyung es la palabra principal que hay entre nosotros dos, por lo más mínimo que sea, lo mencionas — Comenzó a caminar hacía su auto, Farah se quedó estática solo con sus lágrimas corriendo por sus mejillas una tras otra hasta caer al suelo y desaparecer.

— Jungkook, por favor... — Lo vio acercarse con una cajita en color negro.

— No es el anillo de compromiso, solo quiero que lo uses como una promesa de que volveré y seguiré enamorado de ti. Si al llegar a Seúl de nuevo, no está esa sortija, sabré que no quieres saber de mí — La tomó de la cintura acercándola a su cuerpo, Farah seguía admirando el anillo precioso que tenía entre sus manos. Se lo había colocado de inmediato.

— No me dejes aquí sola, ¿que haré sin ti? —Preguntó aferrándose a sus brazos, sollozando por este tema.

— Eres capaz de hacer cualquier cosa, no dependas de mí Farah. Solo será un tiempo, no sabré con exactitud cuánto. Mi madre ya está al tanto de las empresas junto a sus demás empleados. No te preocupes por nada, solo por ti — Sonrió en grande, a pocos centímetros de su rostro. Besó cada rincón de este hasta terminar en sus labios, besándolos con ternura y delicadeza como si fueran a desprenderse en cualquier momento por algún movimiento brusco.

— Jungkook, no me olvides... — Él negó con una pequeña sonrisa sin mostrar sus perfectos dientes, poco a poco se fue desprendiendo del agarre de la chica hasta hacerlo por completo, dejando a Farah con el corazón en la mano, destrozada.

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