Dieciséis
— ¿Crees que hiciste lo correcto? Alejarte demasiado para pensar las cosas, distraerte y bueno... por el negocio? — Preguntó Jimin, con un cigarillo entre sus pequeños dedos y mirando a su mejor amigo quien empacaba sus prendas.
— Jimin, ella habla todo el tiempo de Taehyung. Quiero darle tiempo para que Farah aclare su mente.
— Es que... Jeon, prácticamente le estas dando el pase automático a Kim para que se quede con Farah — Reprochó, después de haber soltado el humo grisáceo.
— Ella no es ningún trofeo, no lo digas de esa manera.
Park soltó un bufido y negó repetidas veces, solo observaba en silencio sus movimientos, como iba de un lado a otro guardando sus pertenencias con una aura muy tranquila. Jimin se sentó en la esquina de la cama y prosiguió a hablar:
— Si, no es ningún premio o algo así. Solo que no puedo creer que te vayas para que Farah aclare si está enamorada de Taehyung — Insistió con el tema, Jungkook mordió su lengua y se quedó quieto prestándole atención a su mejor amigo — Jeon, es tu novia de hace años. Se conocen desde muy chiquitos y que hagas esto de repente no me parece adecuado. ¿Y si cuando regresas ella ahora está con Kim?
— Es que no entiendes Jimin, tal vez si lo está. Todo el tiempo habla de él, parece que no puede estar un solo día sin que de su boca salga su nombre y me frustra, también me duele. Sabes que amo a Farah... — Park lo interrumpió.
— Y demasiado, ella llegó a tu vida para moverte el tapete en segundos — Jungkook sonrió y asintió, aún recordaba cuando la volvió a ver, toda una chica madura y preciosa. Inmediatamente llamó la atención de todos debido a su piel pálida, buen gusto por la moda, cabello rubio y unos ojos preciosos.
— Solo será poco tiempo, Jimin. Además, debo arreglar algunos negocios allá, de igual manera, me tengo que ir. Solo te pido que por favor la cuides, sabes que los demás aprovechan para irse contra ella como pirañas.
— Claro que si, a pesar de que tenemos un poco de diferencias entre nosotros, la cuidare junto a Yoongi.
— Eso me deja un poco tranquilo pero solo será poco tiempo — Cerró la maleta y la colocó en el piso con solo una mano, tal cosa que le sorprendió a Park.
— Creo que cada vez ganas músculo, no puedo creerlo — Soltó una risita, Jeon se encogió de hombros y tensó sus brazos para que estos se miraran más toscos y las venas resaltarán mientras eran cubiertos por la tinta negra que estaría para siempre en ellos.
Jungkook, quien llevaba una camiseta de tirantes en color blanco, la cual estaba abierta por los laterales hasta llegar al nivel de la cintura, su cabello negro intenso el cual se encontraba en una coleta alta, brillaba demasiado por los productos que su novia le había enseñado a utilizar, perforaciones por diferentes lugares de su rostro así como orejas hasta llegar al lóbulo, pantalón chándal y borlas militares, ambos en color negro como la mayoría de las veces. Y lo que más resaltaba en él eran aquellos brazos invadidos de tinta.
Así era como Jeon se había hecho presente en el instituto para despedirse de Farah, no podía irse de Seúl sin por lo menos decirle "Nos vemos pronto" o un pequeño beso. Era lo único que pedía a pesar de que su relación estaba por los suelos, era claro que nunca dejaría de amarla.
Cuando bajo del auto, se apoyó en este sacando un cigarillo del bolsillo izquierdo al igual que el encendedor para proceder a prender aquella sustancia que tanto le afectaba. Ya era costumbre que las chicas lo miraran, pero esta vez resultaba algo más... incómodo. Debido a que de detenían y lo miraban sin ningún pudor mientras cuchicheaban entre ellas, otras trataban de saludarlo pero Jungkook las ignoraba porque no eran de su interés. Ni lo serían.
Se reincorporó cuando vio a Farah salir del plantel, admirándola por completo. Sonrió un poco con el cigarillo entre sus labios, le encantaba que llevara faldas cortas, zapatos de tacón y blusas que no llegaban ni siquiera a la mitad de su abdomen, sin olvidar que lo favorito de ella era su cabello rubio. Sabía vestirse bien, parecía una muñequita de porcelana.
Farah miró a Jungkook a lo lejos, sintiendo una opresión en su pecho y con la ilusión de que él no se iría.
Jeon alzó su mano derecha e hizo una seña para que se acercara a donde se encontraba. La chica por supuesto que no lo pensó, caminó rápidamente hasta él y sin decirle algo más, se lanzó en sus brazos. Jungkook la tomó de la cintura, la cual era muy pequeña para sus grandes manos.
— Te extrañe demasiado — Susurró en su oído, el chico sonrió y besó su mejilla. Se mantuvieron cerca, a pocos centímetros de sus rostros.
— Farah, se que piensas que no me iré. Pero tengo que hacerlo — Ladeó su cabeza cuando ella desvió su mirada soltando un suspiro pero también percatándose de las miradas puestas en ellos o mejor dicho... en Jungkook.
— Amor, por favor... — El chico negó interrumpiéndola, Farah retrocedió dos pasos y se cruzó de brazos.
— Preciosa, ya hablamos de esto. No podemos regresarnos a lo mismo porque vamos a terminar discutiendo.
— Jungkook, solo estás pensando en ti. ¿Y yo que? ¡Soy tu novia! — Gritó la última oración, Jungkook resopló y chasqueó la lengua.
— Si, Farah. Lo eres, pero entiende que debo irme, no solo a despejarme también debo arreglar algunos negocios que tenemos en México.
En ese preciso momento, justo cuando Farah iba a responderle, unos gritos euforia los interrumpieron. Ambos voltearon en dirección a donde se escuchaba, era un círculo de personas que miraban algo entretenido. Decidieron ignorarlo pero Farah se percató por un momento que hacía alguien en el suelo.
— ¿Ese no es Kim Taehyung? — Preguntó Jimin, haciendo presencia a un lado de la pareja que comenzaba a discutir.
— Se metió en problemas, nada nuevo — Jungkook soltó una risita sarcástica, observando el lugar de donde provenían todos esos gritos. Al parecer se burlaban de él.
Lo miraron desde lejos, Taehyung salía del instituto totalmente lleno de pintura roja, se había destruido su ropa así como gran parte de la mochila y estaba seguro que sus libros no se habían salvado.
— Oh Dios mío, ¿quien le hizo eso? — Exclamó Farah, sintiendo lástima por el chico, de veía cabizbajo y parecía querer correr para que nunca más lo molestaran. La chica hizo ademán de ir hacía él pero Jeon fue más rápido y habló:
— ¿Es él o yo?
Farah lo miró confundida y con sus labios entre abiertos, Jeon también la miró pero sin ninguna expresión. Los dos se miraban, fijamente, ella sin saber que decir y Jungkook con miles de palabras guardadas.
— ¿De que estás hablando, Jungkook? — Hablo pausadamente.
— Él o yo, así de fácil.
— Por supuesto que tú, pero hay que ayu.... — Jungkook la interrumpió en cuanto se reincorporó y se alejó de la chica negando con la cabeza.
— De acuerdo, adelante. Ayúdalo.
Jungkook lo decía de manera sarcástica pero Farah no lo comprendió, así que se alejó de él para auxiliar a Taehyung. Jeon soltó un bufido y miró a su mejor amigo quien realizó una mueca con sus abultados labios y también negó en desaprobación por lo que había hecho Farah.
La miró llegar a Kim, lo tomó de la mano y rápidamente obtuvo sacarlo de ese lugar. Farah caminaba en su dirección con su hermanastro pero antes de que llegara, Jungkook se subió al auto, lo encendió y comenzó a conducir fuera del lugar.
— ¡Jungkook! — Gritó Farah, pero él la ignoro y acelero para no verla más.
Jimin miró a Farah y soltó un suspiro.
— Creo que está de más el decirte porque lo hizo. Nos vemos luego, Farah — Se despidió, dejándola en medio de ml estacionamiento con Taehyung quien sollozaba y no prestaba atención a su alrededor.
La chica sintió unas intensas ganas de echarse a llorar pero debía ser fuerte, al menos por ahora que no podía hacerlo cuando tenía a Taehyung detrás de ella. Respiro hondo y comenzó a caminar en dirección a su auto con Kim a un lado, le indicó que subiera sin importar que dejaría rastros de pintura por los asientos, no tiene problema con eso.
— ¿Quien te hizo esto? — Preguntó una vez dentro del auto, sin encenderlo.
— No... no lo sé — Respondió entre sollozos.
— Bien, no te preocupes. Nos daremos cuenta el día de mañana, yo me encargo de eso — Le sonrió, Tae asintió y seco sus lágrimas con sus dedos largos.
Por otro lado, Jungkook estaba que echaba humo por las orejas de lo furioso que se encontraba. Odiaba que su novia prefiriera a su hermanastro antes que él pero tampoco podía creer que no le importó ni siquiera un poco que le haya dado a elegir. De verdad que quería desaparecer a Kim Taehyung para que Farah no lo volviera a ver más.
— Ella no dijo nada porque sabe perfectamente que es cierto — Le dijo Park, quería lanzar el teléfono móvil por la ventana pero debía contenerse.
— Es que de verdad no puedo creerlo Jimin, fui hasta el instituto para que decirle que no tardaría mucho en México, que después este viaje podíamos casarnos si tanto lo deseaba. Pero Farah está aferrada a Taehyung y no entiendo el porque.
— Deberías hablar bien con ella, preguntarle si de verdad quiere estar contigo porque créeme que si los roles fueran diferentes ¡se te arma un escándalo! Nosotros siempre quedamos mal cuando cometemos un error y de mujeriegos no nos bajaban pero cuando las mujeres hacen algo, parece que se escudan con palabras tontas.
Piso el acelerador aprovechando que la carretera se encontraba solitaria, en un movimiento rápido volvió a posicionar un cigarillo entre sus labios, abrió la ventana de su lado para que el humo no se encerrara. Pero en cuanto dio la vuelta en una curva, una persona estaba a punto de atravesarse.
— ¡¿Jungkook?! — Gritó Park en cuanto había escuchado a su mejor amigo soltar palabras altisonantes así como el rechinado de las llantas del auto.
Pero este no respondió, estaba más concentrado en tratar de ser inteligente. Había esquivado a la persona pero el auto se estrelló contra un poste de metal, cuando que Jeon se golpeará con el volante en la frente y está sangrará.
— ¡Hey! ¡Jungkook! ¡¿Que ha pasado?! — Continuaba gritando pero ahora más alterado, el sonido fue estruendoso que le causó pánico. Pensó en miles de posibilidades, sus manos sudaban demasiado y sentía la bilis subirle por la garganta.
El chico se dejó caer en el asiento, su cabeza se recargó por completo en el asiento y soltó un quejido, su cuerpo dolía y aún más su cabeza. Como pudo, tomó el teléfono móvil entre sus manos y volvió a quejarse por ese pequeño movimiento.
— Jimin.... — Entre abrió sus labios y soltó el aire contenido — Llama a la ambulancia, te pasaré mi... dirección.
Dicho eso, terminó la llamada y prosiguió a enviarle su dirección por el chat. Dejó caer sus brazos, sintiendo el dolor de su cabeza más intenso y parte de su cuerpo de igual manera.
Por último, solo cerró sus ojos y no supo mas de lo que había sucedido.
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