— He descubierto quien es el asesino, Farah — Confesó en susurro, la chica se levantó de la cama enseguida. Ambos se encontraban en el departamento de Jeon, habían dormido juntos y Farah estuvo a su lado toda la noche para que por lo menos se sintiera mucho mejor.
— ¿Como lo sabes? — Tomó entre sus manos la sudadera de color negra que le pertenecía a Jungkook y se la colocó, el día había comenzando con un frío de diez grados, por lo tanto caló sus huesos. Pero Jeon era todo lo contrario, se encontraba sentado en la esquina de la cama con su cabeza gacha y sin camisa.
— Lo supe todo el tiempo, pero no actué — Su voz seguía siendo baja, pero la chica lograba escucharlo perfectamente. Con el ceño fruncido, se acercó por detrás y pasó sus brazos por el cuello de su novio aprovechando para a acariciarle.
— No entiendo, ¿de que hablas? — Preguntó, tenía temor de su respuesta. Lo escuchó soltar un suspiro para después besar el dorso izquierdo de la chica.
— Un hombre nos había amenazado, a toda la familia. Quería estafarnos por millones de dólares, mi padre no accedió a darlos, sin embargo, mi madre si. Pero no la escuchó, ni siquiera a mí. A ese hombre solía verlo todos los días en el negocio, nunca me hablo o algo así. Pero yo tuve que actuar, tal vez entregarle el dinero y... mi padre estaría aquí — Explicó, Farah sentía un gran nudo en la garganta por el relato de Jungkook. Acarició su espalda hasta llegar a su abdomen marcado y se acercó a su oído.
— Cariño, esto no fue tu culpa. Tu padre no quiso hacer caso omiso, pero nunca pensó las consecuencias. Nadie de ustedes se iba a imaginar que pasaría este horrible evento — Susurro en su oído, Jungkook se hizo a un lado para mirar fijamente a su preciosa novia que a pesar de no llevar absolutamente ni una gota de maquillaje y que su cabello se encuentre despeinado, él la seguía viendo como la chica más preciosa que ha visto en toda su vida.
Jeon sonrió un poco, tratando de hacerlo, pues aún sentía el dolor de la pérdida de su padre. Las palabras de Farah eran ciertas, nadie se imaginaba que esto pasaría y él llegó a pensar que solo se trataba de simples amenazas que con el tiempo se irán olvidando. Y así fue, por un tiempo. Hasta que hace dos días fue la última vez que vio a su padre.
— Tienes toda la razón, amor. Pero aún así, logró sentirme un poco culpable.
Farah ladeó su cabeza creando una mueca con sus gruesos y bonitos labios. Sus manos se dirigieron al largo cabello de Jeon que crecía demasiado. Y él no pensaba en cortarlo.
Jungkook se acercó a su novia para robarle un beso largo y lento, lo necesitaba.
— ¿Como te sientes? Pronto serás Jeon Farah — Sonrió en grande arrugando un poco su nariz, la chica soltó una pequeña risa y terminó por acostarse completamente. La flojera abundaba en ella en ese momento, más por lo frío que se encontraba Seúl.
— Emocionada, feliz. En algún momento pensé que era tan probable que nos casáramos pero nunca que fuera tan pronto — Frunció sus labios, Jungkook se colocó arriba de ella sosteniendo su peso.
— Antes de esto, necesitó confesarte algo — La mirada de Jeon se clavó en la de la chica, quien comenzaba a colocarse demasiado nerviosa. Él se encontraba muy serio, de hecho, decidió por sentarse a un lado de ella con la mirada perdida.
— Me estas asustando, Jungkook.
— Mira, tal vez no me creas. Pero esto es verdadero, Farah. Quiero que estés al tanto y te des cuenta del tipo de mejor amiga que posees — La chica asintió tragando saliva, Jungkook pasó la lengua por sus labios repetidas veces al igual que sus manos pararon en su cabello donde decidió amarrarlo creando una coleta.
— No entiendo.
— Farah, tú mejor amiga no para de enviarme mensajes de texto. Al principio pensé que necesitaba algo de ti o no lo sé. Hasta que todo se volvió más... raro. Suele enviarme fotografías de ella en cualquier momento y esto quiere decir que de por medio hay algunas donde no lleva prendas puestas — Jungkook tomó su teléfono móvil, lo desbloqueó y comenzó a buscar las evidencias para mostrarle a su novia que no mentía al respecto.
La chica tomó entre sus manos el artefacto, dándose cuenta que si... era verdad lo que Jungkook le explicó. Se sentía tan decepcionada de ella, una persona que conocía desde hace mucho tiempo y llegó a quererla demasiado. La ayudó cuando sus padres tuvieron una crisis económica, dándole techo y comida día a día. ¿Y así le pagaba? Las fotografías eran tal cual las describió Jeon, algunas de ellas no llevaba nada de ropa encima, también le mostró las conversaciones y él solo respondió una vez explicándole que debía parar y demás. Pero Jennie insistía e insistía, parecía que no le importaba y le mandaba todos los días por lo menos una fotografía.
— ¿En el instituto ella se te acercó? — Preguntó con molestia, pero hacía su novio. Él asintió colocando los ojos en blanco, Farah le extendió el teléfono móvil a su novio dejándola un poco pensativa pues debía actuar de manera correcta y educada.
— Era un martirio, Farah. Llegó a meterse en las duchas, me seguía a todos lados cuando no estabas cerca de mí — Se quejó, dejo caer su espalda en la cama recordando esos momentos donde abundaba el estrés para Jeon.
— Que... ¡ah! No puedo creerlo, de verdad. Es por eso que nunca estaba conmigo, ni siquiera le veía cerca o algo así. ¿Y sabes algo? Ella me avisó de tu padre, me advirtió que alguien estaba detrás de ti y todo lo demás. Ahora, ¿porque ella se enteró? — Lo miró con seriedad. Jungkook mordió su labio inferior y cerró sus ojos por algunos momentos.
— Ese día, me encontraba en la canchas con Jimin, llegó ella a hacer un escándalo. Diciendo que deberíamos salir, esa chica esta realmente mal. Entonces, recibí la llamada y lo único que hice fue decirle a Jimin para después salir corriendo del lugar. Nada fuera de lo normal, pero te agradecería tanto que la pusieras en su lugar, Farah — Apoyó su cabeza contra la palma de su mano para tener una mujer vista de su novia que seguía furiosa.
— Y lo haré, Jungkook. Pero será después, por ahora, prefiero quedarme todo el día en la cama — Sonrió, Jeon asintió y se acercó a ella para envolverla entre sus fuertes brazos. Sintiendo el calor de ambos, Farah aprovechó para besar el pecho desnudó de su novio, estaba muy cómoda.
— Farah, ¿te gustaría tener hijos muy pronto? — Aquellas palabras le causaron un escalofrío por todo el cuerpo a la chica, ella levantó un poco su cabeza para mirarlo. Nunca había pensado en ese tema, se enfocaba en demás cosas sabiendo que en cualquier momento llegaría aquella pregunta.
— ¿Por que la pregunta, cariño? — Frunció su entrecejo, el chico soltó un suspiro y dirigió su mirada hacía el techo buscando las palabras que le diría a su novia. Por parte de Jungkook, él si había pensado en hijos, pero nunca lo comentó a Farah.
— Porque me gustaría tenerlo, ¿tú no?
— Bueno, no es algo que haya pensado. Sin embargo, si me gustaría — Se encogió de hombros, pero antes de que su novio hablara, lo hizo ella — Pero, no es mi prioridad. Por lo menos me gustaría que dejaremos pasar tres años y después podemos hablarlo. ¿Te gusta la idea?
— Claro que si Farah, no voy a presionarte. Se que es una responsabilidad enorme y además, también estaré muy ocupado con esto de las empresas — Soltó un suspiro, la chica asintió recordándolo. Ahora seria todo un hombre de negocios, no había de otra pero confiaba en la capacidad de Jungkook, era demasiado inteligente y sabía que la empresa se volvería más exitosa de lo normal.
— ¿Esto quiere decir que no volverás al instituto?
— Si volveré, las clases me ayudarán mucho con la administración de empresas y todo lo demás.
— ¿Y cuando nos casaremos? — Se acurrucó a lado de Jungkook quien aprovechó para besar sus labios. Llegar a ese nivel no era fácil, los dos lo sabían porque esto implicaba vivir juntos y Farah no tendría la misma libertad de antes. En el momento que ella sea Jeon Farah, tendría muchos beneficios. Más de los que ya tenia por medio de su familia. Pues, como tanto los Jeon y Son se trata de familias sumamente adineradas en todo Corea del Sur así como también ocupando puestos muy altos en todo Asia. Se han expandido de forma asombrosa llegando a otros países, transportando sus negocios y productos. Lo cual les iba de maravilla.
Estaban llenos de negocios, departamentos, edificios, hoteles hasta un club donde se reunían para jugar tenis. Son dueños de casi toda la ciudad, sin embargo, Farah y Jungkook no eran personas que miraban mal a las demás por no ser de su misma clase. Siempre mantenían la humildad presente y el dar gracias por lo que poseen.
— Tiene que ser pronto, preciosa. Puedes pedirle ayuda a mi madre o la tuya para que organices la boda — Sonrió en grande y besó los labios de Farah. La chica soltó un suspiro entre cortado, amaba a Jungkook. Estaba preparada para casarse, no había mucha diferencia a lo que actualmente son. Todo el tiempo están juntos y la mayoría de las veces duermen de igual manera, juntos.
Pero mientras ellos conversaban sobre sus próximos planes, otras persona sufrían, por ejemplo: Kim Taehyung.
— Tae, deberíamos pedirle trabajo a la señorita Farah o a su novio. ¿No crees? — Su madre le sugirió, el chico negó soltando un suspiro cansado. No tenían nada que desayunar, ni siquiera algún pan que esté a medias.
— No mamá, no es correcto molestarlos. Ha sido suficiente con este departamento, mejor busquemos en otro lugar y... si tienes algo entre tus cosas que vendamos, no nos queda de otra que hacerlo — Dijo buscando entre la pequeña caja que había salvado de su casa, pero no había algo que realmente podría tener un precio.
— Hijo, por favor, estoy segura de que ellos pueden necesitarnos. Al menos para limpiar, no lo sé, cualquier trabajo ahora es bueno — Suplicó acercándose a Tae para tomar sus manos entre las suyas, era urgente salir de ese oyó donde se encontraban. Las cosas iban de mal en peor, tratarían de buscar comida pero... ¿y lo demás? No podrían quedarse de brazos cruzados.
— Está bien, mamá. Hablaré con Farah y veré si puede ayudarnos — Susurró, la señora Kim asintió con una sonrisa en su rostro pero sin llegar a mostrar sus dientes perfectos.
— Mira, debemos aprovechar la ayuda, no nos estamos aprovechando de ella o algo así, cariño. Pero no tenemos nada, ni siquiera para comer.
— Lo sé, mamá. Entiendo, pero no se si llamarla o ir al departamento de Jungkook — Frunció sus labios, detuvo sus pasos frente al gran ventanal donde podía admirar los preciosos edificios de empresas exitosas. El lugar donde se encontraban era de lujo, más que eso. Nunca había visto algo parecido.
— Cualquier opción es buena, pero me gustaría que se lo dijeras frente a frente. Es mejor — Se encogió de hombros, Taehyung asintió y soltando el aire contenido, se resignó a acudir al departamento de Jeon. Se despidió de su madre con un gran beso sonoro en su mejilla y salió del precioso establecimiento donde vivía. Aunque trataba de disfrutarlo, no podía.
El departamento de Jungkook no se encontraba muy lejos, lo cual era una gran ventaja porque no podía costearse el pasaje del autobús. Lo mejor sería caminar, aunque no quisiera, debía hacerlo. Mientras tanto, pensaba en lo bonita que es Farah para sus ojos, aquella chica que lo cautivó desde el primer día que la miró. Y es que era una lástima que no solo Taehyung estuviera en la fila de sus pretendientes esperando el momento donde termine su relación con Jungkook. Y tampoco iba a suceder eso, estaban a nada de casarse.
— Ah, por fin — Susurró cuando alzó su mirada al gigantesco edificio que contaba con más de veinte pisos, se adentró a tal lugar, echándole un vistazo a su alrededor.
— ¿Necesita algo? — Una mujer de cabello largo tintado de rubio intenso, se colocó frente a él con una pequeña sonrisa.
— Eh, si. Me gustaría hablar con Jeon Jungkook — Respondió, la sonrisa de la fémina se había convertido en una mueca. Pero después de algunos segundos, le indicó que la siguiera.
— ¿Cuál es tu nombre?
— Kim Taehyung — respondió. La mujer comenzó a teclear en el ordenador, después llamó a alguien para explicarle que un chico estaba esperando entrar y por ende, necesitaba la autorización de Jungkook.
— Bien, puedes entrar. Toma — Le extendió una tarjeta, que no sabía muy bien de qué se trataba pero la tomó y agradeció a la mujer para seguir su camino.
Taehyung se adentró al ascensor, estaba más que nervioso. Sus manos sudaban demasiado y el corazón parecía salirse de su lugar. Pero todo esto lo hacía por su madre.
Cuando se plantó frente a la gran puerta, tocó el timbre. El lugar era precioso y se trataba de un piso exclusivamente para Jeon, era de imaginarse. No esperaba menos pues Jungkook suele gastar millones de dólares para estar cómodo.
— Kim Taehyung, entra — Se hizo a un lado, Tae se preguntaba porque se encontraba sin camisa, el frío era intenso.
El chico tímido se detuvo en el centro del living, decidió no mirar todo a su alrededor. Solo esperaba el momento que Farah se plantara frente a él, le daba mucha vergüenza. De verdad. Observó a Jungkook acercarse a una habitación y mencionó el nombre de la chica por lo bajo.
— Siéntate, ¿gustas algo de beber? — Ofreció Jeon, solo era educado por que su novia estaba presente. Pero si no fuera así, ni siquiera le hubiera permitido el paso .
— No, muchas gracias.
Jungkook asintió y se desplomó en el sofá aún sin camisa, dando a revelar todos sus tatuajes por diferentes partes de su torso. Farah salió de la habitación con nueva ropa pero muy bien abrigada. Hace pocos minutos salió de la ducha donde Jeon no le permitía salir de ella, después de treinta minutos.
— ¡Taehyung! — Exclamó con alegría, se tomó el tiempo de acercarse a él y darle un fuerte abrazo. Farah aspiró la colonia que utilizaba, olía muy bien. Y a la chica le encantaba eso.
—¿Que te trae por aquí? — Preguntó Jungkook con un rostro serio, la chica se sentó a un lado de él. Frente a ellos se encontraba Taehyung totalmente tímido y sin poder lograr que más palabras salieran de su boca pero debía hacerlo.
— Eh... bueno, lo que sucede es que.... — Soltó un suspiro y cerró sus ojos repitiéndose miles de veces que debía tranquilizarse o sería una total vergüenza, aún más si la chica que le gustaba estaba frente a él.
— Hey, está bien. Tranquilo, tómate tu tiempo y no te preocupes — Farah siempre tan compresiva, su novio optó por colocar los ojos en blanco pero se mantuvo en silencio y así sería todo el tiempo, al menos que sea necesario.
— Lo siento, se que han hecho mucho por nosotros pero... mi madre y yo necesitamos trabajo ya que no tenemos nada para comer. Ella me pidió que viniera por si tienen algún trabajo que nos puedan ofrecer para los dos. No importa que sea — Comenzó a jugar con sus dedos de manera nerviosa, Jeon alzó ambas cejas y miró a su novia quien tenía un semblante triste.
— Primero, no hay problema que vengas a pedirnos ayuda. Te deje en claro la otra vez que cualquier cosa que necesiten, pueden comunicarlo. Por otra parte, si, hay trabajos disponibles. Sin embargo, dejo consultarlos con mis padres. ¿Que dices? — Explicó con una pequeña sonrisa, la mirada de Jungkook estaba clavada en el otro chico lo cual ocasionaba que estuviera demasiado nervioso.
— Si, claro. No tengo problema con ello, aunque sea solo limpiar o algo, me parece muy bien — Asintió y el timbre sonó en ese momento.
— Oh, justo necesito alguien que tenga ese puesto en casa. Despedimos al anterior por algunos problemas, ¿quieres el trabajo? — Jungkook se levantó del sofá y abrió la puerta para recibir el almuerzo. Mientras que Taehyung cada vez se sentía más incómodo y fuera de lugar, quería escapar.
— Si, esta muy bien.
— De acuerdo, comenzarás por la tarde. Tu madre podría trabajar con los padres de Farah, tal ves la señora Son necesite de ella — Habló a lo lejos pues se adentró a la habitación para colocarse cualquier suéter que encontrara, Farah llevaba el suyo que le quedaba gigante pero amaba verla así, usando su ropa.
— Es muy probable que mi madre la necesité, pero no te preocupes. No son trabajos duros. Te llamaré por la noche para confirmarte, por lo tanto, has conseguido el tuyo con Jungkook — Se levantó del sofá y seguida de ella, Taehyung quien jugaba con el borde del suéter, para este entonces, Jeon ya estaba en el comedor disfrutando de la deliciosa comida.
— De verdad, muchas gracias Farah por todo. No queremos ser una molestia y te prometo que el departamento será entregado cuando tengamos mejor posición económica, o bueno, si gustas puede ser antes. Solo te pido unos días para conseguir donde viviremos — Habló tan rápido que le causó ternura a Farah, miró sus ojos que eran cubiertos por las gafas. Había regresado a ellas después de que la chica le obsequió los lentes de contacto.
— Tranquilo, esta bien. Ya es natural en mí, ayudar a las personas es algo que hago naturalmente y no por compromiso — Acarició su hombro, Tae asintió con una sonrisa y tuvo el valor de regalarle un pequeño abrazo.
— ¡Farah! — Jungkook la llamó para almorzar, la chica soltó un bufido y se despidió de Tae que caminaba con pasos un poco torpes.
— ¿Que pasa? — Miró a Jungkook llegar al living totalmente desesperado, la chica se imaginó miles de situaciones que eran probables que salieran de la boca de Jeon.
— Yoongi, lo han encontrado en un desagüe. No... no se si estaba bien o.... — Pasó sus manos por el cabello una y otra vez. Farah se sentía mal porque la última vez habían discutido, ¿y si algo malo le había sucedido?
— ¿Sabes si tiene heridas?
— Muchas, Jimin dijo que estaba muy golpeado y los signos vitales eran demasiado bajos. Por lo tanto, no sabemos qué pueda suceder.
Jungkook tomó lo necesario y detrás de él, Farah. Para salir corriendo hasta el auto.
— Lo más raro de todo esto es que también colocó una nota arriba de su cuerpo. Mencionaba mi nombre, de nuevo. Eso es malo Farah, ese hombre quiere destruirme. Pero no he podido contactarme con él, parece que la tierra se lo trago porque nadie sabe nada.
— ¿Ahora ves el porque no debiste meterte en esos negocios? Te lo dije miles de veces, Jungkook.
— Lo sé, Farah. Pero no es fácil salirte así de la nada, son tantas cosas que tú nunca entenderás ni te diré.
— Si esto vuelve a suceder, lo mejor será alejarme de ti por un buen tiempo. No colocare mi vida en peligro, Jungkook — Reclamó dentro del auto, el chico soltó el aire contenido y se dio la vuelta para mirarla.
—No puedes hacer eso, nos casaremos en poco tiempo y alejarte de mí es lo peor que puedes hacer, Farah. Esto que está sucediendo son por negocios, robarnos, tal vez.
— ¿Ah, si? ahora imagínate que me caso contigo y estoy embarazada. ¿Tampoco te importaría? ¿Debo esperar a que algo me suceda para que tú actúes? Porque no has hecho nada por alejarme de esto o cuidarme, lo sabes Jungkook.
— No, pero nada te sucederá. Tranquila, confía en mí.
Farah no dijo nada más, se dedicó a mantenerse en silencio todo el camino hasta que llegaron al hospital donde se encontraba Jimin. Por alguna razón, la chica se sentía vigilada, tal vez era su paranoia de lo que últimamente ha pasado.
¿O no?
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