Sufrimiento:

Reconozco que sufres, oh, bella mujer, lo veo claramente en tus ojos y en tus labios que tiemblan al hablar.

Sé que escondes tus problemas hasta de ti misma, y buscas consuelo en tus propios pensamientos.

Oh, háblame, bella mujer.

Encuentra en mi amparo, refugio de la tormenta; compasión en mis brazos.

Revélame el origen de tus plegarias,

El porqué de tus insomnios,

La razón de tus lágrimas.

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