Y siendo tan igual al resto, a mis ojos eres diferente, oh, pequeña rosa que naciste entre girasoles...

Oh, hermosa flor que abriste tus delicados pétalos entre otras que también lo hicieron;

Una belleza que nace entre bellezas, y aun así de mis ojos eres quien has de predominar...

Explícame, pequeña y frágil flor, que hace una rosa entre tanto girasol.

Por favor, sacia mi curiosidad y revélame el porqué de tu belleza sin igual que entre estas flores habéis de causar envidia.

Oh, dime pequeña rosa, ¿Cómo eres tan hermosa? Si haz absorbido el brillo del sol que es tu sustento, al igual que estos girasoles.

Tú, que gozaste de la lluvia recorriendo tus pétalos y bajando como prisioneras por tu tallo, al igual que estos girasoles.

Oh, dime pequeña rosa, revélame el origen de tu hermosura...

Sera que disfrutas ser la envidia de estas flores, o es que eres humilde y esperas que delicadamente, unos dedos te recojan y te lleven a su morada.

Oh, explícame el por qué te encuentras aquí, como osas echar en cara tu belleza a estos pobres girasoles...

Ellos que han nacido del origen del sol, y cada mañana al caer su luz, imitaban su brillo y color, su forma y resplandor, y el, agradecido por la admiración, dejo su esencia en ellas...
Y tú,

Pequeña rosa de tan vibrante color rojo, escondiendo pasión y amor que yacen famélicos en tu aroma,

Oh, y he de oler tu fragancia frívola y caprichosa,

Y he de enamorarme de ella, cual terco y pesimista hombre, que se enamora como cualquier otro idiota.

¡Pues basta de seducir mi olfato y mi vista con tus cautivadores cualidades...!

Pero al ser testigo de ellas, víctima de su tan cálido amor, no me atrevería siquiera a arráncate y llevarte conmigo, pues me convertiría en tu cruel asesino.

Así que no me reveles tus secretos, oh pequeña rosa, pues no quiero conocer aún los misterios de la belleza eterna que yacen en las líneas de tus pétalos y de tus hojas...