Mal del Genio:
Mal del genio, mundana enfermedad que ataca a la mente de aquel que ose liberar su poder y usarlo a su favor...
¡Oh, pobre son las mentes humanas que han alcanzado la grandeza intelectual o la sabiduría espiritual, pues seremos los primeros en perecer...!
Y sí, he de incluirme,
Por momentos, pues también pereceré;
Al igual que otros que dominaron el frívolo arte de la escritura,
Como aquellos que escarbaron entre miles de millones de átomos hasta dar con el electrón.
Y aunque cada ser humano perezca, y sucumba ante los deseos caprichosos de la muerte, no podrán sufrir el mal del genio,
¡Carga fétida del pensador, que predomina en sus pensamientos como el musgo en el pantano!
Esparciéndose como una pandemia por los rincones de nuestras mentes, y nosotros, masoquistas y ambiciosos, nos dejamos llevar por sus sutiles indicaciones que nos llevan al camino de la grandeza, accediendo a ideas indescriptibles, desconocidas para otra mente humana...
Y es por eso que terminamos abrazando a la locura como nuestra fiel amiga, pues también somos humanos y, aunque por instantes controlemos este poder, recorreríamos el camino de la locura, del cual su entrada, reluciente y agradable, ha de llamarse: el recorrido del genio.
Y sin opción, caminaremos con nuestras manos entrelazadas junto a la de la locura,
Abandonando a nuestros seres queridos,
y en nuestra otra mano,
Como si la libertad nos fuera revocada,
estará nuestra fiel acompañante, eterna y compasiva, la soledad...
Ambas nos llevaran por este camino, solidariamente,
Como los padres a sus hijos,
Como a un ciego a través de una calle,
Para dejarnos en ese sombrío sendero, sin final ni comienzo, aquel donde moran los espectros y donde pasta la muerte para guiar a las almas perdidas...
Y, como un pastor con su rebaño, te será amable y sensible,
Con su mirada te calmara todos tus miedos, y con sus manos frías y tiesas de cadáver te llevara hacia tu tumba, donde yacerás bajo tierra, con flores de plástico en envases a los costados de tu lapida...
¡Y no podrás discutir esto, ni diferir ante esto!
Tus palabras jamás serán escuchadas, pero al menos escucharás las de los demás:
Disculpas que tus oídos jamás apreciaron,
Sonrisas perdidas,
Lágrimas insondables,
Tristezas eternas,
Y momentos inolvidables, increíbles, de los que ahora solo queda la ausencia,
Y el olvido que siempre persiste en una mente que extraña y en un corazón incapaz de soltar.
¡Qué triste y melancólico final!
Más vagar como un espectro en el mundo terrenal sería peor castigo para alguien que ha estado tanto tiempo junto a la soledad.
Habrás de darte cuenta de las cosas de la muerte, las falacias de la vida...y el mal del genio que padecemos los que escribimos poesía.
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