6-Acercamiento

Su acción del día anterior no dejaba de aparecer en su memoria, se tocaba los labios recordando aquel momento en el cual se atrevió a darle un beso en la mejilla a Natsu. Cada vez que pensaba en ello, una sonrisa tonta e infantil se esbozaba en su cara.

—Me pregunto si Natsu sentirá alguna vez sentimientos por mi—era lo que más le preocupaba en ese momento.

Aquel día estaba tan aburrida y absorta en sus pensamientos que salió a dar una vuelta para despejarse. Su paseo fue el típico que solía realizar, saludando a la gente y demás. Cuando ya se sintió mejor, fue a pasar el resto de la mañana a la biblioteca donde encontró una serie de libros que eran novedad.

—Levy, siempre cargas muchos libros—dijo la encargada.

—Me encanta leer—contesto esta con una sonrisa y una pila de libros.

Al salir cargada con ellos, se topo con Natsu que iba con Happy a dar una vuelta por el mercado en busca de pescado fresco para el gato.

—Levy, veo que llevas muchos libros encima. Anda, deja que te ayude—cargo con unos cuantos y realmente se sintió más ligera.

—Gracias.

—Happy, ves a comprar pescado, yo voy a llevar esto—ordeno este dando dinero a su amigo.

—Aye sir—dijo como de costumbre.

Durante el camino, la pequeña peliazul fue explicando todos los libros que había estado leyendo y que por supuesto, le habían encantado. 

—Si que te gusta leer—dijo este.

—¿A ti no?—pregunto acomodando un ejemplar para cargarlo mejor.

—No sé leer muy bien—contesto avergonzado.

—Pues yo te ayudare.

Al llegar a la habitación de esta, puso los libros donde no molestasen, tomo papel y lápiz y colocó unas lentes, estas le daban un toque más intelectual a la chica.

—¿De verdad tengo que hacerlo?—pregunto.

—Por supuesto.

Lo que más estuvieron haciendo fue la lectura y ortografía, Levy era increíblemente buena enseñando.

—Me gustaría ser profesora algún día—dijo ella ante los halagos del joven que eran muy a menudo.

—Deben gustarte muchos los niños.

—Si—dijo feliz.

En eso que su mente le puso una imagen suya con los niños que tendría con Natsu y le hizo sonrojarse.

—Contigo estoy aprendiendo mucho—comentó feliz.

—Gracias. Esto es importante, ¿no querrás escribir como Erza?—pregunto recordando las cartas que ella había escrito.

Erza estornudó en su cuarto.

Escucharon un extraño ruido cerca de ellos, eran gotas de lluvia que se estampaban contra el cristal de la ventana.

—¿Quieres quedarte a cenar?—pregunto ella sin darse cuenta de lo que decía.

—¡Claro!.

Se dio cuenta tarde, aunque tampoco le molestaba mucho así que preparo la cena colocándose un delantal blanco. El mago observo como cortaba todo con maestría y podía hacer muchas tareas a la vez. Realmente era buena.

—Que aproveche—dijo sirviendo su plato.

—Gracias.

Como era costumbre, comenzó a comer un trozo tras otro.

—Efta mu bieno Jevy—ella le dio un pequeño golpe en la cabeza.

—No hables con la boca llena—se sentó a comer también.

Después de la cena, el mago se echo al sofá.

—Estoy lleno—se rascaba la barriga que era grande.

—Me alegro de que te haya gustado—dijo terminando de recoger.

—Oye, ¿puedo dormir aquí?, aún llueve—dijo señalando la ventana.

Ella asintió feliz.

—¿Dormir?—su cara se puso roja.

—Gracias Levy—le dio un abrazo por la espalda.

—Na-Natsu—ambos cayeron ya que este resbalo con un poco de aceite que había caído antes al suelo.

Levy ahora estaba encima de este, con la cara sonrojada al ver la poca distancia entre ambos. Tenía aquellos labios a escasos centímetros suya, Natsu la miraba y no decía nada.

—Natsu—cerro los ojos y puso los labios para besarlo.

Poco a poco se iba acortando la distancia entre los dos.

Continuara.

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