44. Propósitos

El padre de HoSeok jamás lo felicitó por sus calificaciones. Ni una vez.

Cuando era un niño, HoSeok se esforzaba muchísimo en tener buenas notas, sentarse recto, no molestar ni hablar de más en el aula para que el profesor hablará bien de él a sus padres. Pero eso nunca fue suficiente para aquel hombre. 

Siempre supo que HoSeok iba a ser un omega, por eso no hubo oportunidad para impresionarlo. 

Ya entrando a la secundaria, HoSeok dejó de buscar impresionar a su padre porque sabía que nada sería suficiente para él, aunque mantuvo en lo posible sus buenas calificaciones. 

Si obtenía una baja nota, su padre se lo haría saber a los golpes. 

Si no era Jiwoo, a veces, su familia no sonrió por él.

Por eso, es una sorpresa en HoSeok cuando TaeYeon le preguntó volviendo a casa por sus exámenes, el profesor lo aprobó con una nota justa, nada que destacar, pero la doctora sonrió ante la noticia y le felicitó. 

Incluso al llegar, TaeYeon preparo galletas de avena con chocolate solo por aprobar un tonto examen. 

HoSeok no entiende, la felicidad que siente TaeYeon por sus notas... lo hacen sentir extraño. 

Como si algo dentro de su pecho doliera, pero de manera tranquila, sin lastimarlo. 

¿Puede decir que se siente feliz por el cumplido? 

El chocolate en su boca es reconfortante junto al vaso de leche que TaeYeon dejó en su escritorio, aún quedan pocos exámenes para esta semana.

TaeYeon es mágica, piensa HoSeok. 











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Aún hay minúsculos cristales de vidrio en el piso de madera. YoonGi no cree poder eliminarlos, aunque lo siga intentando, parece ser una marca de su desquite, una advertencia de su mal comportamiento, una señal de que en la vida, las decisiones que se toman cobran su debido peso. 

Entonces, ya no hay buenos recuerdos en este departamento para él.

Es aquí donde le hizo el amor a HoSeok, le enseñó el piano y curó la herida de su dedo. Sin embargo, también fue donde recibió a Suran mientras formaba un lazo con su omega, donde discutieron y todo comenzó a oscurecer porque no supo controlar su instinto alfa territorial. 

Odia sentirse así, no siente más que desprecio por sí mismo, y no cree que vaya a cambiar de parecer en un largo tiempo. 

El departamento ya no es un hogar, YoonGi sabe, por eso lo está poniendo en venta. 

Hay cajas con sus pertenencias apiladas en su cuarto, la mudanza no ha comenzado, todavía no tiene un lugar al cual establecerse, lo más probable es que pase una temporada con sus amigos, o con sus padres...ya lo verá. 


Golpes incesantes se presentan a su puerta, lo cual hace que el ceño del alfa se arrugue, la puerta posee un timbre en plena función. Deja de inspeccionar una de sus cajas y se endereza del suelo, estirando sus articulaciones despacio. 

—¡YoonGi, abre la puerta!

Ah. Suran. 

YoonGi suspira con pesadez, no tiene la energía ni el tiempo para hablar con ella, pese a que le dijo a su portero que si alguien lo buscaba que no lo hiciera pasar. 

A este ritmo, la puerta del departamento sufrirá daño, y no es un buen plan si lo que quiere es venderlo. 

YoonGi sale de su habitación, pasa por el comedor y llega hasta la puerta de entrada. Debe hacerlo. 

La puerta abierta revela a la omega del otro lado, con el cabello estilizado y suelto cayendo en sus hombros, rostro pintado junto a un vestido floral. 

—¡Hasta que abres! ¿Sabes lo preocupada que estoy? No atiendes mis llamadas, mensajes, y tu padre no quiso hablar conmigo, intente contactar con tu amigo y nada...—la omega empuja al alfa para pasar dentro del departamento, dejando al descubierto su aroma cargado de ira. 

—¿Por qué viniste aquí?—dice YoonGi, sin ánimos de hablar con ella, pero sabe que tiene que ser ahora, la tiene de frente, para acabar de una vez por todas con el fantasma de su pasada relación, eso que no lo deja respirar con tranquilidad. 

—¡¿Cómo que por qué?! No escuchas, no atendias mis llamadas, dejaste de hablarme desde aquella vez en la oficina, estaba preocupada por lo que te hizo ese omega—menciona Suran con enojo. 

YoonGi endurece la mirada al oír la mención. 

—¿Que me hizo quién? Explicate—brama YoonGi con desprecio, está tratando de ser lo más políticamente correcto que puede, pero la sola mención de HoSeok siendo culpado de algo hace estragos en su interior que no llevan a nada bueno.

—El omega al que tienes aquí, te abandonó por un simple beso, yo sabía que esa relación no te llevaría a nada bueno, ¡es un adolescente, YoonGi! No puedes confiar en un omega con esas cualidades, necesitas a alguien de tu talla, al- —la omega se calla cuando escucha al alfa reír , casi eufórico. 

Suran se siente ofendida. 

—¿Y quién es entonces un omega de mi talle? ¿Tú?—pregunta YoonGi con ironía, la mujer no logra formular nada porque sigue hablando—, no me hagas reír, de seguro el alfa con el que me engañaste piense lo mismo que yo. 

—E-estas siendo muy cruel, YoonGi—responde Suran con la voz quebrada, las esquinas de sus ojos pican. 

—¿Y lo que dices de HoSeok, no es cruel también? Hablas tan mal de un omega que jamas te hizo nada malo, ¿qué derecho vienes a reclamar? Cuando éramos adolescentes me rompiste el corazón y mi orgullo alfa, ahora yo rompí el corazón de HoSeok, los dos somos una mierda de personas.

—N-no es así... —Suran tiembla, luchando en su interior por defender su palabra. 

—Los dos nos iremos al infierno, Suran, con la diferencia de que iremos por caminos separados. No quiero volverte a ver—declaró YoonGi, Suran se siente quieta a su alrededor, con las lágrimas a flor de piel.

Ese no es el YoonGi que recuerda, no es lo que ella quería. 

El alfa gruñe ante la falta de respuesta en la mujer, por lo que la toma del brazo y la saca de su departamento lo mejor que puede (sin lastimarla, porque cree que pasar esa frontera es perderse a sí mismo).

Ella llora más fuerte detrás de la puerta, pero YoonGi no la puede escuchar.

Ya no más. 













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—Cariño, es hora de levantarse, tienes tu último examen hoy. 

—Mmm... ¿en serio?—murmura HoSeok contra la suave (y babeada) almohada, la voz de TaeYeon es dulce cuando despierta, por eso se confunde y piensa que es un sueño más.

Dijo algo del último examen... ¡¿examen?!

El omega se despega de la almohada, con todos los cabellos alborotados y aplastados, hoy es viernes, el último día de la semana y por ende, el último esfuerzo para aprobar todo. 

—Tranquilo, aún hay tiempo, te desperté temprano, ve al baño y después desayunamos juntos ¿si?—dice la beta mientras acaricia la desordenada cabellera del omega, el asiente lento mientras se talla los ojos. 

Una buena ducha rápida pondrá a HoSeok alerta para ir a la escuela y enfrentar su batalla. 













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—Usted es muy puntual ¿se lo han dicho?—menciona Junmyeon mientras deja pasar a YoonGi a su oficina privada. El hombre trajeado le indica dónde ponerse cómodo.

—No me parece correcto hacer esperar a las personas—dice YoonGi con una modesta sonrisa.

La oficina parece siempre neutra, con olor a alfa y un toque a canela (podría deberse a los sahumerios que coloca el secretario del abogado, pero YoonGi no lo sabe con certeza).

—¿Café, té o whisky?—pregunta el abogado con una sonrisa. 

—Cafe sería perfecto—responde YoonGi.

—El whisky calienta un poco la garganta, pero si deseas café—la aclaración de Junmyeon es para distender la clara tensión que lleva YoonGi encima, pero el alfa reclina la oferta nuevamente. 

—Bien, no lo hago esperar más, tengo listo lo que me pidió, con las cláusulas que estableció—el abogado teclea en su celular un mensaje para su secretario para el pedido del café—. ¿Desea verlo?

—Por favor—dice YoonGi, la inquietud en todo su ser, solo desea hacer las cosas para HoSeok mejor. Después de todo, él es inocente en una relación que no pidió ni eligió por gusto propio. 

Al final del día, YoonGi se sentirá miserable por el amor que no pudo manejar. Es lo que se merece. 

—Está todo tal cual me lo planteo, pleno derecho de su libertad una vez cumplida la edad requerida, podrá hacer lo que desee con el monto que se le acordó al omega en cuestión—explica el abogado mientras le pasa a YoonGi un grueso documento, gran cantidad de ítems por revisar. 

—Perfecto—dice YoonGi, mas para si mismo que para el abogado, lee con atención la primera hoja del documento, necesita asegurarse de que todo lo que pidió estuviera allí. 

—Esto va a sonar metiche, pero el documento que me pidió parece ser importante, digo, es la primera vez que me piden hacer algo así para un omega—Junmyeon observa a su cliente, la percepción del documento no parece molestar a YoonGi en absoluto. 

Porque lo es. 


—Si, es importante para mi... una forma de pagar mis pecados—responde YoonGi. 















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Para tranquilidad mía, organice lo que queda de la historia, y no se asusten (???) pero faltan 4 capítulos para que termine (sin contar epílogo ni extras). 😳😭😂

Espero que se encuentren bien, cuidense mucho~💖

¡Saludos! 💕


Editado y corregido: 2/09/2020







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