19





Conforme se acercaban al puerto, el corazón de Phoebe latía con más fuerza. Estaba por dejar atrás su antigua vida llena de comodidades para embarcarse con un grupo de desconocidos en búsqueda de un tesoro que ni siquiera estaba segura de que existía. Trataba de memorizar cada color que su vista podía registrar en caso de que no volviera. Después de todo era su nación y todo lo que conocía en sus diecisiete años de vida.


—No te vas a arrepentir ¿verdad?—preguntó Luffy notándola perdida en el paisaje.


—¿Qué?—le miró—no, por supuesto que no. Pero aquí crecí. Me tomará un poco acostumbrarme al cambio. Eso es todo.


Él sonrió ligeramente volviendo la vista al camino. Desde allí ya podían ver el barco que les esperaba.


—¡Mira! Desde aquí se puede ver el Merry.


—¿El...?—su mirada se detuvo en la gran embarcación con mástil de oveja y bandera negra—¿cómo? ¿de dónde lo sacaste?


—Es una larga historia.


Le dijo observando su reacción, esos ojos abiertos llenos de curiosidad ¿cómo podía negarse cuando le miraba así? Tan llena de ilusión, hambrienta de vida. Así que tomó aire antes de comenzar.


—Luego de que me fui, me encontré en el camino a un amigo que resultó ser el esclavo de una pirata muy fea. Lo ayudé a escapar y ¡resulta que su sueño era estar en la Marina! Así que fuimos a una de sus bases para que lo cumpliera y allí fue que busqué un mapa y me encontré con Zoro. Zoro era un cazarrecompensas que estaba arrestado por hacer una buena obra ¿puedes creerlo? Bueno, luego me encontré a Nami, una ladrona que también quería mi mapa así que los tres resultamos haciendo equipo para escapar de la Marina y huimos. Terminamos en otra isla donde un tipo muy gracioso llamado Usopp nos recibió y presentó a su amiga Kaya quien, escucha esto, ¡era víctima de un pirata muy malo que la enfermaba a propósito para que muriera y quedarse con su herencia! Derrotamos a los malos, salvamos a Kaya y ella nos regaló el Going Merry Go. Así que ya teniendo un equipo y un barco bonito digno de alguien como tú, regresé por ti. ¿En resumen? Me hiciste mucha falta, Bee.


Tras contar toda la historia sin parar, Luffy soltó un suspiro sonriente. Phoebe le miraba parpadeando repetidamente procesando lo que había escuchado. Aún así, la expresión de la joven se relajó y cambió a una pequeña sonrisa ante lo último.


—Oye pero...—miró hacia su cuello. La cadena plateada estaba allí—¡te dije que era para comida!


—No iba a venderla. Tú me la diste—tomó el colgante entre sus dedos—mientras la tuviera era como tenerte cerquita de mí. Un amuleto de la suerte. Y sirvió tal como lo pensé.


Ella negó con una pequeña sonrisa. Ni cómo hacerle cambiar de parecer. El fin de que se la diese era para que todo le fuera más fácil pero el giro que le dio era mil veces mejor. Sin decir nada más continuaron al muelle solitario, podía ver con más detalle la estructura. La madera bajo ellos crujía con cada paso que daban. Luffy tomó a Phoebe de la mano para subir por la rampa que daba a la cubierta del barco.


—¡Ya volvimos!—anunció el capitán.


Sus tres compañeros salieron de donde estaban, dejando de lado lo que hacían para reunirse cerca del mástil y conocer a quien de tanto hablaba su capitán. La manera en que sostenía a Phoebe como si fuese el tesoro más grande que haya encontrado les confundió pero sus rostros cambiaron de repente al notar los rasgos tan reconocibles de aquella joven.


—¡Princesa!—exclamaron casi al mismo tiempo arrodillándose frente a ella.


—¿Dónde?—Luffy giró la cabeza confundido—¡ah!...solo es Phoebe.


—Es la princesa de una de las naciones más importantes del mundo—dijo la chica de cabello anaranjado entre dientes—más respeto, idiota.


—Oigan, no es necesario—dijo Phoebe sonriendo ante la torpeza del de sombrero de paja—por favor les pido que me traten como una más. Como dijo Lu, solo soy Phoebe.


Se vieron entre ellos antes de levantarse. Tenían muchas preguntas respecto a la presencia de la princesa y aún más de la extraña relación entre ella y Luffy. ¿De dónde se conocían? ¿Cómo es que se uniría a ellos? ¿Y qué hacían sosteniendo manos? ¿Ese apodo?


—Luffy nos habló sobre la primera tripulante—el de cabello verde hablaba tranquilo pero la confusión estaba presente en su cara—pero nunca dijo que era la princesa de Cratos.


Estuvo tan ocupado y aún así nunca se olvidó de ella. Su corazón sintió una cálida sensación ante dicha realización.


—Porque no era relevante, Zoro.


—¿¡Cómo que no?!—la mujer dio un paso hacia delante algo alterada.


—Pues no. Eso sería reducirla a un simple título que ni siquiera la hace feliz—miró a Phoebe con una sonrisa—una disculpa por mi tripulación. Aún están aprendiendo.


—Entonces supongo que ella es Nami—él asintió, luego vio con curiosidad a los otros dos—Zoro y Usopp.


—Sipi. Nuestra navegante, espadachín y tirador—una sonrisa triunfante se dibujó en su rostro levantando sus manos juntas—ella es Phoebe, será quien registre nuestras aventuras y nos guíe al One Piece con su conocimiento—giró la cabeza para verle—también es muy buena dibujando y es muy inteligente y sabe de estrellas y-


—Su color favorito es el verde, le gusta leer, lo sabemos—añadió Nami cansada acercándose a ella—ahora princesa, si conoces a Luffy debes saber que come como si lo mantuviera el gobierno por lo que espero que traigas esa mochila llena de berries y...¡Reina!


—¿Dónde?—Luffy y Phoebe miraron a sus lados tras hablar al mismo tiempo.


Y efectivamente la reina estaba allí. Subía por la rampa rumbo a la cubierta sosteniendo su vestido con las manos para evitar tropiezos. Nami y los otros dos se arrodillaron de nuevo. Pero no había nadie más lo que confundió aún más a Phoebe.


—Mamá—ni siquiera tenía palabras para decirle.


La había atrapado. Todo se arruinó. Falló. Miles de cosas aparecían en su cabeza. Posibilidades y castigos. Sostenía con fuerza la mano de Luffy como si eso fuese a protegerla de toda consecuencia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top