Segunda parte de la historia "Let's play with fire". Es recomendable leer la primera parte antes para entender mejor el contenido de ésta.

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Prólogo

Pasaba la medianoche cuando un atroz grito rompió el silencio. La puerta metálica del edificio se abrió súbitamente. Las intensas llamas azules ardían con fuerza en el hombre que corría con desesperación en busca de ayuda. Ardía. Su cuerpo, moviéndose de forma inquietante, chocó contra los cubos de basura del oscuro callejón antes de que los gritos sucumbieran.

A los pocos segundos, un par de botas oscuras salían del lugar y se detenían a unos metros de donde la víctima cayó. Ya no volvería a levantarse, ni volverían a mentirle. Dabi chasqueó los labios con frustración. ¡Uno más! Ya había visitado cinco clínicas clandestinas y cinco doctores fueron incinerados. ¡Odiaba que le mintiesen! Aunque los cinco dieron el mismo diagnóstico para su asombro.

Sacó el teléfono, abrió el listín telefónico y rodó el dedo por la pantalla en busca de otra clínica clandestina.

— A este paso no vas a dejar a ningún médico sano – sonrió Tomura. Sentado sobre la tapa de un cubo de basura, miraba las llamas azules desapareciendo lentamente del cadáver.

Dabi lo miró con rabia contenida. Todavía no había comentado nada de lo que sucedía a sus compañeros. Del bolsillo, con la mano que no sostenía el teléfono, sacó el papel donde tenía apuntada su cita con Shoto. Era mañana, en el muelle, pero no podía ir, no si todo lo que decían esos tipos era cierto.

—No me ha gustado su diagnóstico – se quejó Dabi.

—¿Es grave?

Tomura parecía preocupado. Su mejor reclutador había visitado a cinco médicos. Algo estaba ocurriendo. Por instinto, miró su abdomen. No podía ver la cicatriz bajo su camiseta, pero aquella herida que sufrió cuando intentó proteger al hijo de Endeavor, hacía apenas un mes, le debió provocar algo peor.

—Nada que no tenga solución. Lo arreglaré – sentenció Dabi.

—¿Cuál es la siguiente clínica? – preguntó Tomura con una sonrisa, imaginando que tampoco el diagnóstico le gustaría a Dabi y volvería a dejar un cadáver tras él.