Capítulo 7: La agencia
El café de la máquina expendedora de la agencia de Endeavor no era un café al que pudieran poner el calificativo de delicioso, era como mucho "pasable". Bakugo lo sabía de sobra y, por eso mismo, él no solía comprar ninguno allí, obligando a Shoto a acompañarle en sus turnos de guardia a la cafetería de la esquina.
Últimamente, Todoroki solía esperar siempre ese café que se tomaban juntos, pero hoy cuando Bakugo salió del vestuario con su traje de héroe, se encontró ese horrendo aroma a café que provenía de dentro de un vaso de plástico que sostenía la mano derecha de su compañero.
— ¿Qué haces bebiendo esa porquería? ¿Es que no has dormido bien? ¿Tan urgente necesitabas un café que no podías esperar a que terminase de vestirme?
Shoto le observó antes de desviar de nuevo su mirada al vaso de plástico que contenía un café negro. Ni siquiera le había puesto leche o azúcar.
— Supongo que lo necesitaba.
La respuesta de Shoto fue suficiente para que Bakugo entendiera un poco por dónde iba todo. Ese idiota habría regresado a las andadas, lo tenía claro, aunque no pensaba decir nada estando en la agencia. Era mejor que nadie se enterase de en qué andaba metido Todoroki.
— Dame esa mierda – se quejó Bakugo, arrebatándole el vaso de la mano y tirándolo a la primera papelera que vio –. Nos vamos a por un café, uno de los de verdad, ahora mismo.
Pocas veces veía a Shoto tomar café y, sin duda alguna, que hoy lo hiciera indicaba claramente que necesitaba cafeína para mantenerse despierto. Sin embargo, lo más raro de todo no era ver a Todoroki tomando café, sino verle salir el primero del vestuario. Siempre era lento y solía quedarse el último. Ahora que lo pensaba, ni siquiera recordaba haberle visto en el vestuario junto al resto de héroes que entraban al turno esa mañana.
— No te has cambiado aquí, ¿verdad? – preguntó Bakugo con una ceja enarcada, mirando el traje de Shoto algo arrugado y sobre todo... con hollín y oliendo a humo –. Da igual, no respondas, me imagino la respuesta.
La frase cortante de Bakugo y cómo elevó la palma de su mano hacia él para indicarle que se callase, fue suficiente para que Shoto sonriera al darse cuenta de que su compañero era muy perspicaz.
— He estado entrenando.
— ¿Toda la noche?
— Estuve por la mañana y por la tarde con... alguien – susurró sin más – y por la noche no podía dormirme, así que fui al dojo de casa y entrené un rato.
— ¿Un rato? – preguntó Bakugo oliendo de nuevo su ropa – yo diría que has entrenado más que un rato por cómo hueles.
— No podía dormirme.
— Ya, y descansar o no hacer nada no entra en tu vocabulario, ¿verdad?
— ¿Qué querías que hiciera? No me gusta estar sin hacer nada.
— La próxima vez, llámame y te llevo a beber a algún local o te invito a casa a jugar a la consola.
— ¿En serio quieres que te llame? Seguramente estarías ocupado con Midoriya – susurró Shoto con una sonrisa que indicaba que ese "ocupado" hacía referencia al sexo.
— ¡MUÉRETE, SHOTO! – se sonrojó Bakugo.
— Entonces es que he acertado – susurró Shoto con una sonrisa sutil en su rostro al ver lo nervioso que se ponía su compañero.
— ¿De qué hablabais?
La melodiosa voz de Izuku hizo acto de presencia frente a ellos. Recién cambiado a su uniforme de héroe, les miraba con una gran e inocente sonrisa en el rostro. Estaba contento por alguna razón y Shoto pensó que sería por el sexo de anoche con su novio, aunque no lo comentó.
— ¡MUÉRETE, NERD!
Las palabras de Bakugo provocaron la inmediata seriedad de Izuku al verle pasar a su lado completamente enfadado.
— ¿Qué he hecho? – preguntó realmente confuso al ver de ese mal temperamento a su novio –. ¡Pero si acabo de llegar!
— Tú no has hecho nada – susurró Shoto –. Tu chico está enfadado conmigo.
— Oh... ya veo. ¿Qué has hecho?
— Al parecer, no llamarle anoche porque no podía dormir y no quise molestaros. Creo que he dado a entender que estaríais ocupados. No creí que Bakugo fuera a ser tan vergonzoso en estos temas.
Izuku sonrió pese a su sonrojo. Desde luego, él era tímido en esos temas, pero Bakugo, por más que quisiera aparentar ser un tipo duro, en el fondo era un sentimental y un chico bastante tímido para ciertos asuntos. El sexo era uno de ellos. Shoto, en cambio, no parecía tener vergüenza de esos temas, los trataba con total normalidad.
— ¿Dónde está tu compañero? – preguntó Shoto a Izuku sin perder de vista a Bakugo bajando los peldaños de la escalera. Sin duda, estaba deseando ese café matutino.
— No puede venir. Se ha pedido el día libre por asuntos propios, así que me han comentado de unirme a vosotros si os parece bien.
— Sí, claro.
— ¡Qué bien! Me hacía mucha ilusión patrullar con vosotros. Hacía ya mucho tiempo que no coincidía en vuestros turnos. Creo que no se fían que Bakugo y yo podamos hacer el trabajo apropiadamente si estamos en el mismo equipo.
— No les gusta demasiado a la agencia que dos héroes en una relación estable trabajen juntos. Creen que puede perder efectividad. No es nada personal, pero dudo que te pongan con Bakugo a menos que sea necesario.
— Como hoy – sonrió Izuku con alegría. Nunca imaginó que la ausencia de su compañero le remitiría a trabajar de nuevo con su novio.
— Se te ve contento.
— Sí. Hacía tanto que no trabajaba con Kacchan...
— Vamos a por ese café, a ver si a tu novio se le pasa un poco el mal genio matutino – sonrió Shoto.
— Claro. Te sigo.
***
Los movimiento de cabeza que hacía Tomura, a Dabi le recordaban a un perro sintiendo curiosidad por algo. No pudo evitar sonreír al verle mirar a su hijo dormir en el sofá junto a su juguete articulado de Shoto Todoroki.
— ¿Cómo es que aún no se ha despertado? Ya son las ocho... – sentenció Tomura.
— Está exhausto. Ayer estuvo entrenando con Shoto.
— Vaya... ¡si hasta le llamas por su nombre de pila!
— Ya sabes que es mi her...
— ¿Tu hermano? – preguntó con dudas – porque eso no te importó demasiado la última vez.
— ¿Vas a volverme a echar en cara lo del plan fallido de hace casi seis años?
— Oh... perdona. No sabía que estabas susceptible, pero sí, Dabi. Teníamos un plan, uno muy bueno. Pudimos haber terminado con Endeavor para siempre y creía que era eso lo que más deseabas. Eras mi reclutador, el mejor de todos precisamente porque nada te iba a impedir conseguir tu objetivo y eso me beneficiaba a mí para sembrar el pánico y destruir héroes, pero... te enamoraste. ¡Patético! Y de tu hermano pequeño.
— No lo tenía planeado. Odiaba a mi hermano pequeño.
— Pues no lo suficiente al parecer. Puedo entender que Shoto se revolcase contigo, él te creía muerto, no llegó ni por un segundo a imaginarse que podías ser su hermano porque para él, su hermano ya no regresaría. Pero tú sí sabías perfectamente quién era Shoto Todoroki. Era tu terreno prohibido.
— Sabes perfectamente que quería ver muerto a mi hermano, pero...
— Cambiaste de idea. Le conociste un poco mejor, ¿y qué?
— Sufrió los mismos entrenamientos que yo sufrí con mi padre. Le habían hecho daño y no confiaba en Endeavor como parte de su familia, intentaba desafiarle.
— Y ahora trabaja para él. ¿Eso te gusta?
— No, claro que no me gusta. No quiero que mi padre esté cerca de él. No quiero que le haga ningún daño, pero no puedo evitarlo ahora mismo.
— Dabi, si vamos a ir a por Endeavor, necesito saber que estás al cien por cien comprometido con esto.
— Le quiero muerto – sentenció Dabi con frialdad y una sonrisa casi psicótica en su rostro –. Mi sueño de ver héroes verdaderos y eliminar a los falsos no ha cambiado.
— Ése es el problema, Dabi. Consideras a Shoto Todoroki un héroe de verdad y él ahora trabaja para Endeavor. Se opondrá a su ejecución bajo nuestras manos, peleará con todo contra el que quiera hacerle daño a su padre o su familia y no sé dónde te deja eso a ti.
— Puedo pelear contra Shoto.
— ¿En serio? Porque yo no lo creo. Ese chico es tu debilidad. Si no estás en condiciones de hacerlo, prefiero que te mantengas al margen. No quiero fallos en el nuevo plan. Llevamos seis años escondidos planeando esto de nuevo. No desperdiciaré más años sólo porque tú quieras un revolcón con tu hermanito.
— No pasará. Shoto ahora sabe o intuye que soy su hermano. Él no querrá.
— Pero está siempre a tu lado. Este niño es suyo.
— Él no lo sabe. Cree que es su tío y así quedará.
— Hasta que lo descubra. Y, ¿entonces qué, Dabi?
— Estoy comprometido con el plan.
— Eso ya lo veremos. Por ahora te quiero al margen.
— No se te ocurra matar a Endeavor sin mí, ¿me oyes? – amenazó Dabi – Endeavor es mío, ése fue el trato desde el inicio.
— Han cambiado muchas cosas desde entonces. ¿Has pensado qué ocurriría con Luka si Endeavor te mata en esa pelea?
— Shoto se ocuparía de él.
— ¿Como su tío? – sonrió Tomura - ¿En serio? ¿Ése es tu plan?
— Voy improvisando sobre la marcha.
Tomura sonrió. Dabi nunca había dejado nada a la improvisación. Era inteligente y su mejor reclutador, pero desde que se dejó impresionar por los encantos de Shoto, todo se había ido al traste. Seguía siendo uno de los mejores villanos y uno de sus mejores amigos, pero a nivel táctico, Tomura reconocía que Dabi siempre priorizaría ahora la vida de su hijo y seguramente la de Shoto. Su vida como villano terminó el día que se quedó embarazado y, quisiera o no admitirlo, Dabi lo sabía también.
Con un resoplido, Dabi dejó caer su cuerpo sobre los asientos del sillón y miró a su hijo. Entendía a Tomura y sabía que todas sus palabras eran ciertas. Luka quería ser un héroe, como Shoto Todoroki y desde que ese sueño se hizo presente en su hijo, él había dejado de ser el villano que una vez fue en un intento desesperado por dar ejemplo a Luka. Incluso Tomura se comportaba bien en su presencia y no hablaba de sus malévolos planes frente al pequeño.
— Quizá... tienes razón – susurró finalmente Dabi – puede que no esté en condiciones de afrontar esta situación ahora mismo.
— Lo suponía. Sé que es duro para ti, era tu sueño Dabi, pero... las cosas han cambiado en tu vida. Ahora tienes otras prioridades.
— El problema es que, haga lo que haga, siempre seré un villano – sonrió –. Me acosté con mi hermano pequeño sabiendo quién era, me enamoré de él sabiendo que era terreno prohibido y el problema es que miento a mi hijo sobre sus orígenes, miento a Shoto sobre su hijo y lo peor de todo es que no hay solución, porque si digo todo esto, destruiré la carrera de Shoto Todoroki y... ¿para qué? Porque seguiremos sin poder estar juntos. Es mi hermano. La sociedad nos juzgará y yo puedo soportarlo, pero él... no quiero hacerle daño a Shoto y esto le hundiría socialmente. Tampoco creo que mi padre aceptase tener un nieto de esta forma, entre dos de sus propios hijos... siempre seré un villano ante la sociedad.
El silencio reinó al instante en cuanto los adultos observaron los párpados del pequeño temblar: se despertaba. Ambos sonrieron al verle abrir los ojitos muy despacio y restregarlos con sus pequeñas manitas.
— Por fin despiertas, dormilón. Pensaba que tendría que volver a mi casa con tu regalo – sonrió Tomura.
— ¿Regalo? – Aquella palabra espabiló al niño en un santiamén, incorporándose con rapidez para ver cómo Tomura sacaba de detrás del respaldo del sofá un cojín de la cara de Shoto Todoroki.
El grito del niño y cómo se puso en pie sobre los asientos del sofá, fue suficiente para que los dos adultos rieran al verle abrazar el cojín de su héroe favorito.
— Desde luego tiene devoción por él – sentenció Tomura – estás jodido, Dabi.
— Lo sé – se quejó el villano, así no sería capaz de matar a Endeavor, su abuelo, y oponerse a Shoto Todoroki, su padre –. Lo sé de sobra.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top