Capítulo 20: Enfados enfocados
Estaba sumamente cabreado por la información que había recibido de Tomura. No era la información que había ido buscando, pero por ahora, le serviría para empezar a detectar las mentiras de su hermano. Era una baza que podía y siempre podría jugar en su contra y, desde luego, iba a usarla. Él no era de los que se quedaban con las cosas dentro, sino todo lo contrario, decía las cosas y las aclaraba.
En su familia, parecía ser demasiado normal el mantener secretos y ocultar información, él lo odiaba, por eso siempre había intentado ser lo más claro posible al hablar las cosas. ¡Su familia no tenía remedio! Estaba muy cabreado, ¡y tanto que lo estaba! No sólo le habían ocultado su paternidad que ya era duro, sino que encima... tal y como hacía su propio padre, había tomado la decisión por él sin consultarle sus deseos ni sus sueños. Todos creían tener potestad sobre sus propias decisiones y eso era otra de las cosas que le disgustaban.
Frente a la puerta de su apartamento, Shoto suspiró. Tenía que calmarse, lo sabía, pero... a la vez, le era complicado. Era demasiado tarde y posiblemente su hermano estaría completamente tronco junto a su hijo. No quería pagar su enfado con la persona equivocada, porque Luka no tenía culpa alguna de todos esos tejemanejes de su padre. Era muy posible que tampoco supiera la verdad y aunque se moría de ganas de contársela, quería arreglar primero las cosas con su hermano.
Entró en el apartamento y tal y como supuso, todos dormían. Era normal a esas horas. Shoto no esperaba otra cosa que no fuera esa. Cerró tras él y dejando las llaves encima de la mesilla, se encerró en su cuarto para intentar dormir algo, aunque sabía que seguramente no lo conseguiría con los nervios y el enfado que cargaba.
***
El ruido que venía de la cocina le hizo saber a Shoto que su hermano estaba despierto, sin embargo, esperó un poco más en la cama. Todavía no sabía qué iba a decirle, ni cómo iba a actuar frente a él o frente a su hijo. ¡Tenía un hijo! Y era inteligente, con talento y estaba totalmente orgulloso de él como héroe, era su ejemplo a seguir y ni siquiera debía saber que, en realidad, era su padre. Siempre le vio como su sobrino y ahora... sabiendo la verdad, sabía que no podría verle de la misma forma que antes. Si antes era especial, ahora lo era mucho más.
Sin haber pegado ojo en toda la noche pensando en las palabras que aún había encontrado, finalmente Shoto se levantó. Tendría que improvisar y no le quedaba más remedio.
Se vistió con lo primero que encontró sobre la silla y salió del cuarto. Sus ojos se fijaron en la silueta de su hijo. Estaba sentado en una de las sillas de la mesa de la cocina y desayunaba. Sonreía ignorando todo lo que su padre les había ocultado a ambos. Por un momento, al ver esa sonrisa en Luka, Shoto se detuvo, apoyó el hombro contra el marco de la puerta sin atreverse a romper ese momento y sonrió. ¡Su hijo! Era lo único que podía pensar, era su hijo y estaba feliz de tenerle allí junto a él, de poder verle desayunar, de poder pasar tiempo a su lado.
— ¿Por qué tan sonriente esta mañana? – preguntó Dabi justo a su lado mirando la misma escena que él miraba. Shoto ni siquiera sintió el segundo exacto en que su hermano se había apoyado en el mismo marco que él por el otro lado de la cocina.
Shoto tomó aire sintiendo que toda la tranquilidad que había reunido al ver a su hijo acababa de esfumarse y entonces, exhaló con suavidad e ignoró completamente a su hermano iniciando así de nuevo el camino hacia la mesa. Removió el cabello de su hijo al pasar tras él y se acercó al armario para prepararse un vaso de leche.
— He estado practicando, mira, mira... – sonreía Luka enseñándole a Shoto cómo hacía cubitos de hielo dentro de su zumo.
Shoto se agachó a su lado y sonrió. El vaso de leche seguía en su mano, sin embargo, desvió la mirada de su hijo al vaso de zumo para ver los cubitos y entonces, sonrió todavía más.
— ¡Genial! ¿Y puedes congelar el vaso sin congelar el zumo? – preguntó Shoto.
— Puedo intentarlo.
Por el silencio que reinaba entre él y Shoto, pero ver cómo sí hablaba y bromeaba con Luka, Dabi supo que algo ocurría y era contra él. Pese a ello, Dabi, a quien se le había borrado la sonrisa de la boca, miró a Shoto acuclillado frente a la mesa y a su hijo intentando congelar el vaso sin hacerlo con el líquido. Esperó pacientemente hasta que en un par de intentos, lo consiguió.
— ¿Y para qué va a servirme esto, tío Shoto? – preguntó Luka.
— Pues... para ser el rey de las fiestas – sonrió el héroe acariciando su cabello en un intento de broma. Luka sonrió –. ¿Quién no quiere su bebida fría en esos eventos?
— Es por control – explicó Dabi – quiere que aprendas a controlar qué congelar y qué no. A mayor control, podrás hacer mayores cosas y sacar más potencia donde quieras concentrarla.
Shoto se levantó del lugar al ver que Dabi se acercaba a la mesa y terminó de beberse el vaso de leche de un trago para dejar el vaso y poder salir de allí.
— Voy a cambiarme – dijo Shoto – en cuanto acabes de desayunar, vístete, Luka, nos iremos a practicar un poco por ahí.
— Genial.
***
Luka estaba en su cuarto buscando su ropa para cambiarse. Estaba entusiasmado con eso de salir por ahí con Shoto, sin embargo, Dabi observaba en el salón cómo Shoto se calzaba sin pronunciar palabra.
— Vale, lo pillo, he hecho algo que te ha disgustado. ¿Podemos hablarlo ya?
Shoto sonrió con arrogancia e incredulidad. Su hermano era un idiota integral. Todavía no era capaz de decirle la verdad pese a que quizá, se olía de qué iba todo eso o no...
— No lo sé. ¿Has hecho algo para disgustarme? – preguntó Shoto.
— Ni idea, por eso te pregunto.
— ¿Qué tal si empezamos por la idea de que eres igualito que papá?
— ¿En serio? Creía que yo sería mejor que papá.
— Sois idénticos. Ambos creéis que podéis tomar las decisiones que mejor os convengan por mí. ¿Qué narices os creéis que soy? ¿Vuestra marioneta? ¿Un títere en vuestras manos? Dejad de decidir por mí.
— Vale, vas a tener que explicarme un poco mejor de qué va todo esto. Yo no he tomado ninguna decisión por ti – dijo Dabi.
Por suerte para ambos, el tono de voz no era agitado ni elevado, así que estaba claro que Shoto no quería alertar a Luka sobre esa discusión y Dabi entendió que prefería dejar las discusiones alejadas del crío, lo cual le parecía perfecto.
— ¿Como la decisión de ser padre o no? – preguntó Shoto. Aquello hizo que Dabi abriera los ojos ante la sorpresa. Era algo que Shoto no debió saber jamás y no tenía ni idea en este momento de cómo sabía un secreto así. Siempre lo guardó con esmero –. Eres como papá. Esa decisión era mía y sólo mía, Dabi.
— Iba a destrozar tu carrera. Lo hará si eso sale a la luz.
— ¿Y qué más te da a ti mi carrera? – preguntó Shoto acercándose a su rostro y susurrando – como bien dices, es mía, mi carrera, no la tuya. No te atrevas a tomar esas decisiones por mí, no lo soporto. Creo que soy mayorcito como para saber qué me conviene o no, o qué quiero hacer.
— Si se enteran que tienes un hijo con un villano... con tu hermano mayor, será el final de todo lo que has construido con tu esfuerzo. La gente te criticará, te odiará, no volverás a ser un héroe.
— Ser un héroe para mí no es lo que la gente piense de mí. Protejo a la gente, les guste o no les guste como soy o lo que hago. Están en problemas y los salvo, punto y final. Y cuando están en problemas, a ellos les da igual quién los salve mientras los saquen del problema. Seguiré siendo un héroe, sólo que no seré el número uno ni seré aclamado. Si quisiera ser un héroe para ser famoso, ¿qué clase de héroe sería? Me da igual la fama, me da igual todo eso, sólo quiero salvar vidas y eso puedo hacerlo pese a mi opinión pública. Así que no vuelvas a tomar esas decisiones.
— Era la mejor para ti.
— No, era lo que tú creías mejor para mí, porque como yo lo veo, fue una mala decisión que me apartó de mi hijo todos estos años. No le he visto crecer, ni aprender a caminar, no he visto cuando aprendió a usar el urinario ni cuando empezó a hablar. Ni siquiera sé cuál fue su primera palabra porque tú decidiste que era mejor mantenerme al margen de la vida de mi hijo. No me tuviste en cuenta para nada.
— ¡Estoy listo! – sonrió Luka saliendo ya vestido del pasillo. Shoto cambió el tono entonces y sonrió pese a seguir muy cerca del rostro de su hermano por la discusión que habían estado manteniendo.
— Perfecto, nos vamos a entrenar y luego, a comer un helado.
— ¡Genial!
— Voy por mis cosas – dijo Dabi.
— No hace falta, nos vamos nosotros – dijo Shoto sin contar con él en absoluto – no quiero que se distraiga en el entrenamiento con su padre.
Shoto abrió la puerta de entrada y dejó que Luka saliera primero. En ese momento, Dabi se acercó con rapidez a Shoto agarrando su brazo para susurrarle.
— ¿Vas a contárselo? – preguntó Dabi.
— No sé... me lo pensaré, pero supongo que si tú puedes decidir por mí, ¿por qué no puedo decidir yo ahora por ti? – preguntó Shoto con una ligera sonrisa – a lo mejor creo que va siendo hora de que se sepa la verdad, sería lo más conveniente.
— No lo hagas, por favor, no sin yo estar presente.
— ¿No te gustaba tomar decisiones por otros? ¿Qué tal sienta cuando las toman por ti? – preguntó Shoto librándose del agarre de su hermano para poder cerrar la puerta tras él.
¡No! No quería contarle nada a Luka sin Dabi, más que nada porque Shoto no quería ser como ellos, sin embargo, darle a probar un poco de su propia medicina para que Dabi sintiera el dolor de que la gente decidiera por él, era algo que creía necesario. Lo pasaría mal unas horas, de eso Shoto estaba seguro. Durante el rato que estuvieran fuera, Dabi pensaría una y mil veces si él le habría dicho algo o no y cómo hablar del tema. Era el mejor castigo que se le ocurría en este momento para él y, a la vez, una forma de enseñarle que dejasen de tomar decisiones que no les correspondían.
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