Capítulo 18: Punto de mira
Encontrarse a Tomura en esa zona residencial no era una simple casualidad, algo le olía mal a Dabi, pero por más que pensaba en las cosas, no podía encontrar una solución a sus preguntas.
Tomura fue quien más insistió en que fuera a la casa de Shoto cuando su piso quedó hecho un desastre pero siempre quiso creer que lo había dicho e insistió de buena fe, porque sabía la verdad del padre de su hijo, porque quizá querría que Luka se acercara un poco más a Shoto aunque no supiera que éste era su padre, pero ahora mismo, hasta eso lo dudaba. Seguía siendo un villano y pensaba como tal.
Endeavor era el objetivo de todos ellos, querían destruirle pero... él mejor que nadie sabía cuál era el punto débil de Endeavor: Shoto Todoroki.
Dio la vuelta en el colchón y volvió a pensar en ello. No podía dejar de dar vueltas al asunto pero le era tan surrealista pensar que quizá, intentaban encontrar algún punto débil en Shoto. Estaba claro que todos los villanos harían lo que fuera para tener a Endeavor en su punto de mira.
Dabi sonrió. Él, que siempre fue considerado como el mejor reclutador para los villanos, ahora se daba cuenta de que aquel secuestro cambió demasiadas cosas. Siempre odió a Shoto, desde que llegó a ese mundo... le odió. Él era todo lo que Endeavor había deseado, el destinado a convertirse en un héroe mejor que su padre. Odió sentirse inservible, inútil ante los ojos de la persona a la que más admiraba. Quiso destruir a Shoto con toda su alma y ahora... todo su mundo se había puesto del revés. Sólo quería protegerle. ¿Qué clase de villano era?
Tomura tenía razón en muchas cosas y una de ellas era que debía volver a decidir qué quería hacer con su vida. Llevaba mucho tiempo apartado de los asuntos de los villanos y aunque todavía quería vengarse de Endeavor y se hacía llamar un villano, no tenía las cosas tan claras como las tenía antes.
Viendo lo tarde que era en el reloj de la mesilla, Dabi decidió levantarse. Tenía muchas cosas que preparar aunque hoy se había dado el gusto de quedarse un rato más sólo porque sabía que Shoto tenía el día libre y estaría con Luka.
Cuando salió del cuarto, le sorprendió el olor a tortitas aunque también había algo de humo por la zona.
— ¿Habéis quemado la casa? – preguntó Dabi al llegar a la cocina y sorprenderse al ver que aquello era un desastre. Esperaba alguna tortita quemada, pero ver la harina por todos lados, las cáscaras de huevos rotos, el fregadero... –. ¡Madre mía! Os lo habréis pasado bien al menos – sonrió al ver todo aquello suponiendo que le tocaría a él limpiar el desastre.
Sus ojos se posaron entonces en los vasos de agua y los cubitos de hielo, al menos el de Shoto tenía cubitos de hielo, el de su hijo era una masa sólida al completo. Habían estado practicando y estaba claro que Luka seguía sin controlar bien su poder, pero al menos, le alegraba saber que lo intentaba.
— Lo recogeré antes de irme, te lo prometo.
— ¿Antes de irte? – preguntó Dabi al escuchar esas palabras de su hermanito –. Creí que hoy no trabajabas.
— No lo hago pero había quedado con papá para comer. Se reunía la familia.
— No sabía nada.
— Ya... supuse que no querrías saberlo. No es que te lleves demasiado bien con él y supuse que no querrías venir con nosotros.
— No. No quiero. No volveré a pisar esa casa.
— Lo suponía.
Dabi dudó sobre aquello. Nunca imaginó que su familia se reuniría de nuevo para temas familiares como comer o cosas así. Hizo tanto daño a todos que, simplemente, no cabía en su mente esa posibilidad.
— Le has... ¿perdonado? – preguntó Dabi.
— No sé si puedo decir que le he perdonado, pero lo intento – susurró Shoto –. ¿Tú nunca pensaste en perdonarle?
— Una vez hace demasiado tiempo... deseé disculparme yo – susurró Dabi – una vez donde tuve un ataque de celos insólito y me lancé a atacar a un bebé inocente.
Shoto se sorprendió. No entendía demasiado bien qué ocurría o de qué hablaba.
— Eras tú – susurró Dabi – te odiaba tanto en aquel momento. Yo quería ser el mejor, me esforzaba para que Endeavor viera todo mi potencial pero... cuando tú naciste, no sé, vio mayor potencial en ti que en mí. Era un crío pero me puse tan celoso en ese momento que no medí mis acciones. Luego ocurrió el accidente y bueno... desaparecí. Me dieron por muerto. Cuando desperté en aquel lugar, sólo pensaba en disculparme por lo sucedido. Nunca lo hice y sinceramente, ahora mismo no tengo ganas ni ánimo, no después de ver cómo Endeavor trataba a toda la familia incluso tras mi supuesta muerte.
— Fue una época complicada – dijo Shoto – fue un infierno para ser sincero. Odiaba a papá, tanto... que no quería ser como él y hasta dejé de utilizar mi poder – susurró al recordarlo – y no fue hasta que conocí a Midoriya que prácticamente me gritó que éste era mi poder, ambos... me propuse aprender y mejorar, utilicé a papá, sus conocimientos para mejorar y se lo dije abiertamente. Él sonrió y lo aceptó. Creo que hubo un momento donde él mismo decidió cambiar, se dio cuenta de las cosas que había estado haciendo mal y, aun así, fui con cautela pero... en estos años, sí he visto un gran cambio en él. Quizá no como para decir que le he perdonado, pero al menos, puedo ir a sus comidas familiares. Ahora sé los platos favoritos de mis hermanos – sonrió Shoto.
— ¿Te sabes el mío? – preguntó Dabi con una sonrisa arrogante.
— Según Bakugo... soba muy caliente, todo lo contrario a mí.
— ¡Qué idiotas sois! – sonrió Dabi ante aquella ocurrencia de los héroes.
La mirada de Shoto se desvió a Luka y cómo éste jugaba con la harina sin hacerles demasiado caso a ellos y sus conversaciones. Amasar no era lo suyo, tampoco lo de Shoto.
— Dejadme a mí, anda, ya terminaré yo las tortitas. Id a jugar o a entrenar o lo que sea que estuvierais haciendo con el hielo y el agua.
***
Las comidas familiares habían cambiado mucho de lo que Shoto recordaba en el pasado. Él ni siquiera bajaba a cenar o a comer con su familia cuando era niño. Comía solo, cenaba solo... y fue a peor cuando su madre se marchó de casa. Entrenaba demasiado con su padre y cuando terminaban, él se iba a trabajar y debía quedarse solo en esa casa cuando no tenía escuela. Siempre se encontraba solo fuera como fuera.
— ¿Qué tal van tus días de permiso, Shoto? – inició la conversación Endeavor en la mesa. Shoto mantuvo la mirada en su plato cortando la carne.
— Es diferente. Nunca había tenido vacaciones – dijo Shoto con cierta sorpresa al encontrarse en ese estado –. Se siente bien tener tiempo libre.
— Me alegro – susurró Endeavor aunque todavía no entendía el motivo para que su hijo se tomase vacaciones –. Shoto... ¿Sigues buscando a Touya? – preguntó esta vez con un tono más bajo.
— Ya te dije que arreglaría ese tema después de lo del secuestro.
— Sí, lo sé. Aunque parece haber desaparecido.
— Midoriya tenía información sobre él, sigo las pistas.
— Sí, sé que Midoriya tenía algo de información, aunque lo que me comentó es que había dejado la vida de villano, al parecer.
— Eso parece. Sigo tratando de confirmar eso y si podría ser o no un peligro. Abordar el tema familiar con él será más complicado.
— No quiero que entres en riesgos por esto. Si le encuentras, antes de tratar con él, preferiría intentar arreglar yo las cosas.
— No es buena idea. Te odiaba y seguramente te seguirá odiando, papá. Deja que yo me ocupe.
— También te odiaba a ti.
— Antes del secuestro. Creo que puedo conectar con él.
— Ya... quizá ése es el problema, Shoto, que quizá conectasteis demasiado después de aquel secuestro – dejó caer Endeavor en la mesa dejando a todos perplejos y sorprendidos.
Evidentemente, sus hermanos no entendían de lo que hablaban, pero Shoto y Endeavor lo sabían perfectamente.
— Quizá soy su única conexión ahora mismo con la familia. Quiero intentar que recupere la confianza en nosotros. ¿No te gustaría volver a tener a Touya con nosotros? – preguntó Shoto.
— Claro que me gustaría. Creí que había perdido a mi hijo, que murió, saber que está vivo me hace muy feliz pero... también me hace ver cuánto fallé con la familia para que eligiera ese camino.
— Confía en mí y dame tiempo, dáselo también a él.
— ¿Has contactado con él? – preguntó Endeavor.
— Papá... por favor, sólo confía en mí, ¿vale? Déjame hacerlo a mi manera. Igual que todos nosotros necesitamos nuestro tiempo para perdonarte, él también necesitará su tiempo.
— Eso es que has hablado con él.
— Levemente y nada del asunto familiar de momento.
— Dime sólo una cosa... ¿Está fuera de la liga de villanos como dicen los informes?
— Creo que sí – dijo Shoto – no le he visto en contacto con ninguno de lo que he visto hasta ahora. Creo que sí ha salido.
Aquellas palabras fueron tranquilizadoras para él aunque sabía que Shoto tenía razón, Dabi necesitaría tiempo y quizá, ni siquiera el tiempo curaría sus heridas como para regresar a casa.
Shoto era consciente de que su padre tenía acceso a los mismos informes y documentos que Midoriya, no por nada Midoriya trabajaba en la misma agencia. Sabiendo eso, sólo podía esperar que su padre por respeto y confianza, no indagase por su cuenta ni pidiera a nadie más intervenir en el caso. Prefería por el momento no contarle que tenía un nieto, sobre todo porque eran los deseos de Dabi y Shoto quería respetar eso.
El resto de la cena transcurrió en una amena conversación sobre la universidad de Natsuo y el día a día rutinario en el trabajo de Fuyumi. Ella era quien más feliz estaba por tener a toda la familia reunida y poder cocinar para todos, sin embargo, saber que Touya aún estaba vivo y no podía disfrutar de su familia, también apenaba a la chica un poco en algunos momentos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top