XXI. Alergias.
Logan no sabía en que se metía cuando entró a esa casa, y decidió, casi ingenuamente, quedarse.
Wade estaba haciendo el almuerzo y Eleanor estaba en su cochecito, acostada, chupándose el dedo mientras Logan bebía su quinta cerveza de la tarde.
Peter llegó entonces, con su morral lleno de papeles y borradores de proyectos científicos, con bolsas debajo de los ojos y con ganas de dormir.
La pelea con Wade afectaba a Peter a su manera. Wade tendía a deprimirse y a perder el ánimo, Peter, por su parte, estaba de malhumor y sentía un vacío en el pecho. Un vacío que a veces era llenado con el eco de las risas de Ellie, pero que no era no lo mismo.
Peter, al ver a Logan, sentado en el sofá y mirando de soslayo a Ellie con una sonrisa, ni se inmutó, pero sí dice: — ¿Qué hace él aquí?
Wade se limpia las manos con un trapo de la cocina y mira a Peter, con recelo, para responderle: —Hola a ti también, amor.
Peter roda los ojos y le hace señas a Wade para que vaya al cuarto. Wade suspira con lentitud y se acerca a Logan, para decirle: — ¿Podrías darle la papilla qué está sobre la mesa a la bebé, Lobito? Yo ya vuelvo.
Logan estuvo a punto de decir que no hasta que vio la manera en la que Peter miraba a Wade y la manera en la que Wade miraba a Peter. Se guardo sus comentarios y asintió.
Cuando la pareja de novios desapareció, Logan tomó lo que quedaba de su cerveza. La dejó sobre la mesita de la sala y miró a la bebé con sus grandes ojos y su sonrisita sin dientes.
Logan le sonrió, levemente, para luego cargarla y llevarla contra su hombro hasta la cocina. Sentó a la bebé en una sillita inclinada especial para ella.
Eleanor le miraba con una sonrisa en sus pequeños labios cuando Logan tomó la cuchara del tazón rosa y empezó a llevar la papilla color amarillente a los labios de ella. La cual la empezó a degustar, felizmente.
A lo lejos se podía escuchar a Peter y Wade discutiendo. Logan simplemente se concentró en Eleanor.
Hasta que pudo ver el pecho de Ellie llenarse de aire y oía la respiración de la bebé entrecortarse. Logan se alteró a penas los ojos de la bebé se llenaron de lágrimas y empezaba a hacérsele difícil respirar.
— ¿Qué..? —murmuró Logan, bajito, mientras Eleanor le miraba y comenzaba a estornudar— ¡Wade, Peter! ¡Vengan ahora mismo!
Eleanor le miró con sus ojitos desbordándose por las lágrimas y sus labios empezando a secarse y a brotar manchas algo imperceptibles en sus labios y mejillas.
Logan la tomó entre sus brazos, protegiéndola, incluso cuando empezaba a temblar y toser y estornudar entre sus brazos.
— ¡Wade, Peter! —Gritó desesperados.
La pareja salió de su habitación, con el ceño fruncido y la cara enojada. Hasta que vieron a Logan, con Eleanor entre sus brazos.
— ¿Qué le sucede? —preguntó Peter, aterrado, quitándole la bebé a Logan.
—No lo sé… Le estaba dando de comer y se puso así.
Peter escaneó el rostro de su bebé. Su carita estaba pálida, tenía manchas rojas en los labios y mejillas y empezaba a inflamarse. Su pecho subía y bajaba por las agitadas respiraciones y lo que le costaba respirar.
—Tiene un ataque de alergia. —Peter miró a Wade— Llama a un Uber, debemos ir al hospital ahora mismo.
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