X. Frank, ¡no seas así!
Para Frank dejar de ser el Castigador y volver a ser lo que alguna vez fué, fue complicado. Inclusive cuando amara a Matt y quisiera darlo todo por él, dejar todo atrás había sido casi imposible.
Pero cuando lo hizo, cuando simplemente encerró en un cajón aquella camisa con la calavera blanca, casi todo el peso de su pasado había sido encerrado con ella. Y solo quedaba Matt, oyendo el repiquiteo de su corazón y colocándose rojo ante cualquier halago. Su Matt.
Luego vinieron los niños. Michael y Stephanie, dos rubios gemelos que habían criado desde hace ya unos cuatro años. Desde entonces, Frank se había dedicado a trabajar como mano de obra en varias construcciones, a veces como un detective privado, viviendo en el completo anonimato pero viviendo más ligero.
Aún recordaba a María, a sus hijos pequeños y a su vieja vida. Pero había decidido seguir adelante…
[ ¡Ay, pero qué triste y hermosa historia! ¡Hagan una serie en Netflix de ella! ]
[ Es oído peores. ¿Sabes los orígenes del perro pulgoso ese de Logan? Eso sí que es triste. Deberían hacer una trilogía con ellos. ]
Frank retiró el sudor de su frente con su mano y, mientras la barredora de cemento hacía su trabajo y sus compañeros reían, Frank escuchó un pequeño grito.
— ¡Fraaaaaaank! —gritaron a lo lejos.
Frank se volteó y con sus pobladas cejas fruncidas, divisó a Wade. Un Wade que estaba disfrazado con su traje y le saludaba con emoción.
Frank gruñó como un perro enojado y siguió haciendo su trabajo, ignorando el griterío que Wade estaba haciendo en la entrada.
—Frank, ¡no seas así! —Siguió gritando— ¡Frank, Frank, Frank! ¡Francisco, Frankie, Franksisquito!
—Frank —murmuró uno de sus compañeros—, creo que deberías atender a ese amigo tuyo.
—No somos amigos. —gruñó él por lo bajo, pero, de igual manera dejó de hacer lo aue estaba haciendo y se dio vuelta, para empezar a trotar hacia la entrada de la construcción.— ¡Baja la voz! —exclamó el ex Castigador.
Cuando llegó a la entrada, Frank tenía el ceño fruncido y sudaba en abundancia. Wade no tardó en hacer un comentario: — ¡Qué lindo estás, papi! ¡Ya entiendo por qué Cuernitos te quiere solo para él!
— ¿Qué quieres? —Preguntó sin mas él.
—Necesito un empleo. —dijo el otro.
—Pensé que estabas a gusto trabajando con Los Vengadores.
—Lo estoy… —Wade tragó saliva, Frank prestó más atención después de ese gesto— es solo que… Necesito otro empleo. Uno más seguro, más normal… Y vamos, tú eres más buscado que Dios y conseguiste este empleo. Yo también puedo.
— ¿Por qué? —Preguntó Frank— Ni siquieras cuando empezaste a salir con Peter quisiste buscar un empleo "más normal"… ¿Por qué ahora sí?
Wade sonrió debajo de la máscara. Frank apretó más el ceño.
***
— ¡Oh, por fin llegas!
Frank cerró la puerta del apartamento detrás de él. El lugar olía a salsa y agua hirviendo, Matt estaba cocinando (inclusive si le había dicho cientos de veces que no tenía que hacerlo).
— ¡Papi! —Stephanie y Michael, con sus cabellos rubios moviéndose por el viento corrieron hacia él. Frank se agachó y los atrapó entre sus brazos.
—Hola, mis niños. —Frank murmuró, estrujándolos entre sus brazos.— En un momento los atiendo, ¿si? Tengo que hablar con su padre.
Frank soltó a los niños y caminó hacia la cocina del apartamento, viendo a Matt toquetear la mesa con las manos.
—Tengo que contarte algo. —soltó Frank sin mas.
—Uhm… Yo también estoy feliz de por fin oír tu voz, cariño, también he estado pensando en todas las cosas sucias que podríamos hacer hoy… —murmuró con sarcasmo el abogado.
—Es en serio. Es muy importante… Es sobre Peter y Wade.
Mencionar a su mejor amigo de la infancia pareció captar la atención de su marido. Matt se volteó hacia ellos.
— ¿Qué sucede con ellos?
—Digamos que…
— ¡Frank!
—Adoptaron un bebé. Una bebé, para ser más exacto. Wade va a dejar a Los Vengadores al igual que Peter para poder criarla con normalidad…
Silencio absoluto. Solo las risas de sus hijos y el sonido del televisor pasando alguna caricatura animada.
—Debes estar bromeando… —murmuró Matt, sin poder creer lo que su esposo decía. Pero no había rastro de que estuviese mintiendo.
—Sabes que yo no bromeo… —Matt, entonces, empezó a respirar agitadamente como la mamá osa alterada que era. Frank trató de romper el hielo: —Así que… ¿cuáles eran esas cosas sucias qué pensabas hacerme esta noche?
SI HAY ALGUIEN AQUÍ QUE NO SHIPEE FRATT PUES SINCERAMENTE ESTÁS MALGASTANDO TU VIDA MIJ@ ahre
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