IX. Aquí va a haber algunos cambios.
La ex esposa de Scott, Maggie, le sonrió mientras servía un poco de café en sus tazas. Peter y Wade se sentían intimidados con todas esa mujeres a su alrededor.
Ahí estaba Maggie, la amable pero ruda ex pareja de Scott. Jane, que ya tenía su vientre algo marcado por el crecimiento del bebé dentro de ella. Wanda, que jugueteaba con la hormiga gigante que la hija de Scott tenía de mascota y Cassie, la hija de Scott, que vestía un tutú y sonreía hacia ellos.
Todas y cada una de ellas, sentandas a su lado y en frente de ellos en la hogareña casa de Maggie.
—Entonces ¿quieren consejos de maternidad? —Maggie les sonrió, mientras tomaba un poco de su café.
—No. —dijo al instante Wade. Peter le golpeó con fuerza en la costilla, haciendo que soltara un quejido— Bueno, Pete cree que sí. Y Jane igual… Pero creo que lo tenemos controlado. La pediatra dice que está bien y la adora. Soy un gran padre y ustedes me están infravalorando.
Las mujeres —y Peter— le miraron con dureza.
[ ¡Somos buenos padres! Nuestra bebé es sana y hermosa, ¡lo estamos haciendo bien! ]
[ ¿¡De qué hablan!? No niego que estamos llevando esto muy bien… ¡Pero es bueno recibir ayuda extra! ]
—Wade, no puedo negar que estás haciendo un gran trabajo —dijo Wanda—, pero es bueno que recibas ayuda de alguien que ya ha tenido hijos y sabe como es esto.
—Debes de fijarte en el futuro. —Hablo Jane esta vez— Ahora que es una bebé todo está bien… Pero, ¿qué pasará cuándo crezca?
—Ella no se va a quedar. Ella se irá. —dijo Peter, apretando entre sí sus pobladas cejas.
—Eso no lo saben. —Maggie murmuró mientras les miraba con sus ojos color aquamarina— Puede ser que pasen años hasta que él llame, puede ser que llame cuando ella tenga cinco, cuando tenga 20… Puede ser que nunca llame.
Jane, Wanda, Maggie e inclusive Cassie (joder, hasta la maldita hormiga gigante) miraron a Peter y a Wade. Peter tomó una larga respiración mientras Wade trataba de ignorar la preocupación que se empezaba a montar en su pecho.
Amaban a Eleanor. Era su pequeña. Pero no estaban listos… Ahorros universitarios, escuelas, alimentación, no podían vivir en la torre toda la vida (aunque Tony gritaba y pataleaba que sí podían), debían hablar con la tía May en algún momento. Tantas cosas que hacer y tan poco tiempo que parecía ser absorbido por sus labores de súper héroes, la universidad de Peter y Wade tratando de mantenerse cuerdo.
[ ¿Qué va a estar manteniéndose cuerdo este pendejo? ]
[ ¡Hay cosas más importantes qué eso! ¿¡No estás escuchando lo qué están diciendo!? ]
— ¿Han pensado en dejar sus labores de héroes? —Preguntó con suavidad Wanda, acariciando la cabeza de la gran hormiga, mirándoles con cariño, tratando de no alterarlos más.
— ¿O tal vez mudarse juntos? —Preguntó Jane— Con la educación no se preocupen, estoy segura que Tony no dudará en brindarles apoyo en conseguir buenas escuelas, y ni se diga de las universidades, hasta yo puedo ayudarlos…
—En el vecindario están vendiendo una casa preciosa. —Les dijo Maggie.
—Wade podría seguir trabajando y Peter podría dedicarse solo a estudiar… Yo puedo ser niñera cuando lo deseen, no les cobraré nada, lo haré con todo gusto. —Les sonrió Wanda.
— ¡Yo puedo ayudar! —Levantó su manita Cassie, sonriéndoles con sus dientecitos pequeños.
Y todas ellas empezaron a hablar, como pericos, dando ideas de que hacer con sus vidas y como criar a su bebé. Y con las voces de su cabeza martillándole, Wade se hartó, golpeó con sus puños cerrados la mesa y hizo que la palabrería acabara.
Todos guardaron silencio. Peter miró a Wade, casi al mismo tiempo que colocaba su mano sobre el hombro de su novio.
—No necesitamos ayuda. Podemos vivir a nuestra manera y criar a nuestra bebé solos… Les agradecemos su ayuda, pero ya basta.
Wade se levantó y salió de la cocina. Peter tomó lo que quedaba de su taza de café y después de murmurarle a Maggie "muy buen café" siguió a su novio.
Cuando salió de la casa, ahí estaba él. Con sus manos en la cabeza y murmurando con voz enojoda. Peter se acercó a él y le abrazó con fuerza por detrás. Wade suspiró y acarició sus manos.
—Podría llamar a Frank… —Murmuró él— está trabajando en una construcción ahora que ya no es El Castigador… Podría decirle que me haga un espacio…
—Yo podría solo estudiar… Al menos hasta que me gradúe. También podría dejar esto y buscar otro trabajo… Tengo mi cámara, puedo vender algunas fotos…
—Aquí va a haber muchos cambios, baby boy… —Wade sonrió con suavidad— ¿Cuento contigo en ellos?
Peter sonrió y lo apretó con más fuerza, después mumuró: —Apuesta tu vida a eso, mercenario.
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