Especial I.

Eleanor tenía tres años cuando Peter y Wade la llevaron a su primer día de clases.

Graciela se fue a trabajar esa mañana, pero antes de eso, les dio algunos consejos a los padres para que se prepararan para el primer día de clases de la pequeña Ellie en el primer nivel de preescolar.

Sean seguros con la niña, díganle que es una etapa hermosa y que ustedes estarán a su lado. Cuando la dejen, no caminen detrás de ella, caminen a su lado. Díganle que está bien que llore, no la chantajeen con basura como "si lloras, papi y papá estarán tristes" o "si lloras, todos se burlarán de ti." Abrácenla, díganle que volverán por ella. ¡Y por lo qué más quieran, no lleguen tarde a recogerla hoy! ¡Eso la colocará peor!

Eleanor tenía una camisa rosa y unos pantalones de tela suave. Sus moñitos estaban a cada lado de su cabecita y había rizos cayendo de ambos. Sonreía para la foto que Peter le estaba tomando con su celular y se reía después de que Wade la cargara entre sus brazos y diera vueltas con ella.

— ¡Papá! —Exclamaba la pequeña niña— ¡Abajo, abajo, papá!

—Te ves tan hermosa mi pequeñita. —Wade besa la frente de Eleanor y Peter se acerca de repente, estirando su celular con la aplicación de la cámara abierta.

— ¡Sonrían!

Peter tomó una foto con la cámara frontal de su celular donde aparecían los tres, sonriendo en el primer día de clases de su bebé.

Eleanor se baja de los brazos de su padre y camina hacia la sala, para recoger unos juguetes del suelo y llevarlos al morral de Hello Kitty que su padre le había regalado (o prestado, quién sabe) para su inicio en el colegio.

— ¿Crees qué llore? —Murmura Peter, por lo bajo a su novio. Sonríe cuando cambia la foto de pantalla de su celular por la que acaba de tomar.

—No lo creo… Ella es fuerte, aguantará. —dice Wade.

— ¿Y nosotros? —Wade mira a Peter con confusión— ¿Crees qué lloremos?

—No, no, no… También somos fuertes, aguantaremos.

Wade besa los labios de Peter, suavecito, como para que se crea todo lo que le ha dicho. Peter asiente y toma su bolso con el logo de las compañías Stark.

Peter y Wade no volvieron a trabajar de súper héroes después de adoptar a Eleanor. Peter se graduó de la universidad y empezó a trabajar en las compañías Stark, ya no como pasante, sino como la mano derecha de Tony.

Wade trabajaba en pequeños trabajos como detective al lado de Frank, los cuales, a través de los años, habían logrado hacerse como mejores amigos. De la misma manera, trabajaba como profesor en la mansión de jóvenes talentos del profesor Xavier, donde laboraba como Orientador.

Graciela era una presencia constante en su casa. El cuarto de invitados ya era de su pertenencia y había logrado empezar a trabajar en un restaurante en la ciudad después de haber sido ama de casa por un tiempo para cuidar de la bebé.

Eleanor se colocó su mochila y tomó la mano de Wade, jalándola con fuerza hacia la puerta de la casa.

— ¡Tarde, apá! ¡Vamos tarde! —Eleanor mira a Peter con sus grandes ojos— ¡Papááá!

—Ya voy, ya voy.

Peter recogió su mochila y caminó hacia la puerta para salir, detrás de su novio y su pequeña hija de tres años. Mientras Peter cierra la casa con llave, Wade sienta a la niña en la sillita de atrás de la camioneta y abrocha su cinturón de seguridad. Peter sube al asiento de copiloto y Wade al de piloto y después, enciende la camioneta para empezar a manejar por el barrio de los suburbios hacía la ciudad.

Peter se ríe mientras escucha a Eleanor y Wade cantar una canción pegadiza en la radio.

—Amor —Peter mira por encima del asiento del auto para poder observar a su pequeña hija—, quiero que sepas que papi y yo estamos muy orgullosos de ti y que te amamos mucho.

—Así es, pulga. —Wade mira por el espejo retrovisor a la pequeña— Queremos que sepas que no tienes que sentirte presionada ni nada, porqué pase lo que pase… Estamos contigo.

Ellie asiente con lentitud y empieza a mirar los paisajes cambiar por la ventana del auto. Mientras conducen, la escuela parece asomarse por lo lejos, haciendo que el estómago de Peter se estruje y el corazón de Wade lata con fuerza.

Están nerviosos, no existe ningún tipo de manera de evitarlo. Es el primer día de su pequeña niña en el colegio y no saben cómo le vaya a ir. Además, es la primera vez que van a estar tanto tiempo alejados de ella.

Ellos están apunto de tener una crisis nerviosa pero Ellie se siente tranquila. Ella simplemente murmura una canción infantil y juega con sus piecitos, sin prestarle mucha atención al nerviosismo y tensión en el ambiente.

Wade estaciona la camioneta y Peter es el primero en bajar, para luego abrir la puerta trasera y desabrochar el cinturón de la sillita de la pequeña para ayudarla a bajar.

Wade cierra la camioneta y ve a Peter acomodar a Eleanor y a su mochila mediante reproches. Ella acepta las órdenes de su padre sin protestar, pero aún con su carita agachada.

Eleanor toma la mano de Peter y lo arrastra con fuerza hacia la entrada del preescolar, donde varios padres llevan a sus hijos también.

Unos niños lloran y se aferran del cuerpo de sus padres pero ese no es el caso de Eleanor, que sonríe emocionada y parece impaciente de empezar su día.

Wade y Peter son otro tango. Con sus manos sudando y sus corazones latiendo furiosos. Eleanor se emociona al ver a una mujer pálida de cabello negro que parece ser una maestra.

Peter la saluda, preguntándole si ella será la profesora de Eleanor. Mónica, como se presenta, sonríe emocionada y asiente, para luego saludar a Ellie, que le mira con curiosidad y con una pequeña sonrisita.

Antes de que Peter y Wade puedan decirle algo más, Eleanor se va hacia donde los demás niños están pasando. Mónica los mira por última vez antes de seguir a la pequeña niña que no parece recordar que tiene padres de los cuales despedirse.

Pero antes de entrar, Mónica se voltea y les grita la hora de salidad y Ellie los mira, finalmente. Sonríe, mostrando sus dientecitos y les lanza un beso, los cuales ellos reciben y se despiden con las manos.

Ellie deja de mirarlos una vez más y camina hacia adentro de la escuela, con otros niños que parecen estusiasmados como ella y comienzan a hablarle.

Peter y Wade duran unos minutos ahí, de pie, sin poder creer que se haya ido así como así. Peter debería sentirse aliviado de que no haya llorado pero solo se siente algo agitado, tal cual Wade.

Pero encuentran fuerza para ir a la camioneta e irse en ella a sus trabajos. Todo está en silencio hasta que Wade escucha a Peter sollozar.

— ¿Todo bien? —Pregunta Wade, tratando de no pertubar aún más a su novio.

—Todo bien. —Peter asiente y limpia una lagrimita caer por su mejilla— No creo poder pasar todo este día sin ella.

Wade se ríe y acerca su mano al muslo de Peter, para estrujarlo con algo de fuerza, para mostrarle que está a su lado y que lo entiende.





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Pequeños especiales dedicados a etapas especiales en el crecimiento de Ellie. Un regalo para ustedes, por su amor, sus conentarios y sus buenas vibras. Son cinco especiales, todo hechos en diferentes épocas.

Este especial, está basado en cuando fui al preescolar por primera vez y mi mamá pensó que lloraría. Sin embargo, ella lloró mucho más de lo que yo lo hice. Siendo una Independent Ass Bitch desde que era pequeña (??????)

Y, seamos honestos, Eleanor Wilson-Parker no es la niña que llora en el preescolar.

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