Quién hubiera dicho que un hecho que dura solo segundos, se iba a sentir tan eterno. Sin embargo, la situación actual parecía tener lógica pero ahora que lo vuelvo a pensar, carece completamente de esta misma.

La sensación de mis ojos cristalizandose es tan incómoda y dolorosa, casi tanto como el sentir aquella espada atravezando mi estómago.

Quisiera poder preguntarte cuántas vecez te mostré mis lágrimas,  cuántas veces te mostré mi miedo. No puedo hacerlo y ya conozco la respuesta. Esperaba no tener que volver a pasar por eso pero no importa si es por la persona que amo.

Admito que en un comienzo me aterró la idea de que te amara más allá de lo fraternal. En algún determinado momento de nuestras vidas empecé a amarte, no como mi hermano, sino como mi pareja o amante, como prefieras llamarlo.

Te quiero, Yuu-chan, pero detesto no haber podido decirlo de la forma correcta.

Deseaba tu felicidad y libertad para que cumplieras aquellos sueños que solías decir de pequeños.

Había ido a este lugar para luchar contra el ejercito de los humanos con la esperanza de volvernos a ver. Me avergonzaba el simple hecho de ser un vampiro ahora. Me torturaba con la pregunta de... ¿Acaso me odiarás por haberme convertido en un repugnante chupa sangre?

No sé si para mi suerte o desgracia, nos encontramos y no solo eso, pude contemplar que te rodeaban tus "amigos" y se hacían llamar tu nueva familia. En parte, me alegra saber que no estás solo, pero aun así no se puede confiar en ellos.

Me cuesta aceptarlo por más que vea como te defienden.

Quiero alejarte de este desastre y dolor pero me rechazaste al notar como los humanos caen derrotados.

Mis palabras no fueron capaces de alcanzar tus oidos.

Imaginaba que habían experimentado contigo y pude confirmarlo cuando uno de tus ojos cambio de color, atacaste a varios. A una chica de cabello morado le dijeron que hiciera algo para detenerte, ibas a matar a todos, no tenías control de ti mismo.

Saber ese detalle me provocó una sensación indescifrable que oprimía mi pecho, pues no me agradaba saber cuanto sufrimiento sentirías al descubril lo que habías hecho.

Entonces, fue allí cuando tuve la idea que parecería tener lógica, surgió al percatarme de que acabarías con la vida de esa chica.

Yo te detendría y tu volverías a la normalidad.

Me interpuse en la trayectoria de tu espada la cual acabó atravezando mi estómago. Mi uniforme blanco empezó a teñirse de carmesí, al mismo tiempo que en mi rostro se dibujó una cálida sonrisa a pesar del dolor que sentía.

Mi corazón  se aceleró al ver como volvias a la normalidad... Solo que no esperaba que tu espada estuviese activada.

No importaba el poco tiempo que me quedaba, acaricié con delicadeza tu mejilla.

Lamento que en esta vida hayamos sido muñecos del destino cruel. Si volvemos a encontrarnos, quiero una vida diferente para estar juntos porque necesito de tu calidez para no ahogarme en la soledad.

Quiero que sepas que siempre estaré para protegerte y acompañarte. Siento desvanecerme de esta forma frente a tus ojos y abandonarte pero debes saber que mi amor por ti será eterno.

-Te amo, Yuu-chan- pronuncié con las últimas fuerzas que me quedaban.