Capítulo 2

-Cinco años después-

Abro los ojos lentamente y los vuelvo a cerrar, la claridad que entraba por la ventana hacía que me doliesen los ojos. Bostezo y estiro mis brazos. Me doy la vuelta y me encuentro cara a cara con él, mi chico. Está durmiendo, y no quiero despertarlo, así que le doy un pequeño beso en la mejilla y me levanto.

Bajo las escaleras y voy directo al salón, allí abro las ventanas y observo el buen día que hace, un sol estupendo que ilumina toda la casa. Voy a la cocina y me preparo un delicioso pan tostado con mermelada de fresa. Me encanta la mermelada de fresa. Desayuno lentamente y vuelvo a ir a mi habitación, para vestirme. Tengo ganas de pasear.

Vuelvo a subir las escaleras y entro en la habitación sigilosamente, procurando no despertarle. Abro el armario y...

-¿Jungkook? -Dice, despertándose.-

-El mismo. -Respondo entre risas.- Buenos días.

Me acerco a él y le doy un besito en los labios, él sonríe.

-¿A dónde vas tan pronto? -Dice, acariciándome el cabello.-

-A pasear, ¿has visto el buen día que hace? -Me dirijo a la ventana y abro las cortinas.-

-¡Ah, cierra! -Dice, tapándose los ojos.- Qué dolor.

Empiezo a reírme a carcajadas y cierro las cortinas rápidamente.

-¿Te vienes? -Sonrío.-

-No tengo ganas, tal vez mañana. -Dice mientras se tapa hasta arriba con las sábanas.- Voy a seguir durmiendo.

-Qué vago eres... -Pongo cara de enfado.- Pero te quiero.

Bajo las sábanas, dejando su cara al descubierto y le vuelvo a besar, pero esta vez fue un beso más apasionado. Vuelvo a dirigirme hacia el armario y saco mi camiseta favorita, unos vaqueros negros y las primeras deportivas que pillo. Voy al baño, me lavo los dientes, y me peino. Bajo las escaleras y me dirijo a la puerta.

-Me voy ya, volveré antes de comer. -Digo, apoyado en el marco de la puerta y alzando la voz.-

Cojo las llaves de casa y salgo, cerrando la puerta tras de mí. Aspiro el olor de la mañana, me encanta ese olor. Comienzo a andar, sin rumbo fijo. Paso por la calle principial, en la cual hay mucha gente siempre. Visualizo mi tienda de cómics favorita y entro. Echo una ojeada a todos los cómics que habían puesto nuevos y me decanto por comprarme uno. Salgo de la tienda y continúo paseando. Llevo en la mano una bolsa con el cómic que he comprado y no puedo dejar de zarandearla, tengo muchas ganas de leerlo. Lo saco de la bolsa y, mientras camino, comienzo a leerlo. De vez en cuando levanto la vista para no chocarme ni pisar nada innecesario. Estoy leyendo la parte más interesante cuando, de pronto, me choco.

-Au... -Digo, tapándome la frente.-

-Perdona, ¿estás bien? -Dice la otra persona, asustada.-

Un momento, esa voz me suena mucho. Levanto la mirada y... ¡lo sabía!

-¡Taehyung! -Digo, sorprendido.-

-¡Jungkook, cuánto tiempo sin verte! ¡No te había reconocido! -Me abraza.-

No le veía desde unos días antes de que pasase aquello con Jimin.

-¿Cómo estás? -Pregunto- ¿Ibas a algún sitio en concreto?

-Pues la verdad es que no, tenía ganas de pasear. ¿Y tú?

-Lo mismo. -Sonrío- ¿Quieres venir conmigo a dar una vuelta?

-Por supuesto. -Dice, felizmente.-

Estuvimos paseando un buen rato y se nos ocurrió la idea de ir a tomar café. Nos dirigimos a la cafetería a la que solía ir siempre cuando estaba triste, estar allí me despejaba. Llegamos y pedimos un café, a continuación nos sentamos en una mesa que estaba al lado de la ventana, ese era mi lugar favorito. Taehyung se sienta delante de mí y apoya su codo en la mesa, mientras me mira, sonriente.

Hablamos sobre un montón de cosas que nos habían pasado estos años, me contó que se había casado y ahora tiene una hija y un hijo. Mis ojos se llenan de lágrimas mientras recordamos los viejos momentos que pasamos juntos, también hablamos sobre Jimin , y él, de pronto, me hace una pregunta.

-Jungkook... ¿Por qué después de que ocurriese eso... nunca has ido a verle? -Su expresión cambió totalmente, se puso serio.-

Mi corazón empieza a latir rápidamente. Cada vez que hablamos de Jimin, pasa lo mismo. ¿Por qué mi corazón sigue acelerándose cuando pienso en él? Jamás lograré entenderlo.

-¿Por qué debería? Él me dejó así sin más. No entiendo por qué tendría que ir a verle. -Me enfado y respondo un poco alterado.-

-Vaya, así que al final no llegó a decírtelo... -Empieza a decir en voz baja- Qué cobarde.

-¿Decirme el qué? ¿El motivo por el que me dejó?

-Puede ser... Pero no sé si debo decírtelo ahora, o mejor cuando lo veas. -Dice Taehyung, agachando la cabeza.-

-¿Verlo? -Pregunto, extrañado.- No sé dónde vive, tampoco sé qué ha sido de él.

Taehyung termina de tomarse el café y se levanta, tira los envases vacíos a la papelera, y me agarra del brazo.

-Te llevaré a verlo. -Dice, decidido.-

-¿Cómo? ¿Ahora? ¡No! ¡No estoy preparado! -Digo, intentando soltarme de su mano.-

-Ni lo estarás nunca, así que es mejor que vayamos ahora.

Salimos de la cafetería y comenzamos a andar, pero Taehyung me arrastraba, iba con prisa. Tengo miedo, no quiero verle, pero sí quiero. Me contradigo a mí mismo. ¿Qué haré cuando lo vea? ¿Qué le digo? ¿Qué me dirá? Mis nervios están a flor de piel, pero no sé por qué, en algún rincón de mi corazón, me siento feliz. Hace tanto tiempo que no lo veo...

-Ya hemos llegado. -Dice Taehyung, en voz baja.

Mi corazón da un vuelco. ¿Qué? Esto es broma... ¿Verdad?

-Taehyung... ¿Por qué eres tan cruel? No me gastes este tipo de bromas. -Me giro y lo miro, muy enfadado, mis ojos empezaron a humedecerse.- ¿Qué hacemos en el cementerio?

-¿Te parece que lo hago de broma?

Me vuelve a agarrar del brazo, y entramos dentro. Él empieza a mirar por encima de todas esas lápidas. Mientras, yo, no me puedo creer que esté pasando esto. Seguro que no es lo que me estoy imaginando.

-Aquí es. -Para delante de una de las miles de lápidas que había.-

La miro, y comienzo a leer lo que pone.

-Park Jimin... Desde el 13 de octubre del 1995 hasta... -Me quedo en silencio.-

Abro los ojos como platos. Esto no puede estar pasando. No, no, no... Esto es mentira, es una maldita pesadilla, ¿verdad?

Caigo de rodillas, ante aquella lápida en la cual pone su nombre. Noto como si mi alma se estuviese escapando de mi cuerpo. Mis ojos se desbordan, las lágrimas salen sin parar.

-Cómo... ¿CÓMO HA PASADO ESTO? -Grito.-

Taehyung coloca su mano sobre mi hombro y me dice aquello que estuve esperando saber durante tanto tiempo.

-Jimin me contó que le preguntabas cada día que a dónde fue, y que por qué se había vuelto así... Él aquel día tenía una cita en el médico y, bueno... el médico dijo que no aguantaría mucho. Le diagnosticaron cáncer.

Me quedo en blanco. Todos los vellos de mi cuerpo se ponen de punta. ¿Cáncer?

-Él me dijo que no te dijese nada, que ya lo haría él. Y ya veo que no lo ha hecho... -Sigue diciendo Taehyung, en un hilo de voz.- Así que te diré lo último que me dijo: "Si algún día ves a Jungkook y yo ya no estoy, sólo dile que lo siento. Lo siento muchísimo. Dile que no quería dejarle, pero debía hacerlo. No quería verle sufrir por mí. Pero aún así, le hice sufrir... Espero que pueda perdonarme algún día. Y por último, dile que le quiero, que siempre lo he hecho, y lo seguiré haciendo".

-¿Cómo? Entonces... Todo aquello que me dijo, era mentira ¿no? -Digo, estoy en shock.

Taehyung me abraza fuertemente y dice:

-Creo que será mejor que os deje... solos. -Despeina mi cabello, y se va.-

Yo sigo ahí, de rodillas, ante su lápida. No sé qué hacer. Tengo unas ganas terribles de volver a verle. De volver a ver su sonrisa, esa sonrisa que tanto me gustaba. Quiero verle. Necesito verle. Pero ya no puedo...

Me levanto y, beso su lápida.

-Todavía te sigo amando, Jimin... Deberías habérmelo dicho, así podríamos haber aprovechado el poco tiempo que te quedaba... Te quiero. Te quiero. Te quiero. -No puedo continuar hablando.-

Me estoy ahogando en mis propias lágrimas, no puedo seguir aquí. Vuelvo a besar su lápida y antes de irme, me giro, para mirar por última vez su tumba.

-Volveré... -Digo.-

Comienzo a andar lentamente y, miro el reloj. Vaya, se ha pasado el tiempo volando. Llego tarde a casa. Salgo del cementerio y empiezo a cruzar el semáforo, sumido en mis pensamientos. De pronto, me doy cuenta de que me he quedado parado, en mitad de la carretera. Puedo ver cómo un coche se aproxima a mí a gran velocidad. El coche comienza a pitar y, yo, puedo decidir si dar un paso y esquivarlo o... quedarme quieto. Si me quedo quieto, a lo mejor puedo reunirme con Jimin... Intento moverme, pero no puedo. Mi corazón me lo impide. El coche cada vez está más y más cerca de mí, hasta el momento en que ya no siento nada. No puedo mover mi cuerpo y, lo único que veo es a él, a Jimin, que viene corriendo hacia mí y me abraza.

-"Jungkook, por fin vuelvo a verte..."


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