capítulo ocho
quidditch

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LOS PARTIDOS DE QUIDDITCH ERAN LOS MÁS ESPERADOS por los alumnos en Hogwarts, todos con ánimos apoyando a su casa favorita, victoreando a gritos y con euforia recorriendo sus venas como si en verdad estuvieran viendo a un equipo profesional.

Para Milo era igual que el resto. El Quidditch le encantaba y claramente le era fiel a su casa, siempre llevando consigo una gran rivalidad contra la casa que fuera cuándo Ravenclaw jugaba.

En esta ocasión el partido era de Gryffindor y Hufflepuff, estaba más que claro hacia que casa iba dirigido el apoyo de Milo.

El desayuno en el Gran Comedor estuvo envuelto entre leones y tejones alardeando sobre el talento de cada equipo, tratando de sobrepasar al adversario. La mesa de Slytherin estaba llena de estudiantes con algún objeto amarillo en apoyo a Hufflepuff, eran contados los alumnos que apoyaban a Gryffindor en el partido.

—¿A quién apoyarás, Luna? —preguntó Milo, con curiosidad.

—Mmm, no debería apoyar a ninguno, recuerda que seré la comentarista y tendré que ser transparente y justa en mis comentarios, Milo —le recordó, tomando un poco de su zumo de naranja.

—Y si no fueras comentarista, ¿a quién? —siguió insistiendo Clarke.

—¡Deja de insistir! No te lo diré —Luna siguió con postura firme, a lo que Milo hizo gesto de que ya no diría nada.

A lo lejos, Harry Potter se acercaba a Milo, dispuesto a que el chico le deseara suerte antes del partido.

Milo sintió unas manos en sus hombros y volteó con miedo, tranquilizándose al instante al ver que era Harry. Hizo un espacio a su lado, donde Harry se sentó.

—¿A quién apoyarás hoy durante el partido, Milo? —preguntó Harry con una enorme curiosidad fingida, pues años anteriores había visto a Clarke apoyando a Gryffindor.

—Mmm, a Hufflepuff, últimamente Smith ha puesto mucho empeño en su equipo —respondió con diversión, contemplando la cara de ofensa de Harry—. Es mentira, tontito, sabes perfectamente que mi apoyo es a los leones.

Harry sonrió con alivio y abrazó por los hombros a Milo.

—Bueno, esperaba que pudieras usar esto en muestra de apoyo —Harry le tendió su corbata de Gryffindor y un collar—. Se verán muy bien en ti, Milo.

Milo se sonrojó, pero aún así reemplazó su corbata por la roja, y Harry le ayudó a colocar el collar junto al de los Nargles que le regaló Luna hacía unos años.

Harry se paró de la mesa, pues tenía que ir al campo de Quidditch y reunirse con su equipo.

—Creo que merezco que alguien me desee suerte —dijo Harry, divagando su mirada en el techo. Milo rodó los ojos, pero le dió un corto abrazo y un beso en la comisura de los labios.

—Mucha suerte, Harry —le deseó Milo, tomándole de los hombros y sonriendo.

—Gracias, lindo —Harry salió corriendo después de decir eso, dejando a Milo con un gran sonrojo.

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EL PARTIDO DE QUIDDITCH HABÍA FINALIZADO, dejando como saldo al equipo de Gryffindor ganador y los tejones algo decepcionados respecto al resultado.

Milo corrió hacia Harry al verlo salir del campo. Estaba demasiado contento con el desempeño de Harry como capitán del equipo, quería felicitarlo y darle algunas de las galletitas que le preparó para el partido; que, aunque Milo estaba seguro que ganarían, también las habría podido usar de consuelo.

—¡Felicidades, Harry! —lo abrazó con euforia, sintiendo las manos de Potter en su cintura— Jugaste espectacular.

—¿De verdad? —Milo asintió ante la pregunta, Harry sonrió contento— Bueno, entonces creo merecer un premio —Milo rió ante lo dicho y asintió.

—Ya te tengo el premio, pero primero báñate, apestas a sudor —Milo hizo una mueca de disgusto, haciendo reír a Harry y al resto del equipo que claramente estaban escuchando atentamente la conversación.

Harry se encontró con Milo a la hora, fuera de la sala común de Ravenclaw. Milo lo guió hasta las cocinas, realizando el sonido indicado para entrar a estas. A pesar de estar confundido, Harry aceptó gustoso el asiento que Clarke le brindó al igual que el vaso de leche chocolatada.

—¿Cuál es mi premio? —preguntó Harry, viendo a Milo, quién con ayuda de Dobby el elfo, sacó unas galletas del horno, colocando la bandeja frente a Potter, dándole un manotazo cuando quiso tomar una.

—Espera te vas a quemar si la comes así —Milo rodó los ojos con obviedad, Harry solo rió y abrazó el brazo de Milo—. Y bueno, esta es tu sorpresa. Como vi que a ti y a los chicos les gustaron mis pastelitos, te hice galletas hasta para compartir.

Harry sonrió enternecido y se estiró para alcanzar a darle a Milo un beso en la frente.

—Gracias por esto, Milo, valoro demasiado tu esfuerzo.

Milo le indicó que podía tomar de las galletas, mirando la reacción de Harry, a quien se le iluminaron los ojos y sonrió con felicidad pura. Limpió sus labios de cualquier rastro de galletas y llenó la cara de Milo de besos.

—En verdad están deliciosas, naciste para la repostería —comió más galletas, hasta quedar completamente satisfecho. Milo reía por el actuar de Harry.

El resto de la tarde noche lo pasaron en aquellas cocinas, ajenos a la celebración por parte de los leones, siendo solo ellos.

ven q si le estoy echando ganas 🙈
gracias por leer, no se olviden de votar y comentar 🫶🏻
si tardé, fue porque pensé en ponerle meta al cap anterior, pero no avisé, así que las metas de votos van a partir de este cap.

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