Veinticinco | El reencuentro
Adam.
Había convencido a mi madre de que haría mi viaje desde Nueva York hacia Londres, todo sería más fácil y directo. No estaba muy feliz, pero logré hacerlo.
Jake estaba mirando su nuevo tren, se había comprado otro, le gustaba coleccionar todos esos juguetes y solamente admirarlos. Mi madre desapareció en un segundo y aproveché el momento para contarle a mi hermano la noticia.
––Hey, ¿Te puedo contar un secreto? Pero no debes contarle a nadie.
Jake dejó su tren de lado y puso toda la atención en mí.
––Pero yo no tengo secretos, Adam. Haré el intento ¿Qué ocurre?
––Iré a Nueva York a ver a Diana, pero no debes decirle a nadie –– le dije susurrando.
Una gran sonrisa se le formó, mi hermano la quería mucho a pesar de que con Diana ya no estábamos juntos.
––¿Puedes agradecerle por los regalos? –– decía con entusiasmo y susurrando.
––Claro que lo haré, mi viaje sale hoy a la noche, puedo enviarle lo que tú quieras.
Jake se entusiasmó, comenzó a jugar con su tren mientras que yo me quedaba pensando en lo que iba hacer.
***
Miraba mi habitación, mi cama estaba hecha pero las cosas en mis muebles no estaban, mi viaje a Nueva York salía hoy a la noche, luego de eso iba a vivir uno de los momentos más importantes de mi vida, me tomé unos segundos para mirar los recuerdos que tenía aquí.
––¿Estás listo?
Mi madre estaba allí, sonriéndome mientras se aferraba a su abrigo.
––Si mamá, lo estoy.
Me había organizado para irme el fin de semana, así poder despedirme de Jake y mi madre e incluso me despedí de Maggie, Albert y Marlee, haber trabajado en esa cafetería me hizo sentir un poco más grande y adulto. Bajé al primer piso, dónde había un bolso y mi mochila esperándome, me puse mi gorro y mi chaqueta, habíamos empezado la época de invierno, mi hermano estaba un poco más alto y se notaba que iba a comenzar a ser un adolescente.
––¿A qué hora es tu vuelo? –– preguntó mi madre.
––Es a las diez, pero debo estar unas horas allí por si ocurre algo –– añadí mientras me dirigía al auto.
––¿Dónde planeas quedarte?
––Quizás en algún hotel, no quiero molestar a Gabriel tan pronto –– le respondí y ella asintió.
Al principio, en el auto hubo un silencio incómodo, pero Jake decidió hablar.
––¿Iremos en silencio todo el camino? –– decía mientras miraba su tren.
Mi madre soltó una risa nerviosa, sabía que se le hacía difícil dejarme ir.
––No cariño.
––¿Puedo poner música? –– preguntaba Jake desde atrás.
Prendí la radio, ayudé a Jake a qué conectará su teléfono por Bluetooth. De pronto una melodía extraña comenzó a sonar, era más bien una carcajada junto con un ritmo fuerte.
––¿Y eso? –– exclamé mirando al retrovisor.
Jake me dio una mirada de decepción.
––¿No conoces a Gorillaz? Es una banda genial, en la escuela todos las escuchan.
Mi madre iba mirando hacia adelante, de vez en cuando daba una sonrisa. Íbamos pasando por dónde estaban las casas parecidas a la nuestra, luego a los departamentos, tuve un presentimiento de que Celine y Jonathan estarían allí, miré de reojo hasta que...
––Mamá, ¿Podrías estacionarte un momento? Necesito ir allí –– apunté el lugar.
––Cariño, ¿Quién vive allí? ¿Alguno de tus amigos?
––Allí vive Celine y Jonathan.
––No sabía que vivían por aquí –– exclamó casi susurrando.
Ella se estacionó dónde le indiqué, me tomé unos segundos y me bajé del auto caminando hacia el departamento. Me quedé mirando la puerta dándome ánimos de poder dar el próximo paso, algo muy simple como tocarla, hasta que lo hice.
Comencé a oír unos pasos que venían hacia la puerta, me puse nervioso y pase mis manos en mi pantalón sacando el sudor que tenía.
––¿Adam? Que sorpresa –– decía Celine con una gran sonrisa –– ¿Vienes solo?
––No, vengo con mi madre y Jake –– los apunté al auto, ella los saludó.
Mi madre apagó el motor del auto y bajó de allí junto a Jake. Celine miraba a Jake con una cálida sonrisa.
––¿Y este pequeño? Gusto en conocerte, soy Celine.
Jake le sonrió.
––Igualmente, soy Jackson –– decía mientras la saludaba.
––¿A qué viene esta inesperada visita? Pude haber preparado algo por ustedes - decía Celine.
––Es que... No estaba programada, vengo a despedirme.
Por un leve momento pareciera que ella se hubiera quedado congelada asimilando lo que le acababa de decir, no hizo ningún sonido hasta que mi madre tosió.
––Lo olvidé por completo Adam, no sabía que hoy te ibas –– decía con tristeza - Jonathan no está aquí, pero ¿A qué hora es tu vuelo? Quizás podríamos ir a despedirnos, cuando llegue a casa.
Celine miraba a mi madre en busca de ayuda, ella le sonrió de vuelta.
––Claro que podemos esperarlo, no tenemos prisa –– le respondió mi madre.
Celine nos invitó a su casa, Jake fue el primero en entrar y a mirar los detalles que habían, mi madre miraba las cosas que a ella le interesaban, cómo las imágenes mías que habían en algún lugar.
Nos sentamos en unas sillas que había cerca de una mesa.
––¿Desean una taza de té? - ofrecía Celine con alegría.
- ¿No tienes algo más fuerte? –– Decía mi madre, pero se arrepintió al momento en que lo dijo –– ¡Lo siento mucho! No era mi intención ofenderte.
––No te preocupes Claire, una vez compré café, ¿Está bien eso para ti?
Mi madre lo aceptó y esperó a que ella lo fuera a preparar, Jake se levantó del asiento y comenzó a mirar las cosas más de cerca.
––¿Quién es ese bebé? –– decía mi hermano mientras miraba una foto un poco arrugada.
Celine se volteo a ver la foto, ella sonrió y vino a dejar las tazas a la mesa.
––Ese es mi otro hijo, Gabriel - decía mientras le ofrecía la taza a mi madre –– Tiene dieciocho años, está viviendo en Nueva York.
Luego de eso, dio un largo suspiro.
––Es difícil ver a un hijo partir, de cualquier forma sientes que te lo quita el universo - decía Celine mientras me miraba.
––No me lo puedo imaginar, debe ser una sensación horrible –– respondió mi madre –– Pero tienes que estar tranquila de que ellos estarán bien.
––Tengo que decirte algo –– hablé mirando a Celine.
––¿Qué sucede?
––Mi vuelo para Londres no era hoy, me iré en unos tres días pero he comprado un boleto a Nueva York.
Ella se quedó en silencio mientras asimilaba lo que decía.
––¿Nueva York? ¿Ahí no está tu novia?
Sonreí y miré a mi madre.
––Si, ella vive allí pero no iré por ella –– respondí dando un suspiro –– Iré a ver a Gabriel.
Puso sus manos en su boca tapando la alegría que se le había formado.
––¡No puedo creerlo! No sabes lo feliz que me hace saber que mis hijos se van a reunir.
––Adam tiene muchas intenciones de conocerlos a todos ustedes –– decía mi madre mirando a Celine.
Celine le sonrió agradeciéndole, al parecer era la primera vez que se hablaban bien con respecto a mí. De pronto la puerta se abre indicando que Jonathan ha llegado.
––Cariño, ¿De quién es el auto de afuera? ¿Desde cuándo tenemos visitas? –– decía con entusiasmo.
La sonrisa no le duró mucho hasta que nos vio.
––Adam, ¿Qué haces acá? No me quejo, pero no te esperábamos –– dice él.
Celine se acercó a él para besarlo en la mejilla.
––Adam se va hoy, ¿Te acuerdas? Vino a despedirse, Claire no tuvo problema en quedarse un poco más.
Jonathan sonrió sin que nadie lo viera, excepto yo, Jake apareció detrás de nosotros con algo en la mano.
––¡Mamá tiene la misma foto....! –– la voz de mi hermano se silenció cuando vio a Jonathan.
––¿Quién eres? –– le preguntó Jake a él.
Jonathan lo miró y luego a mí.
––Soy Jonathan, el... –– decía mirando a mi madre en busca de su ayuda –– Un amigo de tu hermano.
––¿Amigo? Pero se parecen mucho, estoy seguro que eres su padre –– decía mientras dejaba la foto en la mesa.
Mi madre sonreía ante las cosas que decía Jake, Celine se sentó en una silla mientras le ofrecía una taza a Jonathan, él la rechazó.
––Tienes razón, soy su padre –– decía mirándome –– No quiero atrasar tu viaje, podemos salir de inmediato a dejarte, si no hay problema con tu madre –– decía mirándola.
––No, claro que no, caemos todos en el auto –– decía mi madre.
Dejamos las tazas, Jonathan, Jake, mi madre y yo salimos del departamento, Celine fue la última en salir. Mi madre iba manejando, a su lado iba Celine y en la parte de atrás íbamos nosotros, Jonathan a la ventana, Jake al medio y yo al otro extremo.
––Adam cariño, cuéntale a Jonathan lo que me contaste –– decía mirándome.
Me acomodé en el asiento mirando hacia el lado nervioso.
––Iré a Nueva York a visitar a Gabriel, es tiempo de conocernos antes que me vaya a. Londres.
Jonathan me dio una especie de sonrisa, se veía muy nervioso.
––Eso es.... Increíble, de verdad que no sé cómo agradecerte, con Celine nos hace muy feliz que ustedes se conozcan.
Mi madre miraba hacia atrás por el retrovisor, dándome una pequeña sonrisa, de a poco nos acercamos a dónde comentaban los edificios industriales, luego de eso vendría el aeropuerto.
––¿Por cuánto tiempo planeas quedarte en Londres? –– preguntó Celine.
––Hasta las vacaciones de invierno.
––¡Estoy seguro que nos vas a extrañar y vendrás antes! –– decía mi hermano mientras se apoyaba en mí.
***
El aeropuerto estaba en frente de nosotros, mi madre estacionó el auto y nos comenzamos a bajar de a poco.
––¡Que gigante! No pensé que los aviones fueran así –– decía Jake mientras lo miraba por el ventanal.
Nos dirigimos hacia donde debía mostrar mi pasaje, pero me quedé en frente para poder despedirme de ellos.
––Llego la hora –– dije mientras miraba el reloj de mi teléfono.
Jonathan se quedó mirándome, tratando de averiguar cómo hablar conmigo.
––Queremos agradecerte por querer darnos una oportunidad para conocerte, es algo que no esperábamos –– decía mientras miraba a Celine ––Somos muy felices ahora que tenemos mejor relación con nuestros hijos.
Jonathan se acercó y me dio un abrazo, está vez no lo sentí incómodo. Cuando se alejó, Celine estaba llorando.
––¿Por qué lloras? Voy a volver –– dije mientras me acercaba a ella.
Ella me miraba mientras una pequeña lágrima caía por su mejilla, acariciaba mis manos y me daba una sonrisa.
––Adam, estoy orgullosa de lo que has hecho, en todo el tiempo que no estuvimos contigo, te has convertido en un hombre increíble, todo gracias a ti –– decía mirando a mi madre, ella estaba en silencio, tratando de ocultar sus lágrimas –– Lo criaste de una manera increíble, nadie lo pudo haber hecho mejor que tú, estoy agradecida por eso.
Mi madre le sonrió.
––Hice lo que pude –– decía mientras se limpiaba una lágrima.
––Gracias por darle un futuro a mi hijo –– le respondió Celine a mi madre.
Ella sonrió, Celine se acercó y me dio un gran abrazo. De a poco pude soltarme y de verdad querer darle ese abrazo.
Mi madre y Jake quedaron de los últimos.
––Voy a estar bien mamá, no te preocupes –– le dije mientras la miraba.
Ella dio un largo suspiro.
––También estoy orgullosa de ti hijo, has logrado todo lo que has querido y mira ¡Irás a Londres! Toma las decisiones correctas, confía en tu instinto y sobre todo, confía en ti.
Asentí y le di un abrazo, mi madre me besó en la mejilla mientras me acariciaba la mejilla. Jake estaba a su lado, estaba triste pero no quería llorar, pero en el fondo sabía que si lo quería hacer.
––¿Adam? No quiero que te vayas –– decía susurrando.
––Pequeño, no me digas eso –– le respondí mientras me agachaba para estar a su altura –– Volveré para crear un avión solamente para ti.
Jake me dio una sonrisa un poco triste, le di un abrazo y lo besé en la frente.
––Sé un buen chico, hazle caso a mamá y saca buenas notas en clases –– le respondí para tratar de sacarle una sonrisa –– Podré estar lejos, pero sabré de ti.
Me puse mi mochila y agarré mi bolso, mi madre abrazo a Jake que había comenzado a llorar, Celine estaba apoyada en Jonathan mientras daba unos suspiros. Caminé hacia donde estaba la mujer que recibía los pasajes, se lo entregué y le sonreí.
––Que tenga un buen viaje a Nueva York.
Me aterraba un poco tener que alejarme de casa, tener que dejar a mi hermano y a todos. Pero de alguna forma, me gustaba este camino que se había creado para mí.
El viaje era bastante largo, me tocó en la ventana y podía admirar a todo el mundo despedirse de sus familias, sonreí mientras me acomodaba en el asiento, asimilando lo que estaba por hacer.
Puse mi teléfono en modo avión puse música que había descargado y me quedé mirando las fotografías que tenía, sonreí mientras veía como Jake había crecido en las fotografías, me gustaba la forma en que mi hermano iba cambiando, siempre salía muy feliz mirando a la cámara.
De pronto, me salió una foto que creí haber perdido. Fue la foto que nos tomó Jake en el parque, salía levantando a Diana, de hecho había muchas secuencias de la misma foto pero en diferente movimiento.
***
No sé en qué momento ocurrió, pero me quedé dormido. La mayoría de los pasajeros estaba levantándose, saque mis audífonos y los guardé en mi mochila, estaba en Nueva York, de pronto me sentí muy nervioso.
––En nombre del capitán les agradezco por haber tomado la aerolínea, pueden ir bajando abajo del avión podrán encontrar sus maletas.
Todos comenzamos a bajar, miré por la ventana y ya estaba de noche. Me sentí un poco nervioso y ansioso, fui en busca de mi maleta y comencé a buscar la salida del aeropuerto. Era mucho más grande que el de Ohio, la vida aquí recién estaba comenzando.
Comencé a caminar dónde estaba el centro de la ciudad, todo estaba lleno de luz, me gustaba que este fuera el lugar donde Diana viviera. Se podían ver eventos grandes, fiestas o quizás algo más pequeño, seguí caminando hasta que encontré un hotel.
––Bienvenido, ¿Habitación para uno?
––Si, por favor.
Me entregó unas llaves y otro hombre me ayudó con mis maletas. Era una habitación bastante grande como para una persona, le agradecí entregándole un billete, él me sonrió de vuelta.
Me quedé mirando el lugar, decidí salir del hotel a fumar un momento. Caminé y caminé por la ciudad mientras me terminaba el cigarro, más adelante se veía una universidad, al parecer había un evento, todas las personas salían elegantes de allí dentro, me quedé unos minutos allí hasta que la vi.
Diana estaba allí, con un hermoso vestido rojo, pero a su lado había un tipo bastante elegante. Ella sonreía ante las cosas que él le decía.
Me quedé allí congelado, mientras caminaban hacia un departamento. Él se despidió de ella con un beso en la mejilla, por cada cosa que hacía era como si dejara de respirar. Él se fue y ella subió a su departamento, me acerqué de a poco hasta que decidí entrar al lugar.
––Buenas noches señor, ¿Vive aquí?
El caballero era un poco mayor, pero se veía bien.
––No, vengo de visita –– respondí lo más natural posible –– Vengo a ver a Diana Fuller. La chica que acaba de entrar.
Él sonrió y marcó su número, pensé que no me iba a dejar subir pero ella aceptó.
––Pase señor, departamento B20.
Le agradecí y subí las escaleras nervioso, no tenía idea que iba a decir o hacer. Llegué a la puerta y me quedé allí congelado mientras decidía si tocaba o no, hasta que vi su sombra por debajo de la puerta, estaba esperando que lo hiciera.
¿Sabrá que soy yo el que está al otro lado de la puerta? ¿Pensará que soy el otro tipo?
La toqué un poco molesto, hasta que abrió y se quedó mirándome. Era como si volviera a respirar. Esa luz era lo que necesitaba. Verla fue como volver avanzar. Diana se veía bien, no sabía cómo describirlo, pero estaba allí en carne y hueso. Sabía que debía cumplir más tiempo aquí y luego irse a otro país, más lejos de nosotros. Pero Diana estaba bien y eso era lo que importaba.
––¿Adam?
***
¡Sorpresa!
¿Que opinan de este encuentro?
Si quieren saber más de mi, pueden encontrarme en las siguientes redes.
Instagram: soofi_books
TikTok: soofi_books
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top