Diecisiete | El recuerdo de él

Adam

Habían pasado unas horas desde que volví de dónde Celine y Jonathan, todo se sentía extraño aún, pero en el fondo todas las piezas de unían. Mi madre me preguntó varias cosas desde que volví.

-- ¿Cómo fue la visita? No has dicho nada cariño.

Solté aire y la miré, ella estaba bordando, Jake estaba viendo la televisión.

-- Se sintió bien poder conocerlos un poco más, Celine me mostró un poco el lugar donde estuve los primeros años - respondí.

-- ¿Conociste su casa? ¿Cómo fue eso?

Asentí.

-- Fue algo extraño, ya que se sentía desconocido pero de alguna forma, lo sentí como una casa.

Ella me sonrió.

-- Voy a preparar el almuerzo -- dije mientras me levantaba.

Decidí hacer unos fideos con salsa, no se veía que fuera complicado, seguí las reglas que venían en el paquete. Me demoré unos minutos, mi madre y Jake comenzaron a poner las cosas en la mesa, hasta que todo quedó listo.

Jamás pensé que diría esto; pero hablar de mis sentimientos se sentía bien y en ningún momento me sentía obligado hacerlo, mi madre estaba en frente de mi, comiendo de su plato a gusto, Jake estaba mirando la televisión mientras que bebía jugo.

-- ¿Quedó rico? Yo sé que es primera vez que cocino, pero hice el intento, ¿verdad?

Jake me miró, dándome una sonrisa que pensé que había perdido, le sonreí de vuelta y luego, asintió y volvió a mirar la televisión. Sabía que mi hermano le iba a costar acostumbrarse a esto, a solamente ser nosotros, iba hacer lo imposible para que tuviera todo lo que quisiera.

-- Esta delicioso, aunque a la próxima no le pongas tanta sal -- exclamó dándome una risa.

Todos comenzamos a reír, incluso Jake.

***

Decidí salir a dar una vuelta, mi madre luego de la cena se quedó durmiendo en el sillón mirando su película favorita, le gustaban mucho los musicales, Jake estaba jugando con uno de sus juguetes nuevos, con todo lo que ocurría en mi vida en este momento, necesitaba un momento a solas, a mi mente vino el último recuerdo de él.

Arrastré mis pies hasta mi casa, tenía la suerte de que mi madre no estaría, al momento en que abrí la puerta la casa estaba muy silenciosa, miré hacia los lados y no encontré a nadie, según mi padre, estaría en casa.

Dejé las llaves encima de la mesa y fui a la cocina, mientras me iba acercando un ruido se hacía cada vez más fuerte. Al momento en que llegue allí, lo único que escuché fue el ruido de un cristal romperse mientras caía al suelo.

Corrí hacia la cocina, pensando en que alguien estaba robando, pero era todo lo contrario. Jake estaba sentado en una silla mientras trataba de hacerse algo para comer, su mirada estaba fijada en su plato, cuando me sintió, me miró y comenzó a llorar.

--No te preocupes, lo importante es que no toques el vidrio - exclamé mientras lo recogía, pero Jake comenzó a llorar más fuerte -- ¿Qué pasó pequeño?

Me acerque a él y lo miré a los ojos, tratando de calmarlo.

--Papá se fue.

No podía reaccionar, escuchar esas palabras saliendo de la boca de mi hermano pequeño hizo que se me rompiera el corazón, pero no por que se haya ido, si no por la reacción que está teniendo Jake. Estaba apoyado en mi pecho, mientras lloraba con todas sus fuerzas, no tenía idea que decirle.

Mierda.

--¿Quieres ir a mi habitación? Podemos ver la película que quieras.

Se alejó de mí y se secó las lágrimas mientras asentía. Subimos a mi habitación en silencio, Jake aún seguía llorando pero más despacio, nos sentamos en mi cama, mientras que prendía la televisión, puse una película que esperé que le gustará, que lo animará un momento, pero no daba resultado.

--Todo irá bien, no te preocupes Jakie -- le susurré y lo besé en la frente.

De a poco Jake comenzó a cerrar sus ojos, lo único que quería era descansar un momento, lo dejé acostado en mi cama mientras me levantaba de la cama sin hacer tanto ruido. Salí de mi habitación y fui a la habitación de mis padres, estaba entre abierta, al momento en que la abrí por completo, me di cuenta de todo, el closet estaba abierto, con ropa en el suelo, los cajones estaban vacíos, solamente estaba la ropa de mi madre, di un largo suspiro mientras me sentaba en la cama, pensando en cómo se lo diría a mi madre, puse mis manos en mi cara, mientras pensaba en que iba hacer.

Salí de la habitación y fui a la mía, Jake seguía dormido, di una pequeña sonrisa mientras lo veía. Agarré mi teléfono y marqué el número de mi madre, lo único que esperaba era que no respondiera.

Primer tono. No respondas.

Segundo todo. No respondas.

Tercer tono...

-- ¿Si? -- la voz de mi madre hizo que sonriera -- ¿Todo bien Adam?

Asentí, pero luego negué dando un suspiro, mi madre logró notarlo.

--No mamá, nada está bien. ¿A qué hora vuelves de trabajar?

Podía oírla que estaba nerviosa.

--En una hora, pero dime lo que sucede, ¿Estás bien? ¿Jake está bien? ¿Tu padre está bien?

Negué nuevamente, pero esta vez tenía rabia dentro de mi.

--Estamos bien con Jake, pero es sobre papá. Se fue de la casa, mamá.

Fue el silencio más largo e incómodo, podía escuchar a mi madre respirar más rápido, podía sentir que unas simples palabras habían roto su corazón. Me apoyé en la pared mientras veía a Jake dormir.

--¿Cuando...? -- su voz estaba entre cortada.

--Hoy, Jake estaba solo cuando llegué.

Estaba llorando, pero no quería decirlo.

--Veré si mi jefe me deja salir antes.

--Mamá, no es necesario que vengas antes. Jake está dormido, yo prepararé la cena, no te preocupes, estamos bien mamá.

Por cada palabra que decía, se lograba calmar.

--Está bien, te llamaré cuando esté saliendo Adam.

Le sonreí al teléfono.

--Si, cuidado al manejar mamá. Nos vemos pronto.

Y colgamos, la sonrisa que tenía en mi se había desaparecido, entré a la habitación y me senté al lado de Jake, me acurruque a su lado, al momento en que lo hice Jake se acercó más a mi, buscando el calor humano. Nos quedamos así durante horas, Jake dormía como si no lo hubiera hecho nunca, en cambio yo no podía hacerlo, mis ojos estaban pegados al techo, daba largos suspiros, pensando en lo que había sucedido, ¿Cómo pudo hacerle esto a Jake? ¿A mi madre? ¿A mí?

Se supone que éramos una familia.

***

Abandonado, así es como me siento...

La puerta de abajo se abrió, luego de eso se oyeron los tacos de mi madre. Me separé de Jake, el estaba luchando por no despertarse, le di un pequeño empujón para que despertara.

--Mama está aquí, ¿Quieres bajar? -- le susurré, pero Jake negó.

Me levanté de la cama, busque una frazada y lo tapé, Jake se aferró a la frazada como si fuera lo más importante de su vida. Bajé las escaleras y me encontré a mi madre en la puerta, dándome una triste sonrisa.

--¿Cómo está Jake? -- su voz sonaba triste.

-Supongo que ahora mejor, no quiso despertar - le sonreí.

Ella se acercó y me dió un abrazo, uno que decía muchísimo. Podía sentir que estaba llorando, nos quedamos así hasta que alguno de nosotros se sentía mejor. Al momento en que nos separamos, mi madre se limpiaba las lágrimas, yo miré hacia el lado y caminé a la cocina, me limpié las lágrimas rápido.

--¿Trataste de llamarlo? -- le pregunté nervioso.

Ella me siguió a la cocina, levantó la mirada y asintió.

--Si, pero estaba apagado.

Miré a mi madre, ella me dió una sonrisa y salió de la cocina, me dolía verla así, no tenía idea de cómo hablar con ella y menos de papá. Mi madre se acercó y me tocaba mis manos suavemente, le sonreí ante su caricia.

--Adam, no quiero que te enfoques en todo esto, no es tu culpa que se haya ido -- me susurró -- Tuvimos unas discusiones, pero nada relacionado contigo.

--¿Cómo te sientes? -- le pregunté evadiendo lo que me había dicho -- Lo digo por las nuevas pastillas que estás consumiendo.

Ella dió un largo suspiro y me dió una sonrisa.

--Ya no me siento tan desanimada, en el trabajo lo olvido un momento dónde hago varias cosas.

Me sonrió.

--Qué bueno mamá, eso está genial.

***

Hola!
Espero que esten muy bien, aquí nuevamente les dejo un capítulo narrado por Adam y mostrando un poco más sobre él.
Espero que les guste, nos vemos pronto!

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