Dieciséis | Te vas y te acercas
Diana
Un beso equivocado, eso era lo que había hecho, al separarme Connor estaba sonriendo pero era más bien una sonrisa triste.
––Lo siento, no quise hacerlo –– respondí arrepentida.
––Esta bien Diana, no pidas disculpas –– Connor me dijo mientras me daba una pequeña sonrisa.
––Lo siento es que estaba confundida –– añadí nerviosa.
El asintió y comenzamos a caminar, tardó unos segundos en volver hablarme, entendía perfectamente si no quería hacerlo. Seguimos caminando intentando llegar al edificio donde vivo, se escuchaban los vehículos pasar a nuestros lados y las voces de las personas que estaban a nuestro alrededor.
––Diana, me gustas y antes de que digas algo solo necesitaba decírtelo. Especialmente después de este beso –– añadió.
Asentí y le di una sonrisa haciéndole entender que esta bien lo que ha dicho.
––No espero que sientas lo mismo y por favor no te sientas forzada a hacerlo, ¿si? Aunque yo tenga sentimientos hacia a ti, quiero que sigamos siendo amigos.
Lo tomé de sus manos y lo atraje hacia mi cuerpo para darle un abrazo, de verdad apreciaba demasiado mi amistad con él y no quería perderla por nada del mundo.
––Ay Connor por nada del mundo dejaría de ser tu amiga –– le respondí dándole una sonrisa –– Seré sincera, por un momento me deje llevar y te besé. Espero que no suene crudo o mal, pero yo no te veo de la manera en la que me ves tu.
Separe unos centímetros su cuerpo del mío y mire sus ojos (color), el asintió y me dio una pequeña sonrisa.
––Gracias por ser sincero y comprensivo –– añadí.
––Okay, ahora que dejamos todo claro, ¿Que te parece si pedimos algo de comida? –– respondió.
––¡Me parece perfecto! –– respondí entusiasmada.
––Entonces sigamos caminando para poder llegar a tu departamento y pedir algo para comer –– respondió este mientras me tomaba del brazo para ir caminando lado a lado.
Era una tarde fresca, pero a la vez agradable, sentir el aire en el rostro y ver las hojas volar en direcciones opuestas es fascinante. Connor me iba contando lo que había hecho durante la preparatoria, le gustaba mucho jugar básquet. Incluso intento jugar futbol, pero pasaba más en el suelo y el banco que en la misma cancha.
Entramos al edificio riéndonos y se sentía bien, Héctor el conserje me saludó con una amable sonrisa y me llamó hacia donde él estaba. Su cabello era negro, pero con algunas canas, su piel un poco arrugada por el pasar de los años, sus ojos eran verdes y pequeños.
––Señorita Diana, su hermana le ha dejado esto –– Me entregó un sobre con una carta.
––¡Gracias Don Héctor! por favor no me diga señorita, solo llámeme Diana! –– El hombre se levantaba de su asiento para abrirle la puerta a otros vecinos.
––Está bien, pero tú tampoco me digas don, me hace sentir viejo y aún no lo soy, al menos no del todo –– sonrió despidiéndose –– ¡Buenas noches Diana!
Me despedí de él y subí las escaleras junto a Connor quien me estaba esperando sentado. Abrí la puerta y todo estaba apagado, encendí las luces y miré hacia los pasillos en busca de Lizzy, pero no estaba por ningún lado. Quizás habrá salido con sus amigos o tenia asuntos que resolver.
Connor dejo su abrigo en el sillón y se quitó los zapatos para dejarlos juntos a la puerta.
––¿Que te ha entregado Héctor? –– preguntó mientras se dirigía a la cocina para buscar el numero de la pizzería que más nos gustaba.
––Una carta, iré a mi habitación a cambiarme de ropa y vuelvo –– añadí mientras entraba a la pieza.
Me quité la ropa y me cambié en algo cómodo, un buzo y un polerón que le pertenecía a mi hermano, observe la carta y la abrí con delicadeza.
Didi.
No sabes lo difícil que es hacer esto, me ha costado mucho volver hacer mi vida, mis fantasmas aún siguen conmigo, no puedo seguir con esta falsedad de mi vida que he creado para mí.
Quiero que sigas en lo tuyo y por favor perdóname por dejarte otra vez, de verdad lo siento mucho.
Necesito volver y arreglar mis cosas, me han asignado a una nueva misión, eso quiere decir que no volveré por mucho tiempo, por favor no me llames, no me escribas, solo dame un tiempo a solas.
Con cariño, Lizzy.
¿Que? Nada de esto tenía sentido.
No entendía, volví a leer la carta una y otra vez tratando de asimilar lo que acababa de ocurrir, Lizzy se había ido otra vez, entré a su habitación y todo estaba vacío, las puertas de su closet estaban abiertas y ninguna pertenencia de ella estaba en él, no había nada de ella, era como si nunca hubiera estado aquí. Miré a todos lados en busca de alguna explicación, pero nada tenía sentido, Lizzy estaba bien, ¿verdad? Lo estaba, si hubiera estado mal lo hubiera notado, no?
––La pizza debería llegar en uno veinte minutos. La pedí con pepperoni y mucho queso –– añadió, pero calló al momento en que me miró, ¿Estas bien?
Se levanto del sillón y dejó el control remoto en este, se dirigió hacia mí y me llevo hacia la mesa.
––¿Diana, estás bien? –– Se dirigió a la cocina y me trajo un vaso de agua.
Asentí tratando de ocultar lo que había pasado.
––Si, solo que Lizzy se fue y se llevo todo –– No sabia que hacer, no podía llamarla porque quizás ya estaba viajando a donde sea que le hayan llevado.
¿Hace cuanto se sentía mal? ¿Por qué no me conto que no estaba del todo bien? ¿No confía en mí? ¿Me quedare sola?
––¿Como que se fue Lizzy? ¿Salió con sus amigos de viaje o qué? –– Decía mientras este abría una lata de cerveza.
––Se fue, ya no vive conmigo. Se tuvo que ir por una misión –– le respondí.
Este asintió mientras se acercaba a mi para darme un abrazo, eso era lo que necesitaba, una de sus manos se apoyo en mi cabeza mientras me hacía pequeños cariños con sus dedos.
––Lo lamento mucho Diana, ¿Qué quieres hacer? ¿Necesitas estar sola? ¿Intentaste llamarla? –– respondió tratando de ayudarme.
––No, quédate acá. ¿Comeremos pizza y beberemos, no? Digo, tu beberás, mañana la llamaré ya que debe estar en su vuelo, está bien –– dije intentando convencerme.
Connor me pasó un vaso con jugo mientras que el seguía bebiendo de su cerveza, en la televisión mostraban un programa bastante divertido, era un grupo de amigos que vivían su vidas, reían de lo malo que había pasado, era bastante entretenido ya que nos habíamos reído en todo lo que habían mostrado.
El timbre del departamento sonó, Connor se levantó y fue a responderlo.
––¿Si? Está bien, bajo enseguida –– respondió entusiasmado, colgó el teléfono y me sonrió –– ¡Llegó la pizza!
––Las llaves están allí –– le indiqué el lugar y el salió del departamento.
Comencé a ordenar la mesa mientras que Connor bajaba por la pizza, en unos minutos Connor volvió muy feliz, una caja con un gran olor venía con él.
––Huele muy bien –– decía mientras la dejaba en la mesa.
Era verdad, olía muy bien. La abrimos y comenzamos a disfrutarla, Connor comenzó hablar y a contarme varias cosas de su vida, pero nos distraíamos mucho viendo la televisión.
––Mejor apágala –– añadí mientras comía un bocado.
––Pondré música, ¿está bien? –– añadió mientras prendía la radio.
Asentí y una melodía agradable comenzó a sonar, no la conocía pero el ritmo era contagioso, la pizza estaba muy rica, comencé a disfrutar la sensación que me daba esto.
Connor me iba a decir algo pero de pronto mi teléfono comenzó a sonar haciendo que dejara lo que estaba haciendo.
––¿Hola? –– respondí el teléfono sin mirar quién había llamado, ya que se me había quedado pegado.
––Hola, ¿Cómo va todo por Nueva York?
Podía oír música y risas por el otro lado de la línea.
––¿Si? ¿Quien es? Perdón, no alcancé a ver el nombre –– respondí mientras seguía en lo mío.
––Soy yo. Adam –– respondió.
Un silencio que hizo que la burbuja se rompiera, no me esperaba su llamada, miré a Connor y me levanté a responder la llamada a la cocina.
––Adam, ¿Estás bien? No me quejo de la llamada, pero ¿Todo está bien? –– añadí llegaba a la cocina.
Connor le subió el volumen a la canción, supongo que para no oír la canción.
––Si, todo está bien. Solamente quería saber de ti, pero si estás ocupada puedo llamarte en otro momento –– añadió en tono natural.
––No es necesario, solamente estaba ordenando unas cajas –– respondí mientras daba un suspiro.
No era lo que estaba haciendo, pero lo iba hacer así que no se consideraba una mentira.
––¿Cajas? ¿Ya te acomodaste bien con Lizzy?
Di un largo suspiro.
––Si, me tendré que cambiar de departamento –– añadí –– Necesitaré uno más pequeño, ya que viviré sola durante el tratamiento.
––¿Sola? ¿Está bien tu hermana? –– volvió a preguntar.
––Si, está bien –– di un suspiro –– Solo que luego de lo que ocurrió allá en casa, no se sintió muy bien y quería estar un tiempo a solas. Así que volvió a su lugar.
––¿Al ejército? –– se podía oír en su tono que estaba preocupado.
––Si, se acaba de ir. Entiendo que quiera espacio, pero no me agradó que se haya ido tan lejos, ¿Sabes? Pero es su decisión, si la hace sentir bien, me alegro por ella –– añadí.
Solté aire nerviosa.
––¿Cómo vas con tus terapias? Si no quieres decirme está bien –– preguntó.
––Al principio fue difícil, ¿Sabes? Volver a contar el accidente, los meses sin retener la comida, hablar de mi padre, pero ya luego todo va saliendo de a poco –– respondí dándome una sonrisa –– Pero va todo bien, gracias por preguntar, ¿Cómo está el pequeño?
––Me alegro que todo esté mejorando Diana, ese es el objetivo de tu viaje, poder mejorar –– lo escuché sonreír -–– Jake está bien, está muy feliz con el regalo que le enviaste.
Sonreí.
––Me alegro Adam, era la idea –– añadí feliz –– Te llamo en unos minutos, ¿está bien? Estoy terminando aquí de guardar todo.
––Si claro, solo quería saber de ti –– añadió sonriendo otra vez, pude imaginarlo –– Espero que todo salga bien en terapia, se que podrás lograrlo.
––Gracias Adam, significa mucho para mí tu apoyo.
––Buenas noches Diana –– respondió Adam.
––Buenas noches Adam –– respondí de vuelta.
Colgó y me quedé unos segundos mirando al teléfono, solamente había dicho una pequeña mentira. Salí de la cocina y fui donde Connor, estaba moviendo la cabeza al ritmo de la canción que estaba sonando, cuando me vio me dio una sonrisa.
––¿Todo bien? –– añadió mientras bebía de su cerveza.
––Si, todo bien, mi amigo quería hablar conmigo –– respondí dándole un trago a mi vaso.
Una melodía bastante movediza comenzó a sonar, Connor se levantó del sillón, dejó la cerveza en la mesa y comenzó a bailar, tratando de que hiciera lo mismo, dejé el vaso de lado e hice lo mismo que él.
––¡Me gusta esta canción! –– decía mientras la cantaba con entusiasmo.
Al principio no la reconocí, comenzó a sonar la melodía de Footloose, era muy animada y alegre, Connor estaba muy entusiasmado cantándola, de vez en cuándo bebía de su cerveza, no supe cómo pero lo hice, comencé a bailar al igual que una coreografía que vi en internet, comencé a mover mis pies y Connor comenzó a reír conmigo, se sentía bien esto, poder compartir con alguien, a pesar de ser algo bastante estúpido.
La canción llegó a su fin, él se sentó en el sillón mientras recuperaba la respiración.
––Eso estuvo divertido –– decía mientras bebía de su cerveza.
––Si, lo estuvo –– respondí, agarré mi vaso de jugo y comí otro trozo de pizza.
––Eres divertida Diana –– añadió serio mientras me daba una sonrisa.
––Gracias, ¿supongo? –– añadí mientras solté una risa.
––No lo digo en un mal sentido, me gusta como eres.
––¿Y como soy? –– pregunté mientras me acomodaba mirándolo.
––Eres única, eres como un rayo de luz –– comenzó a reír –– suena estúpido y quizás esté borracho, pero eso eres.
Sonreí avergonzada, bebí de mi jugo y lo bebí en silencio, Connor miró su teléfono y bebió el último trago de su cerveza.
––Es tarde, creo que debo irme –– decía mientras trataba de pararse.
––¿Tu crees que voy a dejarte ir así? Apenas te puedes mover, puedes quedarte en el sillón, no hay problema.
El dudó unos segundos y asintió.
––¡Está bien! Pero... Debemos jugar algo, ¿Tienes cartas?
––No, aún no llegan todas mis cosas –– respondí.
––Entonces podíamos solo contar cosas, así nos vamos conociendo un poco mejor –– añadió mientras fue en busca de otra cerveza.
Esta iba a ser una noche divertida.
***
Pasaron dos horas, Connor se había tomado casi todas las cervezas, yo no bebí ya que estoy con medicamentos, solamente bebía de mi jugo, la pizza ya se había acabado y lo único que pasaba por mi mente era que Connor estaba a punto de quedarse dormido.
––¿Siempre viviste en Ohio? –– preguntó mientras que sus ojos se cerraban de vez en cuando.
––No, antes vivía en Cleveland –– respondí.
Connor asintió y mientras lo hacía volvía a cerrar sus ojos.
––¿Quieres dormir?
Los abrió de inmediato.
––No no, estamos hablando –– decía mientras trataba de modular las palabras.
––Puedes hacerlo, son las tres de la mañana Connor.
El comenzó acomodarse lentamente.
––Está bien, pero solo un momento –– decía mientras cerraba sus ojos y daba un largo suspiro –– Solo un momento, Diana.
Sonreí y dejé su teléfono en la mesa pequeña, fui en busca de una frazada a mi habitación y se la puse encima, comenzó a roncar de inmediato, al parecer estaba cansado.
––Buenas noches Connor –– lo besé en la frente.
***
Hola a todos!!
¿Qué opinamos de los nuevos personajes?
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