Cuatro | Creando vínculos
Adam.
Estaba esperando afuera de casa mientras que Celine llegaba, no sabía a qué me iba a enfrentar. El clima estaba agradable, corría un poco de viento y había un sol escondido entre las pocas nubes que gabia. Mi madre no estaba en casa, ya qué había ido a su control del hospital, el cáncer había estado en receso, fue algo que nos dejó a todos realmente felices, ella pudo volver a realizar sus pasatiempos y volver de a poco a su puesto de trabajo.
Jake estaba disfrutando la tarde junto a los nuevos vecinos, una agradable pareja junto a sus gemelos se había mudado al frente de nuestra casa.
De pronto, un taxi se estacionó en frente de la mía, indicándome que Celine había llegado.
––Hola Adam, un gusto volver a verte –– respondió amablemente.
––Hola, igualmente Celine.
Ella sonrió, pero de alguna forma podía ver que le dolía que la llamara así.
––¿Vamos a la cafetería? No queda lejos de aquí.
––Si.
Comenzamos a caminar en silencio, ella iba admirando por dónde vivía. No tenía idea que hablarle ni como hablarle. Me sentía bastante incómodo en todo esto, pero quería conocerla.
––Es muy bonito por aquí, Adam - sonrió mirándome –– Se nota que es un buen barrio.
––Si, nunca ocurre nada malo por aquí.
Ella dió un suspiro y siguió mirando las casas.
––Adam, ¿Puedo preguntarte algo?
Asentí.
––Si, ¿Qué quieres saber? –– suspiré.
Dejó de caminar y se volvió hacia mi, poniéndose seria.
––¿Estás enojado con nosotros, por dejarte con otras personas?
No pensé que me iba a costar responder eso, pero de alguna forma si lo estaba, solo que habían razones claras para que no me tuvieran con ellos.
––No, ya no lo estoy.
––¿Pero lo estuviste? Nunca quisimos dejarte, solo qué... No queríamos que vivieras en ese mundo tan oscuro.
Asentí entendiendola.
––¿Y mi hermano, lo cuidaron ustedes?
Ella negó y me dió una triste sonrisa.
––No, lo cuida mi madre –– me miró y comenzó a caminar –– Tu abuela Grace y él viven en Nueva York.
¿Tengo una abuela?
––¿Abuela? No pensé que tendría más familiares... Con mi madre somos los tres y bueno, mi padre.
––Tenemos una familia bastante grande Adam, solo que dejamos de hablar cuando consumíamos drogas.
Ya habíamos llegado a la cafetería, era un lugar bastante grande, tenían muchas mesas al medio con lo que vendían, una pareja de adultos estaba al otro lado de la cocina sonriendo a los demás clientes mientras los atendían.
––¿Que quieres beber? Yo te invito –– Celine sonrió.
Di una media sonrisa y comencé a mirar el menú.
––Me gustaría un café negro.
La fila comenzó avanzar hasta que llegamos adelante. Un hombre mucho más alto que yo, en sus brazos habían muchos tatuajes, detrás de el había una mujer preparando los pedidos.
––Bienvenidos a Maggie's coffee, ¿Qué se les ofrece?
––Un café negro y un té helado por favor.
El tipo anotó todo en la pantalla y Celine pagó todo. Esperamos en un costado hasta que nos entregaron todo. Nos sentamos en una mesa para dos, tenía una caja pequeña dónde habían pequeños sobres de azúcar y otras cosas que podríamos necesitar.
––¿Cómo está tu té? Se ve bueno.
Ella sonrió dándole un sorbo a su vaso.
––Esta rico, pero es lo único que puedo beber.
––¿Porqué?
Ella tomó aire y lo soltó dando un suspiro.
––Con Jonathan, estamos en un programa de rehabilitación dónde no podemos tomar ni comer nada que contenga drogas.
Asentí.
––Y el café lo tiene, ¿verdad?
––No es droga, pero tiene cafeína y no debemos tomarla.
––Entiendo, igual es bueno beber otras cosas, sobre todo si son frescas como el té helado.
¿Que estupidez fue esa? Dios, estoy muy nervioso.
Ella comenzó a reír, una risa suave.
––¿Qué?
––Esta es la conversación más extraña que he tenido con mi hijo, ¿Hablando de té? No puedo creerlo –– comenzó a reírse.
De alguna forma me contagió su risa, ninguno de los dos sabía de qué hablar.
––Es verdad –– comencé a reírme –– ¿Tienes alguna foto de ellos?
Estaba muy nervioso.
––¿De quiénes? –– preguntó.
––De Gabriel y mi abuela - respondí nervioso.
Ella sonrió entusiasmada mostrándome su teléfono. Había un joven de baja estatura abrazando a una señora mayor, sonreía mirando a la cámara al igual que ella.
Se veían felices.
––Este es Gabriel, tu hermano. Ahora tiene el cabello blanco, le gusta cambiarse el color de vez en cuando - sonrió mirando la fotografía –– La que está al lado es tu abuela Grace, se ve sería pero es muy dulce con todos.
––Se ven felices.
Ella miró la fotografía por última vez y lo guardó.
––Lo son, pero por un momento no fuimos nada. Con Jonathan estábamos tratando de recuperar la familia que rompí.
––¿Por qué ahora quisieron volver a contactarme? Digo, han pasado veinte años, bueno casi veinte.
––No sabíamos dónde estabas, Gabriel fue el que logró encontrarte en redes sociales. Quisimos encontrarte con nuestro apellido, pero no encontramos nada.
––Si... Estoy registrado con el apellido de mi padre, esa fue la razón.
Ella asintió dándole un sorbo a su vaso, mientras que yo bebía de mi café.
––Me gustaría conocerte Adam, cualquier cosa de ti.
––¿Lo que sea? Puede ser aburrido conocerme –– bromeé sonriendo.
––No podría aburrirme de conocerte Adam.
––Esta bien, ¿Qué quieres saber de mi?
Ella comenzó a pensar, se sentía bien hablar con ella, de alguna forma podía conocerme a mi mismo a través de ella.
––¿Cómo ha sido vivir con Claire? Y el pequeño.
Sonreí.
––Son mi familia, con Jake nos llevamos muy bien, es como si fuéramos hermanos de verdad. Y con mi madre siempre nos hemos llevado bien.
––Me alegro Adam, ¿Y tú padre?
––No vive con nosotros.
––Entiendo, ¿Y tienes novia? Podría preguntarte de lo que sea Adam –– preguntó riendo nerviosa.
Sonreí.
––Si, pero no...
No tenía idea como decirle que no quería hablar de ella, no me sentía cómodo hablando de mis cosas personales con ella.
––No te preocupes, no te voy a presionar a decir nada.
––¿Por qué no vino Jonathan? –– le pregunté.
Ella dejó de sonreír y dió un sorbo a su té evitando el contacto.
––Le ha costado volver a reencontrarse con su familia, de hecho con Gabriel tiene el mismo problema –– sonaba triste –– Ha caído otra vez y no ha sido muy bonito de ver.
Podía notar unas lágrimas a punto de caer, puse mis manos encima de la suya y le di una suave acaricia.
––Se pondrá mejor, no te preocupes –– le sonreí ––Todo mejorará con el tiempo.
––Gracias Adam - decía mientras su voz de cortaba –– No sabes lo que siento al volver hablarte y verte. ¡Mírate! Estás gigante y claramente hermoso, mi primer hijo.
Sonreí avergonzado, dándole una cálida sonrisa.
––Gracias mamá.
––No sabes cuánto tiempo esperé para oír esas palabras.
Bebí un sorbo de mi café y me acomodé en mi asiento mirándola unos segundos, se sentía extraño tenerla frente a mis ojos, mi madre estaba aquí y realmente quería conocerme.
––No quiero que te sientas mal por lo que diré –– aclaré mi voz –– Pero quiero ir de a poco con todo esto. Es complicado saber de un día para otro que tienes una familia esperándote.
Ella sonrió amable y asintió.
––Esta bien Adam, lo único que quiero es conocerte. Puedo esperar el tiempo que quieras.
––Hay algo que me gustaría decirte.
Ella entusiasmada sonrió.
––¿Qué?
––Iré a Londres a estudiar arquitectura.
Puso sus manos en su boca, tapando unas lágrimas que iban cayendo, se veía feliz.
––¡Dios! Adam, eso es genial –– decía feliz –– Estoy muy feliz por ti.
Sonreí junto a ella, a pesar de ir despacio, se sentía bien hablar con ella de mis cosas personales.
––Cuéntame más por favor, ¿Cómo fue todo el proceso?
––Di el exámen hace unos meses atrás y la carta me llegó bastante rápido –– respondí –– Mi madre me está ayudando con lo que debo llevar, tengo casi todas las cosas listas.
––Eso es genial Adam, me alegro muchísimo por ti, ¿Cuando te vas?
––El próximo mes, debo ir antes que comiencen las clases para buscar un lugar donde quedarme.
Miré mi teléfono, ya debía volver a casa. Ella al parecer lo notó y se levantó para pagar la cuenta, me quedé pensando en todo lo que había ocurrido en un día, conocí a mis padres, hermano y una abuela.
––¿Nos vamos? –– asentí y nos levantamos del lugar.
Salimos de la cafetería, ella hacía señas a un auto para poder irse.
––Muchas gracias por aceptar la invitación Adam, disfruté mucho conocerte.
––Tambien me gustó conocer a la familia, sobre todo a ustedes.
Se acercó dudando de lo que estaba haciendo, me dió un cálido abrazo que duró unos segundos y me acarició el cabello. Nos separamos y me sonrió mirándome por ultima vez. Un taxi apareció frente a ella, abrió la puerta y se subió despidiéndose por última vez.
***
Hola lectores ✨
¿Que opinaron de esta reunión?
Hablemos en los comentarios, gracias por leer la historia!
Nos vemos el próximo domingo 💖
-Sofi
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