Cinco | El pasado
Diana
Mis emociones estaban a mil, tenía en mi mano el papel que indicaba que lo había logrado. Lizzy estaba a mi lado sonriendo, mientras que yo admiraba un inútil pedazo de papel.
--¿Cómo te sientes? Dios... Que estúpida pregunta Didi, pero estoy nerviosa -- respondió Lizzy.
Solté una risa nerviosa.
--Bien, de hecho muy feliz -- sonreí como nunca -- Esto es algo que realmente necesitaba Lizzy.
Se acercó y me abrazo, todo lo que no habló, se expresó en ese abrazo.
--No quiero arruinar este momento, pero debo ir a terapia -- decía mientras guardaba sus cosas -- Pero Didi, estoy muy feliz por ti, todo lo que has logrado.
Pasó por al lado mío y sonrió, me besó en la frente y salió del edificio. Mi teléfono comenzó a vibrar, indicándome que Adam estaba llamándome, pensé que no iba a volver a escuchar su voz, lo agarré de inmediato y sonreí.
--¿Hola?
--Diana, hola -- respondió, si tan solo cerraba mis ojos, podría oírlo sonreír.
--¿Cómo estás? Perdón si te interrumpí en algo, solo qué... quería oír tu voz.
Me senté en la orilla del sillón mirando hacia la ventana, podía oír como la gente vivía su vida, y reía con sus amigos.
--Bien, de hecho muy feliz -- puse el teléfono en voz alta -- Recibí la carta de Australia, Adam.
--¿Y? Por favor dime qué te admitieron.
--¡Si! Adam, viajaré Australia en unos dos meses, ¿Puedes creerlo? Dios... Veo la carta y aún no me lo creo.
Sonrió, fue lo que más deseaba oír.
--Diana, eso es fantástico -- respondía -- De verdad estoy muy feliz por ti.
--Si, pero cuéntame sobre ti, ¿Cómo está tu madre y Jake? Los extraño muchísimo, sobre todo al pequeño.
--Oh, nos sabes lo que ha pasado -- suspiró, dándose un momento para hablar -- Conocí a mis verdaderos padres Diana. Vinieron a verme el otro día y... Ha sido muy complicado todo.
--No puedo creerlo Adam, ¿Cómo fue? Digo, me imagino que fue complicado.
Lo sabía, sabía sobre su familia. Quizás le habían contado sobre Gabriel y los demás.
--Tengo un hermano Diana, ¿Puedes creerlo? ¡Un hermano! Digo, Jake siempre lo será, pero otro que viene de mis padres, alguien idéntico a mí.
Di un suspiro mientras que pensaba bien las palabras que iba a decir a continuación.
--Adam, lo sé.
Esperé unos segundos, hasta que dejó de hablar.
--¿Qué? ¿Que quieres decir?
--Antes de explicarte mejor esto, quiero verte. No puedo darte esta información y no poder mirarte a los ojos, Adam.
--Esta bien, te llamo en cinco minutos.
Cortó la llamada y fui a prender mi computador, me quedé mirando la pantalla hasta que apareció su solicitud, la acepté y lo ví.
Se veía bien, no veía por ningún lado que estuviera mal, en Ohio las temperaturas habían bajado, tenía puesto un gorro de lana y se veía una chaqueta más abrigadora.
--Diana, me preocupas, ¿Que pasó? -- me sonrió.
--Adam, es difícil decirlo.
Sonreí al verlo, al igual que él.
--Te ves bien, Adam -- traté de ignorar lo que me había dicho.
--Gracias Diana, tu también te ves bien.
--Es un tema delicado lo que voy a decirte, pero no hay otra forma de hablarlo. Preferiría decirlo en persona, pero para eso, no hay mucha opción.
--No hay problema si me lo dices ahora, te veo preocupada.
--Es que en terapia conocí alguien...
Silencio, un silencio incómodo. Adam dió un suspiro y miró hacia el lado antes de volver a mirar a la pantalla.
--No es necesario decirlo Diana, podemos salir con quién queramos.
Eso dolió.
--No Adam, lo estás pensando de otra forma. Conocí alguien que es familiar tuyo.
--¿Qué?
--Conocí a tu hermano biológico.
--¿Qué? ¿Cómo?
Se pasó las manos por el cabello como lo hacía antes, cuando estaba frustrado.
--¿Quieres saber de él? -- pregunté asustada.
--Si, por favor -- respondió sonriéndome.
--Se llama Gabriel, tiene dieciocho años y.... -- solté aire y mire hacia al frente -- Vive con su abuela, tu abuela.
--Mi abuela... Dios, se siente extraño decirlo en voz alta -- cerró los ojos unos segundos -- No puedo creerlo Diana... ¿Está contigo en terapia? ¿Cuando fue esto? ¿Hace cuánto lo sabes?
--Lo supe hace unos días, era la terapia de presentaciones. Todos hablamos lo nuestro y él comenzó a decir su historia. Habló de tus padres, tu abuela y que andaba buscando a su hermano.
--¿Viven en Nueva York? Oh Dios... No puedo procesar esto Diana... Solo tenía dos padres hace unos días, ¿Podemos cambiar de tema?
--Si, claro ¿Cómo está Jake? Hace rato no hablo con él.
--Esta bien, sus clases están siendo cada vez más potentes -- soltó una risa -- Pero Jake puede hacerlo.
--Claro que puede -- sonreí -- Adam, quiero pedirte perdón por hacerte esa carta y no querer despedirme de ti. Fue muy egoísta de mi parte hacer eso.
--De todas formas logré despedirme de ti Diana, ya sé porque hiciste esa carta. No es necesario volver a pensar en eso.
--Para mi lo es, necesito poder avanzar bien y no hacer lo mismo que hacía con Mark.
Sonrió, se veía que estaba feliz y bien.
--Gracias Diana, por todo - sonrió mirando a la cámara.
Asentí dándole una suave sonrisa, extrañaba mucho verlo.
--Adam, debo irme pero... Me gustó mucho verte.
Su cara cambió, una sonrisa sincera estaba por salir, pero me regaló una a medias.
--Siempre me ha gustado verte, que tengas un lindo día Diana, nos vemos pronto.
--Nos vemos Adam.
Me despedí hasta que su cara desapareció, dejando una sonrisa en mi, una agradable sensación en mi. Hoy debía ir a terapia, lo bueno era que podía contar algo bonito y eso era, la llamada de Adam.
Guardé mis cosas en mi bolso y salí tranquila hacia el lugar, había recibido un mail de Beatrice y Martín, el lugar había sido cambiado, así que decidí ir a conocer un poco más la ciudad y sentir como era de viva.
El cielo estaba despejado, unas nubes gigantes se asomaban por el costado del gran sol. Una pareja iba caminando y sonriendo al pasar por mi lado, se veían todos felices. Todo parecía bien hasta que choque con un idiota que iba viendo su teléfono.
--¡Hey! Ten cuidado -- le respondí enojada, el parecía muy calmado.
--Lo siento, ¿Te golpeé? Déjame recompensar el golpe.
--No, no. Está bien, los dos íbamos distraídos.
Comencé a caminar a la dirección en la que iba, pero él se unió a mi.
--Por lo menos dime tu nombre, no podría olvidar a una chica tan linda como tú.
Me sonroje.
Era un poco más alto que yo, su cabello era castaño claro, tenía su piel dorada parecida al bronceado. Sus ojos eran color café.
--Soy Diana -- miré el reloj que tenía en mi muñeca -- Y voy atrasada.
Al parecer ir a conocer la ciudad fue muy mala idea, ya que me había perdido.
--Si quieres puedo llevarte en mi auto -- ofreció sonriendo.
--No por ser grosera, pero no te conozco -- le respondí amable.
Soltó una suave sonrisa, dió un paso más y puso sus manos en sus bolsillos.
--Tienes razón Diana -- sonrió poniendo su mano en su mentón pensativo -- Mi nombre es Connor.
--Gusto en conocerte Connor, pero aún no podría hacerlo.
--Esta bien, no te presionaré más. Nos vemos por ahí Diana.
Comenzó a caminar hacia su auto, pero no podía atrasarme más en la cita. Miré mi reloj y luego a Connor.
--¡Espera! -- Connor se dió la vuelta y me volvió a sonreír -- Solo necesito llegar a esta dirección, pero prométeme una cosa.
--¿Tan pronto? Aún no tenemos una cita y ya debo prometer algo -- soltó una risa.
--No te rías de mi Connor, estoy hablando enserio -- solté una risa nerviosa.
--¿Que sucede?
--Prometeme que no eres un acosador o un asesino en serie.
Hubo un silencio, Connor se subió al auto y me miró.
--Diana, no soy nada de eso -- levantó los hombros -- Solo soy una buena persona.
--Esta bien, te creo -- le respondí.
El trayecto estuvo tranquilo, Connor iba manejando en silencio pero de vez en cuando podía notar que me daba una mirada, yo iba metida en mi libro tratando de poner atención. La historia de Harry Potter era interesante, pero sin tener alguien a mi lado que me viera a cada rato, me interrumpía.
--¿Quieres decirme algo? -- le pregunté, Connor sonrió.
--De hecho si, claro si es que no tienes problema -- respondió, dándome una mirada.
--¿Que sucede? -- pregunté.
--Queria saber si podía invitarte a salir, aunque sea un café.
Cerré mi libro y lo miré.
--¿Porque? Digo, no me conoces -- le respondí en un tono serio, digamos que fue pesado.
Dios, Diana.
Eres una pesada.
--No, no te conozco -- soltó aire -- Pero me gustaría salir contigo, para conocernos.
Habíamos llegado a mi destino, estaba en frente del edificio. Miré mi reloj, había llegado unos minutos antes, me bajé del auto al igual que Connor, el se quedó apoyado en su auto esperando mi respuesta.
--Esta bien Connor, saldré contigo -- le sonreí.
--Perfecto, ¿Como me contacto contigo? -- me preguntó.
--Te puedo dejar mi número.
Me entrego su teléfono muy entusiasmado, puse mi número un poco nerviosa. Se lo entregué y el me sonrió, pero luego mi teléfono comenzó a vibrar, pero la llamada llegó a su fin.
--Fui yo, era para probar el número.
--¿No confías en mí? --- le pregunté.
--Claro, solo que me ha pasado que me han dado números falsos -- se subió al auto -- Nos vemos pronto Diana.
--Nos vemos Connor.
***
Cuando entré al edificio, la recepcionista me indico que me estaban esperando en el piso diez, apreté el botón y me dirigí al lugar un poco más tranquila, al abrir las puertas, se podía notar un largo pasillo donde al fondo se veía una luz que indicaban que allí estaban.
--Diana, bienvenida. Espero que no te haya costado llegar -- añadió Beatrice -- Tuvimos un problema con el otro lugar.
Martin estaba anotando unas cosas en su computadora, mientras que Beatrice estaba sentada en el sillón en frente de mí.
--No, no tuve ningún problema -- le respondí sonriendo -- Llegué en auto.
--Me alegro Diana, cómo vez hoy será un poco diferente la sesión.
Estábamos en una sala grande, habían dos sillones de frente y una mesa de cristal al medio. Martin se acercó a nosotros, dándome una sonrisa, cómo siempre lo ha hecho.
--Bienvenida Diana, perdón por la demora, unas horas de otros pacientes se cambiaron solas y tenía que arreglarlo -- añadió.
--No se preocupe.
Beatrice estaba al lado de Martin sonriéndome, esperando que pudiera hablar de mis problemas.
--Se que está sesión es diferente a la que hemos tenido pero... -- suspiró Beatrice -- Es necesaria, hemos creado un nuevo plan, dónde deben hablar en público, con los demás pacientes y luego en privado.
--¿Cuál es el sentido de todo eso? -- Le respondí.
--Que en la tercera reunión, se vea el avance o retroceso del paciente -- añadió en un suave tono.
Martin aclaró su voz y comenzó la sesión.
--Dime Diana, ¿Cómo te has sentido estos días? -- pregunto Martin.
--Un poco diferente.... Es extraña la sensación.
--¿Cómo diferente? -- preguntaba Martin.
--Es cómo si todo lo que ya pasé, se hubiera congelado y volvió aparecer cuando llegué aquí.
--¿Podrías explicarme?
--Todo el tiempo que pasé en Ohio, conocer a Adam, siento que no existió -- di un suspiro -- Aún siento que estoy en el accidente.
--¿Con Mark? ¿Que es lo que sientes Diana? Se supone que habíamos avanzado en el proceso.
--Si, lo sé -- tomé aire nerviosa -- He avanzado en ciertas cosas, pero nunca he hablado de lo que sentí cuando mi padre se fue o cuando Mark murió.
--Podrías decirnos que es lo que sientes ahora, estás en un lugar seguro -- respondió Beatrice.
--Antes de venir a NY, fui a visitarlo -- hablé con sinceridad.
--¿A quién? ¿Adam? -- preguntó Beatrice.
--No, fui a visitar a Mark -- le respondí mirando hacia la ventana.
De alguna forma, volver hablar de todo esto, hacia que esos viejos sentimientos volvieran a mí.
Martin se quedó en silencio, asimilando lo que había dicho.
--¿Fuiste a verlo? Eso es... Un gran paso Diana.
Sonreí, de alguna forma eso me hizo sentir muy feliz.
--Si, pero fue solo una vez y no sé si eso ayudó en algo o empeoró -- respondí.
--Diana, el proceso de duelo es largo, nadie sabe cuánto tiempo va a durar -- sonrió mientras anotaba unas cosas -- Tu no viviste adecuadamente ese proceso y será difícil sentir todo ese dolor otra vez.
Un clic, fue lo único que se necesitó para que se rompiera mi corazón otra vez. Comencé a sentirme débil, a sentir que todo eso volvía, los gritos, el choque, la sangre, todo eso acababa de volver.
--No debes ocultarlo Diana, debes dejarlo salir -- Beatrice se acercó y tocó mi mano.
--No puedo... - decía susurrando -- Si lo dejo salir, quizás no pueda parar.
--Tenía tu edad cuando perdí a mi hermana -- soltó una suave sonrisa -- Siempre pensé que fue mi culpa, íbamos juntas cuando ocurrió.
Me limpié las lágrimas que iban cayendo, miré a Beatrice y le di una sonrisa que a penas salió.
--No sé si pueda hablar de Mark... Es muy doloroso volver a revivir esos momentos.
--Debes empezar por algo, aunque sea pequeño -- me respondió Martin.
--Mark es... Era inalcanzable, nunca podía llegar a él, siempre escondía cosas.
--¿Cómo que?
--Mark vivía de las apuestas y eso hacia que me alejara de él sin darme cuenta.
--¿Cómo te hacía sentir eso? -- preguntó Beatrice.
--Como si no importara... Cómo si yo no fuera nada para él. Lo quería muchísimo y....
No pude más, el llanto me quito las palabras. Beatrice se levantó y me acercó unos pañuelos, poco a poco logré calmarme y volver a mirarlos.
--¿Qué fue lo que sentiste en el momento del accidente? -- preguntó Martin bastante serio mientras Beatrice escribía.
--No sentía nada, era como si todo se hubiera congelado... No sentía mis piernas, no sentía nada, solamente mi corazón muy rápido.
--¿Que fue lo que hiciste?
--Miré hacia el lado y Mark estaba ahí en silencio... No podía moverme -- respondí, mientras volvían a caer unas lágrimas.
Martin dejó el cuaderno de lado, se tomó unos segundos y volvió hablarme.
--Diana, creo que necesitarás unos días de descanso, sin distracciones y pastillas para dormir.
--¿Porque pastillas ahora? Digo, en Ohio tenía un tratamiento más tranquilo.
--Si, es verdad, pero el proceso de duelo se muestra de muchas maneras -- anotó algo en la libreta -- Pero aún no superas esto del todo. En Ohio estuvimos unos meses solamente, este es nuestro momento de poder superar este trauma.
--¿Las pastillas debo tomarlas siempre?
--Te dejaré anotado lo que debes comprar, las pastillas son fuertes, no te preocupes por eso. ¿Tienes planeado hacer algo grande este tiempo?
Aclaré mi voz.
--Me aceptaron en la universidad de Australia, pero las clases no comienzan dentro de dos meses.
--No quiero perturbar nada de tu vida Diana, pero trataremos de hacer el tratamiento antes de ese viaje. ¿Te parece?
--¿Está seguro? Digo, es una buena idea, solo que... ¿Estoy preparada?
--Eso solamente lo sabrás tu.
***
Hola lectores!
¿Que les pareció el capítulo?
Sé que es duro leer lo que vivió Diana, pero de a poco podremos verla feliz!
Que es lo que todos queremos, ¿verdad?
Quiero saber que les ha parecido, ya vamos por el quinto capítulo, dónde vemos ambos lados de la historia 👀
Estaré atentos a sus comentarios, nos vemos el próximo domingo 💖
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