Capítulo OO4: in the car

La pelinegra pasaba los contactos de un lado a otro, había sido una semana bastante difícil en la universidad ya que tuvo que estudiar algunas cosas que sentía que no eran necesarias además de que no podía dejar de pensar en lo que ocurrió con Tzuyu, sigue creyendo que fue una locura y lo mejor del mundo ya que por fin pudo ser activa pero aún así, siente que tuvo que esperar un poco más para poder serlo aunque sea tener un poco más de práctica, por más que no era una romántica empedernida como muchas.

Siempre creyó que sus primeras veces serían significativas, no había hecho absolutamente nada antes de conocer a las ocho chicas que la volverían loca, apenas llevaba tres y sentía que había sido lo mejor del mundo, agradece haber ido a ese lugar para conocerlas porque sabía que éstas iban a ayudarla en todas las dudas que tenía y todo lo que necesitará, así que no se preocupaba mucho por eso sí no en lo que deben hablar a sus espaldas porque son amigas, ella no cree serlo, deben estar disfrutando que por fin están con alguien que se pueden compartir.

Pero ahora que lo piensa no cree ser la primera chica con la que han hecho ese tipo de cosas porque sería bastante extraño, por alguna razón se sintió especial por unos segundos antes de negar con la cabeza, no debería estar pensando en eso, solo que ya lo está haciendo y tiene una tonta sonrisa en el rostro, está echando a perder todo así que las cosas de seguro no saldrían bien por su propia culpa, por andar creyendo que todo estaría bien solo porque es ella y así está todo bajo control, cuando no es así, porque tiene bastante miedo.

En algún momento las cosas acabarán y no entiende que es lo que pasará porque tal vez terminen como amigas o no se vean nunca más, eso es lo que la está volviendo loca porque ha estado toda su vida sola pero ahora siente que es importante para un grupo de personas y eso le parece, de una forma extraña pero cierto, lindo, porque por fin puede decir que pertenece a un grupo de amigas en el mundo y es algo que la hace sonreír lo cual es perfecto porque ha tenido una vida bastante difícil en cuánto a eso.

Por más que siempre dice que es bastante popular es mentira la verdad es que nadie le hace caso porque por alguna momento si lo fue pero dejó de ser relevante así que la echaron a un lado cuando más necesitaba a sus amigas, por eso es que se quedó sola porque sintió que así podría resurgir y así fue, hasta el día de hoy no ha tenido ningún tipo de amistad que dure más que un saludo así que se podría decir que algunas horas es suficiente como para alejarse de ella sin querer volver porque era bastante aburrida.

O es lo que le hicieron pensar porque las personas a su alrededor no eran para nada buenas, lo único que rescataría de esa universidad es que Tzuyu también estudia en ella la ha visto varias veces, más de las que quiere porque eso hace que tenga un recuerdo bastante vivido de lo que pasó, así que se siente un tanto protegida por saber que si le llega a pasar algo puede salir corriendo y pedirle ayuda, eso la hace bastante feliz y la relaja porque siente que tiene a alguien cerca suyo.

Así es que debería ser, necesita alguien que la proteja y la quiera tanto como ella desea ser feliz, es algo que lamentable nunca ha experimentado, bueno se podría decir que ahora así, por más que era bastante positiva había veces en las que dejaba que todo se la llevará diciendo que se quería quedar sola por el resto de su vida pero no fue así porque ahora tiene a las chicas que aunque no sea mucho ni por un tiempo prolongado han hecho de sus días más felices, divertidos y memorables, no tenía palabras para describir lo bien que se estaba sintiendo mientras pensaba en ello.

Su corazón latía con bastante fuerza y se mordió el labio inferior porque estaba muy contenta, al fin podría ser esa chica que muchas personas creyeron que nunca sería, alguien libre y que puede complacer y ser complacida sin pensar en una relación duradera, sonrió y suspiró, pero eso se acabó al ver que le había marcado a Dahyun, ¿que era lo que le pasaba?, se golpeó la frente por lo tonta que había sido, eso no es algo que hizo queriendo, mordió con fuerza su la ioninfeior y gruñó, era tan tonta que de seguro ahora creería que la necesita o algo por el estilo.

Aunque por lo que ha visto se dio cuenta que es una chica bastante sumisa así que lo más probable es que sea ella quien haga cosas, sacudió la cabeza y frunció los labios, no debería hacer lo que tiene pensado pero acercó el teléfono a su oreja y se quedó esperando que le contestará, con los pocos gramos de valentía que le quedaban en el cuerpo, además de una sonrisa boba por la emoción de ver que iba a pasar entre ellas, en donde y cuando, una presión en su pecho hizo que jadeara o las bien la presión que tenía entre las piernas.

Esas ganas de bajar la mano y comenzar a acariciarse el clítoris para que su voz sonará agitada, tal vez eso haría que Kim vaya más rápido e incluso ahora, le gustaría dejar varías marcas en esa piel lechosa, escucharla gemir e incluso suplicar, desea ver en sus ojos sumisión porque se nota que no es alguien que se debe tan fácil, un reto que quiere tomar, siente que se le hará sencillo, puede hacerlo, infló el pecho cuando escuchó un suspiro, sonrió mientras se mordía el labio con mucha fuerza.

— ¿Que sucede? —. Preguntó, esa voz tan áspera era por algo.

— ¿Te interrumpo? —. Por alguna razón se sintió más tímida de lo que creyó que iba a estar, hasta sus hombros cayeron en una posición bastante sumisa, tal vez porque le daba bastante vergüenza interrumpir a alguien en lo que sea que estaba haciendo, se siente invasiva y entrometida por haber preguntado eso, cerró los ojos y apoyó la cabeza en la pared, una completa tonta, ya es definitivo.— Perdóname de antemano si lo hago —. Apretó los párpados esperando una respuesta, escuchó un suspiro y luego algo parecido a un quejido.

— Estaba dormida —. Supuso que se estaba estirando y por eso es que emitía aquellos sonidos que inevitablemente la calentaron.— ¿Quieres que vaya por ti? —. Nunca nadie le había dicho eso, es que hasta se sintió halagada, bajó la mirada a su short y asintió, a los pocos segundos se dio cuenta de la tontería que hizo porque no se estaban viendo.

— Si quiero —. Dijo con completa seguridad cuando en verdad estaba dudando si debía o no aceptar la propuesta, de seguro irían a algún lugar y ella estaría tan perdida en su mundo que no se daría cuenta de nada, además de que es Dahyun, la chica con la mirada asesina, la misma que parecía estar enojada por las cosas que Sana y Momo hacían cerca de ella, estaba perdida porque aunque pensó que haría lo mismo que hizo con las otras tres, puede que sea todo lo contrario y que ésta la mate o algo por el estilo, se había metido en serios problemas.

— Pásame tu dirección, ahora mismo voy para allá —. Una sonrisa se instaló en su rostro alumbrando todo, iba a divertirse y lo agradecía porque no habíam sido días buenas y necesitaba soltar el estrés de una manera u otra, y que mejor forma que estando con una coreana que no está para nada mal. — No veo que me la estés pasando —. Abrió los ojos como platos, estaba nerviosa por eso no lo había hecho, su corazón volvió a latir con fuerza y separó el teléfono para mandarle la dirección, luego de hacerlo sonrió en grande. — Gracias, espera por mi —.

Claro que lo iba a hacer valía la pena toda la espera que iba a tener, porque era Kim Dahyun, alguien demasiado hermoso. — No tienes nada que agrad-

— Si alguna de las chicas va dile que hoy me toca —. Y cortó la llamada, eso sí que la dejó sin palabras, no esperaba que actuará así pero era una chica que la ha dejado boquiabierta, sobre todo por la voz que tiene al acabar de despertar, si es que es eso exactamente lo que estaba haciendo, hoy le tocaba con Dahyun debía hacer algo mientras esperaba, de levantó del sofá y fue a la habitación, estaba muy bien vestida y como estuvo maquillándose por diversión no tiene nada que hacer, además de que todo está recogido porque ahora tiene una razón para acomodarlo todo en su casa.

De la nada puede aparecer una de las chicas y se moriría de vergüenza si ven lo desastrosa que puede llegar a ser cuando se lo propone o más bien en semana de exámenes que parece que no se acaban, luego de eso tendría unas mini vacaciones que iba a disfrutar, de seguro con alguna de las chicas, de las que quedan porque con las anteriores ya no tiene chance, una lastima porque le gustaría volver a ver la sonrisa de Chaeyoung o escuchar la voz de Nayeon o estar a solas con Tzuyu, parece que la extraña y es la verdad.

Sus besos, sus caricias e incluso los gemidos que emitían cada que algo les gustaba, todo de ellas, se supone que no debería estar pasando por eso pero es así, se encuentra en una rara situación en que debe quitarse de la cabeza a tres chicas que realmente le gustan porque son bastante guapas y atractivas, además de consideradas y que también hacen todo lo que ella quiere así que supone que es eso lo que realmente la está llamando no todo lo demás, está obsesionada con tener el control de todo, porque es Myoui Mina, alguien que siempre calcula hasta lo más mínimo.

La mejor opción que tenía era estar en la sala esperando pero de seguro parecería bastante obsesivo como si quisiera que esté ahí ahora mismo, un tanto desesperado para alguien que quiere ldar la imagen de una chica que no tiene problema con esperar con tal de que se haga a lo que se va, puede esperar lo que sea necesario para que eso llegue a pasar, se mordió el labio infeor y miró la puerta, lo más probable es que no se baje del auto, se ve que es alguien que también disfruta eso de tener el control.

Muy a su pesar se levantó y fue hacía la ventana, removió un poco la cortina, lo suficiente para ver, ahí estaba un auto misterioso que nunca antes había visto, así que supuso que era ella, se quedó unos momentos analizando, los vidrios eran oscuros así que no podía ver quién estaba dentro, puede que sea para otra persona, se mantuvo tranquila, podría esperar lo que fuera necesario, tampoco es como que necesitará tanto que esa fuera Kim, no es como que fuera la chica más importante del mundo, ni siquiera había llegado a la hora que dijo.

Se dio media vuelta dispuesta a ir al sofá cuando un mensaje llegó, cada músculo de su cuerpo se tensó, suspiró y con lentitud subió el teléfono dándose cuenta que efectivamente si se trataba de Dahyun, era la chica del auto que estaba fuera, como si fuera flash salió corriendo a verse en el espejo y comprobar que estaba bien, sonrió en grande al ver que todo estaba perfecto y se dio media vuelta para luego abrir la puerta con una expresión neutra, la ventanilla bajó dando paso a una coreana de ojos rasgados que tenía una leve sonrisa.

— Te ves muy guapa —. Salió del auto, ¿por qué se había salido si se supone iban a salir?, asintió, sabía muy bien que lo estaba así que le daba igual parecer discreta o no. — Y segura de ti misma —. La acercó y enredó los brazos en su cuello acercándola, ya no había espacio entre ellas ya que los labios de la rubia se unieron a los suyos, eran tan dulces como morder una manzana, pasó la lengua por su labio inferior obligándola a abrir los labios, cosa que hizo, bajó las manos a la estrecha cintura de ésta y la acercó. — Si que te enseñaron a besar —.

— ¿Dudabas de ello? —. Sonrió y negó con la cabeza antes de entrar en el auto, Mina también lo hizo y se miraron de reojo, ahora sí que no sabía que decir tenía miedo de que le preguntara a donder ir y que dijera una tontería, porque es algo bastante de ella, por los nervios puede llegar a cometer cientos de cosas que no tienen sentido. —Que lindo auto —. Asintió. — Tan lindo cómo la dueña —. Se colocó el cinturón de seguridad, Kim no dijo nada, solo sonrió y aceleró, tanto que a Myoui casi le da un infarto.

— Hay una película muy buena en el cine y quiero verla contigo —. No era tan fan de ir a esos lugares pero asintió un tanto feliz, de seguro irían a la sala en la que crean que no hay casi nadie y lo harían ahí, no sabía el por qué pero tenía algo con hacerlo en lugares públicos, con el peligro de que alguien se diera cuenta o que se diera cuenta, cruzó las piernas lo que llamó la atención de la coreana quién sonrió al darse cuenta. — ¿Emocionada? —. Preguntó con un tono burlesco.

— Disfruto de una buena película cada que la universidad me lo permite —. Dijo, era una información que no debería compartir pero sentía que podía hacerlo, tenía como esa extraña liberta con Dahyun, creía que tenía una verdadera amiga en ella, sincera y que era capaz de todo por las chicas así que no le importó devir aquello, aunque desde un inicio se haya negado y prohibido decir algo de su vida privada. — Sobre todo si es con buena compañía —.

— ¿Crees que soy una buena compañía?

— Yo diría que excelente —. Los muslos de menos se tensaron, había algo en la voz de Mina que la alteraba, apretó el agarre en el volante. — ¿De que trata la película?

— De dos chicas que están en un auto —. Murmuró. — Una de ellas, la mayor —. Cruzó y sonrió disimuladamente. — Tiene ciertas dudas con su sexualidad entonces...decide descubrir que es, entonces la menor se lanza hacia ella pidiendo, suplicándole —. Tragó saliva con dificultad. — Que se la folle todo el puto día —. Estaba alucinando o era algo bastante parecido a lo que le estaba pasando, Dahyun estacionó de golpe y la miró, su pecho subía y bajaba con rapidez.

— Se ve que es una muy buena pelic- . Antes de que pudiera reaccionar, Dahyun ya estaba sentada en su regazo, frotándose como loca buscando el mínimo roce para calmar lo que su cuerpo había estado experimentado desde que supo que era el día en el que dejaría que esa chica tan atractiva con la que compartieron buenos momentos se la follaria hasta no poder más. — Vaya...¿Necesitada? —. Lo preguntó con el mismo tono que Dahyun cuando parecía que se estaba burlando por lo emocionada que está de pasar el día con ella.

— Si, te necesito —. Nunca pensó que aquello iba a alumbrar todas luces en su sistema, aquella camisa tan linda que tenía la menor salió volando junto con el brassier, en cuestión de segundos la tenía jadeando mientras chupaba su pezón izquierdo y elevaba las caderas simulando embestidas. — Dios —. Gimió y se mordió el labio inferior mientras enroscaba sus dedos en el cabello de la contraria y lo jalaba, haciéndole daño pero el suficiente como para provocar que de sus labios los cuales estaban rodeando su piel sensible soltaran maldiciones que poco a poco se convirtieron en gemidos.

Desabotonó su short color negro y con cuidado metió la mano para aliviar el dolor, quería terminar en el abdomen perfecto de Mina, gemir e incluso gritar sin importar que las personas que estaban a su alrededor se dieran cuenta de lo que estaba pasando dentro de ese auto, es más, le gustaría que eso pase para que sepan de lo que es capaz esa chica que tiene un aura angelical que muy pocas personas poseen. — ¿No puedes esperar a tener mis dedos dentro de ti? —. Negó con la cabeza mordiendo su labio inferior, esperando que le quitara la mano e hiciera que saltará o que se mantuviera ahí.

Pero eso no sucedió, lo que pasó fue sentir las manos de Myoui abandonar su cintura para bajar a la palanca que haría que el asiento se echará para atrás con fuerza, ambas cayeron, Kim gimió al sentir las grandes manos de Mina en su trasero masajeandolo, haciendo que se moviera y tuviera un mínimo roce con su cuerpo, iba a estallar en llamas por lo que le estaba haciendo sentir, como pudo se quitó el short junto con la ropa interior, Mina sonrió en grande. — Eres una desesperada —. Sus labios se unieron por solo unos instantes, hubieran seguido así, sí no fuera por como la japonesa metía tres dedos de golpe provocando un chillido que retumbó dentro del auto.

Dahyun se apoyó del asiento y movió las caderas contra los dedos, quería sentirlos lo más profundo posible, apretaba los dientes con todas sus fuerzas y buscaba la forma de apoyarse de lo que fuera ya que lo que estaba sintiendo era mucho más grande que lo que ha llegado a sentir alguna vez en su vida, sus paredes vaginales se cerraban y asfixiaban los largos dedos de Myoui quien sonreía extasiada por como el cuerpo de la contraria reaccionaba a simples toques que no eran para nada fuertes.

La embestia con toda la rapidez que podía llegar a tener en esa posición y le acariciaba el clítoris con la palma de la mano, Kim sentía que estaba tocando el cielo, la forma en la que doblaba los dedos y tocaba su punto dulce por pocos segundos, parecía que los estaba contando, antes de estirarlos y abrirlos como una tijera en su interior, iba a perder la cabeza por las cosas que la pelinegra estaba haciendo, aunque Tzuyu le haya dicho que es buena no pensó que tanto, arqueó la espalda y abrió los ojos como platos cuando Mina la agarró de la cintura y cambió de posiciones.

Ahora era la japonesa la que estaba arriba besando y mordiendo su cuello, dejaba marcas por todas partes con la idea de que las demás iban a ver cómo dejó a la coreana, esa chica que se creía superior a muchas personas, estaba en sus manos y podía hacer lo que quisiera con ella porque así era, tenía la capacidad de eso y muchísimo más, la hizo abrir las piernas lo más que podía y exponer todo su coño, veía lo mojado que estaba y sus ojos brillaban al igual que los fluidos que lentamente caían en el asiento.

Dahyun se sentía expuesta pero no se quejaba por ello, hacia todo lo posible para abrir lo más que podía y así ver cómo Mina se la deboraba con la mirada, era la mejor sensación que podía existir en el mundo. — Quiero que te toques —. Ordenó con la voz ronca y agitada, la rubia no esperó ni dos segundos cuando bajó la mano y acarició en círculos su clítoris provocando cada vez más fluidos, si Mina pudiera probarlo lo hiciera pero el tamaño del auto se lo impide, gruñe mientras mira el expectaculo que tiene al frente.

Una chica que se nota que detesta ni tener el control frente a ella, sacando y metiendo los dedos como una puta necesitada lo haría al no conseguir a nadie que la consuele, gemía con fuerza y cerrar los ojos mientras sacudía las caderas contra sus propios dedos, una delicia lo que estaba viendo, mordió su labio inferior y lo soltó para dibujar una gran sonrisa de superioridad en su rostro, ahora sí que estaba segura que era capaz de todo en el mundo, que podría manejar a quien quisiera porque ya lo había hecho con Dahyun.

Bajó la mano y por diversión hizo que dejara de tocarse, la menor subió la mirada, sus ojos negros y dilatados fueron suficiente para Mina, ella debía actuar y tomar el control absoluto, se abalanzó a los labios de la contraria, mordisqueandolos y chupandolos a su antojo, como le gustaba cuando se acercaba para más pero se alejaba porque quería escucharla suplicar, que le pidiera incluso de rodillas que quería ser tocada, que la quería sentir en lo más profundo, no puede negar que su ego ha crecido enormemente y sigue en crecimiento gracias a esa chica.

— ¿Que es lo que te pasa? —. Se separó mirándola a los ojos despreocupado, como si estuvieran hablando de algo trivial, Kim se mordió con fuerza el labio inferior debatiéndose si debía pedírselo o provocarla a tal punto que deba hacerlo. — Si no tienes nada que decir me gustaría llegar temprano a la película —. Justo cuando estaba por abrir la puerta sintió algo hundeo y caliente en su muslo izquierdo, justo el que estaba entre los pálidos muslos de la menor. —¿Frotandote como una perra? —. Dahyun estaba tan roja, era tan hermoso el contraste de ese color con su piel blanquecina. —¿Me quieres dentro? —. Asintió apenada.

De seguro las chicas iban a indagar cómo fue su vez con la pelinegra, tenía tanta vergüenza de decir que la trató como si fuera nada y que lo peor es que le encantó todo. — Por favor —. La japonesa elevó una ceja. —Te quiero dentro, por favor —. Se retorció. —Mi coño te necesita ahora —. Las palabras tan impuras que salían de esos labios finos y delicados encendieron cada fibra de su ser, metió tres dedos y comenzó a embestirla con una velocidad inhumana, una fuerza tan bestial que tenía miedo de hacerle daño pero siguió, ya que parecía que le estaba encantando.

Y era así, Dahyun nunca había estado con alguien que la manejara de esa manera, que la tratará como si fuera un juguete, una gata en celo necesitada que lo único que quería era acabar con su sufrimiento, había desbloqueado algo nuevo que no sabía, arqueó los dedos e hizo que movieras las caderas contra éstos mientras dejaba notorias marcas por sus pronunciadas clavículas, era tanta presión la que sentía en el vientre que sabía que lo que pasaría iba a ser uno de los mejores orgasmos que ha tendido en toda su vida.

Enrolló las piernas en la cintura de Mina y la acercó, haciendo que ésta se inclinará hacia delante y la embistiera incluso con más fuerza de la que creía que podía llegar a tener, rodó los ojos hacia atrás y le clavó las uñas en los hombros, rasgando la piel como si no le importará las marcas que le iban a quedar a Myoui, era la primera persona que la hacía llegar tan alto en el cielo y tan bajo en el infierno, la única que había logrado doblegarla con tanta facilidad que se sorprende.

Se siente sucio pero está bien, eso hace que este cada vez más caliente y que sus fluidos chorreen haciendo un sonido bastante adictivo para Mina que quería escucharlo hasta el fin de sus días. — Falta poco bebé —. Sonrió por el apodó y aceleró, apoyando la mano libre en el asiento, apretándolo con tanta fuerza que sus venas se marcaron, parecía que estaban al borde de explotar. — ¡Mina! —. Un grito fue el aviso de que ya había acabado, además de un chorro que impactó directo en su muslos y los múltiples espasmos que estaba teniendo la menor, todo era un desastre pero uno que le gustaba y que estaba dispuesta a limpiar con su lengua.

— Me gusta de que va la película —. Dijo con ironía.

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