OO9 | VULNERABLE
Jungkook salía del baño con su ropa ya colocada, pasando los dedos por su cabello largo, ondulado y todavía algo húmedo. Intentaba ocultar sus nervios al pensar que ahora debía marcharse junto a Robert para pasar la tarde con él, pero se le hacía imposible y hasta se sentía temblar.
Pues, por su cabeza pasaba la idea que todo podía acabar muy mal porque no sabía mentir, mucho menos por tantos días. Siempre, pero siempre terminaban descubriéndolo si no era que él se confesaba antes, por lo que estaba seguro de que aquella familia podría descubrirlo en cualquier momento, más si Megan seguía olvidando lo que hablaban.
Al ver su chaqueta de jean en la cama, la tomó para colocársela, sintiendo la mirada de la pelinegra que estaba apoyada en el mueble detrás de ella, arrugando ligeramente la frente, lo que llamó su atención.
-¿Qué? ¿Por qué me miras así, Baker?
-¿Has mirado por la ventana? ¿No sientes? ¿Acaso quieres morir de calor? -cuestionó observando cómo este tomaba la gorra negra que también había dejado en la cama, decidido a no responder, por lo que ella suspiró-. ¿Acaso estás cubriéndote los tatuajes, Jungkook?
-Tal vez -respondió encogiéndose de hombros sin mirarla.
-Al carajo con lo que piensen. No te tortures.
-¿No quieres venir con nosotros? -preguntó algo tímido, rascando su nuca mientras que Megan intentaba reprimir la risa.
-¿No escuchaste a mi padre? Salida de suegro y yerno, así que yo no entro ahí.
-Quizás si le dices que quieres venir...
-Es el precio a pagar por tirarme a la piscina, Jeon Jungkook -mencionó divertida, acercándose a él que suspiró frustrado.
-Tú te divertirás saliendo con tu familia, mientras yo sufriré siendo interrogado por mi supuesto suegro -murmuró molesto-. Nunca mencionaste eso en el trato.
-¿Acaso no era obvio? Eres mi primer novio -sonrió acomodándole la chaqueta, mientras este rodaba los ojos, haciendo notar que su cercanía no le causaba nada.
-Tendrás que hacer algo por mí luego de esto.
-Suficiente con soportarte -palmeó su pecho.
-¿Soportarme? ¡Yo tengo que soportarte a ti!
-Ya, cállate. Bajemos -ordenó volteando para comenzar a caminar hacia la puerta y abrirla.
Jungkook volvió a rodar los ojos, pensando en que detestaba jamás poder tener una buena conversación con ella porque comenzaba a ordenarle como ahora. Aun así, obedeció saliendo de la habitación para bajar las escaleras, pudiendo escuchar las voces de los padres de Megan en la cocina.
Al entrar una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al ver cómo el hombre estaba abrazando a su esposa por detrás y dejaba un beso en su mejilla. Pues, le gustaba ver que pese a los años seguían siendo una pareja cariñosa, algo que él deseaba poder lograr cuando se casara y formara una familia.
-Oh, ¿ya estás listo, yerno? -preguntó acercándose con una sonrisa, pasando el brazo por los hombros de su hija que se sentó en el taburete.
-Ya lo estoy -asintió observando cómo el hombre se colocaba el sombrero pesquero gris que tenía en la mano.
-Entonces, ya estamos listos para marchar.
-No lo asustes -apuntó Georgia.
-Ya, déjalo. Seguro van a divertirse mucho -comentó divertida, Megan, por lo que Jungkook la observó fulminante por un momento-. ¿Nosotros ya nos vamos, mamá?
-Wyatt sigue durmiendo luego de cómo se embriagó ayer -informó riendo, Robert.
-¿Y? De todas maneras, vamos nosotros, ¿no?
-Sabes que yo no confío en que se cocine y no vaya a incendiar nuestra casa en el intento -negó con la cabeza.
-Pero...
-Mi hermana y Jayme ya se fueron, así que tú vas a ayudarme luego a hacer unas galletas para que esperemos a tu padre y a tu novio -la interrumpió y miró a Jungkook-. Te gustan las galletas, ¿verdad, cariño?
-¿De chocolate? -preguntó con un brillo de ilusión en la mirada, lo que hizo reír al matrimonio.
-De chocolate serán.
-Bien, ya nos vamos. Te amo -Robert dejó un pequeño beso en los labios de la mujer que luego le sonrió-. Te veo luego, gruñona -dijo por lo bajo, dejando un beso en la coronilla de la cabeza de su hija, la cual estaba con sus brazos cruzados.
Jungkook intentaba reprimir su risa de satisfacción al ver el ceño y labios medios fruncidos de la fémina, lo que le hacía notar fácilmente que estaba molesta con saber que iba a tener que quedarse con su madre y no saldría.
-Despídete, yerno.
-Nos vemos luego -asintió volteando para seguir a Robert.
-Oh, cariño, despídete bien. Sin vergüenza.
-Déjalo, así está bien -intervino Megan.
-Tú no lo ayudas.
Este trago con dificultad sin saber qué hacer, pero la mujer le sonrió animándole a acercarse, por lo que tomó una bocanada de aire en un intento de tener la valentía necesaria para acercarse. Megan miraba con atención cada movimiento, mientras Jungkook intentaba controlar los latidos acelerados de su corazón cuando al estar a su lado, se inclinó hacia la fémina para besarla, aunque fue más un choque de labios tan rápido que ella casi no fue capaz de sentirlo. Abrió los ojos a la par por la sorpresa a la vez que, Jungkook sintiendo su rostro arder, le regalaba una pequeña sonrisa tímida a Georgia, la cual no dejaba de sonreír al verlos.
(...)
Jungkook fue durante el camino intentando calmar sus nervios, borrar de su cabeza aquel otro beso que le había dado a la fémina, reprochándose por no poder haber cumplido su palabra de que tendría que ella ser la que lo besara, pero se decía que todo era por sentirse presionado.
El día anterior cuando acabó la fiesta, él fue el último en darse una ducha antes de recostarse, y una vez que ambos estaban en la cama, se mantuvieron en un silencio que resultaba realmente incómodo para ambos. Jungkook se preguntaba si acaso ella también estaba pensando en aquel beso, si luego de eso ahora existiría aquella gran tensión entre ambos. Pero lo que no sabía es que ella no dejaba de pensar en aquella rubia que volvió a ver luego de tanto tiempo, y este terminó por sorprenderse cuando Megan le preguntó si estaba nervioso por el día que compartiría con su padre, lo que hizo que pudiera notar la pizca de diversión en el tono de su voz. Acabó reprochándole por burlarse, aunque la verdad lo que sintió fue un gran alivio de que así fuera porque le permitía saber que nada cambiaría.
Pensaba que ahora debía comenzar a acostumbrarse a aquellos pequeños besos, pues sus padres debían creerse realmente que tenían una relación, porque, quizás, sería demasiado extraño que no hubiese cercanía alguna entre ambos. Pero la verdad es que esperaba que no tuviese que ser el único que diera siempre ese primer paso, ya que era realmente incómodo, aunque todavía no podía asimilar que ya había besado dos veces a la joven que recordaba que hablaba con la boca llena, lo cual le desagradaba de gran manera.
En ese momento, no pudo evitar arrugar el rostro mientras sentía un cosquilleo en su estómago, logrando que se removiera y llamara la atención de Robert, pero en cuanto sus miradas se conectaron, le sonrió tímido, avergonzándose de haber reaccionado de esa manera al pensar en Megan.
Se mantuvieron en silencio, escuchando las canciones que pasaban por la radio, hasta que llegaron a un lago, lo cual desconcertó demasiado a Jungkook. Decidió bajarse para seguirlo hasta la cajuela de donde sacó dos cañas de pescar para entregarle una y tomar una hielera negra para empezar a caminar, lo que hizo que lo siguiera torpemente intentando procesar la situación.
-¿Qué...?
-Tú espérame aquí -ordenó apresurando su paso.
Decidió obedecer mientras lo veía caminar por el puente de madera, acercándose a un hombre para ayudarlo a salir del bote. Eso lo desconcertó, pero cuando comenzó a ver que estos parecían hablar animadamente, pudo darse cuenta que eran buenos amigos.
Al cabo de unos pocos minutos vio cómo el hombre de cabello gris, palmeaba el hombro de Robert para caminar alejándose.
-¡Ven, Jungkook!
Rápidamente comenzó a caminar por el puente de madera para acercarse, preguntándose porqué el hombre tuvo que haber pensado en pasar una tarde juntos.
-Sube al bote.
Jungkook bajó la mirada al lago donde se encontraba el bote, por lo que tragó con dificultad y tomó una bocanada de aire antes de decidir bajar uno de sus pies y apoyarlo, sintiendo cómo el bote se movía, lo que hizo que perdiese el equilibrio. Pero cuando creyó que caería, Robert lo tomó rápidamente del brazo para ayudarlo.
-Muchas gracias -sonrió avergonzado, sintiendo su rostro arder.
Robert decidió ayudarlo a subir al bote, para luego pasarle la hielera y también subir siendo un poco ayudado por Jungkook. Ambos tomaron asiento y el hombre se encargó de tomar los remos para alejarlos del puente, lo que hizo que el tatuado observara los árboles que los rodeaban, el cielo celeste con algunas nubes.
-¿No quieres quitarte la chaqueta?
-N-No es necesario.
-¿No tienes calor?
-Un poco.
-¿Entonces?
Este tragando con dificultad se quitó la chaqueta, permitiendo que el hombre pudiese ver su brazo derecho tatuado, lo que hizo que él desviase la mirada mientras intentaba cubrirse con el otro brazo.
-Ya te has llevado algunos reproches de mi mujer, ¿verdad? -preguntó intentando no reír.
-¿No es una mala imagen?
-Sucede que Georgia tiene grabado en su cabeza que nuestro cuerpo es templo de Dios. Ya sabes, es un regalo del Padre Celestial que nos permite experimentar la mortalidad e ir pareciéndonos cada vez más a Él -frunció los labios-. Pues, yo no le veo nada de malo a que lleves quién sabe cuántos tatuajes.
-¿En verdad? -lo miró entre asombrado e ilusionado, causando su risa y que luego asintiera.
-Vamos a pescar.
Robert abrió la hielera donde tenía carnada, por lo que Jungkook arrugó el rostro observando las lombrices y cada paso para así poder imitarlo.
-¿Qué sucede? -preguntó una vez que lanzó la caña de pescar.
-Nada...
-¿Y por qué no haces nada? -Jungkook bajó la cabeza mientras mordía el interior de su mejilla al no saber cómo decirle que jamás había pescado, por lo que el hombre dirigió su mirada a él-. ¿No sabes pescar? -este negó rápidamente con la cabeza-. ¿Tu padre jamás te enseñó?
-No -musitó tenso, lo que hizo que Robert se sorprendiera.
-Oh, ten -dijo pasándole su caña de pescar, la cual tomó rápidamente para entregarle la suya-. Lo haré yo para que no corras el riesgo de lastimarte y luego mi hija vaya a molestarse conmigo por eso -bromeó causando la risa de Jungkook.
Este pensaba que eso no sucedería, sino al contrario se burlaría de él, pero trataba de que eso no le importase para nada. Suponía que así era ella, al menos con él, ya que cuando Taehyung hablaba de ella, parecía hablar sobre otra persona diferente, lo que ahora le hacía pensar que era tan sólo por el hecho que por él no sentía absolutamente nada, siquiera un cuarto del cariño que sentía por el castaño.
Robert le enseñó esta vez paso por paso, siendo escuchado con gran atención por Jungkook, el cual se sentía aliviado por su manera de comportarse con él al no saber absolutamente nada de pesca. Y una vez que ambos se encontraban con sus cañas en el agua esperando que algún pez se acercara, disfrutaban de la tranquilidad, del aire libre, el tatuado sorprendido de sentirse tan cómodo con aquel hombre, ya que se había esperado ser interrogado y que quisiera huir de una vez. Pero, al contrario, conversaban animadamente, y estaba conociendo más sobre la vida de Megan, lo que no le desagradaba para nada, aunque no era algo que se moría de ganar de saber o que tuviera curiosidad alguna.
-¿Sabes? De niña siempre fue alguien que se nos dificultó poder controlar -comentó haciéndole reír un poco, y siendo algo que no le sorprendía para nada. Hasta podía imaginársela con dos coletas, insultando como tanto hacía, cruzándose de brazos, frunciendo el ceño y labios como la había visto varias veces hasta en el Club donde trabajaba-. Su relación con su madre también siempre ha sido algo difícil. Georgia no es una mujer demasiado paciente y siempre tiene que llevar la contraria, al igual que Megan. ¡Siempre he pensado que no pueden llevarse tan bien porque son demasiado iguales! -exclamó riendo-. Ahora que has conocido a tu suegra, ¿no lo crees?
-Por lo poco que llevo conociéndola, he notado varios parecidos -asintió con una pequeña sonrisa.
-Ahora irás notando más -aseguró volviendo su mirada al lago-. Megan siempre tenía problemas, en cualquier lugar que estuviera, ¡hasta en la Iglesia se las arreglaba para tener problema con alguien! -comentó negando con la cabeza, mientras Jungkook intentaba reprimir la risa al seguir imaginándola-. De todas maneras, Megan siempre ha estado dispuesta a escucharme, a abrirse conmigo y permitirme ayudarla en lo que necesita, aunque es muy orgullosa. Nos encantaba tener nuestra actividades juntos y ella adoraba que le enseñara -sonrió nostálgico-. Ahora que la veo tan grande, me gustaría volver a años atrás y compartir esos momentos otra vez.
-Estoy seguro de que ella igual.
-¿En verdad? -Jungkook se sorprendió un poco al notar su ilusión, por lo que este suspiró-. Lo siento, es que... si bien éramos muy unidos en su niñez, cuando entró en la adolescencia, ella cambió demasiado.
-Creo que eso es algo normal. Es decir, suele ser una etapa demasiado complicada la adolescencia -comentó haciendo una mueca.
-Lo sé, pero se alejó tan de repente -explicó algo angustiado-. Creí que en este tiempo eso cambiaría, pero sigo sintiendo esa distancia de su parte...
Jungkook tragó con dificultad mientras desviaba la mirada, pues comenzaba a sospechar que quizás esa distancia que puso entre sus padres y ella en la adolescencia, podría ser cuando se dio cuenta de que le gustaba las mujeres. Podía notar que al hombre realmente le angustiaba eso, por lo que no sabía qué decir al respecto que pudiera ayudarlo.
En ese momento tan sólo podía detestar a Megan por hacer que tuviera que involucrarse demasiado con su familia, porque para Jungkook era imposible no involucrarse también sentimentalmente cuando eran tan buenos con él.
-Intentaré hablar con ella, claro que sin mencionarle el hecho de que me ha hablado de ésto.
-¿En verdad harías eso? -preguntó sorprendido.
-Claro. Sé que a ella también le gustaría volver a tener cercanía con usted, sólo que suele hacerse la dura -bromeó causando la risa de Robert-. Así que intentaré hablarlo.
-Gracias, Jungkook -sonrió dándole un apretón en el hombro-. Y cuéntame ahora sobre tu familia.
-Pues, mi madre trabaja de recepcionista en un hotel, y tengo un hermano...
-Oh, ¿tienes un hermano? ¿Mayor o menor?
-Menor. Tiene once años.
-¿Cómo se llama?
-Junghyuk.
-¿Se llevan bien? -indagó mirándolo.
-Claro que sí. Aunque no lo crea, él es mucho más tímido y tranquilo que yo -sonrió al recordarlo, provocando que Robert al notarlo también sonriera-. Siempre intento durante la semana pasar tiempo a su lado, hacer que salga de casa y se divierta porque él es más de los videojuegos -soltó una risilla-. De todas maneras, adoro pasar tiempo con él y que me enseñe, aunque ambos somos demasiados competitivos, pero sólo por él acepto ser el perdedor.
-Junghyuk tiene suerte de tenerte -comentó con una sonrisa, provocando también la de Jungkook.
-Pues, yo pienso que Megan tiene suerte de tener un padre como usted -confesó algo tímido, despertando la curiosidad del hombre.
-Mencionaste a tu madre y a tu hermano, pero no a tu padre -frunció el ceño mientras él se tensaba-. ¿Qué hay de tu padre, Jungkook?
-Mi padre jamás me enseñó algo como... andar en bicicleta, jugar a la pelota o... pescar -soltó una ligera risa, pero de angustia, mientras que Robert desviaba la mirada detestándose al no haber pensado más antes de hacerle aquella pregunta-. Doyoon no me enseñó casi nada, solamente cómo alguien con su presencia y hasta con su ausencia es capaz de causar dolor.
Robert lo observó comprensivo, apoyando la mano en su hombro en señal de apoyo, lo que hizo que Jungkook bajara la cabeza sintiéndose avergonzado.
-Lo siento. Creo que me he puesto algo sentimental -dijo con la voz ahogada, soltando una ligera risa.
-Es bueno desahogarse, y creo que tú lo necesitas demasiado, yerno -asintió-. Si quieres hacerlo, aquí estoy para escucharte.
-Mi hermano tenía apenas unos meses, así que agradezco que no tenga ningún mal recuerdo sobre él -mencionó haciendo una mueca.
-Pero tú estás lleno de esos, ¿verdad?
-Tenía once años. Lamentablemente a esa edad ya era bastante consciente de lo que sucedía -respondió con un nudo con la garganta-. Siempre intentaba encerrarme con Junghyuk, le cantaba alto para que dejara de llorar y no pudiera escucharlos más, pero jamás se callaban. Sólo parecía empeorar.
-No tienes que seguir si no quieres...
-Desde que él se fue, mi mamá se encargó de enseñarnos, de darnos absolutamente todo. En verdad, jamás nos faltó algo material, mucho menos amor de su parte -explicó conectando sus miradas permitiéndole ver sus ojos cristalinos, y notar que él lo miraba consternado-. Pero hubo veces en las que realmente necesité a mi padre, aunque sea unas míseras palabras de él. Ya tengo veintidós años, así que se supone que no debería necesitarlo más, pero creo que el hecho de que no me quisiera me ha dejado un pequeño vacío...
-Ven aquí, Jungkook -habló con suavidad, pasando uno de los brazos por sus hombros para atraerlo hacia él y abrazarlo.
Jungkook se sorprendió, pero en ese momento al sentirse capaz de derrumbarse, acabó correspondiendo a su abrazo pasando su brazo libre por la parte baja de la espalda del hombre, sintiendo cómo sus lágrimas comenzaban a brotar aunque no lo quisiera.
-Lo siento -musitó con un hilo de voz.
-Es realmente sanador desahogarse, así que no te sientas avergonzado.
Podía sentir cómo acariciaba su espalda en un intento de hacerle saber que estaba ahí para él, lo cual al pelinegro le hacía pensar en cuánto necesitaba un abrazo así, pero de su padre, que le hiciera saber que no se marchó porque le molestaba, que le hiciera comprender que nada estaba mal con él.
En ese instante podría soltar todo el dolor que había reprimido hasta de manera inconsciente, pero en su cabeza se repetía que no era correcto. Primero porque llegó allí con mentiras, y segundo porque estaban allí para compartir un buen momento de "suegro y yerno".
-Está bien, Jungkook -dijo con suavidad haciéndole saber que podía llorar como necesitaba, pero al contrario de dejarse llevar, se separó sorbiendo su nariz.
-Lo siento. Arruiné la salida -mencionó avergonzado, limpiándose rápidamente las lágrimas.
-¿Qué cosas dices, por Dios? -frunció el ceño-. No arruinaste nada. Al contrario, me has hecho ver que eres un mejor joven para mi hija de lo que ya pensaba.
-¿Qué...?
-Has pasado por situaciones difíciles, así como cualquier persona, pero al contrario de muchos jóvenes, eso no te volvió un completo imbécil como yo lo fui en un pasado antes de conocer a mi esposa -explicó sorprendiéndolo-. Tú has sabido sobrellevar la situación y usar ese dolor para convertirte en un mejor hombre. Eso habla mucho de ti. Y es una lástima que él no haya querido formar parte de tu vida, porque eres alguien maravilloso.
-Gracias supongo -medio sonrió bajando la mirada.
-Ahora eres parte de mi familia, así que no estás solo. Si necesitas hablar, bueno, ya sabes que tienes a mi hija, pero también puedes hacerlo con Georgia o conmigo -aseguró apoyando la mano en su hombro-. Sé que podemos ser algo intensos, hasta molestos, seguramente Megan te lo ha dicho, pero es que siempre hemos tratado de ser unidos.
-En verdad gracias -murmuró con un nudo en la garganta, sintiendo una inquietud instalarse en su pecho al pensar que no merecía que fuese así de amable con él.
-Bienvenido a la intensa familia Baker -bromeó causando que soltara una risilla por lo bajo-. Me alegra que vuelvas a reír, pero ahora déjame decirte algo más -llamó rápidamente la atención de Jungkook que conectó sus miradas-. Realmente me agradas como yerno, me agrada que seas parte de mi familia, y como ya dije, estaré para lo que necesites, pero si lastimas a mi hija... te haré arrepentirte, ¿está claro? -advirtió alzando una ceja. El joven lo miraba con los ojos abiertos a la par y tragó con dificultad mientras asentía-. Di algo.
-L-Lo entiendo, y... y créame que no está en mí el lastimarla -balbuceó por los nervios.
-Eso espero
-Jamás lo haré. Lo prometo.
-¡Perfecto! Entonces, ya cumplí mi papel como padre protector y como un buen suegro -sonrió volviendo la atención a su caña de pescar y al lago-. Volvamos a pasar otro agradable momento.
-Entonces, ¿podemos hablar normal otra vez? -preguntó tímido, y el hombre asintió-. Pues, siendo así, debo decirle que cuando escuché su discurso...
-Fue muy bueno, ¿no? -sonrió orgulloso.
-Sí, no cambió demasiadas palabras. Al principio sí lo hizo, pero llegando al final me di cuenta que lo había leído en Internet -comentó riendo-. Una vez buscando para saludar a mis tíos, me encontré con ese discurso...
-Te diste cuenta -soltó una ligera risa pasando la mano nuevamente por su hombro, mientras este también reía, pero al sentir cómo lo apretaba con fuerza y dejaba de reír, giró a verlo asustado-. Si le dices algo a mi esposa, también te borraré esa sonrisa, ¿está bien?
-N-No pensaba hacerlo...
-Tú y yo vamos a seguir llevándonos muy bien -palmeó su espalda mientras volvía a sonreír, pero esta vez aliviado.
Jungkook lo miró por un instante y carraspeó la garganta para también volver su atención a su caña de pescar, pensando que quizás fue mala idea confesarle que había notado eso, aunque en ese momento fue algo gracioso para él. Pero, de todas maneras, ahora no parecía para nada molesto.
-Quizás podamos volver a repetir ésto en unos días, yerno.
-Me gusta la idea, suegro -confesó con una sonrisa, provocando también la de él.
(...)
Megan estaba con sus brazos cruzados, observando cómo Georgia metía las galletas en el horno. Detestaba el haberse quedado a solas con ella porque ya habían peleado más de dos veces por los comentarios de su madre que no llegaban a ser nada agradables para ella, pero lo que más le molestaba era el hecho de que siquiera fuera capaz de escucharla, de aceptar que pensara lo contrario.
Sentía que de cierta manera se merecía estar pasando ese desagradable momento por haberse burlado de Jungkook, ya que él debía pasar la tarde con su padre. Pues, la realidad era que sólo había aceptado y burlado porque estaba completamente segura de que no la pasaría mal como él temía que pasara.
Si había algo de lo que estaba segura es que era imposible aburrirse o pasarla mal si estaba su padre ahí, porque ella siempre había amado aquellos momentos donde su madre no estaba presente, ya que él la hacía distraer y divertir. Algo que a veces extrañaba.
-Buenas tardes -dijo con la voz profunda, Wyatt. Entró mientras masajeaba su frente, para luego dejar un beso en la mejilla de su tía que soltó una ligera risa-. ¿Qué es ese rico olor, mi tía favorita?
-Galletas.
-¿Las de nuez? -la miró ilusionado.
-No. Le hice unas galletas de chocolate a Jungkook, y no le puse nueces por si llega a ser alérgico o algo -habló fijando su mirada en su hija, la cual rodó los ojos-. Megan parece no saber a qué es alérgico su novio.
-Ah, pero el color de su ropa interior sí lo sabes, ¿no? -preguntó divertido. Megan lo miró indignada, pero luego recordó cuando en la mañana este al dirigirse al baño, ella pudo ver que como siempre aunque llevase pantalones, permitía que se viera un poco más que el elástico de sus bóxers, y eran de color rojo.
-Llevaba rojos antes de bañarse -asintió encogiéndose de hombros.
-¡Megan, cállate! -ordenó su madre mientras que Wyatt soltaba una risotada.
-¡Pero si él empezó!
-¡Y tú se la sigues! ¡Estoy aquí presente, así que basta de estupideces, por Dios! -reprochó molesta-Y tú no digas esas cosas -ordenó pegándole con el paño de cocina a su sobrino, provocando que soltara un quejido.
-¡Era una broma! No sea violenta, tía -suspiró sentándose en el taburete frente a Megan que lo miró satisfecha-. ¿Me prepara un té, por favor?
-¿No te lo sabes preparar tú? -cuestionó Megan.
-¡Por favor, tía! Ya que no me hizo mis galletas favoritas porque anda encantada con su yerno...
-Ya, cállate. Te lo prepararé.
-Oigan, ¿y cómo creen que esté siendo la tarde de suegro y yerno? -preguntó mirando a ambas.
-Jungkook estaba temblando de miedo como si Robert no fuera el hombre más dulce del mundo -comentó riendo, Georgia.
-Ay, ¡el amor! -rodó los ojos-. Yo creo que, de todas maneras, lo debe haber asustado un poco por la mocosa.
-Iré a la habitación...
-No, quédate a esperarlos aquí, Megan
-exigió su madre-. ¿Por qué mejor no nos cuentas a Wyatt y a mí como se conocieron?
-Olvídalo...
-Sí, ¡cuéntanos! -sonrió apoyando la barbilla en la mano, lo que hizo que ella rodara los ojos.
-Ya, Taehyung nos presentó ej el Club donde Jungkook trabaja. Eso es todo -respondió apoyando los brazos en la isla de la cocina.
-¡Pero da más detalles, mujer! Si así cuentas los chismes, eres aburridísima -reprochó Wyatt, haciendo reír a Georgia.
-Cuéntanos, hija.
Megan no pudo evitar tensarse porque no sabía cómo podía escapar de aquella situación, ya que jamás había hablado de eso con Jungkook, lo que la hacía detestarse porque ella aseguró que no era necesario. Ahora comenzaba a darse cuenta que sí lo era, por lo que iba a tener que inventar algo sola, y cuando él volviera decírselo para que sus versiones fueran las mismas.
-Pues, empezamos a vernos en el Club, y él siempre se acercaba a hablarme hasta que me invitó a una cita -explicó encogiéndose de hombros.
Megan no se sentía tan mal porque no estaba mintiendo del todo, tan sólo en el hecho de que él la invitara a una cita. Pues, luego de que Taehyung los presentara, cada vez que iba a al Club, Jungkook siempre había sido el que se acercaba a hablar, y por más que fuera por Taehyung, terminaba también hablándole a ella. Por esa razón, Megan antes creía que sí eran amigos, pero parecía ser que para el pelinegro jamás fue así, lo cual en un principio le molestó, hasta que ahora que empezó a pasar cada día con él, ya no le agradaba tanto como antes. O al menos eso se decía ella.
-Ah, ¿sí? ¿Él te invitó a una cita? -preguntó Wyatt con una pizca de diversión y cinismo que Megan no comprendía.
-Eso dije, ¿no? ¿Te has vuelto sordo?
-Ya, no empiecen a pelear -intervino dejando la taza de té frente a su sobrino-. ¿Y qué? Esa fue la que no aceptaste, ¿verdad?
-Exacto. Lo rechacé unas cinco veces.
-¡Wow! Las tienes hasta contadas -exclamó asombrado, llevándose una mala mirada de su parte.
-¿Y por qué de la nada decidiste aceptarle, hija?
-De tanto que me rogaba, había comenzado a darme pena, así que decidí aceptar una cita para decirle que ya no volviera a insistir porque no pasaría nada entre nosotros -presionó los labios mientras asentía, sintiendo la intensa mirada de ambos, lo cual la ponía nerviosa.
-¿A dónde fueron? -indagó Georgia.
-Al parque de diversiones -respondió con una sonrisa-. Sí, recuerdo que ganó un oso de peluche y hasta me compró rosas.
-Qué romántico -sonrió.
-¿Y así te conquistó JK?
-Es que nos divertimos demasiado, así que acepté otras citas más.
-Vaya, te hiciste rogar bastante, prima -comentó con una pequeña sonrisa.
-Ya saben que no estaba nada interesada en tener novio.
-Pero JK fue la excepción que te demostró que él sí valía la pena -comentó inclinándose hacia adelante, mientras que Georgia asentía sonriente-. ¿Quién lo diría? ¿Eh?
-¡Pero cuéntanos cómo te pidió que seas la novia, Megan!
-Ya...
Megan quería poner alguna excusa porque necesitaba algo de tiempo para pensar, pero los tres pudieron escuchar la puerta de la entrada. Fue cuestión de segundos para que observaran a Robert entrar suspirando mientras se quitaba el sombrero pesquero.
-¿Cómo les fue? -indagó sonriente, Georgia.
-¿Y Jungkook? -preguntó rápidamente al no verlo entrar, Megan.
-Creo que deberías salir, cariño -opinó apoyando la mano en su hombro, Robert-. Está afuera tomando aire.
-¿Por qué? ¿Pasó algo? ¿Está bien? -interrogó preocupada a la vez que se levantaba.
-Sólo sal y habla un poco con él. Está bien -asintió regalándole una sonrisa tranquilizadora.
Megan miró a su madre que también parecía algo preocupada, y luego a su primo que le hizo una seña de que saliera a buscarlo, por lo que suspiró para caminar hacia la puerta de vidrio corrediza y salir. Rodeó rápidamente la casa, sin poder dejar de pensar en si le había sucedido algo, y no fue un buen momento el que pasó con su padre como ella creía.
El tan sólo hecho de pensarlo le hacía sentir culpa, por lo que sentía que debía prepararse cuando él le dijera que iba a marcharse. Aunque podría prohibírselo por el dinero que le prestó, sabía que tenía que entenderlo porque quizás no estaba actuando tan bien con él como creía y merecía al ayudarla.
Levantó la cabeza pudiendo ver cómo a unos metros se encontraba Jungkook sentado cerca de la piscina, dándole la espalda. Tragó con dificultad y se acercó llamando su atención, por lo que este levantó la cabeza y se quitó la gorra para poder verla.
-¿Puedo sentarme? -preguntó algo tímida.
-Si no vas a pelearme, supongo.
-¿Yo te peleo? -fingió indignación mientras se sentaba a su lado.
-Bueno, tan bien como deberías al estar haciéndote un favor, no me tratas -expresó encogiéndose de hombros.
-Lo siento...
-¿Megan Baker está disculpándose conmigo? -preguntó asombrado, girando la cabeza para verla.
-¿Sucedió algo?
-¿Por qué lo preguntas?
-Pues, no entraste junto a mi padre aunque mi madre esté terminando de hornear tus galletas favoritas -respondió haciendo una mueca-. Si mi padre hizo o dijo algo...
-Tu padre es maravilloso, Baker -aseguró con un ligero temblor en su voz y una pequeña sonrisa-. Tienes suerte de tenerlo.
-¿Entonces...? -intentó indagar mientras este mordía ligeramente su labio inferior y bajaba la cabeza. Ella esperaba una respuesta, pero los segundos pasaban y eso no sucedía, logrando preocuparla-. Hey, háblame...
-¿Por qué mi padre no me quiere? -cuestionó con sus ojos cristalinos.
En ese momento, Megan estaba sorprendida, siquiera sabía qué decir mientras Jungkook volvía a bajar la cabeza sintiéndose un idiota por estar de esa manera, pero es que el hablar con Robert había removido demasiados sentimientos en él.
-Jungkook...-acercó la mano a él sin saber qué hacer o decir, por lo que acabó dándole unas leves palmadas en su espalda-, no sé qué decirte. No sé tu historia, y la verdad tampoco soy buena para consolar. Lo siento -musitó lo último, sintiendo su corazón encogerse al ver cómo este limpiaba rápidamente sus lágrimas, pero no le decía nada en absoluto-. Dime qué decir o hacer. Aunque no me creas porque siempre nos molestamos, no me gusta verte así...
-¿Puedes abrazarme? -preguntó tímido por lo bajo.
Megan se sorprendió por un instante, pero luego no dudó ni un sólo segundo en rodearlo con sus brazos, sintiendo cómo este apoyaba la cabeza en su hombro mientras sorbía su nariz y pasaba los brazos por su cintura.
-Gracias, Baker -musitó aferrándose con más fuerza a ella al sentirse cómodo en aquel abrazo. Algo realmente inesperado.
-No agradezcas. Dime cuando quieras que te suelte.
-Sólo sigue abrazándome por un momento.
Ella presionó los labios, intentando no pensar demasiado en el hecho de que lo tenía en sus brazos. Pues, hacía tiempo había dejado de ser así de cariñosa, tan sólo lo mantenía con quienes quería mucho y tenía confianza, como con Taehyung, pero luego de eso le incomodaba. Y ahora tan sólo esperaba que Jungkook le dijera que ya estaba bien.
Mientras tanto, él disfrutaba de su calor corporal, de cómo aquel aroma dulce de su colonia se colaba por sus fosas nasales, pero podía sentir que ella estaba tensa, por lo que decidió comenzar a separarse de a poco.
-Gracias...
-Ya deja de agradecer -reprochó mientras él dirigía su mirada hacia el frente y tomaba una temblorosa bocanada de aire-. ¿Te sientes mejor?
-Sí, gra...-al darse cuenta que nuevamente iba a agradecer, decidió callarse, lo que hizo que ella tuviera que reprimir la risa.
-Mi madre me preguntó si eres alérgico a las nueces...
-No lo soy -respondió dirigiendo su mirada a ella.
-Iba a responder eso, pero decidí no hacerlo porque la mayoría de veces me equivoco en lo que pienso, así que no quería que terminaras en el hospital por mi culpa -explicó haciendo una mueca, mientras Jungkook no pudo evitar reír ligeramente.
-Bien, ahora ya sabes que no lo soy.
-Pues, ya deben estar las galletas, ¿vamos? -preguntó con la intención de levantarse, pero él la tomó de la muñeca llamando su atención.
-Prefiero quedarme otro rato aquí hablando contigo -confesó sorprendiéndola, pero al darse cuenta de lo que acababa de decir y cómo podía ser interpretado, gitó a ver hacia el frente al sentir su rostro arder-. Sólo si tú quieres, claro.
-E-Está bien -asintió medio sonriendo a causa de que no se sentía tan cómoda, porque desde que estaban allí, jamás habían compartido un buen momento así.
-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Supongo.
-¿Por qué me lo pediste a mí? -preguntó girando a verla nuevamente.
-¿A qué te refieres? -frunció el ceño.
-¿Por qué me pediste a mí que viniera aquí contigo y fingiera ser tu novio? Podías conseguir a alguien que pudiera mentir mejor, que pudiera gustarle más a tus padres...
-Bueno, tienes razón, pero ya debes haber notado que me gusta llevarle la contraria siempre a mi madre. No podía presentarle a alguien que fuera religioso como ella, que no tuviera tatuajes, ni piercings, que fuera perfecto ante sus ojos -explicó haciéndole reír un poco-. Además, a pesar de que no seas tal cual a ella le gustaría, lograste que quedara encantada contigo, ¿no?
-Supongo que un poco -respondió con una pequeña sonrisa.
-¡Sabes que sí!
-Bien, pero aún no me creo que sólo por eso -mencionó notando cómo ella bajó la mirada recordando la llamada.
-Tienes razón. No es sólo por eso -negó con la cabeza, por lo que él la miró interesado-. Tú ni siquiera eras una opción.
-¿Qué? -abrió los ojos a la par, no sabiendo si acaso estaba sintiéndose indignado-. ¿Por qué? ¿Qué te hizo cambiar de opinión?
-Saber por medio de mi madre que mi tío Jayme nos vio en el Club.
-¿Y eso qué? Podrías haber dicho que sólo éramos amigos.
-Sí, bueno, quizás estábamos muy cerca...
-¿Qué? ¿Fue cuando tuve que cargarte?
-¡No! La vez que estabas golpeado.
-Oh, ¡ya recordé! ¡Aún puedo sentir el dolor por tu culpa! -apuntó molesto, haciéndola soltar una risotada-. ¿Por qué siempre te ha gustado tanto molestarme, Baker? -frunció él ceño por el desconcierto-. Jamás me espero que me traiciones cuando lo has hecho ciento de veces.
Este giró a ver cómo ella no dejaba de reír, la manera en la que sus orbes oceánicos tenían un brillo especial y sus mejillas estaban sonrosadas, pero lo que más le llamó la atención fue el hecho de, por primera vez, notar que había un espacio entre sus paletas. No pudo evitar sonreír al ver eso, comenzando a pensar que era, probablemente, la razón por la que ella tenía la costumbre de sonreír sin mostrar los dientes o de cubrirse los labios cuando reía. Pero esta vez había sido la excepción, lo cual le gustó demasiado.
-¡Lo siento! Me resulta divertido molestarte.
-¿Baker...?
-¿Qué sucede, Jungkook? -preguntó aún sonriendo, lo que hizo que él tampoco pudiera dejar de hacerlo.
-¿Alguna vez te dijeron lo bonita que te ves cuando sonríes?
¡Hola!
¿Se esperaban que Jungkook y Robert compartieran un momento así? ¿Será que Wyatt ya se dio cuenta de que no están juntos y se los haga saber? ¿Les gustó el momento de Jungkook y Megan? ¿Creen que a partir de ahora comiencen a llevarse mucho mejor? ¿Les gustó el capítulo?
La verdad adoré escribir este capítulo, tanto así que cuenta con casi 6k palabras JAJSJSJA
Espero que les haya gustado el nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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