OO7 | PRIMER BESO
Luego de lo sucedido en el mercado, Megan se la pasó enojada, por lo que Jungkook decidió ignorarla ya que había comenzado a hablar más con Wyatt. Este era tan sólo dos años menor, lo que hacía que este se sintiese más cómodo, pues hasta estaba seguro de que los días que tuviese que pasar ahí, lograrían formar una gran amistad. Se le hacía alguien demasiado amable, gracioso, y le divertía la manera en la que él también molestaba a la pelinegra.
Todo seguía marchando bastante bien, pues pudo notar que los padres de la fémina ya no volvieron a mencionar el hecho de que llevara tatuajes o los piercings, y seguían siendo demasiado amables con él, hasta demostrando la emoción de que su hija finalmente les haya presentado un novio. Por lo cual, Jungkook volvía a sentirse, dentro de lo cabe, cómodo, y seguía conociéndolos más. Hasta los tíos de Megan se mostraban bastante amables, conversaban animadamente y al pelinegro se les hacía personas interesantes.
Durante la noche volvió a ser una molestia dormir, pero esta vez Jungkook tan sólo decidía no prestar tanta atención e intentar seguir durmiendo mientras que Megan intentaba ignorar sus ronquidos, empujándolo por momentos. Si él podía molestarla, entonces, ella también lo haría y más por no dejarla dormir tranquila.
Así las horas pasaron, hasta que se despertaron, desayunaron conversando sobre lo emocionados que estaban Robert y Georgia por la fiesta, y cuando la hora llegó, comenzaron a prepararse. Jungkook se desconcertó un poco de que Megan no lo hiciera en su habitación y se marchara con su madre, pero decidió no decir nada al respecto y prepararse.
Escuchó unos toques en la puerta, lo que le hizo creer que podría tratarse de Megan, así que se apresuró en abrir la puerta, pero al ver que se trataba de Wyatt, su semblante de decepción fue tan notorio que este no pudo evitar soltar una risotada.
—Te ves bien, JK —mencionó mirándolo de pies a cabeza y le guiñó el ojo.
Jungkook llevaba pantalones celestes con un cinturón negro, camisa blanca que todavía tenía abierta, y zapatillas blancas, mientras su cabello lucía rizado, dejando caer el flequillo por su frente esta vez de manera más ordenada.
—Tú igual —asintió al ver que llevaba una camisa celeste, pantalones blancos y zapatos marrones.
—Ya, pregunta lo que quieres saber —ordenó riendo.
—¿Y Megan? ¿Está esperándome abajo?
—Tranquilo, campeón —palmeó su hombro—. Ella está con su madre.
Jungkook lo ignoró escuchando cómo soltaba una risilla, pero decidió voltear para comenzar a abotonar su camisa.
—¿Cómo se conocieron con Megan? —preguntó curioso, sorprendiendo por un momento al pelinegro.
—Por Taehyung. Ambos somos mejores amigos de él.
—Oh, sí. Lo conocí hace unos pocos meses cuando fui a visitar a Megan —comentó con una sonrisa—. Es agradable.
—Lo es.
—¿Y? —indagó provocando que este arrugura la frente por el desconcierto y lo mirara por un momento.
—¿Qué?
—Quién fue el que dio el primer paso, idiota —aclaró riendo.
—Vaya, se nota que son primos —murmuró casi de manera inaudible, intentando calmar sus nervios porque no era algo que hablaron con Megan.
—Fuiste tú y te rechazó, ¿no? —preguntó con una sonrisa al notar sus nervios—. Por eso no me quieres decir.
—Oh, ¡por favor! ¡Claro que no fue así! —exclamó indignado—. Al contrario, ella intentaba llamar mi atención.
—Ajá...
—¡Lo juro! Le tomó tiempo, pero con un par de citas logró conquistarme.
—Me cuesta creerlo —admitió ganándose la atención del pelinegro.
—¿Por qué?
—¿Acaso no debería ser al revés? ¿Nosotros los hombres llevarlas a citas y esforzarnos por conquistarlas?
—Pues, algunas veces es al revés. Ella supo ver el buen partido que soy, que nunca encontraría a otro buen hombre como yo, y por más difícil que fui de cazar, lo logró —se encogió de hombros mientras medio sonreía.
—Tienes un poco de ego, ¿eh?
—No. Sólo creo que soy un buen novio.
—Por lo poco que llevo conociéndote, pareces serlo —asintió haciéndole sonreír—. Pero sigue siendo difícil para mí imaginarla intentando conquistarte.
—Ya te dije...
—¡Lo sé! Pero a lo que voy es que siempre sentí que tenia un odio especial por los hombres, así que imaginarla haciendo eso es... algo imposible.
—Pues, yo fui la excepción —aclaró incomodo al recordar cuando la vio besándose con Thea, sabiendo que no era odio lo que sentía, sino que, simplemente, jamás podría gustarle algún hombre.
—Oye, pero igual sigue siendo ella porque se nota que es quien lleva los pantalones de la relación —comentó riendo.
—¡¿Qué?! ¡Claro que no!
—Oh, vamos. Tiene un carácter bastante complicado...
—Yo lo llevo —aseguró—. Lo comprobarás en estos días.
—Si tú lo dices —murmuró mirando hacia la puerta.
Jungkook se sentía demasiado ofendido de que lo viera incapaz de llevar los pantalones en la supuesta relación que tenía con Megan, por más que estaba completamente de acuerdo con que ella tenía demasiado carácter y parecía no gustarle obedecer a los demás. Aun así, él se decía que si la relación fuera cierta, era completamente capaz de ser quien llevara los pantalones, así que trataría de demostrárselo a Wyatt.
Una vez que bajaron y salieron al jardín, se sorprendió por la cantidad de personas que estaban allí, también vistiendo elegantes. En ese momento, comenzaba a desear marcharse porque estaba completamente arrepentido de haber aceptado, ya que no toleraba demasiado el estar con tantas personas desconocidas.
El castaño se dio cuenta rápidamente de sus nervios, y soltó una risilla al no creerse que alguien que pensaba que era demasiada hablador, amistoso, pareciera hacerse hasta pequeño y mirara con sus redondos ojos a su alrededor por los nervios. De todas maneras, se acercó a él mirándolo con una sonrisa tranquilizadora para acercarse a donde estaban los demás, notando que ya estaba el servicio de catering entregando las copas de champagne.
En ese momento sentía que aquel jardín se veía hasta más grande, estaba rodeado de árboles, todo verde, y se habían encargado de armar un pequeño escenario donde Jungkook suponía que era para que el matrimonio subiera a dar algún discurso.
Jungkook observaba a todas las personas desconocidas, buscando con su mirada a Megan, pues necesitaba encontrarla para sentirse, aunque sea, más cómodo ya que era con quien más tenía confianza, así que detestaba el hecho de que lo haya dejado solo como si nada. Sin dudas, pensaba reprochárselo de una vez porque ya había sido suficiente aquella primera vez que despertó en esa casa.
—Ven, JK —Wyatt tomó su brazo—. Aquí están mis padres.
Al haber llamado su atención, lo siguió rápidamente, encontrándose con Jayme y Grace que ya tenían sus copas de champagne.
—Hey, hasta que los veo —habló Jayme.
—Yo quiero una —mencionó señalando su copa.
—No vayas a embriagarte...
—Por favor, ¿Qué cosas dicen? —rodó los ojos mientras Jungkook reprimía la risa al darse cuenta de que seguramente había muchas probabilidades de que pasara.
—Aquí tienen —habló la mujer tomando una copa de champagne del hombre del catering que se acercó, y se la entregó a su hijo—. Ten, Jungkook.
—Gracias —sonrió un poco y tomó la copa mientras ella le devolvía la sonrisa.
Intentaba participar de la conversación con los adultos y Wyatt, el cual hacía comentarios que causaban la risa de sus padres, pero no podia evitar seguir buscando con la mirada a Megan. Se sentía desesperar más con cada segundo, hasta que logró divisarla a unos metros saliendo por las puertas de vidrios corredizas de la cocina, levantando un poco su vestido para acercarse a hablarle a un hombre del catering que asentía a lo que ella le decía.
Jungkook abrió los ojos a la par, sintiendo cómo por un momento parecía que el oxígeno abandonaba sus pulmones. Por primera vez veía a la fémina llevar un vestido que era celeste con brillantes arriba y mangas, que se apegaba a su cintura, hasta llevaba su cabello suelto y ondulado, trenzado de un lado.
—Quizás ella se enamoró primero, pero ahora tú lo estás perdidamente, hermano —comentó por lo bajo y divertido a la vez que palmeaba su hombro, Wyatt.
—¡Cállate! —exigió empujándolo con el hombro.
Jungkook volvió rápidamente la mirada a ella mientras tragaba con dificultad sin saber porqué, pues parecía que al verla acercarse, los nervios lo estaban invadiendo. Y es que al tenerla cerca, para él aquellos ojos oceánicos lograban resaltar como nunca antes, lo que le hacía pensar que quizás debía ser por el hecho de que su vestido era celeste o por el maquillaje que llevaba.
—V-Vaya, estás...
—Parezco toda una princesa, ¿verdad? —bromeó dando una media vuelta mientras Jungkook la recorría con la mirada, preguntándose porqué sus latidos estaban acelerados y no lograba pensar con claridad—. No me siento yo.
—N-No lo pareces —comentó por lo bajo, provocando que ella se cruzara de brazos.
—¿Estás diciéndome que siempre luzco fea? —cuestionó alzando una ceja.
—¡No! ¡Claro que no!
—Menos mal que fue ella la que tuvo que conquistarte, porque si hubiera sido al revés, no serían novios —mencionó haciendo una mueca, Wyatt.
—¿Qué? —preguntó desconcertada, arrugando el rostro.
—Ya, cállate te dije —ordenó nervioso, pensando en que debía luego comentárselo para que sus historias coincidieran, aunque sospechaba que no le agradaría mucho su versión—. Creo que te llaman.
—Te ves preciosa, mocosa —asintió Wyatt, para luego chocar sus manos y acercarse a un joven que estaba a unos metros.
—Ahora entiendo porqué me dijiste que tenía que traer uno celeste...
—Sí. Tenemos que combinar porque somos novios —sonrió falsamente mientras Jungkook desviaba la mirada.
—Oye, me dejaste solo...
—Lo siento. No pensé que mi madre necesitaría de mi ayuda, además, si no iba con ella no estaría así de hermosa —explicó extendiendo sus brazos, y Jungkook suspiró intentando dejar de estar tan tenso.
—Está bien. Entiendo.
Jungkook la miraba de manera detallada, provocando que ella a pesar de que parecía buscar a alguien con la mirada, notara la de él y volviera la visión hacia el frente, frunciendo el ceño por la curiosidad.
—¿Qué?
—¿Que de qué? —frunció también el ceño.
—¿Por qué me miras tanto, idiota? —aclaró provocando que él se tensara nuevamente, pero intentara disimularlo al acomodar chaqueta.
—¿Tú no vas a decir algo de cómo me veo?
—Te ves bien. Tuve una buena idea con vestir ambos de celeste...
—Buenas tardes a todos...
Al escuchar esa voz fuerte y masculina, todos dirigieron su mirada hacia el frente donde estaba el escenario y el padre de Megan frente al micrófono. La fémina dirigió su mirada hacia su madre, la cual parecía emocionada y le hacía una seña para que se acercara a ella, por lo que tomó rápidamente el brazo del pelinegro para acercarse.
—Oh, te ves muy bien, Jungkook —habló sonriente por lo bajo al verlo—. Están combinados. Me gusta.
—Usted se ve radiante, señora —asintió provocando que ella soltara una risilla por lo bajo.
—Ya te dije que me llames Georgia.
—Sí, lo siento...
—Ya, escuchemos a papá —intervino Megan cuando Jungkook se colocó a su lado.
El hombre llevaba un traje café, camisa, zapatos negros, y su corto cabello echado hacia atrás. Este buscó con la mirada a su esposa, regalándole una dulce sonrisa que provocó la de ella.
—Cariño, ya sabes que tú eres la que es buena con las palabras y yo con las demostraciones, pero intentaré expresarme como lo hice hace años atrás con mis votos, ¿los recuerdas? —preguntó mientras ella asentía repetidamente emocionada—. Quiero que sepas que cada día que pasa, le agradezco a Dios por haber hecho que nuestros caminos se cruzaran cuando me sentía completamente perdido, porque tú me ayudaste a mejorar como hombre. Jamás esperé que pudiéramos superar cualquier obstáculo, y años después construyéramos tanto juntos. Y es que, míranos, hace veinticinco años atrás nos comprometimos a pasar el resto de nuestra vida juntos y ahora aquí estamos, celebrando todo lo que hemos construido, junto a nuestra maravillosa hija —apuntó con una dulce sonrisa, mientras la fémina bajaba la cabeza por los nervios al sentir las curiosas miradas, algunas de sorpresa.
Jungkook giró a verla con una sonrisa porque no podía evitar sentir ternura por cómo su padre intentaba expresar con palabras lo que sentía, cómo podía notarse tan fácilmente que amaba a su esposa, a su hija, y lo feliz que estaba con la familia que formaron.
—Tu padre es muy tierno —comentó por lo bajo, inclinándose hacia el lado de ella para que lo escuchara.
—Demasiado cuando se lo propone —murmuró algo tensa.
—Gracias, mi niña, por estar aquí y, además, traer a tu novio. Porque si, familia, amigos, ¡tengo finalmente yerno! —exclamó emocionado señalando al pelinegro que sonrió nervioso, sintiéndose enrojecer por las intensas miradas—. Muchas gracias por haber aceptado venir y permitirnos conocerte al fin, Jungkook. Supongo que ya debes notar que estamos muy felices de tenerte aquí...
—Oh, Dios, ¡creo que ni mi anterior suegro me quería como tu padre! —mencionó emocionado para la fémina que deseaba desaparecer—. Y eso que llevaba años conociéndome...
—Quizás fue justamente por esa razón —lo interrumpió conectando sus miradas, provocando que este se sorprendiera.
—Estás celosa porque me llevé una mejor parte del discurso que tú —murmuró volviendo su atención a las palabras que soltaba Robert, mientras ella rodaba los ojos a la vez que se cruzaba de brazos.
—En este aniversario, renuevo votos contigo, y me comprometo a seguir construyendo una vida hermosa juntos, así que prometo respetarte y apoyarte en todo lo que hagamos juntos. Espero que... que podamos seguir compartiendo nuestras vidas y que... sigamos siendo el uno para el otro en los siguientes años —continuó mientras Jungkook fruncía el ceño al pensar—. Me inspiras cada día a ser un mejor hombre y hacer todo lo posible por ti y nuestra familia. Te amo con todo mi corazón. Tu amor y dedicación han sido la base de nuestra relación y han hecho que estos años juntos sean los mejores de mi vida —sonrió con su rostro enrojecido, quizás por los nervios y no ser tan bueno para expresarse con palabras—. Gracias a todos por estar aquí presente y celebrar con nosotros este día tan especial. ¡Feliz aniversario de bodas, mi amor!
(...)
Cuando Robert bajó del escenario, Georgia se había acercado mientras limpiaba sus lágrimas y juntó sus labios, haciéndole sonreír con lo que dijo, para luego subir ella. El hombre soltando un suspiro de alivio, se acercó a su hija que le dio un pequeño abrazo y se quedó a su lado, pasando el brazo por sus hombros mientras escuchaba a su mujer dar un discurso que lo hizo emocionar más de lo esperado, a Megan sonreír algo incomoda, y a Jungkook sonrojarse por llevarse algunas palabras. Seguía siendo una sorpresa para él, ya que llevaban conociéndolo apenas dos días, pero en eso podía confirmar que la pelinegra tenía razón respecto a lo felices que estaban de que ella tuviera novio.
Tanto Robert como Georgia obligaron a Megan a decir unas palabras, logrando desesperarla porque nada odiaba más que tener la atención de las personas, y más de aquellas que ya había perdido la total confianza, pero sabía perfectamente que seguirían insistiendo sin importar que estuvieran llamando la atención. Jungkook la animó a subir, notando que siquiera sabía qué podría decir, ya que no había preparado nada, lo cual lograba que sintiera algo de pena, más cuando la vio quedarse paralizada por un momento al estar frente al micrófono sintiendo las intensas miradas que esperaban que dijera algo, por lo que el tatuado tuvo que desviar la mirada. Podía sentir los mismos nervios e incomodidad que ella.
Cuando la escuchó aclararse la voz y comenzar a hablar, pudiendo notar rápidamente un ligero temblor y hasta su voz algo aguda, ver su sonrisa completamente falsa, sus mejillas sonrosadas, intentó llamar su atención de alguna manera. Cuando lo logró, movía sus labios esperando que ella entendiera y así pudiera decirle algunas palabras a sus padres. Claramente eso no estaba funcionando para nada.
—Durante mi vida he sido testigo del gran amor que se tienen, pude ver como... como ¿pelearon? ¿Qué...? —frunció el ceño por lo confundida que estaba al no entenderle.
Intentaba leer los labios del pelinegro, logrando que la mayoría girara a verlo cuando este intentaba que comprendiera, por lo que al notar las miradas y más que nada de los padres de ella que estaban a su lado, bajó rápidamente la cabeza avergonzado a la vez que carraspeaba la garganta y masajeaba su nuca. En ese momento estaba completamente arrepentido de haber querido ayudarla.
—Oh... Lo siento, ¡los nervios! Se me fueron las palabras —soltó una risilla nerviosa, notando cómo Jungkook ahora parecía molesto—. Pero la cosa es que... pude ser testigo de como han luchado por mantenerse unidos, por enseñarme buenos valores y gracias a ustedes soy... alguien que les puede hacer sentir algo de orgullo, no lo sé, pero soy la demostración de su amor, ¿no? —intentó bromear notando las miradas de incomodidad de sus padres, y cómo Jungkook se tomaba el puente de la nariz mientras negaba con la cabeza—. Bueno... Papá, mamá, le doy gracias a Dios por haberme dado unos padres como ustedes, que hasta me han podido enseñar lo que es el verdadero amor. ¡Feliz aniversario de bodas!
Levantó la copa para luego darle un gran sorbo al champagne, acabándolo de un sorbo, mientras los demás que bebían o tenían la intención de hacerlo, no pudieron evitar mirarla asombrados, por lo que Jungkook se cubrió el rostro de la vergüenza a pesar de notar que era por sus nervios.
Cuando Megan bajó intentando que sus nervios se esfumaran de una vez, se llevó un abrazo de sus padres, los cuales después fueron a saludar a los demás. Ella al verlos alejarse soltó un suspiro de frustración, deseando poder marcharse de una vez.
—Vaya, lo hiciste...
—Bien dentro de todo, ¿no? —preguntó masajeando su nuca.
—Pésimo —aclaró provocando que lo mirase indignada.
—¿Disculpa?
—¡Intentaba ayudarte e hiciste que todos me miraran y se dieran cuenta! —exclamó indignado—. Hasta tus padres...
—¡Sube tú y trata de leerme a mí, idiota! —golpeó su brazo, por lo que este gimió de dolor teniendo la intención de sobarlo, pero llevaba la copa en su mano.
—Oye, hoy no puedes golpearme, tienes que quererme —apuntó molesto.
—Pues, deja de hacerme enojar entonces, estúpido —masculló desviando la mirada.
—Eres una malagradecida...
—¡Megan! ¡Jungkook! —al escuchar aquel grito, giraron a ver hacia su lado, encontrándose con Georgia que estaba abrazando a su esposo mientras un hombre estaba ubicado en frente con una cámara—. ¡Vengan a sacarse unas fotos!
—¡N-No es necesario! ¡Estamos bien así! —dijo nerviosa.
—¡Vengan! ¡Quiero una fotografía con mi yerno! —mencionó Robert.
Jungkook abrió los ojos a la par por la sorpresa, queriendo poder dar marcha atrás en absolutamente todo, pero pudo escuchar el lloriqueo de Megan, la cual lo tomó de la muñeca para así comenzar a caminar hacia donde estaban sus padres. Este quería poder ser capaz de negarse, pero fue rápidamente tomado por Georgia que lo hizo ubicar a su lado y a Megan del otro, a un lado también de Robert, por lo que tuvo que esforzarse demasiado por sonreír.
En ese momento que comenzaron las fotografías, no podía evitar sentir una gran inquietud en su pecho porque aquel matrimonio buscaba que se sintiese realmente incluido, al punto que en ningún momento le pidieron que se hiciera a un lado para que tuvieran unas solamente con su hija, por lo que sentía culpa al pensar en que era todo una farsa cuando ellos se mostraban tan emocionados con él. Y era tanto así, que Robert pidió tener unas solamente con su yerno, logrando que la culpa empeorara, más por su forma de pasar el brazo por sus hombros y sonreír feliz.
—¡Ahora que se tomen unas ellos! —exclamó Georgia cuando Jungkook y Robert se tomaron la última.
—No es necesario, mamá.
—¡Sí! Así después podrán compararlas con las fotografías que van a tomarse en su boda —mencionó con una sonrisa.
—¡¿Con las qué?! —preguntó aterrorizado, Jungkook, llevándose un apretón en su brazo por parte de la pelinegra y una risotada por parte de los padres de ella.
—Aún no deben pensar en algo así, cariño —comentó riendo, Robert.
—Pues, nosotros a su edad sí...
—Mamá...
—Vamos, acomódense así les toma una fotografía Arthur.
—No...
—Ya, son sólo unas fotos —suspiró Jungkook, acomodándose en frente de la cámara, por lo que a Megan no le quedó más que imitarlo, aunque a regañadientes.
—Más juntos, mi niña —ordenó Georgia, ya que siquiera se tocaban.
El pelinegro tomó una bocanada de aire intentando mantener la calma al notar que no colaboraba para nada con fingir, cuando la que necesitaba la ayuda era ella, no él, por lo que la tomó de la cintura con una mano, apegándola más a su cuerpo. Podía sentir cómo ella lo miraba sorprendida, pasando la mano por su brazo para darle un apretón, quizás por la incomodidad.
—Quédate tranquila que a mí tampoco me gusta tenerte así de cerca, pero dije de ayudarte —murmuró antes de mirar hacia la cámara y sonreír falsamente al igual que ella.
—Sólo... trata de no tocarme mucho —masculló mirando más hacia el frente, intentando separarse un poco, pero Jungkook la apegó más a él de manera algo brusca, volviendo a sonreír.
—Lo siento, no te entendí.
Arthur les tomó tres fotografías más, diciéndoles cómo acomodarse, por lo que Megan tenía que morderse la lengua al no poder seguir soportando la cercanía de Jungkook, su calor corporal y cómo la tomaba con algo de fuerza de la cintura, sabiendo perfectamente que no lo hacía sólo por sus padres sino también para provocar su enfado.
—Bien, ya estamos —habló Arthur, mirándolos algo extrañado, quizás porque pudo notar su incomodidad, que no parecían querer para nada esas fotografías.
—¡¿Sólo así?! —preguntó asombrada—. ¿Por qué no mejor se toman una foto más cariñosa?
—Ya se notan demasiado incomodos...—intervino mientras los jóvenes la miraban sin comprender.
—Pero una dándose un beso, así como tenemos nosotros a su edad cuando William se casó con Lydia.
—¡¿Qué?! —alzó la voz Megan.
—Sólo es una fotografía, no sean vergonzosos —reprochó riendo.
—Ay, mujer, mira como los pones —suspiró negando con la cabeza.
—Acomódense así les toma la fotografía Arthur.
Megan y Jungkook se miraban con los ojos abiertos a la par, pudiendo notar que ninguno quería hacer algo como eso. La conversación que tuvieron en Rhode Island llegaba a la cabeza de la fémina, sintiendo temor de que él pudiera querer dar marcha atrás, pero fue sorprendida cuando esta vez colocó ambas manos en su cintura para acercarla mientras tragaba con dificultad.
—Hazlo —musitó Jungkook, pudiendo sentir cómo sus latidos se aceleraban al observar la desesperación en sus orbes claros.
—Bésame tú. Eres el hombre —reprochó por lo bajo.
—Los estoy esperando —recalcó Arthur—. ¿Van a darse un beso?
—Sí, ¡lo siento! —exclamó riendo nerviosa—. Es que Jungkook se puso tímidos por ustedes.
—Yo te dije que no te besaría, que tendrías que ser tú si algo así pasaba —refutó molesto, esperando que nadie pudiera escucharlos.
—Oh, la princesa espera ser besada...
Megan no pudo continuar hablando al ser interrumpida por los delgados y suaves labios de Jungkook que se estamparon sobre los suyos, provocando que sintiera cómo el oxigeno abandonaba sus pulmones e inconscientemente enterraba los dedos en sus fuertes brazos. Este no podía creerse para nada lo que estaba haciendo, pero se había cansado de sus burlas, por lo que terminó actuando impulsivamente. Y ahora podía sentir cómo su corazón golpeaba con fuerza contra su pecho como si quisiera escaparse, porque los nervios lo habían invadido como si se tratara de su primer beso.
—¡Listo! ¡Perfecto! —exclamó Arthur.
Jungkook rompió aquel beso aún tomándola por la cintura, sintiendo todavía sus dedos enterrados en los brazos, intentando respirar con normalidad mientras abría los ojos encontrándose con los suyos claros donde se reflejaba la sorpresa.
Quizás era por la cercanía, pero miraba detalladamente cada centímetro de su rostro, pudiendo notar sus mejillas sonrosadas, pero lo que no sabía es que no era la única que se encontraba así.
—¡Son tan tiernos! —comentó enternecida, Georgia.
—Bueno, ya has tocado por mucho tiempo a mi hija, Jungkook —intentó bromear, haciendo reír a su esposa que golpeó ligeramente su brazo.
El pelinegro intentó reír al escucharlo, por lo que comenzó a soltar suavemente a Megan que quería reír como él, pero al escuchar una risotada femenina, sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal. Rápidamente giró su cabeza buscando de dónde provenía, hasta que a unos metros logró visualizar junto a su primo y otro joven, a una rubia de baja estatura que llevaba un vestido rosado, lo que hizo que un cosquilleo apareciera en su estómago y sus piernas flaquearan.
—Heather...—musitó atónita.
Jungkook rápidamente al notar cómo hasta su expresión cambió, dirigió su mirada hacia el mismo lado que ella, encontrándose con aquella joven que parecía mirar. Al volver su mirada a la pelinegra, pudo darse cuenta con demasiada facilidad que, de todas las jóvenes con que la había visto o escuchado hablar, no significaban absolutamente nada al lado de aquella rubia que ahora estaba mirando.
Megan parecía estar perdidamente enamorada de Heather.
¡Hola! ¿Me extrañaron?
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Se esperaban ya un beso y que apareciera esa misteriosa chica de la que puede estar Megan? ¿Cómo creen ahora que siga la relación de Jungkook y Megan?
Espero que les haya gustado el nuevo capítulo, si es así, no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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