OO1 | NOVIO FALSO

Megan Baker se encontraba en la cafetería "Bon matin", desayunando junto a su mejor amigo Kim Taehyung. No estaba siendo una buena mañana para la pelinegra, ya que había desaprobado un examen para el cual estudió demasiado, frustrándose de gran manera. Tenía unas notables ojeras, viéndose más pálida de lo normal, intentando disimular su gran molestia que la quería hacer llorar.

Su amigo la miraba comprensivo, intentando ayudarla a que se distrajera porque sabía que podía acabar llorando en cualquier momento. Pues, si él estuviese en su lugar, también lo haría y peor aún, ya que solía ser algo dramático.

—Bien. Ya olvidémonos de eso —habló él antes de darle un sorbo a su té.

—¿Cómo olvidar que soy un fracaso en todo? —preguntó por lo bajo con las manos en su cabeza.

—Cállate. No es así —dijo molesto—. Esta noche saldremos.

—¿A festejar que desaprobé?

—No. A que te distraigas, Megan —aclaró frustrado.

—Eso va a estar muy difícil —murmuró antes de darle un sorbo a su taza de café.

Taehyung quiso decir algo al respecto, pero ambos dirigieron su mirada al celular de ella, ya que su pantalla se iluminó mostrando que estaba recibiendo una llamada de su madre. La pelinegra al ver eso, lloriqueó cubriéndose el rostro mientras que el castaño hizo una mueca.

—Deberías atender —habló por lo bajo.

—Sólo espero que no me reproche por algo, porque si lo hace, sí acabaré llorando —advirtió antes de tomar su celular.

Inhaló y exhaló deseando que eso pudiese ayudarle para poder volver a relajarse y así tener la suficiente paciencia con su madre. No tenía ánimo alguno de contarle sobre su examen desaprobado, así como mucho menos de hablar con ella, pero sabía que no lo hacían demasiado seguido y que debía extrañarla, por lo que tenía que despejar su cabeza para que cualquier cosa que pudiese decirle, no la hiciese enfadar al menos tan rápido.

¡Hola! —exclamó emocionada, Georgia, por lo que ella intentó sonreír.

—Hola, mamá.

¿Cómo estás? ¿Cómo va todo por Filadelfia? —preguntó animada.

—Todo bien. Todo va como siempre —respondió jugando con la servilleta, intentando sonar normal y que no se notase desganada—. ¿Y tú? ¿Cómo está papá?

Yo me encuentro muy bien. Estoy en la casa de Lydia.

Al escucharla no pudo evitar tensarse, sintiendo cómo un cosquilleo recorría su estómago, lo que hizo que su amigo pudiese notarlo y la mirase atento. Ella cerró los ojos por un momento, intentando desaparecer los recuerdos junto a aquella joven rubia, hija de Lydia.
Al darse cuenta de las sensaciones que seguía provocándole, aún a la distancia y con los años, hacía que se detestase. En cuanto observó a su amigo, notando cómo este parecía interrogante y quería que le dijese algo, negó con la cabeza, haciéndole saber que no era algo importante aunque este no le creía.

Tu padre se encuentra más que bien.

Qué bien, mamá.

¿Sabes por qué te llamo?

—Hm... No.

¿En verdad no recuerdas la fecha especial que se acerca? —inquirió, lo que le hizo saber que si se equivocaba  podría llegar a molestarle.

—¡Claro que lo sé! —contestó riendo nerviosa.

Si es así, dime.

El... El cumpleaños de mi tío Joseph —contestó aunque sonó más a una pregunta.

Es broma, ¿verdad? Su cumpleaños fue hace unos tres meses, Megan.

—Carajo —musitó cubriéndose los ojos con la mano por un momento—. Espera, juro que lo tengo...

¡La boca, Megan! Cuida tu lenguaje —reprochó mientras ella rodeaba los ojos—. Se acerca mi aniversario de bodas con tu padre.

¡Juro que esa era mi siguiente opción! —mintió escuchando por lo bajo la risa de Taehyung, por lo que pateó su pierna, provocando que este gimiera de dolor.

¿Con quién estás, Megan? —interrogó rápidamente.

—Oh... Es sólo Taehyung. Vinimos a desayunar —respondió mirando a su amigo, el cual parecía indignado mientras pasaba la mano por su zona afectada.

Envíale saludos de mi parte.

Está bien.

Y te quiero aquí, hija —aclaró provocando que abriera los ojos a la par por la sorpresa.

—¿Qué?

Te quiero aquí en Stowe para nuestro aniversario.

P-Pero...

Esta vez no pondrás excusas cómo que se te averió el coche, que tienes examen, o que Taehyung está enfermo. Vendrás.

Mamá...

Oh, con tu padre queremos que traigas aquel joven con el que sales y no nos has dicho nada.

¡¿Qué?! —alzó la voz, llamando por completo la atención de su mejor amigo.

—Sí. Tu tío Jayme ya nos ha contado que te ha visto en un Club con un joven y muy cariñosos como para ser sólo amigos...

Mamá...

Ya no queremos más excusas. Los esperaremos aquí a ambos —concluyó emocionada antes de colgar.

Megan bajó el celular temblorosa para dejarlo sobre la mesa, intentando procesar lo que acababa de pasar, pero es que se le hacía demasiado difícil cuando no lograba entender nada.

—¡¿Qué sucede?! —preguntó exaltado sin poder soportar más la curiosidad.

—Va a ser el aniversario de bodas de mis padres —mencionó por lo bajo.

Ajá, ¿y eso qué? —arrugó el rostro, mirándola confundido.

—Y tengo que llevar a mi supuesto novio, que es el hombre con el que me ha visto mi tío Jayme en un Club —explicó riendo histérica, conectando sus miradas, observando cómo este abría los ojos a la par.

—Espera, ¿con quién te ha visto? ¿Qué Club?

—Supongo que es en Addasse, porque es el único al que vamos —se encogió de hombros.

—¿Te vio con un hombre?

—Y dijo que demasiado cariñosos como si no fuésemos amigos —arrugó el rostro mientras intentaba hacer memoria.

Taehyung podía notar con demasiada facilidad lo alterada que se veía, por lo que prefería verla desanimada por el examen desaprobado antes que así, porque no sabía cómo ayudarla cuando era lo que más quería hacer en ese momento.

—Hey, tranquila —murmuró con suavidad, apoyando la mano sobre la suya para acariciar el dorso con el pulgar—. ¿Seré yo? Quizás te vio conmigo.

—Mi tío te reconoce fácilmente, Taehyung —suspiró—. Cameron no puede ser y a su novio jamás me acerco tanto como para que nos haya visto cariñosos.

—Creo que tampoco a ningún hombre te acercas tanto —se encogió de hombros mientras pensaba—. ¿Qué piensas hacer?

—¡No lo sé! —exclamó pasando las manos por su rostro, sintiéndose frustrada.

Megan no podía creerse que su día pudiese tornarse aún peor luego de desaprobar aquel examen, pero ahora la desesperación se había vuelto parte de ella y no sabía para nada qué hacer para desaparecerla. Ni siquiera podía pensar en un hombre con el que la haya visto su tío, pues era cercana a él al ser el único familiar que tenía en Filadelfia, y conocía a todos sus amigos cercanos, ya que en sus cumpleaños sabía pasar a saludarla y entregarle algún regalo, por lo que sabía de ellos se presentaban al departamento de la fémina.

Si fuese uno de ellos con quién la vio, entonces, lo hubiese reconocido al instante y no le hubiese dicho eso a su madre. Ahora tenía que buscar la manera de saber de quién estaba hablando, con quién la había visto.

¿Cómo era posible que de la nada tuviese un novio falso?












(...)












Ya era de noche, por lo que Megan se dirigió a la casa de Taehyung para pasar por él e ir como la mayoría de fin de semanas al Club Addasse. Solían ir allí viernes o sábado, dependiendo si la mayoría estaba disponible, ya que solían disfrutar de las presentaciones, a pesar de que solía llenarse.
Ahora se encontraba allí junto al Taehyung, Cameron, Jonathan y Ethan, notando cómo intentaban levantar un poco su ánimo ya que les había contado lo sucedido con la ayuda del castaño, rogando que alguno de ellos pudiese encontrar alguna solución.

—Sabes que te ayudaría a fingir que estoy contigo, pero tengo novia —mencionó Taehyung, palmeando su hombro.

—Tampoco podría fingir contigo así —confesó haciendo una mueca de disgusto.

—Está diciéndote que eres feo —intervino divertido, Cameron, mientras su novio Jonathan pasaba el brazo por sus hombros.

—¡¿Disculpa?! ¡¿Eso es cierto, Megan?! —inquirió indignado.

—Claro que no, pero imagina que tengamos que darnos un beso o tener que estar pegados el uno al otro...

—Diablos, no te soportaría.

—¡¿Lo ves?! ¡A eso me refería!

—Entonces ya no estoy molesto.

Megan al ver su particular sonrisa cuadrada que le permitía saber que no estaba nada molesto por el malentendido, no pudo evitar sonreír también, aunque sin mostrar los dientes, ya que seguía igual de desesperada y frustrada. Estos se habían conocido a los diecinueve al comenzar la Universidad cuando ella apenas llegaba a Filadelfia, teniendo química desde el primer momento, cuando sin querer, Megan golpeó su coche con la puerta del suyo al abrirla. Eso provocó que este se exaltara al pensar que pudo haberlo dañado, pero al comenzar una pequeña discusión y notar que no le había hecho nada, como también que ella parecía tener demasiado carácter por cómo lo enfrentó, sin darse cuenta, empezaron a conversar, sorprendiéndose al saber que ella acababa de llegar y estaba sola.

En ese momento comenzaron una amistad, Megan agradecida de que así fuese porque no quería sentirse también sola en la Universidad. Y a pesar que, al poco tiempo, Taehyung dejó la carrera de Marketing, la amistad entre ellos continuó al punto de que se querían como si fuesen el hermano que el otro siempre deseó.
Sabían todo acerca del otro, y muchas veces llegaban a pelearse por cómo ambos eran de caracter fuerte, así como demasiados sinceros, pero siempre estaban ahí cuando se necesitaban y no podían estar más de un día molestos porque no sé imaginaban una vida sin el otro. Algo que no se habían esperado para nada por cómo se conocieron.

—¡Llegué!

Todos al escuchar esa voz, voltearon a ver a esa persona que tenía sus brazos extendidos y una gran sonrisa en su rostro. Todos se alegraron, pero más que nada Taehyung, el cual ensanchó su sonrisa mientras extendía sus brazos para recibir a aquella castaña que se abalanzó hacia él y juntó sus labios en un pequeño beso.

Marie Turner era de baja estatura y delgada, tenía su cabello castaño corto hasta sus hombros, flequillo, ojos grandes y almendrados, nariz pequeña y redonda, labios prominentes, los cuales llevaba con brillo labial.
Megan siempre que la veía le gustaba poder conversar con ella, ya que podía decirse que eran amigas. Se le hacía alguien muy amable y tierna, tanto así, que comprendía porqué Taehyung adoraba abrazarla cada momento y parecía no querer soltarla, lo que a veces era molesto para sus amigos, pero a él no le importaba.

—¿Te olvidaste la dirección o qué? —preguntó divertido, Ethan, ya que llevaban esperándola más de una hora.

—Me quedé estudiando con mis amigas, y me dormí —explicó riendo, acercándose a Megan para darle un pequeño abrazo y saludar a los demás.

—Pediré otra cerveza para ti, amor —habló Taehyung, y ella asintió.

—¿Cómo sigues? —indagó Marie, tomando asiento al lado de su novio y Cameron, mirando a la fémina.

—Muy mala pregunta. Ya estaba olvidándolo —comentó riendo, Ethan.

—No lo olvidaré hasta resolverlo.

—¿Qué sucede? —preguntó una voz masculina.

Al escuchar esa voz, voltearon a ver al joven que llevaba una camisa blanca con sus mangas dobladas hasta sus antebrazos, enseñando el derecho que estaba tatuado, pantalones negros y zapatos del mismo color. Este llevaba su cabello oscuro, algo largo y echado hacia atrás aunque algunos mechones caían por su frente, cejas oscuras y gruesas, labios delgados y rosados con dos piercings en el inferior al costado derecho.

—Hey, hasta que te veo, hermano —soltó una risilla, Taehyung, pasando el brazo por la cintura del pelinegro, que palmeó su hombro mientras sonreía.

—Buenas noches, por cierto —observó a cada uno, que le regalaron una sonrisa—. Acabo de llegar. ¿Qué sucede?

—Nada, tan sólo quería pedir una cerveza para Marie.

—Bien, ya la traigo —asintió y arrugando levemente la frente miró a cada uno—. ¿Y Emmaline? ¿No vino?

—Se peleó con su novio, ya sabes —respondió Megan, por lo que este frustrado negó repetidamente con la cabeza.

—Ojalá algún día deje a ese idiota. Bien, ahora te traigo la cerveza —palmeó el hombro de Taehyung.

—Oh, y otra para mí, por favor —pidió Jonathan, llamando su atención.

Este levantó el pulgar presionando los labios, y comenzó a caminar hacia la barra. Así todos comenzaron a conversar, Megan logrando distraerse, riendo por momentos por algunos comentarios de sus amigos.











(...)










Cuando los minutos fueron pasando, transformándose en horas, ellos bebieron, conversaron, disfrutando la noche como solían hacer cada vez que se veían, hasta que Cameron y Jonathan tuvieron que marcharse porque el último mencionado debía levantarse temprano al tener un compromiso. Ethan había comenzado a coquetear con una pelirroja, por lo que se había acercado a ella, mientras que Taehyung y Marie parecían perderse en su propio mundo, provocando que Megan sintiese que sobraba.

Sin más, se levantó para dirigirse a la barra para tomar asiento en uno de los taburetes, apoyando ambos brazos y el mentón en la mano, perdiéndose en sus pensamientos. Ahora era cuando volvía a darle vueltas al asunto con su familia, reprochándose por no ser lo suficiente valiente como para enfrentar la situación.

Al levantar la vista, observó a Jungkook que reía de un comentario de su compañero, que le palmeó el hombro y comenzó a caminar alejándose. Este, al sentir la mirada de la fémina, volteó a verla con curiosidad, ya que pensaba que seguía con su grupo.

—¿Me preparas un shot? —preguntó desganada, mientras él se acercaba.

—¿Debería? —inquirió alzando una ceja.

—¿Eso le preguntas a todos tus clientes?

—No. Pero a ti te conozco.

—Ya, te pagaré, así que prepáramelo —ordenó frustrada.

Este soltó un suspiro inclinándose hacia adelante para tomar de abajo de la barra uno de los vasos bajos y pequeños, para luego voltear y tomar una de las botellas de licor que llevaba la mitad. Al llenar el vaso, se lo entregó a la fémina que lo miró satisfecha por haber obedecido.

—¿Por qué no estás con los demás? —preguntó curioso, apoyando los brazos en la barra.

—Cameron y Jonathan se fueron, y Ethan encontró a alguien —respondió rodando los ojos.

—Oh, ahora entiendo porqué ya no me tienen de aquí para allá —soltó una risilla, observando cómo ella tomaba el shot, cerrando los ojos con fuerza y arrugando el rostro al sentir cómo quemaba su garganta.

—Y Taehyung... Bueno, está Marie.

—¡El amor! —exclamó rodando los ojos, para luego llenar su vaso otra vez, ya que ella volvió a entregárselo.

—¿Y tú cómo vas con Keyla? —indagó curiosa.

—Es Keira —recalcó frustrado, observando cómo ella acababa con el shot.

—¿Y yo qué dije? —frunció el ceño, por lo que este suspiró, decidiendo no darle atención—. Bien, ¿y cómo van?

—Normal.

—¿Qué es normal?

—Cómo siempre. No lo sé.

—¿Algún día vas a presentarla?

—Taehyung la conoce.

—Él lo hace, no los demás.

—¿Quizás porque con él somos amigos?

—Oh, ¿así que a los demás no nos consideras amigos? —preguntó apoyando nuevamente el mentón en la mano, alzando una ceja.

—Apenas sabemos cómo nos llamamos —refutó inclinándose hacia adelante.

—Sé cuál es tu trabajo, que tienes novia hace meses, dónde vives...

—¿Sabes dónde vivo? —la observó asombrado, pero luego sonrió—. Qué acosadora, Baker.

—Yo fui la que llevó a Taehyung a tu departamento la semana pasada —explicó acercando el vaso nuevamente al pelinegro.

—Y yo sé que ya no debes beber más —mencionó colocándole la tapa a la botella.

—Oh, ¡no hagas eso! —exclamó frustrada—. Estamos compartiendo un buen momento.

Jungkook la observó no muy convencido, ya que, aunque tenía toda la razón sobre que no podía considerarla amiga porque no eran de conversar seguido, más que algunos viernes o sábados cuando se veían en aquel Club, este sabía demasiado bien que ella algunas veces solía beber de más. Pues, la había visto dormirse en las mesas, y hasta había tenido que ayudar una vez a Taehyung a cargarla en su coche, por lo que no quería que se repitiera.
Aún así, Megan le agradaba, más que nada por lo que solía comentarle el castaño, ya que sabía que ellos tenían como una relación de hermanos. Pero se preguntaba si acaso no conocía la vergüenza al beber de esa manera, porqué no se daba cuenta que debía tener más autocontrol.

—¿Qué te sucede? —indagó curioso, decidiendo servirle otro shot, notando cómo ella sonreía satisfecha, lo que le hacía cuestionarse si había hecho bien.

—No debería contarte porque no me consideras amiga.

—Está bien —se encogió de hombros, restándole importancia, por lo que ella lo observó indignada, pero decidió pasar de eso al notar que estaba bromeando.

—Mi familia.

—Algunas familias son complicadas, ¿eh?

—Creo que la mía podría serlo un poco —hizo una mueca.

—Cuéntame, si quieres, claro.

Megan pensaba en si sería una buena idea, pues si Taehyung era un buen amigo de Jungkook, suponía que era alguien confiable como para poder descargarse, además que necesitaba hacerlo con alguien.

—Sucede que...

—Oh, espera que me llaman —la interrumpió observando hacia un lado de ella, por lo que hizo que la fémina se decepcionara—. Iré a cumplir con mi trabajo, y vuelvo para escucharte.

—Está bien —medio sonrió aliviada.

Megan giró a ver por un momento cómo Jungkook se alejaba para dirigirse a una de las mesas, donde lo habían llamado, por lo que al ver nuevamente hacia el frente, observó la botella. Sonrió encogiéndose de hombros, y tomó la botella para destaparla y así llenar su vaso nuevamente, esperando que el pelinegro no estuviese viéndola, aunque la verdad no le importaba demasiado.
Dejó la botella tal como la había dejado Jungkook, para luego acabar su shot de un sorbo, sintiendo cómo quemaba su garganta, obligándola a hacer una mueca.

—¿Megan?

Al escuchar esa voz femenina, sintió cómo un escalofrío recorría su espina dorsal, por lo que, lentamente, giró a ver a la fémina que estaba frente a ella.
Se trataba de Thea Harper, una joven rubia, pelo largo hasta la cintura y flequillo, cejas finas, ojos saltones y mieles, nariz respingada, labios gruesos que llevaba pintados de rojo.

Era realmente preciosa, y lograba ponerla demasiado nerviosa, quizás no sólo por el hecho de que le seguía atrayendo, sino porque ella había creído que eran algo. Como siempre le sucedía desde que había aceptado el hecho de que le gustaban las mujeres, y al estar en Filadelfia, comenzar a experimentar, parecía que no dejaban de romper su corazón.
Siquiera contaba con una buena experiencia, porque no sabía si era por el hecho de que era demasiado intensa y parecía enamorarse demasiado pronto, mientras que cada mujer que conocía, tan sólo querían pasar el rato. Sexo.

Megan soñaba con el día de poder conocer a una mujer que quisiera algo serio, y pudiese enamorarse de ella, pero comenzaba a creer que era alguien difícil de querer. Quizás era por su manera de ser. No lo sabía. Pero estaba cada vez perdiendo más la esperanza de encontrarse con alguna persona que pudiese enamorarse de ella.
Siempre que pensaba en alguna mujer de la que se enamoró y haya sido correspondida, nadie aparecía en su mente, porque nunca lo había sido, y eso era terriblemente decepcionante.

Quizás nunca lo sería. Menos por quién ella quería serlo, y ya lo había aceptado.

O eso creía ella, porque ahora tenía en frente a una rubia que le gustaba, pero había demasiadas probabilidades de que tan soló fuese porque le recordaba a esa persona.

Thea se había sentado a su lado, conversaban animadamente, Megan intentando olvidar cómo había roto su corazón cuando le dijo que tan sólo pasaban el rato, por lo que luego de eso había dejado de llamarla. Ahora se preguntaba si es que acaso ella se había dado cuenta de que le había lastimado escucharla, pues, podía sentir la tensión, y claro que no era sólo sexual.

—No volviste a llamarme —mencionó provocando que se tensara.

—Oh... Es que he estado demasiado ocupada —mintió haciendo una mueca—. Lo siento.

—Tranquila. Lo entiendo —aseguró colocando la mano sobre la suya, mirándola comprensiva—. Comprendo la etapa de la Universidad.

Megan soltó una ligera risa algo nerviosa, pero sintiéndose aliviada de que le creyera porque se sentiría estúpida si supiera que, en realidad, hasta casi había llorado por ella.

—Pero estamos bien, ¿verdad? —preguntó algo nerviosa, por lo que Megan asintió.

—¿Por qué no lo estaríamos?

—Quizás porque hoy parece que tenías tu noche libre, y no me llamaste como solías hacerlo —explicó haciendo una mueca.

—Es que no sabía si debía.

—Claro que sí —apretó su mano, sonriéndole—. Estoy libre para ti.

Megan sonrió al escucharla, esta vez recordándose porqué se lo decía, por lo que suponía que esa noche no estaría mal acabarla con ella. Haciendo los recuerdos a un lado, llevó la mano a la mejilla la joven, inclinándose hacia adelante para así juntar sus labios de manera suave y delicada.

Siempre le había gustado pasar tiempo con ella, pues, además de que la pasaban bien en el sexo, le gustaba poder conversar, reír junto a ella. Thea era realmente interesante, divertida y seductora, por lo que se le había hecho imposible que no le gustase. Pero más que nada, le gustaba la manera en que la besaba.
Tan suave, acariciando su lengua con la suya, llevando la mano a su nuca, mientras ella las bajaba a su pequeña cintura, queriendo poder apegarse más a la rubia al estar olvidando dónde se encontraban.

—¿Y si vamos a tu departamento? —preguntó con la respiración pesada, Thea.

—Me parece buena idea —sonrió dejando un pequeño beso sobre sus labios.

Cuando ambas se levantaron, Megan tomó su mano para comenzar a caminar hacia la salida del Club.

—¡Baker!

Al escuchar esa voz masculina, ambas voltearon curiosas, pero Megan al ver a Jungkook, arrugó el rostro por la confusión. No sabía porqué podría estar llamándola y eso despertaba su curiosidad.

—Ya vuelvo —le informó a la rubia, para así comenzar a caminar hacia Jungkook, que estaba detrás de la barra—. ¿Qué sucede?

—¿Puedes decirme a dónde rayos te vas sin haber pagado todo lo que has consumido esta noche? —inquirió alzando una ceja—. No pagaré por ti.

—Oh...—la fémina sentía su rostro arder de la vergüenza, por lo que metió una de las manos en el bolsillo de su chaqueta para sacar la tarjeta—. Aquí tienes. Discúlpame.

—¿Es tu novia? —preguntó curioso, tomando la tarjeta que le entregaba mientras ella miraba confundida, pero este miró hacia la rubia.

—Oh, no lo es —respondió observando cómo este se alejaba para hacer el pago.

Megan esperó unos segundos impaciente, hasta que este regresó con la tarjeta para así entregársela.

—La próxima vez no me hagas pedirte que pagues, ¿sí?

—Ya dije que lo siento. Jamás hubiese hecho algo así a propósito —habló avergonzada, volviendo a guardar la tarjeta en el bolsillo de su chaqueta—. Ahora sí, nos vemos, Jungkook.

—Espera, ¿acaso te comiste un payaso? —preguntó cuando ella volteó con la intención de retomar el camino hacia la rubia, por lo que ella volvió a verlo arrugando el rostro al no comprender a qué se refería. Jungkook señaló sus labios, lo que hizo que abriera los ojos a la par—. Límpiate los labios, Baker.

Ella volvió a sentir su rostro arder mientras se pasaba las manos, y Jungkook reía por lo bajo, rodeando la barra para perderse entre las personas y continuar con su trabajo.

¡Hola!

¿Qué les pareció el primer capítulo? ¿Les va gustando la historia?

Por lo que ya llevo escrito, esta historia está volviéndose una de mis favoritas, así que espero que disfruten de la lectura cada vez que actualice

Si les gustó no se olviden de votar y comentar, adoro leerlos

¡Nos leemos pronto!

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