O13 | HECHIZADO
—¿Vienes con nosotros, Wyatt? ¿O prefieres quedarte aquí? —preguntó girando a ver a su primo que estaba boquiabierto, para luego inclinarse a tomar la chaqueta de Jungkook que anteriormente había tirado al suelo para acercarse a Asher.
—V-Voy con ustedes —balbuceó intentando reaccionar.
—Trae la mochila. Vámonos, Jungkook —ordenó tomándolo del brazo.
Megan no le importaba para nada mirar a quienes los rodeaban, tan sólo quería poder sacar a Jungkook de allí, sin notar cómo todos parecían atónitos por lo que acababa de suceder, Asher mirándolos con sus rostro enrojecido y sus manos empuñadas al sentir su sangre hervir. Pues, hasta su mejor amigo parecía intentar reprimir la risa, lo que hacía que quisiera explotar por la rabia al haber sido humillado por aquella pelinegra que nunca había sido de su agrado.
Megan llevaba casi a rastras a Jungkook que iba con su cabeza gacha, hasta que sacó la llave del bolsillo de la chaqueta de Jungkook para así poder abrirle la puerta del lado del acompañante, ayudándolo a subirse, lo que lo desconcertó.
—P-Pero tengo que con...
—No. No estás en condiciones para conducir, Jungkook —habló intentando sonar tranquila y dejar su enfado de lado—. Lo haré yo.
El pelinegro quiso decir algo al respecto, pero tan sólo asintió repetidamente, a pesar de que ella cerró la puerta para rodear el coche y subirse del lado del conductor a la misma vez que una de las puertas traseras se abría, entrando un Wyatt agitado y sudado que dejaba la mochila a su lado.
—¿Te dijeron algo? —preguntó volteando a ver a su primo, mientras tiraba la chaqueta sobre la mochila.
—No. Pero sí noté que antes Asher no estaba ni la mitad de molesto de lo que está ahora —comentó tenso—. Heather y sus amigos intentaban hablarle.
—Qué imbécil —suspiró, y volteó a ver a Jungkook que miraba hacia adelante y no parecía siquiera parpadear, quizás por estar perdido en sus pensamientos—. ¿Estás bien, Jungkook?
Este pareció siquiera escucharla, por lo que ella apoyó la mano sobre las de él que estaban unidas, lo que hizo que sacudiera la cabeza y la mirara.
—¿Podemos irnos? —preguntó de manera casi inaudible.
—Sí, vamos.
Megan decidió encender el motor, y una vez que comenzó a conducir, ninguno de los tres dijeron palabra alguna. Pero parecía ser que intentaban asimilar lo sucedido, principalmente, Jungkook, pues Wyatt estaba incómodo y temía crear más tensión si bromeaba al respecto o hacía un mínimo comentario, mientras que la pelinegra seguía demasiado molesta. Pensaba en que había sido muy mala idea decidir aceptar que invitaran a Jungkook a jugar, pero es que creyó que le vendría bien socializar con más personas, que podría divertirse mientras ella podría ver a Heather. Y es que, Jungkook podía sentir cómo por momentos su visión se nublaba y, aunque tenía sus manos juntas, apretando por momentos sus dedos, podía sentirlas temblar al estar tan histérico.
Quería volver a Filadelfia, probar las comidas de su madre, jugar videojuegos con su hermano, pasar tiempo con sus amigos, y no estar en un coche con ganas de llorar con una joven que a pesar de que lo había defendido, no tenía la suficiente confianza para permitirse mostrar todo lo que estaba sintiendo.
Una vez que llegaron, Jungkook fue el primero en bajar, tomando una gran bocanada de aire intentando que eso pudiera ayudarlo a relajarse aunque sea un poco, pero aún así esperó que Wyatt y Megan también se bajaran para así caminar hacia la casa y entrar después de ellos, tensándose cuando ella volteó a verlo.
—¡Hey! Ya volvieron —exclamó animada, Georgia—. ¿Cómo les fue? ¿Se divirtieron?
Megan volvió a mirar a Jungkook, el cual pudo notar que ella parecía no saber qué decir, como tampoco Wyatt que tan sólo le sonrió a su tía, para acercarse extendiendo los brazos.
—¡No te acerques a mí! ¡Estás todo sucio y sudado! ¡Ve a darte una ducha, Wyatt! —reprochó apartándolo, lo que le hizo reír.
—Es muy amargada a veces, tía —chasqueó la lengua.
—¿Puedo subir a darme una ducha? —preguntó nervioso, acercándose a Megan que parecía no apartar la mirada de él.
—Sí, por supuesto. No tienes que ni preguntarlo —aclaró con una pequeña sonrisa—. Sube.
Este asintió soltando un pequeño "Gracias" , mientras caminaba hacia las escaleras, lo que hizo que ella girara a verlo, sintiendo su corazón encogerse al comenzar a detestar de gran manera notar que parecía bastante afectado.
—¿Pasó algo, Megan? —interrogó alzando una ceja, Georgia.
—¿Por qué lo preguntas? —fingió desconcierto mientras se dejaba caer en el sofá grande.
—¿Qué le has hecho?
—¡¿Por qué me culpas?! —cuestionó indignada.
—¡Porque siempre haces enfadar y hacer sentir mal a todos! —exclamó obvia—. Principalmente conmigo, así que no me sorprendería que seas así también con Jungkook.
—¡Si soy así es porque tú siempre has sido de esa manera conmigo, así que lo aprendí de ti, mamá! —refutó molesta.
—¡Ya! ¿Por qué no mejor nos calmamos, tomamos un té y hablamos de otra cosa? —intervino el joven, pasando el brazo por los hombros de su tía.
—¿Por qué no mejor vas a bañarte, Wyatt? Si no lo haces llamaré a mi hermana —advirtió antes de comenzar a caminar hacia la cocina, demostrando su enfado.
—Mi tía no tiene tampoco un buen humor hoy —murmuró echándose en el sofá pequeño, soltando un suspiro.
—¡Y no te atrevas a sentarte en algún sofá estando así de sucio! —alzó la voz desde la cocina, lo que hizo que él abriera los ojos a la par y Megan tuviera que reprimir la risa.
—Dios mío, que intensidad...
—Siempre está de malhumor —recalcó rodando los ojos, Megan.
—Pero ¿te has dado cuenta que en los últimos días parece estarlo más?
—Yo la siento como siempre —se encogió de hombros.
Megan decidió restarle importancia porque no quería seguir empeorando su humor al pensar en la pequeña discusión que tuvo con su madre, ya que tenía suficiente con el enfado generado por Asher y su manera de actuar con Jungkook. Eso hizo que girara su cabeza para mirar hacia las escaleras, deseando que el pelinegro bajara pronto con un mejor ánimo, para así poder relajarse.
—Hiciste bien en golpearlo, Megan.
—La verdad es que ni siquiera lo pensé por un segundo. Fue algo más impulsivo de lo normal —admitió haciendo una mueca.
—Tenías que defender a tu hombre —bromeó asintiendo repetidamente.
—Ya, estamos hablando en serio —recalcó frustrada—. Igual parece que eso sólo alteró más a Jungkook, ¿no crees?
—¿Tanto te preocupa? —preguntó intentando reprimir la sonrisa.
—¿Qué?
—Sólo pregunto, porque si no mal recuerdo, antes de llegar al parque local, Jungkook y tú parecían no llevarse muy bien que digamos —explicó echándose hacia atrás—. Pero ahora que regresamos, pareces preocuparte demasiado por él.
—¿Qué intentas insinuar, imbécil?
—¿Yo? Nada, Megan.
—Eso espero, porque si crees que puedo fijarme en él como algo más que una amistad, es imposible —aseguró levantándose—. Imposible. Recuérdalo, Wyatt.
—¿Por qué lo sería? —indagó desconcertado viéndola caminar hacia las escaleras—. ¡Megan!
—¡Ya no molestes y báñate, oloroso!
Megan no tenía cabeza como para pensar en las estupideces que decía su primo, ya que para ella era una completa pérdida de tiempo y algo que incomodaría demasiado pensar en si podría desarrollar sentimientos por Jungkook. Jamás podría gustarle un hombre y, Jungkook entraba ahí. Además, sabía perfectamente que él tampoco jamás podría fijarse en ella, así que estaba tranquila con saber que era algo imposible de ambos lados.
Ahora su única preocupación era saber cómo se encontraba, rogando poder verlo de mejor ánimo, así que se dirigió a su habitación. Una vez que estuvo frente a la puerta, la abrió para entrar, cerrándola tras su espalda mientras escuchaba la del baño abrirse.
Rápidamente dirigió su mirada hacia su costado, observando a Jungkook salir con su cabello húmedo que comenzaba a ondularse, llevando una camiseta holgada blanca, unos jeans también holgados y sus pies descalzos.
En cuanto sus miradas se conectaron, este la bajó rápidamente, lo que hizo que ella no pudiera evitar sentir una presión en su pecho. No sabía en qué momento había comenzado a preocuparse demasiado por él, hasta más de lo que lo había hecho la vez que él se desahogó por su padre, pero quizás se trataba de que, Megan si siguió sintiendo un gran aprecio, a pesar de que este dejó en claro que no la consideraba para nada una amiga. Y al pasar tanto días juntos, ese cariño que reprimía por su enfado al saber que él no sentía lo mismo, de todas maneras, fue creciendo.
Mientras que Jungkook ahora no soportaba encontrarse con su expresión consternada, pensar en que no entraba en esos estereotipos de "verdaderos hombres", los cuales enloquecían a la mayoría de mujeres. Se sentía demasiado débil y, además, sensible, lo que sólo lograba que se enfadara más consigo mismo.
¿Por qué Megan lo había defendido? Eso tan sólo lo hacía peor para él, trayendo consigo también muchas preguntas.
—¿Cómo estás? —preguntó algo nerviosa y acercándose a paso lento, pese a que notaba cómo eso parecía que Jungkook se tensara más.
—Estoy bien —respondió de manera casi inaudible—. No debiste defenderme, Megan.
—¿Y qué? Entonces, ¿debía dejar que te golpeara? —cuestionó alzando una ceja mientras que él la miraba por un momento a la vez que mordía el interior de su mejilla.
—Asher es un idiota. ¿Qué pasaba si él reaccionaba al golpe que le diste? ¿Qué iba a hacer yo, Megan? No hubiera sido lo suficientemente hombre para defenderte —explicó frustrado, lo que hizo que ella se desconcertara.
—¿De qué rayos hablas, Jungkook?
—Que no fui lo suficientemente hombre para defenderme, así que tampoco hubiera podido defenderte a ti si él llegaba a reaccionar, tan sólo hubiera logrado que ambos saliéramos golpeados —suspiró—. Ahora me siento un maldito idiota, debilucho, al que tiene que defender su supuesta novia —confesó mirándola por un momento mientras masajeaba su nuca—. Eso no me hace sentir bien. Lo odio.
—No ser un animal como Asher que le gusta demostrar su hombría intimidando a los demás, metiéndose constantemente en peleas, no te hace menos hombre —refutó acercándose más a él, el cual la miró inseguro—. Al contrario, Jungkook, creo que eso te hace un mejor hombre que él. Tú sí sabes cómo tratar a los demás, cómo comportarte, cómo hacerte querer.
—Pero... no podría defenderte...
—No necesitas golpear a los demás para defenderme —aclaró riendo.
—Pero tú golpeaste a Asher para defenderme, Megan —replicó por lo bajo.
—Porque soy una impulsiva de mierda que no le importa las consecuencias cuando alguien le importa e intentan hacerle mal —explicó haciendo una mueca, aunque terminó riendo.
—¿Eso qué significa? —frunció el ceño, sintiendo cómo sus latidos parecían acelerarse, pese a que ella lo miraba confundida—. Dijiste que lo eres cuando alguien te importa, pero... yo no te agrado, entonces, ¿por qué actuaste así?
Megan no pudo evitar tensarse mientras rascaba su nuca, pensando en qué decir, porque temía humillarse al admitirlo, pero ya no podía excusarse porque hasta sentía cómo la mirada de Jungkook contenía un brillo especial.
—Que no sepa comportarme contigo no significa que no me interese lo que te pase, Jungkook —respondió con una pequeña sonrisa nerviosa—. Además, prácticamente te obligué a venir aquí, fingir ser mi novio frente a mi familia y conocidos. Y aunque sea una idiota, tú realmente te has esforzado por ayudarme. Defenderte es lo menos que puedo hacer por ti.
—Gracias, Megan—musitó sonriendo tímido.
—¿Ya puedes dejar el Megan y volver a llamarme Baker? Esa sería una buena forma de agradecer —bromeó provocando que él riera mientras asentía—. Entonces, ¿te sientes mejor?
—Un poco.
—¿Quieres que te abrace? —preguntó algo nerviosa—. Claro que si no te molesta, porque quizás sigues demasiado enfadado conmigo y no quieres que yo...
Megan no fue capaz de seguir hablando cuando sintió cómo los brazos de Jungkook pasaban por su cintura, apegándola a él, haciéndole sentir su calor corporal. No pudo evitar abrir los ojos a la par, pero al sentir cómo este apoyaba su cabeza en su hombro, tragó con dificultad diciéndose que debía calmarse porque por algo se lo había preguntado, así que decidió pasar los brazos por los anchos hombros.
El pelinegro sentía la calidez invadir a su corazón que brincaba emocionado, por lo que siguió su impulso, enterrando el rostro entre su cabello y cuello, aspirando el dulce aroma de su colonia, deseando poder quedarse así por mucho tiempo, como si aquel vacío con el que cargaba constantemente, desapareciera al tener en sus brazos a Megan.
—No tienes que preguntarme, tan sólo hazlo la próxima vez, Baker —murmuró con una sonrisa, disfrutando de la calidez.
(...)
—¿Estás seguro de que estás bien? —preguntó por novena vez, Megan.
—S-Sí —gruñó Jungkook mientras se recostaba boca abajo en la cama.
Las horas habían pasado, y el haberse relajado, tan sólo logró que los dolores comenzaran a aparecer para Jungkook. Había estado muy cómodo en la cocina, conversando con Georgia y Megan, ayudándoles en lo necesario en la cocina, aunque lo que más hacía era estar sentado en el taburete, respondiendo las preguntas de su "suegra", sin poder evitar sonreír cuando notaba cómo la pelinegra hacía malas caras. Cuando Wyatt -ya limpio-, se unió a la conversación, llevándose reproches por partes de su tía cuando metía mano en la comida, todo estaba más que bien para Jungkook, hasta que los dolores llegaron, lo que fue demasiado notable para los tres y más que nada para Wyatt que se encontraba también algo adolorido, pero más por el golpe en sus costillas.
Megan al notar que hasta parecía incómodo sentado allí y llevaba una de las manos a la parte baja de su espalda, decidió obligarlo a subir a la habitación para que se recostara, aunque sea hasta que se le pasara el dolor.
—No te creo.
—Ni siquiera es necesario que esté recostado, podría volver a bajar tranquilamente...
—Deja de fingir —lo interrumpió rápidamente—. Estás adolorido.
—Sólo un poco —aseguró girando la cabeza para verla, notando cómo ella rodaba los ojos.
Megan quiso decir algo al respecto, pero su celular que se encontraba en uno de los bolsillos trasero de su pantalón, llamó su atención, como también la de Jungkook que frunció el ceño mientras miraba cómo ella parecía sorprenderse, pero aún así aceptar la llamada para llevar el celular a su oreja.
—¿Hola? Sí, estoy aquí —respondió asintiendo, pero acabó abriendo los ojos a la par y sonrió, lo que despertó más la curiosidad de Jungkook—. No creo... Está bien. Ahora bajo.
—¿Quién es? —preguntó rápidamente cuando ella colgó la llamada.
—Nadie importante. Tú sólo... quédate aquí —ordenó alzando ambas manos, para así comenzar a caminar hacia la puerta.
—¡¿Vas a dejarme aquí solo y adolorido?! —cuestionó indignado, escuchando cómo salía de la habitación —. ¡Sí me duele, así que vuelve! ¡Megan!
Jungkook se comenzaba a sentir cada vez más indignado de que Megan lo haya dejado en la habitación solo, porque había creído que se mantendría a su lado hasta que la cena estuviera lista y pudieran bajar los dos, así no se sentiría tan mal de ser el único que estuviera arriba.
No sabía cuántos minutos habían pasado, pero decidió levantarse mientras gruñía llevando la mano a la parte baja de su espalda, caminando con algo de dificultad hacia la ventana. En cuanto se acercó, abrió los ojos a la par al ver a una joven rubia que rápidamente pudo darse cuenta que se trataba de Heather, pero lo que realmente había sido una sorpresa para él, fue el hecho de que al lado se encontrara Asher, el cual hablaba con Megan.
—Carajo...—gruñó.
Rápidamente pareció olvidarse cómo el dolor parecía aumentar, por lo que salió de la habitación, gruñendo de dolor cuando llegó la hora de bajar las escaleras, pero él intentaba apresurarse porque no soportaba para nada la idea de que Megan estuviera con Asher.
—¡¿Jungkook...?! —escuchó la voz sorpresa de Wyatt, el cual se asomaba por la cocina al verlo dirigirse hacia la puerta.
Este pasó por completo de la voz del castaño, saliendo rápidamente, lo que hizo que el sonido de la puerta llamase la atención de los tres jóvenes, sorprendiéndose de ver a Jungkook, el cual tenía el cabello algo desordenado y se acercaba con el semblante serio.
—¿Jungkook...? —Megan lo miraba entre desconcertada y sorprendida de que este caminara aun con la mano en la parte baja de su espalda, intentando no mostrar en su rostro el dolor que sentía.
—¿Qué haces aquí, Asher? —examinó al quedar frente a él, levantando un poco la cabeza para conectar sus miradas.
—Habla —ordenó por lo bajo, Heather.
Asher humedeció sus labios y soltó un suspiro mientras bajaba la cabeza, pasando los dedos por su cabello para echarlo hacia atrás, como si intentase relajarse para poder hablar.
—Vine a... disculparme con ambos —explicó intentando sonar calmado.
—Pues, ni Megan ni yo aceptamos tus disculpas, así que estás perdiendo tu tiempo —sonrió falsamente, sin notar cómo ambas jóvenes lo miraban sorprendidas mientras que las comisuras de los labios de Asher se elevaban en una pequeña sonrisa.
—Megan ya las aceptó.
El pelinegro rápidamente bajó la mirada a la joven que estaba a su lado que tragó con dificultad como si supiera que había cometido un error, por lo que él suspiró, diciéndose que no debía sentirse molesto por eso.
—Asher nos invitó a la playa de Glover, se encargaría hasta de pagarnos la habitación de dónde nos quedemos ese día —informó con una pequeña sonrisa nerviosa, Megan—. Es como una manera de disculparte por el mal momento que nos hiciste pasar, ¿cierto?
—Claro que sí —asintió dirigiendo su mirada a Jungkook que no parecía nada convencido—. ¿Qué dices? ¿Aceptas, Jungkook?
—Te prometemos que no va a volver a actuar así de mal —intervino, Heather—. Vamos a pasar un momento agradable para que podamos conocernos más.
Parecía estar pensando seriamente aquella propuesta, hasta dirigió su mirada a Megan que también parecía esperar su respuesta.
—Lo que Megan elija, lo acepto, pero yo no creo en tus disculpas —recalcó alzando una ceja.
—Te demostrará que son ciertas —aseguró, Heather—. Entonces, ¿qué dices, Meggy? ¿Aceptas?
La pelinegra miraba el brillo de ilusión que contenían sus orbes verdes, la pequeña sonrisa que adornaba su rostro, lo que hizo que suspirara porque se volvía completamente débil al tratarse de ella, hasta que reaccionó a la intensa mirada de Jungkook.
—Aceptamos —asintió con una pequeña sonrisa.
—¡Perfecto! —exclamó, Asher—. Elliot, Judy, Freddie y Jaeden también aceptaron, así que la pasaremos muy bien.
—Genial. Entonces, si eso es todo, buenas noches —sonrió falsamente, sintiendo un pequeño apretón en su brazo por parte de Megan.
—No olviden preparar sus cosas —apuntó con una sonrisa, Heather, lo que hizo que Megan asintiera repetidamente mientras sonreía—. Qué descansen. Nos vemos...
—Ya, vamos —ordenó tomando su brazo, Asher—. Nos vemos.
Jungkook dirigió su mirada a Megan que no dejaba de ver a Heather y Asher que se alejaban caminando hacia su coche, hasta que giró la cabeza notando cómo este la miraba con el semblante serio.
—¿Qué?
—Iré a recostarme. Ya me duele demasiado —informó dirigiéndose rápidamente hacia la puerta.
—Oh, ¡creo que mi mamá tenía una crema! ¡La buscaré! —exclamó siguiéndolo.
(...)
Este estaba recostado boca abajo, escuchando cómo Megan hablaba sin parar sobre la crema que su madre le había dicho que podría ayudar a aliviar el dolor que sentía, pero no decía nada al respecto porque el pensar en que la fémina aceptó tan fácilmente las disculpas, como también aquel viaje, le molestaba. No sabía el porqué, si era porque Asher había querido golpearlo o había algo más, sólo sabía perfectamente que no quería saber más nada de tener que ver a aquellas personas.
—Ahora te haré unos masajes con esta crema que seguramente hará que desaparezcan esos dolores, pero... primero necesito que te saques la camiseta —informó haciendo que Jungkook levantara un poco la cabeza y la mirara con los ojos abiertos a la par.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¿Cómo se supone que te haga los masajes con la camiseta puesta? ¿Quieres que pase la crema por encima de la camiseta o qué? —cuestionó alzando una ceja, por lo que Jungkook bajó la mirada sintiéndose algo avergonzado.
—Sólo levántala un poco y ya.
—¿No que ayer eras todo un exhibicionista?
—Me dio calor en la noche —murmuró sintiendo su rostro arder—. Pero si me pides que me la saque sí me da algo... de vergüenza. No se.
—Oh, a veces eres tierno —comentó riendo—. Ya, entonces, te la levantaré.
Jungkook volvió a recostarse más relajado, por lo Megan se subió a la cama colocándose de rodillas a un costado de él, para así tomar los bordes de su camiseta blanca y levantarla. Podía ver el borde de sus bóxers Calvin Klein, pero decidió restarle importancia ya que no le incomodaba para nada, tan sólo abrió el frasco de la cama para así tomar un poco.
—Espero que realmente alivie tu dolor.
Megan comenzó a esparcir la crema por la parte baja de su espalda, moviendo sus manos lentamente, haciendo movimientos circulares, lo que provocó que Jungkook gimiera sonoramente y ella se detuviera rápidamente, abriendo los ojos a la par.
—¿Qué fue eso, Jungkook?
—E-Es que se siente frío y me relaja —explicó rápidamente.
—Eso espero. No hagas nada extraño mientras te hago masajes, ¿está bien?
—¡¿Qué demonios pasa por tu cabeza, Baker?! —cuestionó histérico, levantando un poco la cabeza para poder mirarla.
—Ya, déjame seguir con los masajes.
Este rodó los ojos para volver a apoyar la cabeza en la almohada, sintiendo cómo ella volvía a retomar los masajes, por lo que sonrió por un momento mientras volvía a relajarse, tratando de reprimir los jadeos que parecían querer escapar de su garganta.
—¿Estos masajes ayudan a que tu enfado desaparezca? —preguntó al ya estar cansada del silencio.
—¿De qué enfado hablas? —indagó con la voz profunda y sus ojos cerrados al estar demasiado relajado.
—Por haber aceptado sus disculpas y viajar con ellos —respondió obvia, escuchándolo suspirar.
—Como siento que está realmente ayudando, puede que sí.
—Está bien. Entonces, continuaré —sonrió escuchándolo jadear al aplicar un poco más de fuerza a los movimientos circulares mientras subía, pero decidió ignorarlo—. No crees que sus disculpas sean verdaderas, ¿no?
—No.
—Yo tampoco.
—¿Y aun así aceptaste ir a Glover?
—Nos va a pagar la habitación y la comida. Piénsalo —dijo riendo—. Va a ser bueno ir a la playa.
—Pero no con Asher y Elliot compartiendo el mismo aire.
—Quizás. No podía negarme, de todas maneras —suspiró—. ¿Acaso no viste cómo me miraba Heather? —preguntó con una pequeña sonrisa, sin sentir cómo este se tensaba a la vez que volvía a abrir los ojos—. Dios, cuando ella me mira y me sonríe así, yo... no puedo pensar con claridad. Es como si...
—Ya, olvídalo —interrumpió levantando su cabeza, apoyándose en uno de sus brazos, lo que hizo que ella se detuviera con los masajes y lo mirara desconcertado—. Esto no sirve.
—¿Qué? Pero dijiste que estaban ayudándote.
—Pues, el dolor regresó y más fuerte —explicó con el semblante serio, llevando una mano a la parte baja de su espalda.
—¿Estás bien? ¿Pareces molesto?
—Es sólo que... me duele también la cabeza —mintió desviando la mirada.
—Oh, te buscaré una pastilla...
—Sólo necesito descansar —aseguró interrumpiéndola mientras ella se bajaba de la cama, cerrando el frasco de crema—. Por favor, discúlpame con tu madre, pero el dolor me quitó todo el apetito.
—¿Estás seguro? Podría subirte un poco de comida, en verdad, no...
—Sólo quiero descansar.
—Está bien. Deberías colocarte el pijama para poder descansar mejor —aconsejó haciendo una mueca—. Yo bajaré a comer y luego subiré a descansar también.
Jungkook asintió decidiendo no decir nada más, volviendo a apoyar la cabeza en la almohada, escuchando sus pasos y cómo salía de la habitación. En ese momento, abrazó la almohada con fuerza mientras sentía cómo la presión en su pecho parecía aumentar.
(...)
Megan había cenado junto a sus padres que parecían algo preocupados por Jungkook, pero Wyatt se había encargado de dejarlos tranquilos al hacerles saber que él siempre acababa así de adolorido luego de jugar y de tanto ser tacleado, llevándose algunos golpes, pero que se acostumbró con el tiempo. La verdad era que durante la cena, luego de lavar los platos mientras conversaba con su primo, no podía evitar pensar si había hecho algo que le molestó a Jungkook, porque fue realmente consciente del cambio radical que tuvo de un segundo a otro.
Si había algo que Megan muchas veces detestaba, era de darse cuenta de absolutamente todo, hasta de aquello que muchas personas podían creer que eran detalles insignificantes, más cuando se trataba de personas que sentía importantes para ella.
Una vez en su habitación y con el pijama colocado, observó el espacio de la cama al lado de Jungkook, el cual estaba profundamente dormido. En ese momento, dirigió la mirada a los cojines que estaban en el sofá, pero soltó un suspiro mientras apagaba la luz del velador que estaba en la mesita de noche, para así recostarse. Ya no creía nada importante colocar aquella división porque sentía que ya estaba todo resuelto con Jungkook, que ahora tenían más confianza, por lo que no le incomodaba para nada, ni siquiera sus ronquidos a los que estaba acostumbrándose, al punto de sentir cómo se relajaba y fue cuestión de pocos minutos para quedar profundamente dormida.
Los minutos pasaron y Jungkook se despertó completamente desorientado, pudiendo divisar gracias a la tenue luz de la luna que entraba por la ventana de al lado, cómo Megan estaba durmiendo a su lado. Con su mano apoyada en el colchón palmeó buscando los cojines que siempre los dividía, frunciendo el ceño al darse cuenta que no había ninguno colocado.
En ese momento estaba demasiado confundido, pero volvió a mirarla mientras se relajaba. Podía divisar su rostro, escuchar su respiración pausada, pensando en que jamás creyó posible que aquella joven que le había presentado Taehyung tiempo atrás, sería con quién estaría durmiendo aquella madrugada, fingiendo ser su novio frente a las personas que los rodeaban en Stowe.
Tragó con dificultad al ser consciente de los impulsos que estaban invadiéndolo, por lo que bajó la mirada al colchón donde ella tenía apoyada una de las manos. Un suspiro tembloroso escapó de sus labios, y a pesar de que sabía que no era correcto, colocó su mano sobre la de ella. Y es que ahora sentía que estaba invadiendo sus pensamientos de una manera completamente inesperada, siendo consciente de que su ser estaba siendo hechizado por su esencia, pero, de todas maneras, no quería saber de explicaciones.
Jungkook quería seguir sintiéndose así, rogándole a su corazón que fuera lento, pero ¿era capaz?
¡Hola!
¿Qué les pareció este capítulo con momentos lindos entre Megan y Jungkook como pidieron en el anterior? ¿Creen que el corazón de Jungkook sí vaya lento? ¿Qué esperan que pase en Glover?
Espero que les haya gustado este nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top