XXX (PARTE I) | Fue tan bueno

Cada vez que me imagino el momento de partir
se me cierra la garganta y me muero por pedir
que me mires a los ojos, que me digas sin decir
que lo malo fue tan bueno, que podrías repetir
una vez más volver a elegirme y hacerme brillar.
Cómo no decírtelo, ignorar lo que nos pasa.
Cómo no pensar en vos, cuando estoy lejos de casa.
Y que me digan si no vale la pena arriesgar todo el silencio del mar...

...por tus abrazos, mi amor.


Aquella mañana Baekhyun caminó un poco en busca de lugares y cosas bonitas para fotografiar. Había despertado con ánimo y no iba a pensar demasiado al respecto, a esas instancias, es obvio que Chanyeol era el motivo a pesar de que estuviera allí en calidad de un simple... ¿Conocido? De todas formas, saber que andaba cerca le había devuelto gran parte de la cordura.

Cerró la puerta y se detuvo a observar el cielo, respiró el aire puro fresco y se alejó con su fiel cámara colgada al cuello. Fue capaz de percibir lo que antes, por su angustia y agitación, no pudo: los colores que le rodeaban eran vibrantes por la luz del sol que llegaba a través de un lienzo azul despejado, los autos a su lado pasando a toda velocidad provocaban estelas efímeras, no había mucha gente a esas horas y el olor a tierra mojada por el rocío de la pequeña plazoleta viajó hasta su nariz.

Su expresión jubilosa se congeló cuando una bolsa de papel apareció frente a su rostro.

-Buenos días.- Saludó Chanyeol con una hermosa sonrisa.

-¿Qué...? ¿Cómo...?- Vio hacia todos lados como un idiota. -¿Estuviste esperando a que saliera?- Chanyeol asintió con naturalidad. -¿Acaso eres un...?

-¿Acosador? Aprendí del mejor.- Se jactó burlesco.

Resopló. Chanyeol agitó la bolsa, insistente, y él la tomó con un suspiro. Dentro había dos muffins, uno de limón y otro de chocolate con nuez. Alzó una ceja con recelo en su dirección antes de girar el rostro y devolvérselos. -No los quiero si no son de...

-¿LimDoux? De hecho, sí. Los traje conmigo desde Seúl, creí que extrañarías los dulces de Lim Ah noona.

Extrañaba la comida de LimDoux y Chanyeol había sido capaz de adivinarlo sin mucho esfuerzo, incluso había traído un par de bocadillos todo el camino desde Seúl para cumplirle el capricho. Maldición, quería contener sus gruñidos de frustración, pero le estaba costando. Tomó la bolsa otra vez porque cualquier dulce podía con su orgullo y se giró sin una palabra, intentando lucir todo lo digno que podía.

Chanyeol paseó a su lado de lo más normal y cuando ya no pudo soportarlo más y estaba a punto de decirle algo, este le preguntó si debían encontrar algo para acompañar el desayuno improvisado. Iba a contestarle que no, pero su estómago hizo ruido y delató que necesitaba un enorme capuchino. Sin otra opción, se vio arrastrado hasta una cafetería para ver cómo Chanyeol le compraba lo que quería a pesar de sus protestas, quiso devolverle el dinero, pero el otro se rio por lo bajo como si estuviera diciendo puras tonterías. No mentiría, la verdad es que sí había echado de menos ser así de mimado, no tener que explicar lo que quería porque Chanyeol ya lo sabía.

Le gustaba, sí, pero tenía que poner límites.

-Esto no quiere decir nada.- Lo señaló desde más adelante. -Que lo sepas.

Chanyeol alzó las manos con inocencia. -No pretendo nada. ¿Te molesto de alguna forma?

-Y-yo...

-Porque si es así, dímelo y jamás volveré a presentarme ante ti, de ninguna manera. Ni si quiera oirás de mi persona.

Cuánta ironía acumulada en tan sólo unas pocas frases intercambiadas al comienzo del día. Otra vez guardó silencio. Lo lógico sería ponerle un punto a toda esta payasada de una buena vez, pero su corazón le decía que lo necesitaba para seguir latiendo. 

Su moral estaba por un lado, su pasión por el otro, peleándose.

-No es...- Cerró los ojos con una expresión dolorosa. -No es tanto como eso, es...- Pero ni él se entendía.

Chanyeol se adelantó con entusiasmo. -Tomaré eso como un no.

Baekhyun estiró una mano frente a su cuerpo como si así pudiera mantenerlo alejado. Físicamente quizás sirviera, pero en el plano emocional... -No a m-mi lado.- Tartamudeó. -Mejor... Tengamos distancia, ¿sí?

Chanyeol se encogió de hombros con liviandad y dejó que siguiera adelante por su cuenta como si supiera que cualquier intento de ese estilo sería vano. A pesar de tener lo que quería, Baekhyun era muy consciente de que Chanyeol caminaba por detrás. No sabía cómo, pero tenía la certeza de que sus ojos estaban clavados en su espalda, sabía que lo observaban con una fijeza que le erizaba la piel. Trató de tomar algunas fotografías para distraerse, pero era imposible concentrarse, su cuerpo y su cabeza ardían. Se giró de forma abrupta y, tal como esperaba, Chanyeol tenía sus ojos incitantes y oscuros pegados a él.

-¿Puedes dejar de hacer eso?- Chilló con la voz afectada, era imposible no sentirse deseoso al lado de ese hombre.

Chanyeol realmente lució como si no supiera de lo que estaba hablando. -Pero si yo sólo he estado aquí atrás.

Con los nervios a flor de piel, caminó rápido y se paró detrás de él, indicándole que siguiera adelante. Chanyeol volvió a aceptar las reglas. Creyó que ahora estaría a salvo de tentaciones, pero las cosas no mejoraron. Intentaba enfocar tal o cual cosa interesante, pero la cámara lo ignoraba por completo y se dirigía de lleno a Chanyeol cada vez. Se apartaba con un chasquido al notarlo, pero al final siempre lo perseguía. Desvió un tanto la mirada y se centró en aquella amplia y atractiva espalda. Las fotos dejaron de importar de un momento a otro cuando se encontró deseando poder acercarse para abrazarlo y hundirse en él, traspasar todas esas capas de ropa para fundirse en su piel y...

Chanyeol se giró justo cuando andaba mordisqueándose los labios con necesidad y sonrió divertido.

-Ahora entiendo a lo que te referías.

Se sonrojó hasta la raíz de su cabello y quiso a decir algo, pero Chanyeol siguió caminando con alegría antes de que pudiera protestar, casi dando saltitos mientras cruzaba la calle. Sin saber cómo, acabaron en un centro de bolos. Chanyeol había insistido porque "nunca habían intentado nada similar". A esas instancias ya había dejado de intentar racionalizar lo que sea que estaba pasando, sólo cedía. Le pareció curioso que un sitio así estuviera abierto desde tan temprano, pero allí estaba, derribado por unas cuantas palabras estúpidas y con su fuerza de voluntad desaparecida.

No tenía idea de cómo jugar esto y cuando le tocó ir primero, casi se cae al suelo por lo pesada que era la bola. Chanyeol resopló burlón no muy lejos y se puso de malhumor. Naturalmente, su bola fue directo hacia la canaleta, nunca había sido agraciado ni atlético y eso pareció hacerle gracia al otro que siguió riéndose a carcajadas.

Lo miró con el ceño fruncido. -¿Por qué no lo intentas tú, idiota?

Chanyeol cogió su propia bola azul y tuvo que tragarse sus palabras cuando lo vio hacer una chuza perfecta. El otro se volteó con aires jactanciosos y él resopló de brazos cruzados.

-No es justo, jugabas desde antes.

Hizo que su bola se perdiera de forma humillante otra vez y Chanyeol se acercó para enseñarle la mejor manera de lanzar. Respingó cuando lo sintió pegado a su espalda. Tenía el corazón enloquecido, podía reconocer su aroma y toda su presencia rodeándolo. Intentó concentrarse en lo que le decían, pero su voz suave y grave lo embriagaba y quedó hipnotizado cuando aquellas manos grandes y cálidas descansaron sobre las suyas.

Tenía mucho calor.

-Así tendrás mejor equilibrio, ¿comprendes?

Giró el rostro y se encontraron cerca, Chanyeol lo miró un instante antes de sonreír y no pudo evitar volver a morderse los labios con un deseo tan intenso que le provocaba ganas de llorar, ya no tenía fuerzas ni para disimularlo. Se quedaron en aquella provocativa posición un rato, ninguno quería dar el primer paso para separar sus cuerpos necesitados. Al final, fue Chanyeol quien se apartó, dejándolo en un estado confuso de inconsciencia momentánea que, si no se hubiera dispersado a tiempo, lo hubiera llevado a cometer locuras en medio de aquel sitio público.

Chanyeol había jugado bolos antes y le llevaba ventaja, siguió burlándose de él y de sus endebles tiros. Sin darse cuenta habían caído en una especie de competencia amistosa y con el tiempo acabó riéndose cada vez que oía una de sus juguetonas provocaciones. Varios lanzamientos más y pudo hacer que su bola tirara algunos bolos sin irse directo por la canaleta. Tiempo después fue su primera y bien merecida chuza y más tarde, cuando encontró el tiro indicado, incluso logró hacer tres seguidas. Festejaron chocando palmas y cogiéndose de las manos entre grititos tontos y emocionados.

Al salir, Chanyeol cargaba su abrigo mientras él, totalmente absorto y entusiasmado, se ocupaba de capturar infinitas imágenes. Fue golpeado por una gran inspiración, logró ver la belleza en aquello que para el resto era típico, discernía las emociones sutiles en las escenas más costumbristas y aleatorias. No se quejaba, pero después de todo ese tiempo bloqueado esto era... Vio a Chanyeol algunos metros más allá.

A veces, le recordaba que vivir no era lo mismo que respirar.

Para cuando la tarde se esfumaba, hicieron un viaje rápido a la playa más cercana. No había nada más hermoso que los atardeceres en el mar, así que se entretuvo un buen rato más con la cámara. No habían hablado mucho después de salir de los bolos y tampoco lo necesitaban, no había demasiadas cosas que tuvieran que ser dichas, siempre se habían comprendido a otro nivel y disfrutado de las pequeñas cosas a su manera. Cuando acabó de capturar una gaviota perdida en el horizonte, se giró para encontrárselo de cuclillas en la arena cogiendo caracoles. Nunca había visto que Chanyeol se detuviera a analizar una nimiedad como esa.

-En el mar fue nuestro primer beso.- Dijo entonces.

Esa frase lo devolvió a la realidad y le hizo notar que había estado rindiéndose a una serie de vivencias que no merecía. No debería estar disfrutando de Chanyeol, de sus sonrisas, de su actitud, de sus gestos, de su felicidad, no tenía derecho a nada de todo eso.

Chanyeol ni siquiera lo miraba, seguía buscando entre la arena. -Fue el mejor beso que me han dado en la vida. Creo que con sólo eso lograste que me enamorara de ti.

El nudo en la garganta le impidió pronunciar palabra aunque lo único que se moría por saber era lo que pasaba por la cabeza de este hombre. ¿Por qué? ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué lo buscaba? ¿Por qué se negaba a romper el vínculo que los unía? ¿Por qué no lo despreciaba? ¿Por qué se empeñaba en negar la realidad? ¿Por qué no...?

¿Por qué no aceptaba que al final no era nada de lo que había creído?

-¿Por qué?- Sollozó en voz alta sin darse cuenta.

Chanyeol lo miró a los ojos por un momento, se encogió con tranquilidad y agachó la mirada cuando volvió a enterrar sus manos en la arena húmeda, no supo si había sabido leerlo bien o no, pero su respuesta fue clara y directa.

-Porque eres el amor de mi vida.

Una lágrima se le escapó y la borró rápido. Sentía la garganta apretada, pero logró contenerse para no llorar mientras Chanyeol se ponía de pie sacudiendo sus manos.

-Te lo he dicho antes.- Recordó.

Por supuesto, ni aunque su alma pasara por mil vidas olvidaría esa confesión. -Esto no está bien.

-¿Por qué?- Cuestionó Chanyeol con indiferencia. -¿Dos amigos no pueden pasar el rato?

¿Era posible que entre dos personas que habían vivido semejantes cosas pudiera existir una amistad alguna vez? Un dolor punzante pellizcó su pecho y por un momento creyó que se debía a su negativa inconsciente a esa pregunta. Luego supo que el malestar provenía de la idea de ser tan sólo un amigo para Chanyeol.

Chanyeol lo miró un buen rato, entonces agachó la cabeza y dijo: -Si al menos así puedo permanecer a tu lado...

Baekhyun entendió entonces. La calma y la seguridad de Chanyeol provenían de su amor devoto, estaba seguro de que lo quería a cualquier costo, incluso si tenían que ser un simple par de amigos. Se sintió asqueroso por mantenerlo pendiente de una decisión de la cual no quería ser responsable porque, aunque no lo quisiera, mantenerlo cerca o terminar de alejarlo dependía de él. No importaba qué, seguía teniendo la misma relevancia en su corazón y eso, más que alegrarlo, le dolía.

No es justo, Chanyeol, no soy justo.

De camino al hotel se metieron a un pequeño bar. Estaban cansados de caminar el día entero cargando con emociones turbulentas de aquí para allá y reposaron sus traseros frente a la barra, disfrutando de una refrescante bebida mientras observaban distraídos y en silencio. Chanyeol pareció aburrirse ya que de la nada le cogió una mano y se la llevó a la boca para darle un mordisco, Baekhyun se apartó con una queja.

-¿Qué haces?

Por toda respuesta, Chanyeol apresó su otra mano y volvió a morderle los dedos. Baekhyun chasqueó la lengua y lo golpeó en la frente con dos dedos, el otro se frotó con una sonrisita torcida antes de acercarse para volver a atacarlo con sus dientes, esta vez la víctima fue su hombro izquierdo.

-¡Hey! ¡Eso sí dolió!

Se adelantó y le apretujó las mejillas con fuerza, sonriendo con malicia ante sus gemidos de dolor. Chanyeol le tiró del cabello y entre juegos tontos se acercaron cada vez más el uno al otro, fue tan natural que ni siquiera se dieron cuenta. Chanyeol lo acompañó hasta el hotel sin preguntar y Baekhyun tampoco dijo nada aunque sí sospechaba, cuando se dio la vuelta para meterse sin muchas ceremonias, un gran bostezo seguido de algunas palabras irrazonables lo detuvieron, aunque mentiría descaradamente si dijera que no había estado esperándolo.

-Baek, ¿te molesta si me quedo contigo hoy?

-¿Me estás tomando por tonto?- Le sonrió con incredulidad.

Chanyeol volvió a bostezar sin reservas. -El lugar donde paro queda muy lejos y ya es tarde, además el colchón es muy duro y termino adolorido.- Refunfuñó.

-¿En serio quieres que crea que no estás en el mejor hotel de Busan?

-Es la verdad, mis números en el banco han bajado bastante, a partir de ahora debo ser más cuidadoso con el dinero.- Mencionó mientras fregaba uno de sus ojos.

-Chanyeol, eres millonario. Si quieres pasar, inventa algo mejor.

-He hecho una inversión.- Aquellas palabras detuvieron a Baek de ingresar al hotel de una vez por todas. –Esa es la razón, no te estoy mintiendo.

Todavía estaba receloso, pero si algo era cierto era que Chanyeol nunca le había mentido y más allá de los exagerados bostezos, en verdad se veía agotado y algo tenso. Observó la hora en la pantalla de su celular, era tarde y si su hotel estaba tan lejos como decía...

Se lamentó de antemano por lo que iba a hacer. -Está bien.

Chanyeol sonrió con alivio y fue junto a él. -Voy a portarme bien, lo prometo.

Baekhyun suspiró, no le contestó nada.

Se sintió incómodo tenerlo alrededor mientras se preparaba para ir a la cama. Chanyeol no hizo más que parecer adormilado, pero su sola presencia revolucionaba sus sentidos y pensamientos. Se metió bajo las sábanas después de ponerse la pijama y estuvo tranquilo a pesar de todo hasta que sintió cómo el colchón se hundía a su lado.

-¿Qué...?- Se incorporó con el corazón acelerado para encontrárselo deshaciéndose de sus pantalones. -No, no, no. Tú estás loco, no.- Negó con rotundidad.

Chanyeol pausó sus acciones para verlo con cansancio. -No es como si fuera la primera vez que dormimos en la misma cama, Baekhyun, vamos.

-Esto no debe ser así, lo sabes. Vete al sillón.

-Te dije que la cama en donde duermo es horrible, ¿y me echarás al sillón de todas formas? No seas malo, te dije que me comportaría. La cama es grande, ocuparé una punta y tú la otra, y ya.

No le quedó más remedio que cerrar los ojos y orar a los cielos por paciencia y control. En medio de la silenciosa oscuridad se preguntó cómo demonios había terminado en semejante situación y por qué debía enfrentar tal provocación. No era que no estuviera acostumbrado, habían dormido juntos y abrazados muchas veces, tampoco se trataba de pudor, mucho menos de disgusto, era el mero hecho de luchar sin descanso contra el voraz deseo que sentía por este hombre. ¡Por supuesto que quería tenerlo allí en la misma cama!, pero lo que uno anhela no siempre es lo correcto.

Hubo un tiempo en el cual lo único que hacía era actuar de acuerdo a sus impulsos e instintos, que estuviera reteniéndose con tanto esfuerzo era irónico.

Chanyeol se removió y su corazón se detuvo. Apretó las sábanas con fuerza, repleto de expectativa. Chanyeol se le acercaría fingiendo inocencia, se pegaría a su espalda, le susurraría al oído y poco a poco lo haría perderse, era lo que vaticinaba en el fondo, pero los minutos pasaron y nada sucedió, así que echó un vistazo sobre el hombro de forma simulada. Chanyeol estaba recostado de cara a él con sus ojos cerrados, descansando como un ángel. Él en serio, en serio estaba durmiendo, en serio "se comportó". Se giró lento y aprovechó para detallarlo, acercándose un poquito más.

-Chanyeol.- Susurró.

-¿Mm?- Gruñeron de vuelta.

-Pensé que dormías.- Dijo sorprendido.

-Como si pudiera.

Chanyeol abrió sus ojos y sólo entonces se dio cuenta de lo cerca que estaban en realidad. Se miraron en silencio un buen rato, en medio de la noche el único brillo provenía de sus miradas atentas, luego cualquier pensamiento fue arrojado al infierno.

Lo último que vio fue a Chanyeol humedeciéndose los labios y rodeando su cintura con sus amplias manos para atraerlo con un "ven aquí" ronco y necesitado.

Jadeó cuando sintió íntimamente el calor de su cuerpo y gimió cuando se besaron. Chanyeol lo devoró con completa impunidad, comió sus labios con ansias impregnadas en cada centímetro de su cuerpo. Los chasquidos de saliva y las respiraciones agitadas incitaban a la locura en medio del silencio. Baekhyun gemía excitado y Chanyeol temblaba cada vez que lo oía. Sintió su notoria erección pegada a su muslo y titubeó.

-Aguarda.- Murmuró agitado. -Esto no, no... a-ah...- Se frotó contra él y deliró de gusto. -Mierda.

-No importa, somos amigos, no importa.- Le susurró a duras penas mientras comenzaba a masturbarlo a través de la ropa.

-¿Los amigos hacen estas cosas?- Baekhyun gemía más fuerte entre palabra y palabra.

-¿A quién le importa? Yo te deseo y tú a mí.- Cuestionó sobre su boca.

-Te he engañado.- Habló Baekhyun sin aliento.

-No me interesa.- Contestó el otro mientras tiraba hacia abajo de la camiseta del pijama para dejar su cuello y sus clavículas al descubierto y a merced de sus besos y mordidas.

Baekhyun tenía los ojos clavados en el techo con los párpados caídos. Chanyeol lo despojó del pantalón y la ropa interior. -He besado a otra persona.

-No me importa.- Introdujo uno a uno sus dedos dentro de él.

-Dejé que me marcara...

-Me aburres.- Siguió indiferente.

-Te traicioné.- Intentó una vez más. -Estoy sucio.- Dijo tembloroso. Uno de sus tobillos se elevó y descansó sobre su hombro.

Chanyeol lo miró a los ojos. –Ensúciame también entonces.

Cuando estuvo profundo dentro, se sintió completo. Dejó las manos libres y tironeó de su cabello, se coló bajo su camiseta y acarició todo lo que alcanzó, dirigió sus labios hacia arriba para devorarlos mientras sus caderas continuaban encontrándose con su vaivén desquiciado de adentro hacia fuera. Deslizó las palmas sobre su pecho caliente hacia abajo y rodeó con sus dedos el punto en el que se unían de la forma más primitiva y literal posible, escuchándolo al otro gemir sobre su boca y volviéndolo loco.

Perdió la cuenta de las veces que lo hicieron esa noche. Después de la primera vez carnal y pasional, volvieron a intentarlo entre caricias y besos lentos, con embistes suaves y de todas las formas posibles. Fue un musical de gemidos acompasados, de pechos rozándose con cada pesada inhalación, de susurros incomprensibles y jadeos excitados. Para el final, acabó durmiendo acurrucado en su pecho rodeado por su par de brazos largos y fuertes, con las piernas enredadas y siendo uno.

Su juicio estaba perdido.

Despertó por la mañana debido a su teléfono, hubiera seguido durmiendo por horas, pero no podía ignorar la llamada, no cuando vio que el reloj marcaba las once menos cuarto de la mañana, ya era tarde. Se desprendió como pudo del agarre de Chanyeol y salió de la cama para contestar sin siquiera ver el remitente.

-Durmiendo a estas horas, quién lo diría.

-Dee Na.- Sonrió. -¿Cómo estás?

-¡No mejor que tú! ¿Estás haciendo un buen trabajo? No envié a mi mejor fotógrafo de vacaciones.

-¡Oye! No hagas tan evidente tu favoritismo delante de nosotros.

Baekhyun se rio. -¿Es esto una conferencia?

-¡Estás en altavoz, Baekkie!- Exclamó Minha. -¿Cuándo vuelves? Te echamos de menos.

-Gail hyung traerá su prometida a Corea, no puedes perderte eso.- Comentó Miki.

-Quería decírselo yo...- Protestó Gail.

-Están todos juntos.- Rio emocionado, le encantaría poder estar con ellos.

-Sólo faltas tú, Baekkie.- Acertó Dee Na.

-¡No podemos esperar a que vuelvas!- Volvió a gritar Minha. -¡Hay una gran cantidad de trabajo y te necesitamos, líder!

Baekhyun ladeó su rostro con algo de confusión. -¿Cómo que me necesitan?

-¿No te enteraste? ¡Estudios Dina sigue en pie!

Su corazón latía con desenfreno. -Nadie... Nadie me habló de esto.- Negó conmocionado. -¿Encontraron otro lugar más barato? ¿Qué sucedió?

-Creímos que tu noviecito te lo haría saber.

-¿Qué...? ¿Qué tiene que ver Chanyeol en todo esto?

-¿En serio no lo sabes?- Cuestionó Dee Na con obvia sorpresa. -Baekhyun, Park Chanyeol ha comprado los papeles del estudio y me los ha cedido.

Se quedó petrificado. -¿Qué?

-Incluso se hizo cargo de la deuda con el banco.

-¿Cómo es posible...?- Se volteó para ver cómo ese mismo sujeto dormía profundamente entre las sábanas blancas.

-Vino un par de veces al estudio en tu busca antes, ya lo conocíamos.

-Cierto, hemos hablado en otras ocasiones.- Confirmó Minha. -Lindo muchacho.

-Jamás se me hubiera ocurrido que se trataba de un millonario.- Prosiguió Dee Na. -Intenté hacerle entender que eso no era su responsabilidad, incluso quise devolverle el dinero de alguna manera, pero se ha negado rotundamente.

-Ya veo.- Susurró sin palabras.

Dee Na sonrió junto con los demás del otro lado, un gesto suave. –Nos ha dicho que quería proteger lo que para ti y tus personas amadas es importante. Fue como un héroe de libros.

-Un héroe...

-No podemos esperar a tenerte de nuevo en el equipo.

Se quedó congelado en el sitio luego de cortar. Una inversión... Más temprano Chanyeol le había pedido pasar la noche en su habitación porque el lugar donde paraba no era bueno y estaba lejos del centro, pensó que había sido una pobre excusa, pero ahora... Había pagado por todo, por las deudas, las escrituras, y sólo por él, para hacerlo feliz, rayos. Sorbiendo por la nariz debido a las lágrimas, volvió a meterse en la cama a enredarse con él, lo observó un buen rato antes de acurrucarse y depositar un beso sobre su pecho, allí donde latía su corazón.

-Yo también te amo...- Susurró antes de quedarse dormido.

Cuando abrió los ojos, la cama estaba vacía a su lado. Ningún ruido lo había despertado, al parecer su inconsciente seguía demasiado acostumbrado a la sensación de Chanyeol apretándolo entre sus brazos cada noche y cuando ya no lo tuvo, se lo advirtió. Se sentó disgustado porque aunque todavía creía que lo de anoche cruzó los límites, odiaba estar vacío de esa manera. Más allá, Chanyeol terminaba de vestirse con un rostro imperturbable. Aún disperso por el sueño, tuvo el estúpido impulso de preguntarle si iba a comprar algo para comer y logró morderse la lengua a tiempo, en su lugar lo miró sin saber muy bien qué decir o hacer. Esperó cualquier cosa menos que Chanyeol le diera una corta sonrisa y le dijera un escueto "nos vemos" antes de caminar hacia la puerta.

-¡Espera!- Sabía que aquello era lo mejor, pero se sentía tan amargo y fuera de lugar que no podía soportarlo. -¿Por qué...? ¿Ya te vas?- Intentó sonar desinteresado, pero la pregunta tuvo un tono tan trémulo e infantil que fue todo lo contrario.

Chanyeol, con una mano en el picaporte, asintió. -¿Qué quieres? ¿Que nos recostemos y pasemos un bonito día como amantes?

No fue un reproche, tampoco percibió malicia o rencor en sus palabras, pero de todas formas fue como si le dieran un balazo en el corazón.

-No.- Contestó sin poder verlo a la cara.

-Ah.- Concordó Chanyeol. –Porque eso no es lo que hacen los amigos que follan de vez en cuando.- Y con esas últimas palabras, se largó.

Lloró luego de eso. Allí estaba, desnudo en una cama después de haber pasado la noche con el que creía era el hombre de su vida, deseando profunda y secretamente que se quedara, lo acunara entre sus brazos y le preguntara qué es lo que deseaba hacer más tarde. ¿Comer dulces?, ¿salir a pasear?, ¿ver una película?, ¿volver a tener sexo? Deseaba ser amado y se hallaba en una situación que no lo ameritaba.

Se obligó a guardar silencio, a obviar lo humillado que se sentía y a recoger sus lágrimas para guardarlas dentro de un bolsillo descosido, quizás así lograran perderse en el camino.

La tarde del día siguiente tuvo otra reunión con el estudio que auspiciaba la muestra artística. Pudo enfocarse esa vez y prestó atención a todo lo que le dijeron, no estaba en su mejor momento, pero siempre haría un buen trabajo. El proyecto daba muestras de ser espectacular y no podía esperar a ver sus fotografías expuestas de una manera tan magnífica, una pequeña llamita de emoción seguía encendida a pesar de todo.

Se mantuvo atento durante todo el camino esperando que Chanyeol apareciera de la nada, pero para su secreta desdicha eso no ocurrió. Antes de poder detenerse, empezó a sentirse ofendido. Es decir, si habías viajado kilómetros y te habías tomado el trabajo de averiguar todo sobre su ubicación, si habías armado tal alboroto, ¿por qué te mantendrías alejado? ¿Acaso sólo había buscado un poco de sexo y ya?

-Te juro, Park Chanyeol...- Farfulló con molestia, incluso si era una molestia surgida de sus propios delirios.

Veía la ciudad a través de la ventana de su habitación con una gran taza de té humeante frente a su rostro cuando el celular a un lado comenzó a timbrar con una llamada entrante. Sonrió con sarcasmo y lo ignoró. Llegó otra y tampoco le prestó atención. Más tarde, entró un mensaje de texto que sí leyó.

"¿Puedo ir a buscarte?".

Inesperadamente, el mensaje fue muchísimo más sumiso y suave de lo que esperaba. Mantuvo el aparato entre las manos, intentando averiguar si había algún tipo de trampa aquí.

"¿Golpearás la puerta hasta que tus nudillos sangren?", le respondió con ánimos beligerantes y sintiéndose satisfecho ante su propia firmeza, dejó el teléfono a un lado pensando que eso sería todo, pero volvió a timbrar.

"Sólo si eso quieres".

Baekhyun se detuvo antes de contestar algo cuestionable otra vez. Ante tal actitud era difícil negarse y si Chanyeol volvía a su habitación, era obvio que terminarían en la cama de nuevo y Dios sabía que su corazón no podría soportarlo. Lo mejor era no tentar la suerte, en lugar de invitarlo le preguntó dónde se encontraba, recibiendo la dirección pocos segundos después.

El taxi se detuvo frente al puente Gwangan, una construcción imponente que brillaba en mitad de la noche como si de un parque de atracciones se tratara. Chanyeol estaba a un lado aferrándose a la barrera y viendo hacia el río oscuro como un vacío infinito, cuando se acercó un poco más, notó que estaba arrojando piedras desde la altura.

-¿Qué pasó ahora? ¿La tienes dura y me necesitas?- Le largó sin pelos en la lengua, haciendo uso de todo el dolor que había sentido cuando lo dejó por la mañana.

El gesto de Chanyeol se torció y su mano tembló antes de arrojar otro guijarro, no le contestó. Apoyó los codos sobre la barrera y observó la ciudad en movimiento ante sus ojos, ajena a cualquier cosa que pasara entre ellos.

-Podrías masturbarte, atenderte a estas horas me cuesta dinero, ¿sabes lo que salió el taxi hasta aquí?

Chanyeol suspiró. -Baek.

-Debes tener más amigos por ahí, supongo.- Se encogió con indiferencia. -Llámalos a ellos.

-Lo siento.- Paró de arrojar piedras, sus manos ahora rodeaban la barrera con fuerza. -Sólo quería... Te llamé por esto. Quería decirte que lo siento.

-¿Por qué?

-Por haberme ido. Por haberte tratado así.

-No importa, en el fondo sé que tienes razón.

Chanyeol negó débilmente antes de confesar. -La forma en la que volví a sentirte conectado a mí me desestabilizó. Te sentí... tan cerca. Fueron muchos días alejado de ti. Me dije que estaría bien si tan sólo te amo como lo hago, pero volverte a tener entre mis brazos me dio la pauta de que te quiero para mí por completo, todo el tiempo.

De repente, el enfado y la tristeza que lo habían dominado antes ya no tenían sentido, si quiera podía recordarlos mientras observaba a esta persona que le hablaba con el corazón en la mano. De un momento a otro, sólo era capaz de sentir, con toda la piel, con los ojos, los oídos, el olfato. Chanyeol era una extensión de su cuerpo que potenciaba las emociones impresas en aquellas palabras, podía comprenderlo y eso significaba que su conexión estaba muchísimo más allá.

Había más.

-Me enojé conmigo mismo y sólo pude largar estupideces. Lo más conveniente que me pareció en el momento.- Por fin lo miró a los ojos, él casi ni se inmutó, estaba completamente absorto. -¿Qué vas a hacer conmigo, Baek? ¿En serio me dejarás a la deriva?

¿Qué podía decir ante semejante pregunta? ¿Qué camino le quedaba que pudiera hacerlos sentir mejor a ambos? ¿Existía uno en el cual no se sintiera culpable del amor tan puro y real que Chanyeol le entregaba?

-Baekhyun, podría quedarme toda la vida a tu lado como un simple amigo, si tú me aseguras que en algún momento volverás a mi lado.

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