XXVIII
Durante aquel duro y extenuante día Chanyeol había estado (y seguía estando) expuesto de forma constante a situaciones que lo conmocionaron. No tenía idea de lo que Sehun pretendía, pero luego de ver a la mismísima Rima Guk aparecerse de la nada imaginó de manera vaga sus intenciones.
Se quedó estático en el lugar con la tez pálida y los ojos enormes sin parpadear, incapaz de reaccionar como si estuviera delante de un fantasma. La mujer que apareció no era ni una mínima parte de sus recuerdos. Aquel cabello largo hasta por debajo de la cintura apenas llegaba hasta la base de su cuello ahora y ya no era negro como la más oscura noche, sino de un castaño claro; sus ropas, antes caras, extravagantes y siempre elegantes ahora eran las de una simple transeúnte. Toda el aura gloriosa que alguna vez la rodeó ya no existía y eso lo sorprendió más que el mero hecho de tenerla en frente. Ni siquiera llevaba tacones, no la recordaba tan bajita.
Un escalofrío le recorrió la espalda. -Dios mío.
Rima fue siempre una mujer hermosa y todavía mantenía dicha belleza, lucía mayor.
-Qué alto y grande estás, Chanyeol.- Le habló con una suave sonrisa, cosa que lo descolocó todavía más.
Rebuscó en su mente por palabras de algún tipo y se obligó a reaccionar. -Pasen, por favor.
No supo qué más podría haber hecho, los guió hasta el departamento en silencio. Baekkie, ignorante del ambiente tenso, los recibió con alegría y saltos eufóricos. Abochornado, se disculpó por el comportamiento de su mascota antes de ordenarle que esperara tranquilo sobre la cama, cosa que el animal obedeció por fortuna. Se sentaron alrededor de la misma mesa que semanas atrás ocupó con su propia familia, no pudo evitar estremecerse otra vez y se excusó para preparar té sin esperar respuesta, aprovechando esa oportunidad a solas para enfriar su cabeza. Con una taza humeante delante y sumidos en el mismo silencio incómodo, aguardó con paciencia a que hablaran dado que no tenía mucho que decir.
Al ver la reticencia de ambos, decidió dar el paso. -Rima ssi.- Llamó al carraspear. -Estoy sorprendido de verla después de tanto tiempo.
-Ella tiene cosas que decir.- Sehun se adelantó con ímpetu.
-Sehun.- Advirtió su madre.
-Ella debe disculparse.
-Los dos estamos aquí para eso.- Rima suspiró. -Por favor, mantente calmado.
Sehun tomó una honda respiración y cerró sus ojos. Chanyeol estaba anonadado, ¿disculpas?, ¿a él? -Con todo respeto, señora, no creo que sea yo con quien debe disculparse.- La miró directo a la cara. -Hay personas a las cuales de verdad ha ensuciado.
-Lo sé.- Asintió ella, se veía solemne, sin el valor suficiente para devolverle la mirada. -Lo sé bien, sé a quienes... les debo, pero hoy estoy aquí para ayudar a mi único hijo.- Tomó una gran respiración y continuó. -Hace años, cuando el hombre al cual amaba se enamoró de otra mujer, caí en un pozo profundo. La vanidad y el orgullo me convirtieron en un ser despreciable, yo... Para Rima Guk era impensable que alguien no le siguiera los juegos.
-¿Usted misma no es Rima Guk?
-Esa persona murió hace tiempo, Chanyeol, ahora mismo sólo soy Oh Rima.- Dejó su taza luego de beber un rápido sorbo. -Hacía tiempo que tampoco quería a ese hombre en realidad, me moví por un estúpido capricho, algo que me hacía creer que era superior a cualquiera. Me divorcié con un gran rencor en mi corazón, me sentía humillada.- Cerró sus ojos con una expresión dolorosa. -Difamé a tu madre y a mi exesposo a sabiendas, yo no debí... Todo lo que hice estuvo mal, me arrepiento y lo siento.- Agachó su cabeza. -Sé a lo que te refieres, pero aun así te pediré perdón, Chanyeol. He hablado con Sehun y sólo hace poco me enteré de la distancia que había entre ambos, ustedes no... Este es un pecado más en mi lista, los perjudiqué, ustedes fueron tan importantes para el otro, se quisieron tanto, me resulta insoportable...
-Rima ssi, realmente no creo que usted haya sido la única en provocar la separación.- Cogiéndose la cabeza aturdida en una mano, dirigió una mirada al otro a un lado, callado y cabizbajo.
-Hice que Sehun fomentara los mismos sentimientos que yo.- Admitió. -Le hablaba en contra de tu madre cuando estábamos solos, inventé muchas cosas para que Arata se quedara sin su apoyo.
-¿Cómo es posible? Tan... Tan mezquina.- Negó con incredulidad.
-Tenía miedo de que mi hijo también me abandonara.- Su voz se había vuelto temblorosa. -Soy consciente de mis errores y de las personas a las cuales lastimé.- Por fin pareció encontrar un poquito de coraje para verlo a la cara. -Quiero que comprendas que Sehun actuó guiado por mis deseos más horribles, él... él sólo era un niño.
-Hyung,- Se lo escuchó a este por primera vez. -Ni si quiera me siento capaz de llamarte por tu nombre, me da vergüenza.- Confesó. -De sólo pensar en cómo te he tratado todos estos años de forma injustificada, creyendo que mi madre era una víctima, creyendo que todo había sido planeado de alguna manera para destruir mi familia... Nunca tuve una, hyung.- Comenzó a llorar una vez más, esta vez de forma dolorosa. -Me ha costado tanto comprender que las cosas nunca fueron como yo las imaginé, que intenté por todos los medios crear un mundo maravilloso para no sentirme tan solo... No tienes idea de cuánto me arrepiento.- Pronunció viéndolo a los ojos sin dejar de sollozar. -No tienes idea de cuánto lo siento, Chanyeol, lo siento con mi alma.
Esto era surrealista, Sehun y Rima Guk estaban sentados sollozando con el rostro gacho mientras aclaraban las cosas que lo habían torturado durante tanto tiempo, años largos en los cuales trató desesperado de remendar el vínculo con su amigo, años que gastó buscando a esta mujer desaparecida, y ahora estaban los dos allí por cuenta propia pidiéndole perdón.
-Todo este tiempo, ¿dónde ha estado?- Preguntó con tranquilidad.
-Mi exrepresentante llamó hace tiempo para advertirme de un par de jovencitos que estaban preguntando por mí y que eran bastante insistentes.
Con un gesto malhumorado, fue prudente y calló sus maldiciones. Ese tipo... Siempre había sabido dónde estaba Rima, pero les mintió en la cara incluso después de todas esas súplicas.
-Te ha dicho que estaba muerta al final.- Ante el asentimiento del más joven, Rima largó un taco entre dientes. -Ese estúpido Dong Yul...- Murmuró a lo último. -Muerta mi trasero.
Sehun pareció apenado.
Rima suspiró y acomodó su cabello de una manera que, por primera vez, le recordó a la estrella de pop que había sido. -Luego de mi divorcio decidí alejarme de las cámaras y la exposición porque... Bueno, te imaginarás, no estaba en condiciones de lidiar con la prensa. Más tarde me enteré de que tu madre y Arata se casarían y entonces... entonces terminé de tocar fondo, supongo.- Frotó su frente y pareció querer contener otro suspiro. -¿Escuchaste los rumores sobre drogas y alcohol?- Chanyeol no respondió en voz alta, pero hizo una mueca que la hizo sonreír con tristeza. -Todo fue cierto.
Chanyeol sintió congoja en su corazón. En su momento prefirió no creer nada de lo que se decía, quería seguir manteniendo en su memoria la imagen de Rima como la mujer fuerte y entera que había conocido y lo había asombrado.
-Abusé de todo eso, me sumergí en lo más rápido, lo más fácil. La empresa me despidió, gasté casi todo mi dinero, me llené de deudas y acabé escondiéndome en barrios de mala fama para que no me encontraran. Bae Dong Yul fue la única persona que estuvo mi lado. Quería... Quería a mi hijo conmigo, pero no podía dejar que me viera de esa forma.- Negó con rotundidad. -Dong Yul me arrastró a un centro de rehabilitación en Singapur, fue discreto. Mi ausencia hizo que Sehun perdiera la fe también en mí.- Miró a su hijo. -Lo lamento, fue algo que debía hacer.
-¿Volverá a cantar?
-No, no lo creo. La vida de un artista en este país es fugaz la mayoría de las veces, desperdicié mi oportunidad, mi época ya pasó.
-¿Cómo sobrevive hoy en día?
-Atiendo en un pequeño bar a tiempo completo.- Se encogió. -No me quedó nada de dinero, tuve que hacerme como pude mientras conseguía trabajo de cualquier cosa.- Rima se puso de pie con una pequeña sonrisa. -Todo está dicho. No pediré que me perdones, sólo que me tomes como una experiencia para aprender de los errores de otros.
La acompañaron hasta la puerta, Rima le agradeció por su tiempo y por haberla escuchado, les dijo que se aseguraran de cuidar bien a su hermanita menor y se fue sin más. La vio alejarse sintiéndose liviano y no tan cansado como antes, fue como si una gran opresión hubiera liberado su pecho.
-Debió ser difícil para ti verla otra vez.
-Peor fue enterarme de que había maltratado a mi mejor amigo sin razones.
Lo miró con una ceja alzada, este niño en verdad lucía desdichado. Con un suspiro, palmeó su hombro. -Está todo bien, Sehun.
Su rostro se volvió esperanzado. -¿Eso quiere decir...?
Asintió al bostezar. -Acepto tu disculpas.- Sehun sonrió brillante y sólo un vistazo le entibió el corazón, hacía años que no veía esa expresión en su dongsaeng. Ingresó al complejo y notó que no lo seguía, entonces se volteó con curiosidad. -¿Vas a entrar o...?
-¿Puedo?
Agitó una mano en el aire. -No seas tan solemne, no es como si no nos conociéramos de nada.
Sehun titubeó. -Y-yo...
-Si te quedas, está prohibido victimizarse.
-Okay, okay.- Asintió obediente, no dijo más.
Antes de abrir la puerta del departamento le dedicó una mirada recelosa sobre el hombro. -¿Cómo sabías dónde vivo? Más importante, ¿cómo sabías que solía traer chicas seguido?
Sehun ladeó su rostro. -Eso...
-¿Has estado espiándome, Sehunnie?- Le terció con picardía.
-No me llames así, idiota.- Murmuró sonrojado.
-No te dejaré entrar si no me dices.
-¡Bien! ¡Cada tanto te seguía para ver cómo estabas y saber un poco sobre ti! ¿¡Feliz!?
-Eres un amor.- Le palmeó los cabellos con ternura a modo de broma y Sehun, a pesar de su bochorno, no lo alejó.
Al cabo de unos minutos, Sehun entró en confianza y se la pasó hablando sin parar. Se sentó sobre el sillón y le contó que huyó de la casa de sus abuelos y se mudó a la ciudad después de cumplir la mayoría de edad para estudiar una licenciatura en Enfermería en la Universidad, costeaba la carrera con el dinero que ganaba de dos trabajos y no tenía demasiados amigos, cosa que no le sorprendió porque nunca había sido de muchas palabras. Admitió con pena que no había contactado a su padre en muchos años porque le acomplejaba su nueva familia y no tuvo nada que comentar al respecto sobre ese punto, él había hecho lo mismo después de todo.
También habló sobre sí mismo cuando le preguntaron aunque no hubo mucho que agregar. Desde que se habían separado se la pasó intentando encontrar a Rima, lamentando la muerte de su tío y teniendo relaciones con muchachas desconocidas, lo más interesante que hacía era tocar la guitarra y cantar canciones en bares esporádicos. Cuando el corto y aburrido relato sobre sus años pasados acabó sin mucho más, pudo ver claramente la expresión confundida en el rostro de Sehun y en el fondo supo de qué se trataba, pero no encontró el valor para encarar el tema.
Era obvio que el menor estaba curioso y quería preguntar, pero se contenía.
-Hyung...- Lo siguió con la mirada desde el sillón mientras depositaba algo de comida en el tazón de su perro, él estaba sentado sobre sus piernas, sosteniendo un almohadón sobre su regazo. -¿Siempre fuiste gay o te surgió de la nada?
Se ahogó con la carcajada que se precipitó por su garganta y comenzó a toser de forma ruidosa. Al parecer, Sehun no preguntaría directamente sobre Baekhyun, sino que escogería otro camino y llegaría al tema en cuestión tarde o temprano. Posó un puño frente a su boca con diversión bailando en sus ojos.
-Baekhyun apareció y me atrapó, no hay más que eso.- Fue conciso mientras se sentaba sobre uno de los brazos del sillón.
Sehun abrazó el almohadón contra su pecho. -Quieres decir...
-Que me enamoró.
Entrecerró los ojos como si le costara procesar la información. -¿Cómo...? ¿Qué se siente estar con un hombre?
Le regaló una sonrisa compasiva. -Lo mismo que al estar con una mujer, Sehun. Bueno, en lo "técnico" sí es un poco diferente, pero los sentimientos son los mismos, eso es lo que importa.
Sehun miró hacia arriba para evitar verlo a él y, con el rostro ligeramente sonrosado, se decidió a contarle algo que había omitido a posta antes. -Yo una vez conocí a un chico incluso más lindo que la mujer más perfecta de este mundo.
Bien, eso era inesperado. -¿De verdad? ¿Y qué tal?
-¿Eh? ¡No! ¡Nunca hice nada con él, de ninguna manera!- Se apresuró a negar. -Sólo... Me llamó la atención una persona tan... preciosa.- Sus ojos brillaron.
-Bueno, si él te interesa, ¿por qué no intentas acercarte más? No pierdes nada.- Sehun mordió su labio inferior y agachó la mirada, estaba sonrojado y se veía como si quisiera confesar algo, pero no iba a presionarlo si no estaba preparado para hablar. Se encogió de brazos cruzados. -Nunca se sabe cuándo tienes la vida en frente y la dejas pasar.
-Tú...- La mirada de Sehun fue indescifrable, como si no acabara de creerse que esta persona junto a él era el mismo Chanyeol de siempre.
Sonrió en entendimiento, probablemente hubiera parecido más vivo aquella tarde en el parque cuando se cruzaron que en todos los años desde que se conocieron. Sehun prefirió guardar silencio una vez más sin embargo.
Sehun terminó dormido sobre la cama luego de la extensa charla. Se acercó y lo observó un momento antes de cubrirlo con la manta, estaba un poco fresco y no quería que se enfermara. Sonrió con ironía, a pesar del tiempo que pasó, Sehun seguía siendo el niño que necesitaba de su hyung a cada segundo, ya sea para ahuyentar acosadores, para protegerlo de abusos, para rescatarlo cuando se perdía, para recordarle a lo que era alérgico mientras comían... Tampoco había cambiado mucho en realidad, seguía sin poder ignorar sus caprichos.
Los lazos fuertes no desaparecen de un día para otro y ni siquiera años bastaban para que el corazón olvidara. Siempre fue su mejor amigo y siempre lo sería.
Se echó sobre el sillón, resoplando mientras se cubría con la manta extra que había encontrado hecha un bollo en el armario y revisó su teléfono con la esperanza de tener algún mensaje o llamada importante, pero volvió a desilusionarse.
-Chanyeol.- Susurró la voz somnolienta de Sehun en medio de la oscuridad.
-¿Mm?
-Lo siento mucho.
-Está bien.- Respondió con los ojos cerrados, estaba agotado.
-Eres el hermano que nunca tuve.
Se encogió con una sonrisa. -Tú también.
-¿Piensas que nuestros padres siguen en la ciudad?
-No lo creo.
-La próxima vez, juguemos juntos con Akemi.
-Claro.
Con el corazón cada vez más cálido y tranquilo, el sueño lo alcanzó, pero un pájaro carpintero picoteaba con ansias dentro de su cabeza, aturdiéndolo y volviéndolo impulsivo. Empapado de añoranza, marcó el número que sabía de memoria y llamó, dejándolo sobre su oreja y acurrucándose más dentro de la manta tibia. Tenía un pie en el plano real y otro en el onírico, en medio de la confusión creyó ser contestado y se puso a hablar entre balbuceos lentos, sin saber si había alguien oyéndolo o no y sin importarle tampoco.
-Rima no murió.- Fue lo primero que dijo. -Ella vino hoy... Junto a Sehun. Me han pedido perdón. Él está...- Dio un largo bostezo. -Él está durmiendo en mi cama ahora. Me siento... feliz, a pesar de todo, a pesar... a pesar de que tú no estás, soy un poquito más feliz y mi corazón se siente un poquito más liviano.
Eran casi las dos de la madrugada, del otro lado había silencio absoluto y parecía loco hablándole a una línea vacía, pero deseaba tanto sentirlo cerca. Si cerraba los ojos aún podía imaginárselo entre sus brazos, a punto de dormirse mientras conversaban sobre la vida entre susurros perezosos. Se removió y el teléfono cayó al suelo, no se preocupó por recogerlo, se dio la vuelta y antes de caer inconsciente, habló en voz alta una vez más.
-¿Sehun?- Preguntó, pensó que ya estaría dormido, pero escuchó su gruñido en respuesta. -¿Puedes cuidar a mi perro?
-¿Cuándo?
Pensó cortamente. -En unos días.
-No hay problema. ¿Dónde andarás mientras tanto?
-En Busan.
Y entonces aquel pájaro carpintero frenó su martirio y él acabó con su inconstante vigilia.
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