XXVII
Chanyeol estuvo un largo rato tirado en el suelo sin fuerzas para nada, se sintió tan largo como aquel último tiempo junto a la persona que lo había hecho sentir vivo otra vez y que ahora lo abandonaba de la nada, sin reparos ni explicaciones. Lloró en silencio sin prestarle atención al perro sentado delante que le gemía de forma lastimosa, casi como si sintiera lástima del corazón de su dueño. Para él, Baekhyun siempre sería lo mejor, lo más digno y lo más valioso, hasta el momento no había conocido otra persona que lo completara tan bien y no se imaginaba junto a otro que no fuese él. Baekhyun había logrado en meses lo que otros no, lo que nadie nunca.
A la cabeza le llegaron imágenes intermitentes de las marcas que había visto esparcidas sobre su piel, marcas sucias que corrompieron su blancura. Apretando los dientes, decidió que no le importaban, estaba seguro de que había una explicación para ellas. No se mentiría a sí mismo, odió imaginarlo siendo tocado y besado por otra persona, entró en pánico por su propia inseguridad y desesperación, pero tenía una certeza en el interior que era como un sol inextinguible y es que sabía que Baekhyun nunca lo traicionaría a posta, jamás le haría daño a sabiendas.
Podría seguir adelante con lo que fuera mientras lo tuviera a su lado, pero Baekhyun era diferente, él no se toleraba fallas y sería incapaz de perdonarse a sí mismo incluso sin tener la culpa de nada, todos habían estado pidiéndole demasiado y él se los había entregado sin reservas, hizo que se creyeran con derecho de exigir más y continuó permitiéndolo, creando un ser perfecto que funcionaba para hacer felices a los demás. Luego de reflexionar sobre todas estas cosas y lo profundo que este hombre había calado en su ser, quería correr, sostenerlo en su abrazo y decirle que sólo era un ser humano que también se equivocaba y que no era su responsabilidad satisfacer a nadie.
Entendió y admitió que también se había aprovechado de aquella luminosidad incandescente en la superficie, pero frágil en el fondo, y llegó a la conclusión de que lo que menos deseaba era que su amor fuera infeliz mientras procuraba que estuviera a gusto, vivir de ese modo no era más que una falsedad, un acto egoísta.
Se puso de pie con brusquedad y forcejeó en vano con la puerta otra vez. -¡Maldición!- Gritó, frustrado al extremo.
Baekhyun se fue y pretendía que todo quedara como estaba, pero no pensaba darle el gusto, tenían que hablar incluso si no le agradaba, merecía explicaciones y unas muy buenas, no quería dejarlo ir, ni ahora ni nunca, así que iba a pelear por él, lo seguiría y lo acusaría de haberlo enamorado hasta lo imposible como para alejarse de una manera tan absurda.
Llamó al conserje de inmediato y le explicó la situación, al cabo de unos minutos lo oyó del otro lado abriendo la puerta con la llave maestra, pidió disculpas otra vez cuando le entregaron una de repuesto y luego de un agradecimiento igual de rápido, salió corriendo en busca de su novio (porque se negaba llamarlo "exnovio" todavía), ese era el objetivo principal, pero no esperaba que la vida, más específicamente el pasado, volviera a cogerlo de los tobillos para anclarlo.
En la puerta, a punto de tocar el portero, estaba Sehun.
Frenó en seco y lo miró con sorpresa, Sehun parecía igual de pasmado y hasta algo incómodo. -Hyung, ¿te...?, ¿te ibas?- Preguntó.
-Yo...- Vio hacia la calle con indecisión, moviendo las llaves del auto entre los dedos de forma ansiosa.
-Chanyeol.- Que lo llamara por su nombre lo hizo sentir mejor, Sehun nunca se había dirigido a él como "hyung", ese honorífico como una muestra fría de cortesía entre desconocidos le helaba el corazón. -¿Podemos hablar?- Su voz se oía mucho más conciliadora que antes, lo miró a la cara con fijeza y percibió arrepentimiento en sus ojos en lugar de desprecio.
Supo sin explicaciones que había llegado el momento de aclararlo todo entre ellos, pero lejos de sentirse emocionado, tenía la mente ocupada con otras cosas. Por primera vez en tantos años, había cuestiones más importantes que Sehun y su familia y todo lo que había pasado alguna vez.
Miró hacia la calle una vez más y luego otra vez hacia él, esta vez con una pequeña sonrisa. –Lo siento, Sehun. Hoy no, tengo cosas más apremiantes que tratar.
Dejándolo con la palabra en la boca, se sintió algo apenado cuando se dio la vuelta y se alejó, pero no iba a titubear, no debía dejar que pasara un segundo más sin enfrentar a Baekhyun, además, no podía hacer mucho con respecto a lo pasado, pero sí estaba en sus manos encargarse del ahora para anhelar un futuro mejor. Si el destino quería que Sehun y él volvieran a ser como antes, entonces encontrarían más oportunidades como esta.
Había una persona que le daba entusiasmo por el porvenir y debía recuperarla.
Lo primero que se le ocurrió fue el estudio de fotografía, incluso cuando imaginó que allí no estaría, se encontró golpeando la puerta con insistencia. Le abrieron y en su rostro apareció una sonrisa de oreja a oreja que se congeló ni bien notó que del otro lado no estaba quien quería, sino una mujer de mediana edad. Supuso que sería Dee Na, la jefa de Baek y madre de Il Eun.
-¿Necesitabas algo?
-Hum, estoy... estoy buscando a alguien en realidad.
La otra parpadeó. -Es sábado por la tarde, sólo se trabajó media jornada.
Bueno, se le habían escapado varios detalles, ¿ahora qué?, ¿debería irse? El silencio incómodo se extendía y era pésimo para lidiar con este tipo de situaciones, cuando la cabeza la estaba a punto de explotar por el nerviosismo, Dee Na lo invitó a pasar de forma inesperada. Su ceño se frunció ni bien entró, el lugar estaba por completo vacío y no sólo de gente, faltaban todas las herramientas de fotografía que recordaba, daba la sensación de que allí nunca había habido ningún estudio. ¿Qué estaba pasando? ¿Baekhyun ya no trabajaba más allí? ¿Se habían mudado?
Dee Na logró leer sus expresiones y sonrió de medio lado. -Se ve raro, ¿no?- Se cruzó de brazos y suspiró. -El banco nos desalojó.
Recordó los confusos balbuceos de Baekhyun en medio de su ataque de pánico y en un instante de claridad, un nombre se le vino a la cabeza: Wu Yi Fan. Ese tipo quería comprar este terreno para destruir lo que hubiera y crear un emporio de quién sabe qué en su lugar. De repente muchas cosas tuvieron sentido y una preocupación atosigante lo embargó.
-¿Qué pasará con la gente que trabaja aquí?- Preguntó con el corazón acelerado.
-No lo sé.- Se encogió ella. -Seguirán caminos diferentes, supongo.- Lo observó con detenimiento. -Eres amigo de Baekhyun, ¿no?- Sonrió al reconocerlo. -Nuestros oídos han oído tu nombre incontables veces.
Alzó las cejas. -¿Sí?
-Baekkie hablaba mucho de ti, Park Chanyeol ssi, decía que eras "su persona especial". Nunca nos dijo qué tipo de relación tenían, pero fue evidente para todos. ¿Pensabas encontrarlo aquí hoy?- Asintió y ante su expresión extraña, las entrañas se le retorcieron. Dee Na le palmeó el hombro. -Ve a visitar su casa.- Aconsejó sin muchas más explicaciones.
Antes, recorrió cada lugar que Baekhyun solía frecuentar, no encontrarlo por ningún lado acrecentaba cada vez más la sensación de que todo había terminado y lo odiaba. El último lugar que visitó fue la nostálgica estación de metro, vio al muchacho que vendía café en la entrada y se le acercó con esperanza.
-Hum,- Comenzó con torpeza. -Eres Jongin, ¿verdad?
El chico se mantuvo sirviendo a los clientes sin dirigirle una sola mirada, lo cual le pareció extraño, y sólo reaccionó ante la pregunta directa. Lo miró con sorpresa, pero incluso esta lucía un poco falsa. -¿Eres el amigo de Baekkie hyung?
-¿Lo has...? ¿Lo has visto?
Jongin pasó saliva de forma audible. -No.- Murmuró.
Dio la vuelta al carrito para enfrentarlo de cerca. -Por favor.- Suplicó sin preocuparse por parecer desesperado, era justo cómo se sentía. -Si sabes algo de él, dime.
Jongin titubeó y para evadirlo vagó su mirada por todo el lugar. -Lo siento, hyung, Baekhyun no apareció en la estación desde la última vez que fue a su trabajo.
Rendido, Chanyeol se largó sin una palabra más y con una nube negra de desgracias encima, quería encontrar a Baekhyun enseguida, pero no iba a intimidar a personas que no tenían nada que ver.
Se quedó un buen rato estacionado frente a la casa de Baekhyun sin la valentía suficiente para llamar a la puerta. Si estaba allí, ¿lo recibiría o lo dejaría marchitarse? Había estado dispuesto a enfrentarlo, pero la incertidumbre lo apabullaba, luego comprendió que si quería respuestas tenía que avanzar a pesar del miedo y caminó hacia delante. La señora Byun lo recibió con calidez, lo cual fue un gran incentivo, ella lo llevó a la cocina y le preparó té en silencio, cuando se sentó en frente corroboró las más temibles expectativas.
-Lamento si estás aquí por Baekkie, él no se encuentra.
Una punzada dolorosa atacó su pecho sin piedad. -¿Dónde está, eomeonim?- Fue directo dado que ya no podía soportarlo más. -Yo en serio... En serio lo necesito.
La señora Byun se sorprendió. -Él no fue capaz de hablarte al respecto.- Murmuró aturdida.
-¿Sobre qué?
Ella suspiró, bebió un largo trago de té y habló con delicadeza. -Chanyeol, sé que tú y mi hijo tienen una relación especial. Sé que él te quiere, no necesité mucho para notarlo.- Le dio una mirada analítica. -Déjame preguntarte, ¿tú lo quieres tanto como él te quiere a ti?
Eso lo tomó por sorpresa, pero sus sentimientos eran fuertes y respondió con seguridad. -Lo quiero como nunca quise a nadie, eomeonim.
La señora Byun sonrió con satisfacción. -En ese caso, las nuevas noticias no serán un gran problema para ti.- Ante su confusa mirada, abrió el cajón de un mueble cercano y sacó un sobre abierto, lo deslizó sobre la mesa en su dirección y tomó eso como un permiso para leer su contenido. Al cabo de unos segundos silenciosos, continuó. -Esa carta... Me dio felicidad y tristeza a la vez. Creo que coincidirás conmigo en eso.
Los dedos se apretaron cada vez más alrededor de esa hoja a medida que avanzaba en la lectura, al final no dijo nada, sólo abandonó la carta con la mirada perdida. No sabía cómo sentirse y la señora Byun volvió a tomar las riendas de la conversación, convirtiendo en realidad lo que acababa de leer.
-Baekhyun se fue.- Confirmó como si nada. -Un importante estudio de arte en Busan lo ha descubierto y desea que sus fotografías formen parte de la inauguración de una nueva galería.
No era idiota, había leído cada línea, pero estaba en trance. Esto era... Impensado tanto como imperdonable. De repente se sintió enfadado y sabía que era egoísta y tonto, pero odió oír de la boca de esta mujer que su novio se fue a la otra punta del país así como así, sin decirle nada y sin importarle una mierda.
-La galería todavía no abre, pero decidió irse antes para preparar sus cosas allí. Me dijo que quería "amigarse con el ambiente" y más tonterías así.- Rio un poco. -Seguro pensó que me creí esas pobres excusas. Siempre creyó que se salía con la suya, ¿sabes? Pero una madre se da cuenta de todo.
Chanyeol quería prestarle atención, pero en esos momentos no podía pensar en nada que no fuese su novio dejándolo de forma cruel e insensible.
-Sé que que abandonar a la fuerza el estudio en el que tanto trabajó con sus amigos le causó un gran shock. Y, viéndote aquí ahora, entiendo que escapó de varias situaciones que no logró controlar ni soportar.
-Me ha dejado.- Fue lo primero que dijo después de todo ese tiempo sumido en sí mismo. -No lo entiendo.- Sollozó. -¿Cómo puede decirme que no será un gran problema? Baekhyun era mi amor y en un instante desapareció, diciendo estupideces sobre no ser digno, puras estupideces.- Escupió con lágrimas en las mejillas. -Se fue de la ciudad por quién sabe cuánto, sin mencionarme una sola palabra al respecto, dejándome atrás como si no hubiese significado nada, ¿cómo...? ¿Cómo pudo?
La otra lo escuchó en silencio. -¿Me mentiste antes, Chanyeol?
-¿Qué?- Hipó él. -¿Cuándo?- Cuestionó con indignación, borrándose del rostro los rastros de tristeza.
-Me dijiste que lo querías como a nadie nunca, ¿eso fue mentira? Qué descarado.
-¡No lo fue!- Negó con furia. -¡De hecho, ni siquiera lo quiero, yo estoy enamorado de su hijo!
La señora Byun traicionó su fachada cuando una sonrisa dobló las comisuras de sus labios. -Entonces, ¿por qué lloras, cariño?
-¡Es injusto! ¡Él no puede hacerme esto!
-En ese caso, será mejor que lo busques y le aclares ciertas cosas, ¿no crees? Yo que tú, no lo dejaría salirse con la suya tan fácil.
-¿¡Sabe qué!? ¡Eso haré! ¡Iré hasta el infierno a buscarlo si es necesario!
-¿Y tanto por qué?
Sorbió por la nariz y no pudo evitar confesar lo que de verdad sentía a pesar de todo. -Porque lo amo y haría lo que sea por estar a su lado.
La mirada en los ojos de la otra estaba repleta de ternura. -¿Ahora lo ves? Si se ama, se puede contra todo, Chanyeol.
Salió de allí un tanto confundido, estaba herido por las noticias, pero a la vez seguía creyendo que luchar por Baekhyun era lo correcto, sus sentimientos no desaparecían y dudaba que alguna vez lo hicieran, lo necesitaba, lo deseaba y, sin dudas, tenía varias cosas que decirle. Volvió a casa sintiéndose hambriento, cansado y triste, había estado todo el día yendo de aquí para allá y no dio crédito a lo que encontró frente a la puerta.
Sehun todavía estaba allí sentado en un escalón, con sus rodillas abrazadas al pecho y su cabeza gacha. Por un instante le pareció ridículo, pero luego se horrorizó al pensar que su dongsaeng había estado todo el día soportando frío en una mala postura. Se le acercó y lo levantó tomándolo del brazo sin miramientos.
-Hyung...- Sehun lucía cansado y sorprendido por igual.
-¿Qué estás haciendo?- Reprendió con dureza.
-Ah, y-yo... Yo sólo quería... Lo siento si...
-¿Estuviste afuera todo el tiempo? ¿Cómo se te ocurre? Mira si enfermas.- Chasqueó la lengua mientras abría la puerta. -Tan infantil.
Sehun comenzó a hacer muecas extrañas y lo miró desconcertado, cuando notó sus lágrimas comprendió que había intentado retener el llanto sin mucho éxito. Suspiró sin saber qué hacer y Sehun se deshizo de su agarre para limpiarse la cara, hipando como un niño.
-No me hagas caso.- Balbuceó. -Es que... Pensé que me echarías.
Chanyeol cerró los ojos, estaba agotado. -Vamos adentro.- Dijo simplemente. -Comeremos o beberemos algo y...
-Chan.- Lo interrumpió. -Hablemos. Quiero... Quiero que arreglemos todo.
-Mi novio acaba de dejarme y se mudó a Busan sin decirme nada.- Ante los ojos bien abiertos de Sehun, sonrió. -Ahora no estoy de humor, pero si quieres, te quedas a dormir y mañana hablamos.
Por algún motivo eso hizo que Sehun volviera a llorar con más fuerza y sólo pudo verlo apenado, no entendía lo que le pasaba y no sabía qué más decir, era terrible para consolar a los demás.
-No podemos esperar más.- Logró articular Sehun entre sollozos.
-¿Qué quieres decir?
-Hay alguien más.
No tuvo tiempo de cuestionar al respecto, Sehun volteó hacia una dirección incierta y de repente llamó:
-¿Mamá? Ven.
******
Esa misma tarde, ni bien había visto al muchacho alto arribar frente a la estación hecho un lío desesperado, Kyungsoo se había apresurado a cerrar todas las cortinas de la librería y a voltear el cartel de abierto en la puerta. De forma discreta, había espiado a través de la ventana cómo encaraba directo a Jongin para luego darse la vuelta y volver abatido, lo vio desaparecer en la distancia y suspiró mientras volvía a voltear el cartel del frente y a despejar los vidrios. De brazos cruzados, dirigió una dura mirada de reproche al individuo tirado en el suelo, apoyado en una enorme pila de libros que faltaban ordenar y luciendo miserable.
-¿Esta es la mejor forma que se te ocurre?- Cuestionó.
No le contestaron, pero supuso que así sería, después de todo, esta persona había llegado a su puerta muerta en vida y dudaba que su silencio fuera debido a un posible titubeo en sus decisiones, más bien la tristeza había embargado su alma y a la vez había consumido su voz para no tener que escucharse nunca más.
Por lo que quedaba de vida.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top