XXIV

De repente, la atención de su reluciente novio fue robada por un mocoso que apareció de la nada. Sentado en el banco, Chanyeol veía con malhumor a Baekhyun jugando con la criatura sobre su regazo, haciéndole cosquillas en la barriga y llenándole de besos el rostro.

No era justo.

Baekhyun propuso ir hasta el área de juegos y no pudo hacer más que seguirlos entre suspiros. El niño insistió en probar todos los juegos que vio y Baekhyun le hizo caso, pareciendo divertirse también, por su parte estaba tan enfadado que ni siquiera pudo apreciar esa bonita actitud. Era la primera vez que tenía una cita de verdad con un novio en serio y ahora todo se había arruinado.

-Gracias por ayudarme a cuidar de Il Eunnie.- Dijo Baekhyun y sólo pudo sonreírle como un idiota porque, ¿qué más podía hacer ante esos ojos encantadores? Baekhyun lo asió del hombro y tiró de él. -Luego te lo compensaré.- Le susurró al oído.

Bueno... Traer al niño no había sido tan mala idea después de todo.

-¿Podrías vigilarlo un momento? Iré a comprar algo para comer.

Baekhyun se escapó antes de que pudiera protestar y se quedó a solas junto a la revoltosa criatura. El pequeño estaba sentado en la hamaca, viéndolo con curiosidad mientras esperaba, así que se acercó y lo meció.

-Me gusta más cuando lo hace Baekkie hyung.- Il Eun fue sincero.

-Pues, él no está aquí así que tendrás que conformarte.

Il Eun hizo una mueca y señaló el tobogán en un pedido silencioso. Esperó de brazos cruzados y con impaciencia a que se acabase la cola de niños y la usase tres veces seguidas, luego quiso usar el pasamano, pero como era demasiado pequeño para alcanzar las barras, tiró toda su cabecita hacia atrás y estiró los brazos hacia él con naturalidad. Chanyeol respingó.

-Oh, no. No, no, no. Yo no alzo críos.- Siguió escapando ante la insistencia del pequeño. Se preguntó dónde demonios se había metido Baekhyun y por qué le estaba haciendo esto...

-¡Il Eunnie, Yeollie!- Al girar, lo vieron. -¡Comamos algo!

Obviamente, compró puros dulces. Chanyeol sólo se metió a la boca un caramelo y ya porque nunca había soportado las cosas empalagosas; su novio y su compañero en cambio, se la pasaron comiendo chocolates, paletas, algodón de azúcar y más comida así con la misma pasión y entusiasmo.

-No le digas a tu mamá sobre esto, Il Eunnie.- El niño asintió obediente. -Es nuestro secreto.

El parque estaba lleno de niños disfrutando del cálido clima primaveral. Il Eun y Baekhyun se unieron a otro grupo para jugar un improvisado partido de fútbol. A Chanyeol no le interesaban los chiquillos correteando con sus cortas piernas, en su lugar prefería observar a su novio perdiendo la pelota a posta, fingiendo caerse sobre la grava, haciendo caras raras y demás tonterías para producir un coro de risillas estridentes. A Baekhyun le gustaban los niños, estaba claro, no tenía dificultades para tratarlos y genuinamente disfrutaba junto a ellos. Se encontró sonriendo ante tal revelación, sintiéndose aún más encantado y... un poco envidioso debía admitir.

Cuando regresaron estaban jadeando y con gotas de sudor en el rostro. Sonrió mientras los oía jactarse sobre el partido ganado, contagiado por el buen ánimo a su pesar. Baekhyun dijo que iría a conseguir bebidas y corrió lejos otra vez, dejándolos solos de nuevo. Il Eun movía sus pies en el aire sentado a su lado y no le prestó atención hasta que sintió que tiraban de su camiseta y se tensó con temor.

-Hyung.- Dijo su agotada vocecita. -Tengo sueño.

-¿Y qué podría hacer yo?

El pequeño dio un bostezo y fregando uno de sus ojos se inclinó con intenciones de recostarse, él se removió con incomodidad, pero no pudo evitar que la criatura terminara sobre su regazo. Se aferró a los bordes del banco con disgusto mientras Il Eun ladeaba el rostro con ojos adormilados y bostezaba de nuevo.

Lo tomó por debajo de los brazos y lo alzó. -No lo creo.

El otro parpadeó confuso antes de comenzar a revolverse con emoción. -¡Qué alto!

Sólo entonces cayó en cuenta de que estaba sosteniendo a un niño por primera vez en su vida. El corazón le latió rápido y tragó saliva, el primer impulso fue soltarlo, pero en su lugar se aseguró de sostenerlo firme para no hacerle daño. Il Eun pataleaba entre gritos eufóricos de emoción, ignorante de sus luchas internas y, observándolo, algo de esa simpleza y diversión ingenua se le metieron bajo la piel.

-Supongo que no es igual cuando te levanta un enano como Baekkie hyung, ¿no?

Il Eun largó una carcajada. Chanyeol meditó unos segundos y al final jugó con él, simulando que era algo así como una figura de acción de juguete y haciéndolo volar como un superhéroe, meciéndolo en el aire con diversión, sonriendo ante las risillas de regocijo que llenaban sus oídos. Sus brazos se sintieron adoloridos y tuvo que dejarlo sobre su regazo otra vez, sosteniéndolo del torso para que no cayera. Il Eun lo miró a los ojos con alegría.

-¡Eres genial, hyung!

Su sonrisa se volvió trémula y un pinchazo de dolor atacó su pecho. Il Eun parpadeó lento y cabeceó y lo alzó hasta su rostro para verlo con fijeza.

-Eres una criatura revoltosa.- Le dijo. -Siempre estás pidiendo cosas y llevándote toda la atención por ser pequeño.

Il Eun presionó sus frentes con suavidad y cerró los ojos.

Justo entonces Baekhyun se acercó con botellas de agua entre los brazos, las dejó sobre el asiento y sin una palabra, tomó a Il Eun de sus brazos. Lo dejó ir en el mismo silencio, agachando el rostro para ocultar las lágrimas que se habían acumulado. Baekhyun se alejó unos pasos, meciendo al niño con calma sobre su pecho, supo que estaba dándole espacio.

La súbita imagen de su hermana inundó sus pensamientos. ¿Qué tanto había estado perdiéndose por su ignorancia y obstinación?

******

Baekhyun se sintió exaltado cuando vio a Yifan otra vez en el estudio. Había estado sonriendo todo el rato mientras observaba la adorable sesión fotográfica de Minha con un bebé y ni bien volteó y se lo encontró, su rostro se volvió más serio y su corazón latió con ansiedad. Ya sea si notó el extraño cambio o no, Yifan sólo le dio una suave sonrisa a modo de saludo antes de pasar a la oficina de su jefa y largó el aire contenido. Por un escaso y loco segundo creyó que estaba allí por él.

Siguió con lo suyo hasta que vio a sus tres compañeros pegados a la puerta de la oficina luchando por oír algo de lo que sea que pasaba allí dentro.

-¿Qué hacen metiendo sus narices donde no deben?

Los tres le chistaron a la vez.

-Nos atraparán por tu culpa.- Frunció el ceño Miki.

-Está interesante.- Se removió Minha.

Miró a Gail, el único con un poco de sensatez, pero estaba igual de interesado en el chisme que los demás. Le devolvió la mirada con pena cuando admitió: -Me dio curiosidad.

-No se deben oír conversaciones ajenas, hay trabajo que hacer, vamos.- Los empujó con suavidad y aunque se quejaron, lo obedecieron.

-Baek es un moralista, qué molesto.- Murmuró Miki.

-Luego nos contará.- Minha bostezó mientras se alejaba.

Gail sonrió con nerviosismo y se largó con la misma rapidez. Suspiró y echó un vistazo a la puerta, no podía oírse nada... Incapaz de contenerse, vio alrededor corroborando que estaba solo y se apoyó ligeramente como si fuera una mera casualidad.

-Estoy dispuesto a entregar quinientos millones de wons.- Dijo la voz amortiguada de Yifan. -Asumiré todas las responsabilidades financieras.

-Eres un timador de primeras.- Contestó su jefa. -Me dijiste que estabas aquí para formar una sociedad, ¿fue acaso una excusa?

-Ese tipo de sociedades no son de mi interés, en su lugar, pienso que esta oferta es mucho más...

-Generosa, ajá.

-Estamos de acuerdo en algo. Eso es bueno dado que el tiempo corre y no espera a nadie, será mi última oferta.

-¿Estás amenazándome?

-Tienes el embargo encima y no hay más que puedas hacer.- Era difícil discernir algo desde su posición, pero Yifan se oía jactancioso.

Hubo un largo silencio.

-¿Por qué deseas tanto mi estudio?

Se pegó todavía más a la madera.

-Lo quiero y me gusta. Cuando veo algo que quiero tengo que tenerlo, así soy yo.

-Hablas como un mocoso.

Sus voces habían estado sonando cada vez más impetuosas y agresivas, algo que le costaba trabajo soportar a su corazón. Lo meditó un instante y decidió que tal vez podría interceder para calmar las aguas antes de que las cosas escalarán aún más, tocó la puerta antes de abrirla y asomó la cabeza con timidez.

-¿Sabonim?

-No es el mejor momento, Baekhyun.- Dee Na se frotó el entrecejo.

-Como tu empleado más antiguo, ¿podría expresar mi opinión sobre el tema?- Ingresó a pesar de su negativa y cerró la puerta.

-Me parece perfecto.- Accedió Yifan con una sonrisa. -Dinos lo que piensas, Baek.

-Está bien.- Largó Dee Na con hastío. -Dile que no queremos su dinero y que nuestro estudio no está en venta, quizás a ti te escuche.

-De hecho...- Comenzó con inseguridad. -Creo que deberías considerar su propuesta.

Ambos mostraron sorpresa en sus rostros, Yifan parecía gustoso y Dee Na confusa.

Baekhyun sonrió con torpeza a su jefa. -¿Tienes idea de todo lo que podríamos hacer con ese dinero?

-A mi forma de ver,- Interrumpió Yifan. -Ustedes tienen un problema y yo puedo solucionarlo. Deben mucho dinero, noonim, y a pesar del esfuerzo durante años, a veces sigue sin ser suficiente.

Dee Na le dirigió una incrédula mirada. -¿Le has contado lo que desayuno todas las mañanas también o...?

-Sabonim, yo...

-¿Qué tanto se traen?- Preguntó de repente. -¿Por qué entraste justo ahora, Baekhyun? ¿Lo tenían preparado? Qué demonios.

-Espera, ah, esto se está yendo de las manos.- Meneó la cabeza con ansiedad, planeaba apaciguar las cosas y sólo las empeoró.

-Aprovéchame.- Intercedió Yifan. -Dudo que recibas más ofertas como la mía.

Dee Na comenzó a caminar de un lado a otro con impotencia ante la atenta mirada de los dos, se tomó unos segundos para observar a través de la ventana y luego se volteó para largar un claro y corto "no".

Baekhyun miró a Yifan con una sonrisa conciliadora. -Quiere decir que no por ahora.

-No significa no, no importa el momento.- Se dirigió a Yifan con la misma severidad. -No me interesan tus ofertas, mi estudio no se vende.

Sus palabras quedaron en el aire, flotando en el denso silencio. Baekhyun no se animó a decir más nada y agachó el rostro, entendía bien a Dee Na, pero creía que estaba siendo demasiado terca al respecto, sólo tenía en cuenta el valor sentimental que aquel lugar tenía para ella ignorando cualquier aspecto práctico.

Yifan arregló su saco. -La propuesta sigue sobre la mesa.- Sonó igual de tranquilo que al comienzo y salió igual de elegante que como entró, dejándolos atrás con sentimientos pesados de nerviosismo e incertidumbre.

******

La pierna de Chanyeol se movía de arriba abajo con histeria mientras sostenía con fuerza el teléfono contra su oreja, su mente era un lío y la sangre recorría sus venas con rapidez, el tono de espera lo torturaba y parecía eterno. Cuando estaba a punto de rendirse y cortar, una cálida y delicada mano acarició su brazo con suavidad y recorrió el camino hacia abajo hasta entrelazar sus dedos. Miró a su novio sentado al lado con fidelidad, Baekhyun le sonrió y eso bastó para tranquilizarlo.

Al fin respondieron del otro lado y conectado a esos ojos que lo observaban inundados de paz y dulzura, pudo contestar en calma.

-¿Mamá?- Susurró sin dejar de mirarlo. -¿Todavía están en Seúl?

-Sí.- Dijo la animada voz de Choi Mi. -¿Por qué? ¿Necesitas algo?

Apretó con fuerza la mano de Baekhyun. -¿Podría...?- Tenía las palabras atragantadas en la garganta y era difícil dejarlas salir.

-Tranquilo, no pasa nada.- Le susurró el otro, su aliento cálido acarició su cuello.

Tomó aire con profundidad. -¿Podría pasar un tiempo con Akemi?- Largó rápido y el silencio del otro lado lo puso en guardia. -¿Tú...? ¿Estás de acuerdo, eomma?- Oyó un extraño sonido y algo de movimiento, alguien habló a lo lejos y no lo entendió, frunció el ceño. -¿Hola?

-¿Oppa?

Su cuerpo se tensó ante la tímida voz de su hermana menor, miró a Baekhyun con los ojos enormes sin saber cómo proceder. -¿S-sí?

-Me gustaría ir al parque contigo.

Chanyeol sintió un nudo en la garganta. -Si eso quieres, eso haremos.- Recibió un sonido de afirmación como respuesta.

Cuando cortó todavía sostenía con fuerza a Baekhyun, no lo soltó y tampoco lo soltaron, y lo agradeció.

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