XXI
-No olvidaste.
Chanyeol miró a Baekhyun parado en medio de la acera con los ojos grandes luego de oír toda su historia. Esa noche por algún motivo, la luz de la luna bañándolo lo volvía más hermoso de lo que ya era.
-No olvidaste, Yeol, sólo aprendiste a vivir con ello.- Se le acercó. -No te sientas culpable.
Se frotó la nuca, confundido y un poco nervioso todavía. Después de haber hablado sobre cosas que pensó que jamás diría en voz alta, era extraño recibir este tipo de respuesta. No sabía qué debía esperar tampoco.
-Yo... Si supiera la verdad, entonces quizás podría olvidar.- Comenzó a justificarse.
Pero Baekhyun lo tomó de ambos brazos y le sonrió. -Buscaste algo y no lo encontraste, esa es toda la historia. ¿Sigues tan pendiente de Rima Guk como antes?
Por primera vez se cuestionó eso y se dio cuenta que desde que había conocido a Baekhyun, todo su pasado había quedado en un segundo plano. Hoy día sus objetivos habían cambiado y sus intereses eran otros, las cosas que tenía en mente no se relacionaban con lo que pasó, sino con un futuro emocionante que anhelaba. Ahora que lo pensaba, tampoco había intentado comunicarse con Sehun desde hace rato. Es verdad que no había olvidado, lamentaba todo lo que había pasado y hubiera deseado que las cosas fueran distintas, pero ya no era relevante. Después de todo, no había mucho más que pudiera hacer.
Nunca pudo hacer nada en realidad.
-No era tu responsabilidad, Yeol.- Continuó Baekhyun como si hubiera leído su mente. -Porque no tuviste la culpa de nada. Mira, siempre que dejas atrás ciertas cosas, puedes seguir adelante con otras.
Que Baekhyun le dijera eso mientras estaba justo frente a él no le pareció una coincidencia. De hecho, lo sintió como una especie de designio. Enmarcó sus mejillas e inclinó su rostro, observándolo con profundidad, no pudo evitar reír con alivio, ¿hasta qué punto esta persona podía ser tan preciosa? Baekhyun elevó las manos y cubrió sus mejillas también, dándole caricias con sus pulgares.
-¿Qué pasa?- Preguntó con curiosidad.
El otro se acercó y lo besó suavemente en los labios. Baek abrió ligeramente los ojos ante la sorpresa, porque Chanyeol no solía besarlo de aquella manera... Una manera tan limpia y pura, tan impoluta y dulce. Sentía que su corazón aleteaba y que en su estómago había mariposas, cosquilleaba mientras Chanyeol ladeaba su rostro y lentamente atrapaba su labio superior entre los suyos, y luego tomaba el de abajo y proseguía. Tenía los ojos cerrados, completamente absorto en besarlo, en comerle la boca; lo sabía porque él, a diferencia, los mantenía abiertos, sólo para poder verlo. Nunca lo habían tratado de aquella manera, nunca lo habían sostenido como si en verdad fuera un valioso tesoro. Siempre le habían dicho que era encantador, que desprendía luz, pero sólo entre las manos de Chanyeol se sintió de aquella manera.
Baekhyun rio en medio de sus besos y Chanyeol se separó para verlo con diversión. -¿Qué?
El otro negó y se puso de puntillas para unir sus frentes. -Imagino un poco.
Chanyeol lo acarició suavemente. –Si es conmigo, entonces no tendrías por qué imaginar nada.- Lo vio a los ojos. –Vuélvelo realidad.- No le permitió decir nada ya que volvió a acaparar su boca. –Vamos a casa...- Le pidió con algo de urgencia.
Pero Baekhyun dio un saltito hacia atrás, alejándose de él, provocando que estirara los brazos en un intento por devolverlo a aquel lugar en el cual cabía tan bien.
-No quiero averiguar si hay otra muchacha guapa esperándote.
Chanyeol frunció el ceño. -Sabes que no es así, no es lo que parece.- Insistió.
Baekhyun lo vio con un recelo gracioso, achicando los ojos de forma linda. -Me daré tiempo para pensar. Mientras tanto, esperaré una buena explicación.- Se alejó con premura antes de que pudiera decir algo más.
******
Durante el almuerzo que compartían en un bar cercano al estudio, todos vieron con curiosidad cómo Miki sacaba algunos papeles de su bolso y los tiraba sobre la mesa mientras sorbía su jugo de naranja por la pajilla. Pasearon sus ojos de ellos a él en silencio, esperando una explicación.
-¿Qué son estos?- Minha fue la primera en preguntar.
-Salones, amplios. Ideales para un estudio de fotografía.
Gail hizo una mueca. -Eso es...
-Hay que mudarnos.- Suspiró Baekhyun, cogiendo los papeles y hojeándolos.
-Si tan sólo hubiera algo que pudiéramos hacer...
-Pero no lo hay.- Dijo Miki. -Entiendo el apego de Dee Na, yo también amo el lugar que me vio crecer, pero...
-Es difícil.- Completó Baekhyun.
Todos guardaron silencio dejando de lado su comida, angustia reflejándose en sus rostros. Minha se inclinó sobre su hombro para husmear en los papeles también.
-Oye, Baek.- Comenzó. -¿Eres amigo del tipo que quiere comprar el estudio?
-Podría decirse.
-¿Has hablado del tema con él?
-No me junto con mis amigos a hablar de cosas así, Min.- Sonrió con pena.
-Pero quizás Minha tenga un punto.- Se adelantó Miki. -Podrías... No lo sé, podrías convencerlo de construir sus cosas en otro lugar.
Quiso suspirar de frustración. -No son asuntos que me incumban.
Miki pareció ofendido. -¿No te interesa nuestra situación?
-Sabes que sí lo hace, pero no es mi responsabilidad. Además... No soy tan cercano a él en realidad.- Murmuró al final.
-Te he visto subir a su auto e irte con él después del trabajo...- Balbuceó Minha.
-Vamos, Baek. Si se llevan bien, ¿qué mal hace, al menos, transmitirle nuestra posición al respecto? Podría reconsiderarlo.
Se puso de pie. -Ya casi termina el almuerzo y hay trabajo que hacer.- Fue todo lo que dijo. Se limpió la boca, junto sus cosas y se marchó.
Siguió sintiendo su teléfono vibrar el resto del día. Debido a lo ocupado que estaba no pudo echarle un vistazo, pero sabía que no era Chanyeol, este no solía contactarlo durante su horario de trabajo. Podía ser cualquier otra persona y tenía una corazonada de quién. Observó el nombre centelleante en pantalla con una mueca y se debatió si contestar o no, al final lo hizo.
-¿Sí?
-Estaba viendo a través de la ventana y descubrí que florecieron los árboles de adelante.
Sonrió. -Deben verse hermosos, Yifan.
-Mm, lo hacen.- Hubo unos segundos de silencio. -Vale la pena sacarles algunas fotos.
-Suena tentador.- Pasó los dedos por las tapas de algunos libros dispuestos sobre la mesa.
-Y luego podría preparar algo para cenar. ¿Sigue sonando tentador?
Baekhyun abrió la boca para negarse, pero envió una corta mirada de reojo a sus compañeros riendo más allá junto a su jefa y de repente se quedó sin palabras, no pudo hacerlo. Cerró los ojos y apretó el móvil con fuerza.
-¿Baek?
-Suena bien.- Confirmó antes de poder detenerse. -Sólo di un día.
Contuvo sus suspiros esa vez y más tarde mientras iba sentado en el asiento del acompañante junto a Yifan. No era como si le disgustara estar con él o como si tuviera algo en su contra, simplemente seguía estando incómodo a su alrededor debido a las palabras no dichas que seguían flotando entre ellos. La situación con el estudio era complicada también y él seguía en una posición intermedia extraña que poca gracia le hacía.
Yifan fue igual de atento que de costumbre, pero no supo si fue su propia cabeza jugándole una mala pasada, percibía su cariño y sus sentimientos aún más que antes. Quizás debido a eso la velada no fue tan mala al final; disfrutó escucharlo hablar y pudieron conversar de forma amena a pesar de todo.
-¿Han formalizado con Chanyeol?- Preguntó entonces mientras comían, sacándolo por completo de la zona de confort segura que habían logrado con esfuerzo.
Se atragantó con el trozo de patata que masticaba y tosió ante su mirada divertida. Carraspeando, bebió un trago de agua y siguió comiendo como si no hubiera escuchado nada. Yifan descansó la quijada sobre una mano y lo miró por un largo tiempo hasta que ya no pudo ignorarlo.
-¿Debería repetir la pregunta?
-Ah...- Baekhyun se frotó la frente. -No hay... Mucho que formalizar.- Quiso patearse, ¿qué demonios estaba diciendo?
Yifan pareció más serio. -¿Eso qué quiere decir?
Baekhyun levantó la mirada y quedaron viéndose a los ojos un momento. -No hagas esto... No... No preguntes, ah.- Suspiró con fastidio.
Al parecer, a todos les gustaba ponerlo en situaciones horribles.
Yifan guardó silencio en lo que terminaba de masticar un bocado de su comida. -¿Debería tomar tu reticencia a formalizar con él como una muestra de interés hacia mí?- Preguntó al aire, sin el valor suficiente para encararlo.
La punzada en su estómago fue intensa y dolorosa, tanto que le hizo cerrar los ojos. De repente la comida sabía extraña, ya no tenía apetito, quería irse. Mordió su labio con fuerza y, a diferencia, sí lo miró a la cara, apenado a morir, negando con la cabeza.
-No, Yifan, me temo que no es así.
El otro tardó bastante en reaccionar, pero cuando lo hizo, le sonrió de forma extraña. -Tú eres el chico hacia el cual todos mis pensamientos van dirigidos.- Confesó.
Aquello era prácticamente una confesión y, a pesar de haber sido consciente de las emociones de Yifan desde hace tiempo, lo tomó con la guardia baja. Puso toda su concentración en controlar su expresión para no hacer demasiado obvia su angustia. Pensó en algo que decir, pero no se le ocurrió nada bueno y prefirió callarse. Yifan encogió un hombro y desvió la mirada mientras bebía de su vaso.
-Sólo tú me haces sentir así.
Después de terminar su cena, decidió que sería mejor volver a casa. Yifan lo llevó en auto. Cuando llegaron, en lugar de bajarse sin mirar atrás, Baekhyun se quedó congelado en el asiento. Le pareció haber visto a alguien en el frente de su casa, pero no estaba seguro... ¿Su mente estaría inventando cosas otra vez?
-¿Baek?
Reaccionó. -Muchas gracias por todo, Yifan, nos vemos.- Se despidió con una pequeña sonrisa.
Yifan lo detuvo. -Baekhyun.- Apretó los labios en una fina línea cuando se volteó. -Me gustaría que pudieras tomarme en serio, aunque sea un poco.
-No eres una broma para mí.
-Entonces considérame.
Suspiró. -Será mejor que me vaya. Lo siento.
Abrió la puerta, pero el otro pasó un brazo por delante y volvió a cerrarla. Se giró con las cejas alzadas y tragó con dificultad al descubrirlo muy cerca, casi pegado a su cuerpo. La mirada en aquellos ojos le dejó la garganta seca.
-¿Puedo besarte?- Preguntó Yifan.
Mierda.
Baekhyun paseó sus ojos por todos lados con nerviosismo y se hundió en el asiento. El aroma masculino de Yifan por todos lados lo mareaba.
-No.- Cerró los ojos y meneó la cabeza con seguridad.
-Él no es nada, Baekhyun.- Susurró Yifan en su oreja como un demonio intentando tentarlo. -No son nada.
Gruñó y forcejeó para abrir la puerta. -Lo siento, pero no.- Ya sobre la acera, por algún motivo no pudo irse sin más, así que se agachó para verlo con tristeza. -No eres tú, en serio, es sólo... No.
Sólo alcanzó a oír un "lo entiendo" antes de correr hacia su casa en la acera de enfrente. Se quedó parado allí con el corazón latiendo fuerte y su cabeza hecha un lío mientras escuchaba el auto arrancar y lo veía desaparecer en la noche. Se encogió un poco y ladeó su rostro, sin fuerzas ni valor para voltear.
-¿Qué haces aquí?
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