XVII
Después de semanas sin gozar de nada verdaderamente, Chanyeol tenía la dicha de sentir (por fin) bien cerca al chico por el cual había añorado todo ese tiempo.
Presionado contra la puerta de su apartamento, Baekhyun había enrollado una pierna alrededor de su cadera, frotándose de forma continua y descarada contra él en lo que se besaban con hambre, arrítmico, descuidado y muy, muy deseoso. Metió las manos bajo su sudadera, descubriendo con gusto que Baekhyun no usaba una camiseta debajo. Estiró las palmas amplias y cálidas sobre su torso, acariciando lenta y constantemente su pecho y haciendo que el otro dejara escapar un hermoso gemido a través de sus labios. Sonrió de forma perezosa; creyó que llegado el momento estaría muriéndose de los nervios, pero después de observar aquel rostro tierno y sonrojado, supo que podría manejarlo sin sufrir un ataque al corazón.
Al menos, no uno demasiado severo.
Lo desnudó de la cintura para arriba y no pudo evitar pensar en él como una comida apetitosa. Baekhyun se estremeció de forma visible mientras paseaba los ojos sobre su cuerpo y sin apartar su intensa mirada, Chanyeol apoyó las manos contra la puerta, acorralándolo antes de atacar su cuello con mordiscos fuertes que lo hicieron jadear. Lamió y besó cada marca que dejó no sólo allí, también sobre su pecho y abdomen. Baekhyun se aferró a sus hombros, indefenso, y jadeó entre murmullos incompresibles mientras se estremecía hasta que quiso ser más activo y se abalanzó hasta empujarlo sobre la cama. Rebotando de arriba abajo y confundido por el cambio repentino de roles, lo vio sentarse a horcajadas de sus caderas, elevándose sobre él mientras apresaba sus manos contra el colchón.
Eso le trajo recuerdos.
Se le acercó lentamente al rostro y lo vio a los ojos. -Voy a devorarte, Yeollie.- Su tono fue cantarín y juguetón, incitante.
Chanyeol largó una carcajada bien sentida porque todo aquello se estaba volviendo endemoniadamente divertido. -Quiero verte hacerlo, Baekkie.- Alzó sus caderas intempestivamente simulando una gran embestida, y Baekhyun pegó un salto mientras de sus labios escapaba un gemido.
Chanyeol sonrió con diversión, Baekhyun lo miró con sorpresa antes de reír travieso y comenzar a desvestirlo con premura. Volvieron a besarse, esta vez de forma más sosegada y pasional, y Baekhyun aprovechó para bajar el cierre de sus pantalones y colar una mano dentro de su ropa interior. Chanyeol tembló cuando esos dedos rodearon su intimidad con firmeza y se le hizo complicado concentrarse en el beso mientras lo acariciaban con tanta maestría. Frunció el ceño y jadeó entre dientes, este chico realmente sabía lo que hacía.
Baekhyun se separó y lo vio con el rostro ladeado. -¿Por dónde debería empezar?- Preguntó en un tono de indecisa inocencia, su mano subiendo, bajando, apretando y haciendo círculos de forma delirante.
Chanyeol gruñó bajo en su garganta. -Podrías comenzar por mover tu mano más rápido.- Hiló sin aliento.
-No lo creo, Yeollie.- Negó con una sonrisa. -La diversión se acabaría pronto.- Se le acercó para susurrarle al oído. -Además, me gusta mucho esa expresión de impaciencia que haces. Me pregunto qué harás al respecto.
Chanyeol cubrió su rostro con una mano y rio sin aliento, enloquecido de encanto. Elevó la pierna y la frotó contra la entrepierna del otro. Baekhyun titubeó y él sonrió victorioso.
-A mí me gustaría saber si llevas ropa interior debajo de estos pantalones prestados.
Baekhyun dio un gracioso gemido antes de posarse sobre sus labios otra vez y hablarle allí, provocando que se rozaran. -Averígualo.
Oh, claro que lo haría.
En un rápido movimiento invirtió las posiciones y quedó encima de él, justo como quería y debía ser. Había sido entretenido y excitante verlo removerse sobre él, pero su naturaleza le gritaba que lo poseyera pronto y de forma completamente satisfactoria, así que no podía esperar a hacerlo gritar su nombre bien fuerte mientras se presionaba contra y dentro de él. Sin esperar, lo despojó de absolutamente toda la ropa restante y disfrutó que sus propias manos fueran las que lo dejaran completamente desnudo para él. Meditó sólo un par de segundos si hacerlo o no, pero al final decidió que sería interesante y se deslizó hacia abajo para tomar entre sus labios la erección de Baekhyun.
-¡Chanyeol, tú...!
Supo que había hecho lo correcto al escucharlo gritar de placer de semejante manera. Sonrió y siguió lamiendo y sorbiendo como sus instintos mejor le dictaban. Jamás había hecho nada parecido, pero tenía experiencia viendo cómo se lo hacían a él, así que intentó dar lo mejor de sí para complacer. Supuso que lo estaba haciendo bien porque cuando alzó la vista, lo vio temblando y cubriéndose la boca con una mano en un intento por acallar sus gemidos. Probó succionando con fuerza y logró que volviera a gritar, cosa que lo excitó a niveles impensados. Toda aquella situación le estaba gustando demasiado. Lo sentía duro contra el interior de sus mejillas y el líquido preseminal era extraño, pero provocativo sobre su lengua. Intentó llevarlo más profundo en su garganta y la primera vez se ahogó un poco, pero no se rindió e insistió hasta que lo logró. Baekhyun se estremeció de forma violenta y presionó las manos sobre su cabeza, manteniéndolo allí un buen tiempo hasta que la respiración le falló y empezó a toser.
¿Era normal que practicarle sexo oral a otro lo excitara más que cuando se lo hacían a él?
Cuando lo sacó de su boca lo vio mirándolo de vuelta. Se lamió los labios y lo masajeó lento, humedeciéndose los dedos con la sustancia viscosa, todavía sintiendo sus manos enredadas entre sus mechones.
Baekhyun observó con ojos nublados cómo Chanyeol se ayudaba de su propia saliva y demás líquidos para masajear su entrada e internar un dedo. Arqueó la espalda ante la invasión, Chanyeol se mordió los labios con fuerza; estaba tan húmedo, caliente y apretado que quería saltarse todos los pasos de preparación y apresurarse a lo realmente bueno. No quería hacerle daño sin embargo, así que se resistió y lo trató con paciencia, metiendo dos dedos y luego tres. Baekhyun murmuró que dolía un poco y lo hizo más suave, pasando la lengua por su miembro a la vez para distraerlo y darle un poco de placer entre tanta incomodidad.
Después de un buen rato, ya estaba igual de desnudo y posicionado para continuar. Cuando lo tomó de cada pierna y lo separó al máximo, se dio cuenta de lo que estaba a punto de suceder y con quién, y se sintió intimidado como nunca antes. En serio deseaba que fuera bueno para ambos, tenía mucha presión encima por procurar no lastimarlo. Se introdujo lento y delicado. Baekhyun respiraba profundo con los ojos bien abiertos, pero él estaba demasiado concentrado como para prestarle atención.
-¡Ay!- Le oyó exclamar de repente y todo su cuerpo se tensó, retrocediendo un poco.
Lo miró con pánico. -¿Te he hecho daño?
Baekhyun rio y se apoyó sobre sus codos. -Era broma, tontito. Lucías tan serio que no pude evitarlo.- Le dijo, sosteniendo su rostro con ambas manos y dándole un pequeño beso en los labios. -Me encanta esto, quédate tranquilo.
Llevó una mano hacia abajo y lo ayudó a adentrarse. Baekhyun frunció el ceño, Chanyeol respiraba con dificultad.
-Baekhyun... Baekhyun, Dios...- Balbuceó a puros jadeos porque ya no podía aguantarse más.
-Shh...- Le chistó el otro, abrazándolo. -Un poco más, sólo un poco...
Comenzó a masturbarse sin ningún pudor y Chanyeol lo observó con los labios entreabiertos.
-No estás ayudando.
Baekhyun sonrió y lo besó mientras sus caderas iniciaban un lento vaivén. Chanyeol gruñó y lo separó un poco brusco.
-Suficiente.
De improvisto, lo llenó por completo. Baekhyun sólo atinó a jadear abrumado. Chanyeol se movió frenético, tanto así que apenas se reconocía a sí mismo. Siempre había disfrutado del sexo, pero era la primera vez que se descontrolaba hasta ese punto. Baekhyun ya ni siquiera intentó contener sus gemidos, gritó cada vez que sus caderas chocaron contra sus muslos con fuerza.
-¿Te gusta?- Le preguntó con la voz ronca.
Por toda respuesta, el más bajo enredó las piernas alrededor de su cintura, instándolo a que no se detuviera. Chanyeol cogió sus muñecas y se las apresó a cada lado sobre el colchón, impidiéndole cualquier movimiento mientras se agachaba y mordía su cuello, manteniendo aquel empuje delirante más abajo.
-Mierda...- Maldijo Baekhyun entre dientes.
Cada parte de ellos temblaba. Podía sentir la sangre corriendo rápida por sus venas y todos sus nervios sensibles. Cada toque, cada embestida, cada susurro sobre la piel o beso húmedo, se sentía mil millones de veces más intenso. Chanyeol se reacomodó y encontró exactamente dónde estocarlo, Baekhyun ahogó una gran bocanada de aire y arqueó la espalda con éxtasis.
-¡Ahí! ¡Justo ahí!
Chanyeol, a pesar de sí mismo, ralentizó sus movimientos. No olvidaba uno de sus deseos más grandes e iba a cumplirlo. -¿A quién le hablas, Baek?- Sonrió sobre su oreja.
Si no tuviera los ojos entreabiertos, Baekhyun podría parecer totalmente desvanecido. -¿Ah?
-¿Quién está aquí contigo, mm?- Cuestionó con dulzura, volviendo cada vez más pausado el vaivén de sus caderas para tortura de ambos. -¿Quién te lo está haciendo?
Baekhyun se removió con disgusto. -Ah, p-por favor... Por favor, hazlo... Más, ah, más rápido, Yeol...
-Contéstame.
Apretó sus brazos con tanta fuerza que seguro tendría moretones mañana. -T-tú... Tú lo estás...
-¿Quién?
-¡Tú, Chanyeol, tú!- Lloriqueó de frustración. -¡Por favor, ve más rápido!
-Nómbrame.
Baekhyun le hizo caso. Gritó su nombre incontables veces hasta que terminó sobre su propio estómago y Chanyeol lo llenó de sí mismo con una última embestida, cayendo a su lado rendido. Sus respiraciones agitadas se mezclaron en medio del repentino silencio de la casa. Chanyeol vio de reojo al otro a su lado, Baekhyun miraba a la nada con los ojos nublados y cuando por fin reaccionó, exclamó un sonido de victoria con todas sus fuerzas.
-¡Demonios, sí!- Rio con euforia mientras golpeaba con ambas manos el colchón bajo él. -¡Fue lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo!
Chanyeol suspiró mientras se levantaba. -No exageres.
-¿Bromeas?- Se sentó sobre la cama para verlo poniéndose sus pantalones y yendo a por un vaso de agua. -¡Ha sido la mejor follada de mi vida!
Cogió las servilletas en la encimera de la cocina y se las alcanzó. -Límpiate.
Baekhyun ya no pareció tan emocionado, su sonrisa se borró y lo miró con extrañeza mientras volvía a sentarse a su lado. -¿Está todo bien?
-Lo está.- Asintió, corriendo una mano por sus cabellos sin dirigirle la mirada.
-No lo creo... ¿Te arrepientes, Yeollie?
Frunció el ceño. -Claro que no.
-Entonces, ¿qué es? Vamos, no soy tonto. ¿Será que no lo disfrutaste tanto como yo?
Tuvo que mirarlo a los ojos para asegurarle: -Fue lo mejor para mí también. En todo este tiempo, nunca tuve nada como tú. Es sólo que...
-Me estás preocupando.
Chanyeol dio un último suspiro. -¿Se quedará todo aquí?
Baekhyun pareció confundido. -¿Cómo?
-Sólo... Quiero asegurarme de que no buscabas esto de mí nada más.- Murmuró avergonzado.
-¿Qué...?- Negó con el ceño fruncido. -Chanyeol, ¿tú...? Mira.- Posó una mano conciliadora sobre la suya. -No te mentiré, quería esto contigo, pero ahora que lo he conseguido no me iré. No lo haré porque...- Agachó el rostro. -Porque no es lo único que anhelo de ti.- Susurró.
Esa respuesta lo dejó en el cielo. -Yo... Estoy acostumbrado a que se vayan, no lo sé...- Siguió con torpeza.
-¿Tú piensas en mí como una de las tantas mujeres con las cuales te acuestas todas las noches?
-¡No!- Meneó la cabeza con furia. -¡Nada de eso!
Baekhyun sonrió y lo besó dulcemente en la mejilla. -Eso me basta.
Chanyeol le sonrió con más confianza y le devolvió el beso en la punta de la nariz, provocando que Baekhyun se lanzara sobre él para abrazarlo con fuerza... Él en serio creyó que podría pasar toda una vida de esa manera.
******
Baekhyun decidió que era un buen momento para limpiar su habitación. Se sorprendió con el nivel de caos que encontró, ¿en qué momento había provocado tanto desastre? Había estado tan ahogado en tristeza que apenas había notado algo más allá de sus narices.
Últimamente había estado mejor, sobre todo después de volver a pasar tiempo con Chanyeol. Era revitalizante estar junto a él, sentía que recuperaba fuerzas cada vez que lo veía. Tal vez no todas, pero sí las suficientes como para volver a comer bien y a ordenar algunas de las cosas más liosas en su vida desequilibrada. Mientras barría un montón de basura hacia el pasillo, se detuvo para observar a su madre sacando algunas cajas de su habitación.
Se asomó por el rellano de su puerta. Ella estaba ordenando ropa y otros objetos personales que habían pertenecido a su padre. Se le hizo un nudo en la garganta, pero aun así se animó a hablar con una pequeña sonrisa.
-¿También haces limpieza?
-Ya era hora para los dos.- Contestó doblando un par de pantalones.
Baekhyun se adentró unos pasos. -Estuve viviendo en un chiquero durante semanas.
-Cada que entraba se me ponían los pelos de punta y me daban ganas de coger un cepillo para fregarlo todo.
Rio mientras ocupaba una esquina de la cama. -¿Necesitas ayuda?
-Podrías vaciar lo que hay en aquella mesa de noche.- Señaló.
Baekhyun se echó en el suelo y abrió las puertas del mueble. -Wow, aquí no cabe más nada.
-Tú padre siempre insistía en guardarlo todo.- Negó ella con algo de malhumor ante los recuerdos. -Parecía un obseso de las cosas inservibles.
Comenzó a curiosear en lo que había, deparando en objetos inentendibles para él como latas de refrescos viejas, figuras de acción pasadas de moda, postales ya de un tono amarillento de lugares remotos. Lo que más le llamó la atención fue una matrioshka bellísima en muy buenas condiciones y un frasco de vidrio lleno de canicas de colores.
-Solía decir que en las cosas residían recuerdos.- Comentó su madre. -Por eso guardaba hasta cosas de su infancia. Supongo que las necesitaba para no olvidar.
-Supongo que a veces el tiempo borra memorias sin que uno lo quiera.- Mencionó él mientras rodaba entre sus manos una cuchara de plata con intrincados diseños, muy bonita. -El cerebro necesita incentivos en cierto punto.
-Tenga razón o no, todas esas cosas sólo acapararon espacio y ya.- Cerró la caja con un suspiro y observó todo con ambas manos en las caderas. -Se ve vacío.
-Lo está, eomma.- Baekhyun le dio media sonrisa triste. -¿Qué harás con todo esto?
-Lo donaré a caridad o lo llevaré a alguna iglesia.
Se le acercó con el ceño fruncido de preocupación. -¿Puedes hacerlo? Deshacerte de todo...
-Está bien.- Lo abrazó y reposó la cabeza sobre su hombro. -No queda más que seguir, hijo.
Baekhyun le devolvió el abrazo con fuerza. -Nos tenemos a nosotros mismos.- Le sonrió con seguridad. -Yo te cuidaré, eomma, y tú me cuidarás a mí. Yo... Antes no podía reaccionar, lo siento... ¡Pero ahora estoy bien! ¿Y tú?
La mujer, con sus ojos anegados de lágrimas, asintió con una trémula sonrisa. -Está bien, mi solcito. A veces tenemos que encargarnos de nosotros mismos primero antes de poder servir al resto.
Baekhyun se alegró de que las cosas estuvieran cayendo en su lugar.
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