XIX

-¡Mi Channie! ¡Mi enorme y precioso Channie!

Baekhyun vio cómo una mujer desconocida se adentraba en el departamento con naturalidad y protagonizaba junto a Chanyeol un despliegue por completo amoroso. Primero lo abrazó bien fuerte contra su pecho y luego lo colmó de besos por todo el rostro. Más allá de la sorpresa inesperada, le resultaba gracioso que a pesar del obvio disgusto, Chanyeol se mantuviera quieto, dejando obedientemente que ella lo llenara de atenciones.

Era gracioso porque había escuchado la exclamación "¡mi amado hijo!" incontables veces en esos cortos minutos.

Detrás estaba un hombre alto y bien parecido de facciones joviales, y una niña de unos cinco años que observaba a Chanyeol con ojos brillantes. Como amaba a los niños no pudo evitarlo, se acercó a ella y se agachó a su altura en lo que la madre continuaba molestando a su hijo. La pequeña se alejó un poco con timidez y él le sonrió, amigable.

-Hola, soy Baekhyun.- Ella se escondió tras las piernas del hombre y él se puso de pie. -Lo siento, no quería asustarla.

-Akemi es muy tímida.- Se explicó este cortamente. -Pronto se harán amigos, ¿verdad, Mi-chan?

Chanyeol gruñó y lo vieron deshaciéndose de los agarres pegajosos de su madre.

-Eomma, no estamos solos, deja de avergonzarme.

Sólo entonces la mujer pareció notar su presencia y le sonrió. Eso lo dejó bastante anonadado, su sonrisa era exactamente la misma que la de Chanyeol. Aceptó la mano que le ofrecieron e hizo una reverencia.

-Soy Choi Mi, soy la madre de Chanyeol.- Se presentó con elegancia.

-Lo sé.- Agregó con una sonrisa apenada. -Ambos se parecen mucho.

Ella pareció encantada. -¿Es así? ¡Gracias, gracias!

-Suficiente, le destruirás la mano, suéltalo.- Chanyeol los alejó e hizo que ella ocupara una silla alrededor de la mesa. Se paró en seco cuando notó a la más pequeña. -Trajiste a la niña.

-Por supuesto.- Chasqueó su madre. -Mi-chan te adora.

Chanyeol tragó saliva y desvió la mirada hacia el hombre junto a ella. -Hola...

Este le sonrió con amabilidad. -¿Cómo estás, Chanyeol?

-Bien.- Murmuró.

-¡Soy Byun Baekhyun, es un gusto!- Saludó con una mano en alto. -¿Por qué no toman asiento ustedes también?- Ofreció al par más reservado puesto que sabía que Chanyeol carecía de habilidades sociales en general.

-Lamento no haberme presentado aún, mi nombre es Kyoshi Arata, también es un gusto conocerte, Baekhyun goon.

La sonrisa cortés en su cara se desvaneció lentamente. El hombre, ya acomodado al lado de la madre de Chanyeol, le había extendido una mano, pero él se había quedado congelado en el sitio. ¿Qué estaba sucediendo?

-Voy a preparar té.- Balbuceó Chanyeol después de un largo y extraño silencio.

Baekhyun rio con nerviosismo. -Yo te ayudo.- Devolvió el saludo pendiente antes de seguirlo.

Chanyeol enjuagaba algunas tazas en el fregadero. Se pegó disimulado a su lado y susurró mientras secaba lo que iba dejando. -¿Me explicas qué rayos está pasando aquí?

-No es momento.- Le respondió en el mismo tono bajo.

-¿Por qué el exesposo de Rima Guk está en tu casa?

-Es el esposo de mi madre ahora.

-¿¡Qué!?- Chilló. Envió una sonrisa apenada hacia atrás para excusarse y siguió farfullando. -¿Es esto una broma de mal gusto, Yeollie? ¿Qué estuvimos haciendo durante meses entonces?

-Te dije que ahora no, Baek, en serio.

-¡Channie!- Llamó Choi Mi haciéndoles pegar un respingo. -Dime, corazón, ¿qué es de tu vida? ¿Has estado comiendo y durmiendo bien? ¿Te abrigas al salir?

-No soy Akemi, mamá.- Contestó este. -Y ya dije que estoy bien.- Miró de reojo a Baekhyun. -Muy bien.

-Uy, ese "muy bien" se oye curioso. ¿Ya encontraste a alguna jovencita linda y responsable?

Chanyeol sonrió un poco sin poder evitarlo. -¿Algo así?

Baekhyun le arqueó una ceja y Chanyeol le guiñó un ojo.

-¡Qué felicidad!- La mujer dio un aplauso. -¿No son buenas noticias, yeobo?- Se dirigió a su esposo con alegría.

Este sonrió. -Si se vuelve algo más serio, no dudes en presentárnosla, Chanyeol.- Dijo mientras acariciaba el cabello de la niña junto a él.

-Claro.- Mencionó a la pasada, pero la diversión en su voz fue evidente para él.

La pequeña se bajó de su silla y, sin una palabra, se acercó hacia donde estaban. Baekhyun observó con curiosidad mientras estiraba una manito y tiraba de la parte trasera de la sudadera de Chanyeol. Este se volteó con indiferencia, pero cuando la vio tragó saliva y se pegó contra la mesada en un intento por apartarse más. A ella no pareció importarle porque estiró sus brazos hacia él como si quisiera alcanzarlo.

-Oppa.- Llamó con una voz pequeñita.

-Quiere que la cojas en brazos, Yeol.- Lo empujó para que reaccionara.

Pero este se mantenía tan petrificado como una montaña. -No voy a hacer eso.

-¿Quieres venir conmigo?- Preguntó en su lugar.

Pero Akemi negó y se aferró a las piernas de Chanyeol. -Oppa...- Volvió a llamar.

-Mamá...- Gruñó Chanyeol en un grito acallado de auxilio.

Ella se acercó y cogió a la niña. -Algún día deberás aceptar que ella es tu hermana, Chanyeol.

-Nunca dije que no lo fuera.- Murmuró este con fastidio, girándose para terminar de rellenar las tazas. -No me gustan los niños, es eso.

-¿De verdad? A mí me gustan mucho.- Comentó. -De vez en cuando cuido al hijo de mi jefa, es divertido.

-Espero entonces que ayudes a Chanyeol con ese disgusto suyo, Baekhyun ssi.

Luego de las respectivas presentaciones, consideró que quizás era mejor irse para que Chanyeol estuviera a solas con su familia si era necesario. Arregló un poco su ropa y les sonrió con amabilidad.

-Yo...

-Baek.- Lo frenó Chanyeol. -¿LimDoux está abierto a esta hora?

Tras un vistazo rápido, se dio cuenta de que no quería que se fuera. Sus pupilas temblaron cuando se sostuvieron la mirada y sus labios gesticularon un silencioso "por favor". Al instante cambió sus planes.

-Conozco un lugar donde venden cosas deliciosas. ¿Les gustaría probar?- Ofreció.

-A Mi-chan le encantan los dulces, ¿verdad?- Dijo Choi Mi, la pequeña asintió con emoción.

-Yo tengo el auto, te llevaré.- Arata se puso de pie.

Chanyeol lo miró enseguida con los ojos bien grandes, él lo ignoró a consciencia y aceptó sin réplicas la amabilidad del hombre.

Contra toda lógica, ahora estaba sentado en el automóvil del exesposo de Rima Guk, la mujer por la cual se había devanado los sesos los últimos meses. Estuvo tranquilo mientras le daba direcciones, pero no pudo evitar enviarle algunos vistazos de reojo. ¿Acaso Chanyeol le había ocultado esta información a posta? No era posible que le hubiera mentido sobre la búsqueda de Rima Guk, siempre había parecido algo genuino para él, entonces ¿qué rayos estaba pasando?

-Su coreano es muy bueno, Kyoshi ssi.

-¿Lo es?- Sonrió este.

-Debió ser difícil entenderse con Choi Mi ssi al comienzo, ¿verdad?

-En realidad, vivía en Corea desde hacía tiempo antes de conocerla.

-Ya veo.- Jugó con sus manos distraídamente. -¿Por años?

-Décadas, podría decir. Choi Mi es mi segundo matrimonio a decir verdad.

-¿En serio?- Fingió sorpresa.

Kyoshi asintió. -Nos casamos hace seis años.

-Es un buen tiempo.

-El suficiente como para considerarme un hombre feliz.- Volvió a sonreírle. Este hombre emanaba un aura de tranquila gentileza incluso cuando no hacía nada. Era relajante, debía admitir.

-Chanyeol no suele hablar mucho sobre su familia.- Decidió cambiar el rumbo de la conversación.

Por primera vez, el hombre pareció incómodo. -Cuando nos casamos con su madre las cosas cambiaron un poco. Antes solíamos llevarnos bastante bien, pero luego...- Hizo una mueca.

Continuar lo volvería sospechoso, así que desistió. De todas formas, ya se había enterado de cosas interesantes gracias a esa corta conversación, Kyoshi Arata era un hombre abierto por suerte. Cuando llegaron, Chanyeol, su madre y su media hermana, estaban sentados disfrutando del té. Akemi lucía más calma y feliz mientras engullía lo que compraron y eso le alegró.

Mientras la niña veía televisión, Choi Mi decidió que era una buena idea limpiar mucho del desorden que su hijo tenía en casa. Chanyeol se quejó, pero ella era terca y no lo oyó, en su lugar, continuó regañándolo un buen tiempo. Él colaboró, por supuesto, no podía quedarse de pie haciendo nada.

-Pareces muy buen amigo de Channie.- Le dijo Choi Mi mientras limpiaba los platos, Baekhyun se ocupaba de secarlos y guardarlos en su sitio.

-Hemos logrado volvernos bastante cercanos.

-Eso es bueno.- Suspiró ella. -No podemos venir tan seguido como nos gustaría y realmente me preocupa que esté solo todo el rato. ¿Cómo se conocieron?

-Concordamos en las paradas del metro por casualidad. Él estaba buscando algo y le ofrecí ayuda.- Comentó adrede.

Los hombros de Choi Mi se tensaron y sus acciones titubearon un instante. -Yo... Ya no sé cómo hacerle entender que a algunas cosas hay que dejarlas ir.- Susurró.

-Bueno, cuando hay asuntos pendientes, la consciencia no suele quedarse tranquila.

Ella decidió sortear el tema. -Estoy muy feliz de que te tenga a ti.- Sonrió con melancolía. -Cuando mi hermano murió, Chanyeol perdió el interés en todo. Oppa lo mantenía bastante activo, lo llevaba de viaje, le enseñaba cosas, le hablaba de la vida...

Baekhyun recordó el rostro lloroso de Chanyeol mientras le hablaba de su tío como si se tratara de un padre. De repente sentía que lo entendía de una manera mucho más profunda que antes.

-Dejó de ver el mundo con colores.- Apagó la llave y el agua dejó de correr, se encontraron en medio de un inesperado silencio. -Él... ¿Sonríe seguido?

-Lo hace, eomeonim, muchísimo.

-Bien.- Susurró Choi Mi con una sonrisa trémula.

Por lo que oyó, la familia de Chanyeol estaba en Seúl de pasada y en unas semanas volverían a Daejeon. En cierto momento, Chanyeol preguntó si un tal Sehun estaba en casa todavía, pero le respondieron que, después de cumplir la mayoría de edad, este se había mudado a la capital. Fue imposible no notar su mirada desahuciada luego de oír las noticias. Uniendo piezas en su cabeza, llegó a la conclusión de que ese Sehun era el único amigo del cual Chanyeol le había hablado tiempo atrás, aquel al cual había considerado un hermano.

Y que, por cosas del destino, curiosamente lo era.

Antes de irse, Choi Mi se detuvo en Chanyeol con mil besos y palabras dulces de amor maternal. También le dio un pequeño, pero adorable abrazo a él. En otras circunstancias se hubiera sorprendido, pero le había quedado claro que Choi Mi era el tipo de persona demostrativa. Al separarse, lo miró a los ojos con brillante honestidad.

-Dile que lo siento, Baekhyun goon.- Le susurró, sosteniendo entre sus manos las suyas. -Dile que todos lo sentimos y que lo amamos.

Vieron desde la acera cómo el auto se alejaba. Largó un profundo suspiro que había tenido atascado en el pecho durante toda la tarde. Chanyeol guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón y observó el cielo estrellado, largando su aliento en forma de vapor a través de sus labios. Sacudió los hombros y lo miró.

Sus ojos estuvieron conectados un buen rato antes de que preguntara: -¿Quieres caminar un poco?

Baekhyun no encontró mejores palabras que esas.

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