VIII
-Entonces me dijo que no podía salir conmigo porque había quedado con sus amigos, ¿pueden creerlo?- Minha se cruzó de brazos con molestia.
Con las mejillas llenas después de darle un buen bocado a su sándwich, Miki dio su veredicto: -No sé por qué sigues con él.
-No puedo evitarlo.- Murmuró ella. -¿Monotonía? Quién sabe.
-No es motivo suficiente.- Colaboró Gail.
-¿Y tú qué?- Minha olvidó por un momento su situación para curiosear en la vida amorosa de su compañero. -¿Cómo te va en estos asuntos?
-Gail hyung tiene a su amor en Escocia.- Comentó Miki sin interés, concentrado en llenarse la boca con comida.
Gail sonrió con timidez. -Trabajamos para que venga a Corea, se las presentaré cuando eso suceda.
Minha suspiró con ilusión. -Algún día tendré a un chico que me quiera así...- Su postura anhelante no duró ni un parpadeo cuando se giró de lleno hacia Baekhyun. -¿Y tú?
Dado que era el único momento del día en el cual los cuatro estaban reunidos en el mismo sitio sin ninguna responsabilidad de por medio, el almuerzo era un momento propicio en el cual solían tratarse diversos tópicos. Debido a la escasez de tiempo, las ansias dictaban que se hablara de todo y nada a la vez en el desbaratado afán de ponerse al día acerca de sus vidas. En esa ocasión (como en muchas anteriores) el amor fue el ganador indiscutido y como en general no tenía mucho que aportar en ese aspecto, Baekhyun solía quedarse callado a un lado, más dispuesto a escuchar que a inmiscuirse.
Pero esta vez la pelota fue pateada hacia él antes de poder esquivarla.
-¿Mm?- Parpadeó con la boca llena. -¿Yo?
-¿Estabas escuchando siquiera?- Minha se inclinó para ver los papeles a su lado. -¿Todavía sigues buscando a esa cantante ?
Eludió la pregunta con una sonrisa. -¿De qué hablaban?
-¿Has tenido alguna relación extraña?- Por alguna razón, Chanyeol se le pasó por la cabeza, pero antes de que pudiera responder, Minha continuó: -Siento que has tenido relaciones poco profundas.
Eso llamó su atención. -¿Por qué?
Minha se encogió de hombros. -Eres un encanto y todos lo sabemos, pero a veces siento que nadie te conoce de verdad.
Tal revelación lo dejó sin palabras y en un acto humano, pero infantil, su primer atino fue el de defenderse de forma poco rentable. -Yo... Yo nunca he mentido.
-No creo que mientas, a veces... No lo sé, tal vez sea más fácil mostrar sólo una cara de la moneda.- Minha se encogió. -Pero eso nos pasa un poco a todos en realidad.
Luego de eso, ya sea en silencioso acuerdo o porque la cabeza quedó vacía, nadie dijo nada. Baekhyun estaba un tanto consternado debía admitir, de repente había muchas cosas yendo y viniendo en su mente, ideas que se no había parado a evaluar hasta el momento y que, encarándolas por primera vez, no sabía si hacían más mal que bien.
¿Qué lado de la moneda mostraba exactamente? ¿Era algo que elegía hacer a consciencia? ¿Y por qué?
-¡Vete de aquí! ¿Cuántas veces tengo que repetirlo?
La voz molesta de Dee Na lo sacó de su mundo. Fue el primero en levantarse de la mesa para acercarse a la recepción y enterarse de lo que sucedía, era extraño que su jefa hiciera tanto alboroto, no solía discutir de esa manera y si se enfadaba, procuraba que fuera siempre tras las puertas cerradas de su oficina, sin empleados inocentes cerca. Dee Na hablaba de forma vehemente, pero firme con un hombre joven y alto, de buen porte y mucha elegancia.
-¿Por qué no me escuchas, Dee Na?- Dijo este. -Con mi propuesta todos ganaríamos.
-Ya te he dicho que no quiero tu dinero, vete de aquí.- Ella respondió con más hosquedad.
-No me dejarás otra opción.- Prosiguió el otro con fría calma. -Yo...
-La dueña no te quiere aquí.- Baekhyun se acercó con una sonrisa.
Dee Na pareció inquieta. -Baekhyun, no...
-Soy Byun Baekhyun, soy fotógrafo aquí, un gusto.- Estiró una mano en su dirección.
Lo observó con detenimiento antes de que una sonrisa apareciera lenta y sinuosa en su rostro. -Wu Yifan.- Tomó su mano.
-No sé qué asuntos tendrá con nuestro estudio, pero creo que lo está volviendo todo bastante incómodo, Yifan ssi- Ladeó el rostro de forma encantadora cuando lo soltó. -Puesto que mi jefa ya lo ha dicho y no ha funcionado, ahora se le pediré yo: retírese, por favor.
El otro asintió sin despegar sus ojos de él, luego se dirigió a Dee Na. -Me iré entonces, noonim, lamento la molestia, pero sabes que tengo el derecho de insistir.
-¡Gracias!- Exclamó Baekhyun mientras se iba, dejando en el aire la estela de su inminente regreso. La puerta se cerró y su sonrisa se borró junto con un suspiro. -¿Quién era él?
Dee Na lo acompañó con el suspiro. -Es el millonario que intenta comprar el estudio.- Se tiró sobre el asiento de la recepción con pesadez.
-¿Quieren comprar el estudio?- Los demás aparecieron con miradas inquietas una vez se aseguraron de que era un espacio seguro.
-¿Hace cuánto te visita?- El rostro de Baekhyun era serio.
-Hace un par de meses que insiste y no se rinde con nada.- Arrojó unos cuantos papeles sobre la mesa. -El banco está sobre nosotros.
-¿Aviso de hipoteca?- Miki frunció el ceño cuando leyó.
-¿Todo esto debemos?- Chilló Minha.
Los ojos de Gail eran estanques profundos de preocupación. -Estamos muy atrasados, ¿cómo pasaremos esta?
-Nos ocuparemos.- Intervino Baekhyun con determinación. -Se nos ocurrirá algo, saldremos de esta.- Le dio a su jefa una confiada sonrisa. -Estará bien.
La mujer sonrió débilmente a sus intentos de consuelo. No había mucho más que hacer que trabajar y esperar a que todo se solucionase.
O que algún milagro cayera del cielo.
******
-Hemos ido a la plazoleta más cercana, jugaste en las hamacas y ya te compré el algodón de azúcar que querías porque era color verde agua.- Enumeró Chanyeol con los dedos. -¿No te parece que deberíamos seguir con lo nuestro?
Baekhyun se comió un pedazo del algodón con deleite, luego despegó otro y se lo ofreció. Chanyeol parpadeó un par de veces antes de acercarse y comer de su mano, Baekhyun sonrió y frotó suave el pulgar sobre sus labios, limpiando cualquier rastro de azúcar.
Chanyeol aspiró entre dientes. -Baekhyun...- Gruñó.
-¿Mm?- Lo miró con pura inocencia.
Estuvo a punto de decirle que sería ideal que dejara de tocarlo así de la nada a cada rato, pero la verdad es que su lado más perverso lo deseaba, así que sólo carraspeó y ahuyentó todos los pensamientos inoportunos que había estado comenzando a tener.
-¿Sabes? Sobre Bae Dong Yul, yo...
-No te preocupes por eso, todo estará bien.- Lo cortó. -Sólo pasa este tiempo conmigo, ¿sí?
Tomó una profunda inhalación y consideró que, al menos por un momento, estaría bien dejar de lado las ansias y relajarse, a fin de cuentas, siempre que estaba con él pasaba un buen rato. Lo miró a los ojos y asintió con una pequeña sonrisa, teniendo la dicha de recibir otra más brillante de su parte.
-Bien, ¿a dónde me llevarás ahora?
-Te mostraré uno de mis lugares favoritos en todo el mundo.
Desde hacía días se la pasaban divirtiéndose en lugar de ocuparse para lo que se encontraban en primera instancia. Al comienzo había sido reticente, pero no pasó mucho antes de que aprendiera a seguir a Baekhyun en todas sus propuestas. Al final del día quizás no había encontrado a Rima Guk, pero nada se sentía como una pérdida, no cuando en cada ocasión se llevaba un nuevo y preciado recuerdo.
-¡Hola!- Baekhyun saludó a los gritos cuando abrió la puerta de la pastelería.
-¡Baekkie!- Una muchacha lo recibió con la misma emoción. -¡Qué bueno poder verte en fin de semana!
Un muchacho sonreía mientras secaba sus manos en el delantal y señalaba a Chanyeol con un movimiento de su cabeza. -¿Nuevo amigo?
Baekhyun se colgó de su brazo con confianza. -Chanyeol necesita conocer la comida de este lugar.
-Te he dicho que no me gustan las cosas dulces.- Le susurró con incomodidad.
-No tanto como a mí, pero comenzarán a gustarte cuando pruebes lo que hace noona.
-¡Déjamelo a mí, Baekkie!- Dijo ella. -¡Tengo recetas nuevas, de seguro le gustarán!
-¡Primero quiero probarlas yo!
Se alejaron hacia un sector del mostrador, charlando con entusiasmo mientras Baekhyun se deleitaba en voz alta con las exquisiteces de esta agradable pastelera, el otro chico le sonrió algo apenado.
-Siempre son así, lo siento.
Negó mientras los veía de brazos cruzados. -Sé cuánto lo vuelven loco los dulces, no me sorprende. Hace un minuto se terminó todo un copo de algodón de azúcar él solo.
-Siempre trae a sus amigos aquí, dice que es la mejor pastelería de todo Seúl.
-¿De aquí son los muffins que lleva al trabajo?
Asintió. -Desde que lo conocemos hace el mismo recorrido de su casa al trabajo, pasa siempre por su ración especial.
-Y luego coge el café del chico del puesto fuera de la estación.- Murmuró, guardando rigurosamente toda la información en su cerebro.
-¡Chanyeol! ¡Ven, ven!- Lo llamó.
Se acercó a él sonriente para que le hiciera probar un montón de cosas deliciosas, pero demasiado empalagosas a su gusto. Salió de allí demasiado asqueado y creía tener suficiente de cosas dulces por todo lo que restaba del año, pero la insistencia de Baekhyun lo hacía seguir comiendo y comiendo. Al parecer la noona que atendía no tenía ningún problema en darle de comer gratis su mercadería, el chico parecía atrapar a todos en sus redes.
-Realmente no creo que esto haga alguna diferencia.
Por toda respuesta, Baekhyun se llevó un índice a los labios y le chistó.
-En serio, me parece una tontería.- Vio de reojo la tarta de manzana que había comprado.
-¿Qué harás si al final funciona?- Lo retó con travesura.
Rascó su cabeza. -¿Te invitaré a una película?
-Meh, qué aburrido.
Alzó sus cejas, ¿qué estaba esperando que le propusiera?
-¿Te gustan las películas?- Preguntó Baekhyun.
Se encogió de hombros. -Disfruto viéndolas.
-¡Eso es genial! La mayoría de personas con las que he intentado ver alguna se han quedado dormidos a la mitad o sólo no prestan atención.
-¿A ti te gustan?
-Bueno, el cine es fotografía en movimiento, naturalmente me gustará.
Chanyeol sacudió un poco sus hombros y pasó lentamente una mano por sus cabellos. -Si quieres, algún día te invito a mi apartamento a ver alguna.- Ofreció viéndolo con fijeza.
Baekhyun sonrió de forma extraña. -Me encantaría.
Baekhyun fue el primero en adelantarse y golpear la puerta de Bae Dong Yul dos veces, lucía esperanzado, pero él sólo podía prever más rechazos. Lo de la última vez había sido sin dudas una burla cruel, tal vez Baekhyun no había captado el sarcasmo y, como ya esperaba resignado una negativa, lo que más temía es que se entristeciera cuando las cosas no resultaran como esperaba.
-Mierda.- El hombre maldijo cuando los vio y quiso cerrar la puerta, pero Baekhyun se lo impidió empujando con una mano. -Oye...
-¡Mire!- Sonrió. -Traje una tarta de manzana.
El otro lució tan pasmado que sólo pudo parpadear en lo que veía de él a las tartas una y otra vez, sin palabras. Tardó en reaccionar y cuando lo hizo, se rio a carcajadas con una voz oxidada.
-¿Trajiste las veinte?- Cuestionó con diversión.
Baekhyun hizo un mohín. -¿Compensa que sea una de la mejor pastelería de Seúl?
El otro volvió a reírse y abrió la puerta por completo dejando a la vista su vestimenta: un par de pantalones de chándal negros y una camiseta blanca manchada. Dentro de la casa podía percibirse un gran desorden compuesto principalmente por recipientes vacíos de ramen instantáneo, varias botellas de soju y otras cosas irreconocibles a simple vista.
Rascó su barba desprolija con un suspiro y señaló a Chanyeol. -Te lo repetiré: deja de buscar.- Esta vez fue casi una súplica. -Rima ya no existe, Park Chanyeol, nadie sabe dónde está, ni siquiera yo.
-Pero necesito encontrarla.- Se expuso con desespero. -Eso arreglaría muchas cosas en mi vida.
La mirada en aquel hombre dejado era afligida. -No remuevas el pasado, deja las cosas como están.
¿Esas palabras no eran parecidas a las que dijo Sehun la última vez? ¿Por qué todos insistían en que se rindiera? No podía.
-Sé que usted no tiene idea de donde podría estar, pero quizás pueda darnos algún otro tipo de información. Su última localidad, su última residencia, el último número de teléfono que tuvo...
-Park Chanyeol.- Dong Yul posó una mano sobre su hombro y lo miró directo a los ojos. -Rima Guk está muerta. Ríndete, ¿me oyes? Nunca lograrás hallarla.
Chanyeol ya no volvió a abrir la boca, no insistió. Dio un solo paso hacia atrás con la mirada perdida, Baekhyun vio de Dong Yul a él con pura inquietud, sin saber cómo proceder.
-Lo siento si no era eso lo que deseabas oír, niño.- Continuó con amargura. -Por favor, váyanse y no vuelvan.
Chanyeol caminó hacia la calle con pasos quedos y titubeantes antes de poder terminar de oír sus últimas palabras, Baekhyun le lanzó la tarta al otro antes de salir corriendo tras él.
-¿Chanyeol?- Trotó para intentar alcanzarlo. -¿Estás bien?
Era como si el cable que conectaba su cerebro a su capacidad de habla se hubiera cortado, no tenía palabras y tampoco quería decir nada en realidad. Baekhyun apareció frente a él de repente y tuvo que detenerse, lo tomó de ambos brazos e hizo que lo mirara a los ojos, incluso desconectado de la realidad como estaba, pudo reconocer la infinita tristeza en aquellas orbes.
-Chanyeol,- Susurró su nombre. -No sabes cuánto lo siento.
-No.- Negó él, su voz temblorosa. -Yo lo siento aún más.
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