♡ Problemas.

Otro día en la escuela, era Lunes, tocaba matemática por la mañana, fui el primero en acabar los ejercicios que la señorita Min nos dejó y salí quince minutos antes que todos mis compañeros al receso.

Un día normal como cualquier otro.

Saqué una libreta que tenía junto a un lápiz e hice cuentas durante unos minutos hasta que la campana que anunciaba el recreo sonó y el resto de alumnos en sus aulas se dispersaron por el patio.

—Adiós tranquilidad.—dije para mi mismo y guardé la libreta en cuanto escuche unas voces conocidas cerca.

—¡Jungwonie! ¡Te tengo una buena noticia!

Tan pronto esas palabras salieron de los labios de Sunoo, me giré hacia el y ya lo tenía a mi lado con su característica sonrisa.

—Sunoo —fue lo único que salió de mis labios.

—Jake está aquí, en Seúl, ¿No es genial? —dijo derepente—Después de varios meses, ¡Jakey volvió!

Sunoo sonrió grandemente y yo sin poder creerlo lo miré tratando de buscar alguna mentira en su mirada.

—Hablas del mismo Jake que yo-

—Si! Ese mismo! —dijo con emoción Sunoo.

Sunoo me abrazó por la espalda y me apapacho muy fuerte. Eso solo confirmaba que estaba verdaderamente feliz y entusiasmado.

—Genial—dije con una media sonrisa.

No era muy expresivo, pero tampoco un aburrido, es decir, estaba feliz de que Jake volviera pero no tenía ánimo de hacer un escándalo como Sunoo hacía por cada pequeña cosa que lo hacía feliz.

—No era la reacción que esperaba—dijo sinceró Sunoo sentándose a mi lado.—¿Sigues enojadito?—preguntó Sunoo jugando con uno de mis cabellos.

—No—respondí breve—Bueno, no contigo—volví a decir a los segundos.

—Estas resentido—concluyó Sunoo y yo me volví a su lugar enarcando una ceja.

—Jamás estaría de esa manera y menos por un chiquillo imprudente que no vale la pena.—respondí sintiéndome irritado.

—Pero no te enojes, por favor.—susurró Sunoo a mi lado.

—Tengo que irme.

—Pero aún no es hora de salida.

—No soy tonto, claro que lo sé, le prometí a la señorita Min ayudarle con algo.—dije y me despedí a la distancia.

No era para mi sorpresa que Sunoo me creyera, pero lo bueno era que no trató de indagar mucho en eso. Si seguía más tiempo ahí, quizás terminaría sin paciencia y por si fuera poco sin mejor amigo.

Caminé por uno de los pabellones del segundo piso, todo era muy tranquilo por esa área. Bueno eso pensaba hasta ver a solo unos metros de distancia la clara imagen de Nishimura Riki, que me sonreía cínico a lo lejos.

Ese chico realmente era un idiota.

Lo ignoré y pase de largo, este me miraba con su típica expresión de rareza, como si viera un bicho raro. Que tonto.

Era un descarado, intentando fingir que todo estaba bien entre nosotros, después de lo que había pasado.

Como supuse, los lunes no habían muchas personas en el parque. La mayoría estaría ocupada con las nuevas tareas de la escuela, o el trabajo, Jungwon sabía que pasaría pero aún así decidió salir a vender.

Porque no tenía nada mejor que hacer, o tal vez si, pero estar en casa con un adolescente que solo se dedicaba a prestarle atención a una insignificante pantalla y sonreirle como todo un bobo le parecía aburrido.

Sunoo había salido con su madre a hacer compras a una tienda fuera de la ciudad, sus padres trabajaban y no llegaban hasta el atardecer y no tenía ningún deber de la escuela.

Era todo tan aburrido, solo había hecho tres ventas y eso no era tan emocionante o bueno merecedor de su valioso tiempo.

Jugó con sus dedos como si fuera lo único interesante, al menos así fue hasta que una gran silueta lo subria con su sombra. Por inercia levantó su mirada, encontrándose con nada más ni nada menos que su molesto vecino.

—¿Qué quieres?

—Wow—dijo sorprendido—¿Así es como tratas a tus clientes?

—Eso no te importa.

—Quiero una limonada.

Era su trabajo. Así que sin tener opción solo lo hizo bajo la curiosa mirada de Niki.

—Me recuerdas a una caricatura que he visto.

—¿Cual? ¿La del chico inteligente y la hermana fastidiosa? Uy Didi se parece mucho a la persona que esta a mi delante.—dijo rápidamente.

—Jungwon entiendo que estés enojado, pero ya me disculpe.

—No me interesan tus disculpas— contestó entrgandole la limonada que había pedido—son cinco centavos.

Niki pagó, le dio un sorbo y como si de la primera vez se tratara, escupió el líquido que tenía dentro de su boca.

—Ugh asco! —dijo Niki— Sigues siendo cruel como de costumbre Yang, el trabajo y los temas personales son dos cosas distintas.

—Tu, ¿intentando hablar de cosas distintas? —Jungwon soltó una carcajada— Cuando te dije que no leyeras la libreta es porque realmente no quería que la leyeras, una cosa es que yo te otorgue un permiso y otra cosa es que sea algo privado. ¡No tenías que leerlo! ¡No sabes lo avergonzado que me siento!

—Pero, ¿Porqué? ¡No tenía nada de malo!

—Para mi si, el intentar caerte bien y arreglar las cosas, pero tu sigues siendo un tonto, un alborotador y arruina momentos, aunque ni siquiera me sorprende, siempre haz sido así.

—Solo tenía curiosidad.

—Pues curiosea en tu casa, ahora déjame tranquilo.—dijo por último dispuesto a no seguir hablando con el menor.

Niki soltó un gruñido pero aún así acató la orden de Jungwon, dio media vuelta y se fue.

Si así serían las cosas, sería mejor alejarse. Una persona que solo traía problemas no es bueno para el ni para nadie.

¿Demorarme en escribir un capítulo durante una semana y escribir otro en 10 minutos es algo que solo a mi me pasará? No lo sé.

-Amy