✶ . ࣪ ׅ  chapter five
HALLOWEEN

Estaba caminando por los pasillos del instituto la mañana antes de la fiesta de Halloween, cuando vi a Alan acercándose a mi lado. Empecé a caminar más rápido, pero él me siguió.

— Hola, Eve — me saludó, y rodé los ojos, deteniéndome y girándome para mirarle. Tenía una expresión extraña, como sonriente pero a la vez nervioso.

— ¿Qué pasa?

— Nada. Oye, ¿has visto la nueva sala de pesas? — cuestionó el moreno, señalando las escaleras.

— ¿Qué?

— Vale, tienes que ir a verla, es genial — me obligó, agarrándome del brazo y arrastrándome hacia las escaleras. — ¿Cómo va eso del grupo?

— Va genial... Alan — contesté incómoda, mientras subíamos las escaleras rápidamente. — De verdad, no tengo tiempo para...

Mi boca se cerró de inmediato al ver la escena frente a mí. Thomas estaba sentado en uno de los bancos del gimnasio, pero no estaba solo; estaba con Piper. Lo peor es que ella llevaba su sudadera, la de Thomas.

Mi novio se levantó de su asiento al verme. — Hola, Eve, ¿conoces a Piper, verdad?

Me di media vuelta y bajé las escaleras por las que había subido, ignorando los llamados de Thomas. Las lágrimas empezaron a llenar mis ojos, y antes de darme cuenta, me choqué con alguien.

— ¡Eve! — exclamó Mason, sorprendido, sosteniéndome por los brazos para evitar que me cayera.

Intenté decir algo, pero las palabras se ahogaron en mis sollozos. Me solté de sus brazos y me llevé las manos a la cara, intentando contener las lágrimas, pero fue inútil.

— Hey, ¿qué pasa? — preguntó Mason, su voz llena de preocupación. Me tomó suavemente por los hombros y me llevó a un rincón más tranquilo del pasillo — ¿Qué ha pasado?

— Thomas... Piper... — balbuceé entre lágrimas, apenas capaz de formar una frase coherente.

Mason frunció el ceño, su expresión volviéndose más seria al escuchar esos nombres — ¿Qué te han hecho?

Tomé una respiración temblorosa, intentando calmarme un poco — Los vi... juntos en el gimnasio. Piper llevaba su sudadera, Mason — Mis lágrimas volvieron a caer al recordar la escena.

Mason se quedó en silencio un momento, luego me abrazó sin decir una palabra. Sentí la calidez y la sinceridad en su gesto, y eso me hizo llorar aún más. Era un alivio tener a alguien que me entendiera y me apoyara.

— Lo siento mucho, Eve — susurró — No te mereces esto. Nadie debería hacerte sentir así.

Nos quedamos así por un momento, en ese rincón tranquilo del pasillo, mientras yo intentaba recomponerme. La presencia de Mason me daba una extraña mezcla de consuelo y seguridad que necesitaba desesperadamente. Me di cuenta de que había algo en él que me llamaba la atención de una manera inesperada.

— Vamos, te llevo a la sala de ensayo — dijo finalmente, con una suavidad en su voz que no había escuchado antes — Necesitas estar con tus amigos ahora.

Asentí, secándome las lágrimas y dejándome guiar por él. Mientras caminábamos hacia la sala de ensayo, sentí una chispa de fuerza volver a mí. Tenía a mi banda, mis amigos, no necesita a Thomas y no iba a estar sola.

Antes de entrar, me detuve y miré a Mason a los ojos — Gracias, Mason. En serio.

Él me sonrió, y por un instante, olvidé todo el dolor que sentía — No es nada, Eve.

— Prometió que vendría — aseguró Alex, sentada entre Mason y yo en el backstage del escenario.

Era la fiesta de Halloween y no había ni rastro de Stacey por ningún lado.

— Quizás se ha despistado — comentó Mason encogiéndose de hombros.

— Empezamos en diez minutos — reproché y Alex soltó un suspiro de frustración.

Ravi apareció frente a nosotros y tomó asiento junto a Mason, respirando con dificultad — No la he encontrado.

Los dos chicos que se encargaban del sonido entraron en el backstage, uno de ellos estaba bastante preocupado.

— No hay tiempo. Esos idiotas de Mudslide lo han roto antes de probarlo, es un sabotaje — se quejó, ordenando unos cables.

— No importa, no podemos salir sin cantante — recordé, cruzándome de brazos.

— ¿Quién? ¿Stacey? Paso por aquí corriendo hace un par de minutos — informó el chico.

— ¿Qué? — se asombró Alex, mientras todos nos levantábamos.

— Por ahí — señaló el chico — Creo que iba a vomitar.

Seguimos las indicaciones del chico y llegamos al baño de chicas, Alex y yo entramos sin dudar.

— ¿Stacey? — llamé, mirando por debajo de las puertas de los lavabos para encontrarla. Finalmente encontré unas botas marrones, era ella — Aquí está.

— Voy a entrar — anunció Ravi, entrando al baño de chicas.

— ¡No podemos entrar, es un baño de chicas! — reprochó Mason, quedándose en la puerta del baño mientras que Ravi lo ignoraba y se dirigía a la puerta del lavabo en el que Stacey estaba encerrada.

— ¿Cómo estás, Stacey? — preguntó Ravi, con un tono calmado.

— Estoy genial — respondió Stacey, con la voz temblorosa.

— Esa es mi chica — se alegró Alex.

— Pero puede... que no sea buena idea que salga ahí fuera, no puedo — añadió Stacey.

— Stacey, hemos ensayado esas canciones un millón de veces, lo hemos dado todo con ellas — intentó convencerle Alex, acercándose a la puerta.

— Es que tengo miedo... — admitió la pelirroja en voz baja.

— Todos tenemos miedo — le aseguró Ravi.

— Quedan seis minutos — susurró Alex, haciendo que nuestros nervios aumentaran.

— ¿Qué vamos a hacer? — le pregunté a la pelinegra.

— Pues no sé.

— ¿Qué es? — preguntó Ravi, observando el cinturón de Alex. Tenía una especie de compartimentos, llenos de latas de limonada.

— ¿Mola, eh? — sonrió y sacó una lata, Ravi se la quitó de la mano y Mason se acercó a nosotros.

Ravi se acercó con la lata el lavabo de Stacey y le pasó la limonada por arriba de la puerta — Creemos en ti, ¿vale? Yo creo en ti.

Se escuchó un "clic" y cómo Stacey tomaba un sorbo de limonada, nos apartamos de la puerta y la pelirroja la abrió, saliendo del lavabo — Ya voy.

Todos celebramos y salimos en dirección al escenario.

— Bonitos disfraces, ¿o no lleváis ninguno? — se burló Alan desde el público cuando las luces del escenario se encendieron. Se escucharon unas risas y pude ver a Thomas chocarle la mano, como celebración.

Stacey le dio una señal a Ravi y empezó a tocar el teclado. "Determinate" empezaba siendo una canción lenta, y la gente murmuraba cosas mientras Stacey cantaba.

Pero todo cambió cuando la música empezó de verdad. Alex, Mason y yo nos unimos a Ravi y la canción se convirtió en una especie de pop-rock.

Me sentía viva del todo. Sentía que tenía un propósito. Y eso es justo de lo que hablaba "Determinate".

El público se volvió totalmente loco, todos bailaban, saltaban y alzaban los brazos, y eso que aún no había llegado la mejor parte.

Ravi abandonó el teclado casi al final de la final, y junto con un micrófono hizo el mejor rap de la historia, la gente no se esperaba para nada que un chico como él pudiera rapear de esa manera.

Terminamos la canción con el estribillo de nuevo, miraba de reojo a Mason con una sonrisa. Él me devolvió la mirada, sus ojos brillando con emoción. Hubo un momento de conexión entre nosotros que me hizo sentir más fuerte y más segura de lo que nunca había estado.

— Gracias. Somos Lemonade Mouth. Y ahora os hablará nuestra guitarrista, Alex Rodríguez — habló Stacey por el micrófono, pasándoselo a Alex.

Teníamos unos cubos llenos de latas de limonada, Stacey, Ravi y yo se las pasábamos a los primeros frente al escenario

— Vamos, queremos que las paséis hacia atrás así que daos prisa — explicó la pelinegra refiriéndose a las limonadas — Quiero hablaros de un cambio que nos afecta a todos. Quiero hablaros de la... limonada. La máquina de limonada del sótano se va a quitar para pagar el gimnasio. El instituto trata a algunas personas como si importaran más que otras. Como si financiar los deportes fuera más importante que la música, o que el periódico escolar, o que cada uno de nosotros.

Miré la cara del director Brenigan entre el público, era satisfactorio poder decírselo directamente.

— Todos debemos ser tratados por igual. Porque damas y caballeros... ¡importamos! — finalizó Alex, y Mason tocó las primeras notas de "Here we go"

Básicamente era una canción que hablaba de cómo estábamos hartos y de cómo defendíamos nuestras ideas.

Las luces se apagaron a mitad de la canción, nos lo esperábamos, sabíamos que Brenigan no iba a soportar que nuestras voces fueran más fuertes que la suya.

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