CAPITULO 4. VERDAD O RETO.

Era el primer sábado de curso, y como era tradición en Paradise Beach, el primer sábado de curso se realizaba una fiesta en la playa, en la cual se reunían  los dos centros de la ciudad en una sóla playa de aguas cristalinas y arena blanca. La tradición de esta fiesta venía de varios años atrás tras la muerte de un alumno, del colegio al que asistía, ahogado tras ser arrastrado por una ola que lo había sorprendido. Era una fiesta en honor a su memoria. Tina y yo íbamos a asistir a esta junto con Kevin, quien había decido bajar con nosotras, mientras que Jake había dado la excusa de que no podía bajar, dado que iba a ver a su abuela ese fin de semana para celebrar su cumpleaños en ciudad Eternity.

A las 17:00, comencé a arreglarme. Me di una ducha, usando mi jabón con olor a flor de naranja, el cual siempre me servía para relajarme. Una vez acabada de ducharme me vestí con un pantalón corto vaquero, con adornos de encaje en la parte baja de estos y un top blanco con las letras I´M STRONG. Una vez vestida, me sequé el pelo y me hice una trenza de espiga a un lado. A las 18:00, ya estaba arreglada, por lo que me calcé con unos tenis blancos y cogí una chaqueta vaquera por si refrescaba y mi móvil. Habíamos quedado justo enfrente de la puerta del parque a las 18:15, dado que la fiesta empezaba a las 18:30, pero el único que estaba allí era Kevin quien me sonrió con esa sonrisa de “Parece que estamos los dos solos, espero que no sea una encerrona”. Me juré a mí misma que si esto se trataba de una encerrona, me encargaría personalmente de Tina. El tiempo pasaba, y entre yo y Kevin se empezó a producir un silencio incómodo. Ambos mirabámos el reloj del móvil, con la esperanza de que el tiempo avanzara más rápido ¿Pero sabeis que?, sucede lo opuesto, cuanto más lo veis, con más lentitud pasan los minutos. As las 18:37 minutos llegó una exaltada Tina, con la simple disculpa de
-  Lo siento, me quedé dormida y el despertador no me sonó- Una vez reunidos todos, nos encaminamos a la playa, en donde la fiesta ya había comenzado. Mirases a donde mirases, la playa estaba abarrotada de jóvenes, dispuesta a pasárselo bien. En la fiesta nos juntamos con un pequeño grupo formado por personas de la academia y del colegio que Kevin y Tina conocían, entre las cuales estaban dos chicas de baile y un chico de mi grupo que me saludaron al verme, así como tres chicos  y dos chicas de artes marciales, un chico y una chica músicos y dos chicas y chicos pintores. Éramos en total un grupo de 15  chicos y chicas. Algunos asistían a mi colegio, otros asistían al otro colegio de la ciudad. Nos pusimos a hablar y a contar historias. Comimos y bebimos y escuchamos música. Con el paso del tiempo, el cielo se iba oscureciendo, siendo la playa iluminada por la luna y por las pequeñas hogueras que en ella se habían creado a medida que el sol había empezado a ocultarse, otorgándole a esta un aspecto mágico. Cerca de las 22:00, decidimos jugar a verdad o reto, usando una botella vacía de cristal de un refresco de la marca Vaeny. Estaba tan concentrada en el reflejo de las hogueras en el mar que no me había percatado de que la botella había parado justo enfrente a mí.

- Dinos chica nueva, verdad o atrevimiento.

- Verdad.

- ¿Cuál es tu mayor sueño?- Mi mayor sueño era vivir, tener una vida, formar una familia en un futuro, pero eso nunca sería posible, por lo que me decidí por contar otro sueño.

- Viajar a Lighice y ver una aurora boreal, el lugar en donde mis padres se conocieron y se enamoraron.

- Tenemos una romántica en el grupo chicos.

- ¿Y ese viaje sería con tu chico?- Esta pregunta me la había hecho uno de los chicos de música, de grandes ojos azules oscuros y cabello negro, el cual le caía sobre un ojo.  Mi chico. Imágenes de hacía dos años, de él, de Mike,  me vinieron a la cabeza, imágenes en las que éramos felices, nos reíamos; pero lamentablemente eso se había acabado. Lo nuestro no había funcionado, había sido un amor fugaz, intenso y bonito mientras duró pero poco duradero.

- José, deja de ser tan cotilla- Soltó Tina, dándole una pequeña palmada en el brazo- y sigamos con el juego.

- Está bien, pero quiero que sepas que mi pregunta no iba con segundas intenciones. Salí del armario hace dos años, y no me arrepiento de eso.- dicho esto la botella empezó a girar, parándose junto a una bailarina de mi grupo de nombre Elisabeth quien eligió reto.

- Te retamos a que tú y tu grupo de bailarines nos hagáis una coreografía.- Propuso una chica de artes marciales de cabello rubio corto y ojos marrones, de nombre Ángela.

- Eso no es justo. El reto tiene que ir dirigido a la persona que lo elige, sin involucrar a otros- dijo Francisco un bailarín de mi grupo, al mismo tiempo que el resto de mi grupo de baile asentía.

- No se puede cambiar. Me dá mucha vergüenza bailar sóla delante de todos.-Elisabeth, se mostraba realmente nerviosa, lo podía notar a través de pequeños gestos que en su día yo también había realizado mientras esperaba para que me operasen, para recibir la respuesta ante un análisis, los resultados de las operaciones… Gestos, como morderse el labio, o retorcer los labios o hablar sin dirigir la mirada, bajando esta hacia el suelo, con la esperanza de que no vean tu temor reflejado en tus ojos.

- Yo bailaré contigo- no podía dejarla sóla. Durante varios años yo había sido la que había gozado de las ayudas de las enfermeras/os, doctores/as, mis padres, Lena, y ahora era mi turno de ayudar a alguien. Tan pronto como dije esas palabras, la cara de Elisabeth cambió, retornando su rostro a su color normal. Nos decantamos por bailar “No excuses” de Meghan Trainor. Al poco de empezar a bailar todo el grupo se había unido a bailar. Al terminar de bailar seguimos con el juego, de esta vez le tocó a Kevin quien eligió reto.

- Kevin te reto a que beses a Aria- propuso Tina. ¿Espera que? Vi como los ojos de Kevin se encontraban con los míos, pidiendo permiso. Luego de eso lo único que sentí fueron los labios de Kevin sobre los míos. Era cierto que quien nos hubiera visto a lo largo de esta semana, podría pensar que Kevin y yo teníamos algo o podíamos llegar a tenerlo por cómo nos picábamos; porque como se suele decir del roce sale el amor. Tan pronto sentí sus labios sobre los míos sentí como que aquello había sido un error, dado que Kevin no me gustaba como algo más que un amigo o eso es lo que creía. ¿Pero entonces porqué lo había besado? ¿Y él, por qué no se había negado? ¿Le gustaba a Kevin acaso? Eran demasiadas preguntas y todas ellas sin respuesta.

Justo en ese mismo instante en que los labios de Kevin y Aria se juntan, la misma sombra que había observado a Aria bailar el otro día y que había seguido la fiesta desde las sombras, se marcha al ver que el mundo vuelve a reírse de él una vez más, cuando creía que podía recuperar la alegría que había perdido hace dos años, dejando tras de sí a unos jóvenes pasándolo bien en la fiesta, a una Aria confusa, a una Tina con unos sentimientos que nunca había sentido antes y a un Kevin contento, puesto que creía que había conseguido lo que quería.

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